La ver­dad de Sora­ya M. (solo eres una mujer)- Mai­té Campillo

La his­to­ria de Zarah y Sora­ya, es ver­da­de­ra, tan ver­da­de­ra como las nie­ves de oto­ño a invierno

Sora­ya Manut­cheh­ri… ¡¡es una puta!!


Eso decía su mari­do, su hijo mayor, su padre, sus veci­nos. Pero Sora­ya, nues­tra sen­si­ble, ama­ble, dul­ce, ade­más de per­so­na tra­ba­ja­do­ra, mujer, ser humano inde­fen­so des­de la infan­cia del enre­do de las leyes del macho. Mun­do lleno de ambi­cio­sos que apes­tan sobre todo tipo de pode­res de la sinies­tra­li­dad, mala entra­ña escuá­li­da, cana­lla… ¿Que vais a hacer? ¿Por qué me hacéis esto, por qué, por qué, por qué?. Y, Sora­ya, voló, dolo­ro­sa­men­te horro­ri­za­da como ave aco­rra­la­da… “La lapi­da­ción de Sora­ya M.” Es el títu­lo de la pelí­cu­la que qui­so (ima­gino), hacer una lla­ma­da de aten­ción al mun­do. Me estre­me­cí de indig­na­ción. No por la pelí­cu­la en sí, que si, se ajus­ta al tipo de cine nor­te­ame­ri­cano para impac­tar con esce­nas real­men­te duras, muy duras, sobre todo los lar­gos minu­tos de la ago­nía y muer­te de Sora­ya. Mi impre­sión como per­so­na, y sobre todo como mujer, fue cuan­do la joven Sora­ya ente­rra­da has­ta la cin­tu­ra, con los ojos desor­bi­ta­dos mira hacia “su mari­do” tor­tu­ra­dor prin­ci­pal, cau­san­te direc­to del abe­rran­te des­pre­cio; a sus hijos varo­nes ya con una sobre­car­ga, de impo­ten­cia y repu­dio, es uti­li­za­da para des­truir al ser que más que­rían; a su padre como una pil­tra­fa que se pres­ta a ser uti­li­za­da, encar­nan­do la deni­gran­te estu­pi­dez de una per­so­na derro­ta­da, cobar­de; a su pue­blo rodeán­do­la con pie­dras en las manos con­tra quién les había ofre­ci­do recep­ti­vi­dad, res­pe­to y apre­cio; dis­pues­tos como uno sólo, rugi­do­res faná­ti­cos de la fata­li­dad para lan­zar una a una sobre su cabe­za, como si de un ame­na­zan­te ani­mal rabio­so se tra­ta­ra, como la mal­dad más horri­ble de la tie­rra. Es enton­ces cuan­do su sen­si­bi­li­dad huma­na quie­bra su inten­to de for­ta­le­za y se des­plo­ma; comien­za a llo­rar a pesar de haber jura­do a su tía Sarah no derra­mar una sola lágrima.

Esa muer­te cruel rea­li­za­da por los “suyos” la hizo estre­me­cer­se. Y, en vez de gri­to lan­zó lagri­mas, que es una for­ma de gri­tar aun­que no se oiga con­tra la injus­ti­cia. Es la impo­ten­cia fren­te a la bes­tia y sus leyes de muer­te. Qui­zá, aho­ra mis­mo otra mujer (la mayo­ría de las que ago­ni­zan bajo la llu­via de pie­dras lo son), esté murien­do lapi­da­da; que en Euro­pa y par­te del pla­ne­ta es como decir a puñe­ta­zos, hacha­zos, puña­la­das, defe­nes­tra­das. Como Sora­ya M., quien fal­sa­men­te acu­sa­da por un ase­sino, tor­tu­ra­dor ade­más de cobar­de, per­dió la vida ago­ni­zan­do duran­te lar­gos minu­tos medio ente­rra­da en la tie­rra, dón­de ya de niña había sido some­ti­da, explo­ta­da, des­pre­cia­da como mujer. En esa mis­ma tie­rra entre calles y casas, don­de había inten­ta­do como todo niñ@ jugar y vivir; rodea­da entre char­cos rojos invi­si­bles a sus ojos de terror bri­llan­tes, humo de vida, sue­ños y vue­lo de aves; san­gui­no­len­to ten­te­tie­so al que le cues­ta cerrar los ojos sus faná­ti­cos y cobar­des veci­nos; cobar­des como el pro­pio padre, y el que se pres­tó a corro­bo­rar la sinies­tra his­to­ria inven­ta­da por su “mari­do”, per­dón, su asesino.

Todos, casi todos, le han lan­za­do a la cabe­za con furia el duro y cor­tan­te, mor­tal uten­si­lio, en manos has­ta de los hijos varo­nes de la vic­ti­ma, seres que tuvo en su vien­tre, sufrió para traer­los, y luchó con todo para criarlos.

La his­to­ria de Zarah y Sora­ya, es ver­da­de­ra, tan ver­da­de­ra como las nie­ves de oto­ño a invierno. Y, docu­men­ta­da por pri­me­ra vez en el libro homó­ni­mo de 1994. Por el perio­dis­ta ya falle­ci­do Frei­dou­ne Saheb­jam, quién reco­rrió en secre­to (des­pués de haber esta­do exi­lia­do unos años), su Irán natal en 1986; cuan­do se topó con la aldea de Kapu­yeh. Allí es que cono­ció a Zarah y escu­chó su rela­to. Narra­do en for­ma de lar­go «flash-back». El fil­me resul­ta dura­men­te impac­tan­te sobre todo, duran­te el vio­len­tí­si­mo y lar­go tra­mo final, qui­zá nece­sa­rio, para enten­der y tomar con­cien­cia de tan­ta bar­ba­rie de carác­ter reli­gio­so que sigue ocu­rrien­do hoy, toda­vía hoy en todi­to el mun­do, mien­tras se mira con deter­mi­na­da fri­vo­li­dad por feli­ci­dad, la pan­ta­lla infec­ta de virus tan o más supe­rio­res al ébo­la. No, la lapi­da­ción no es como se pue­da supo­ner, lle­va­da y eje­cu­ta­da sólo por paí­ses ára­bes… De hecho Irán no es un país ára­be sino per­sa. Aun­que duran­te los últi­mos siglos son los paí­ses ára­bes los que sue­len apli­car este tipo de eje­cu­cio­nes, casi siem­pre basa­das en fal­sos tes­ti­mo­nios con­tra muje­res… divor­cio futu­ris­ta? Muer­te cruel se ha esta­do apli­can­do en todos los con­ti­nen­tes por casi todas las comu­ni­da­des reli­gio­sas, inclu­yo cris­tia­nos y judíos. En el Rena­ci­mien­to se apli­ca­ba en algu­nos paí­ses lati­no­ame­ri­ca­nos, sobre todo en Méxi­co; aún siguen dego­llan­do por cien­tos al pue­blo mexi­cano y ente­rra­das en fosas clan­des­ti­nas miles de muje­res de todas las eda­des, fun­da­men­tal­men­te jóve­nes, ahí es que sigue entre char­cos de san­gre flo­re­ci­da por las balas la “Pri­me­ra Dama” de Méxi­co. Sí, la prác­ti­ca de la lapi­da­ción pro­vie­ne de la reli­gión judía. Y, se intro­du­jo en la ley islá­mi­ca con el Cali­fa Omar, adu­cien­do que aún se encon­tra­ba el ver­sícu­lo en el Corán, que pres­cri­bía la llu­via de pie­dras con­tra los adúl­te­ros… PERO TAL VERSÍCULO NO EXISTE.

En el libro “sagra­do” de refe­ren­cia de la reli­gión judía (Anti­guo Tes­ta­men­to) y a su vez pri­mer libro de la Biblia cris­tia­na se orde­na la lapi­da­ción en nume­ro­sos casos:

Por tocar el mon­te Sinaí mien­tras Dios hacía entre­ga de los Diez Man­da­mien­tos a Moi­sés, Éxo­do 19: 9 – 13

Un buey que cor­nea a un hom­bre debe ser lapidado.

Por vio­lar el día de repo­so (Sab­bath).

Por entre­gar a un hijo al dios Moloch.

Por evo­car espí­ri­tus o prac­ti­car la adivinación.

Por blas­fe­mar con­tra Dios.

Ido­la­trar a otros dio­ses o inci­tar a otras/​os a hacerlo.

No obe­de­cer a los pro­pios padres.

Casar­se sin ser vir­gen y pre­ten­dien­do serlo.

Tener rela­cio­nes sexua­les un hom­bre y una mujer casa­da con otro hom­bre (ambas/​os deben ser lapidados).

Hoy en algu­nos paí­ses como Afga­nis­tan, Paquis­tan, La India, Irán, Soma­lia… A menu­do, cuan­do una mujer dice que fue vio­la­da, se con­si­de­ra una con­fe­sión de adul­te­rio. Prohi­bi­do denun­ciar al vio­la­dor, tal es la cien­cia de la “huma­ni­dad”. Repu­dia­das por toda la comu­ni­dad, sus pro­pios padres y her­ma­nos, a veces son ellos los que las ase­si­nan, inclu­so vio­lan. Por ello el tes­ti­mo­nio de una mujer vio­la­da es más repu­dia­do que una mier­da de vaca bajo un zapa­to de ciu­dad; es decir, des­pués de vio­la­da, apa­lea­da en públi­co has­ta matar­la, todos a una, la bes­tia se une enfer­ma de sadis­mo cri­mi­nal. Uno de los pocos infor­mes cono­ci­dos de lapi­da­ción es de, Ami­nis­tía Inter­na­cio­nal, del año 1987. En él se rela­ta como que­da­ron baña­das de san­gre dos muje­res… que los guar­dias pega­ron con palas, para ase­gu­rar­se de que estu­vie­sen bien muer­tas. Según el Códi­go Penal ira­ní, dice que “los hom­bres” (es un decir), deben ser ente­rra­dos has­ta la cin­tu­ra, y las muje­res has­ta el pecho, y las pie­dras «lo sufi­cien­te­men­te gran­des como para matar a la per­so­na de una o dos pedra­das, ni debe­rán ser tan peque­ñas que no pue­dan cali­fi­car­se de pie­dras», lo que según para los defen­so­res de dere­chos huma­nos bus­ca la muer­te len­ta e infli­gir mayor sufrimiento.

El 27 de octu­bre de 2008 se lapi­dó en Kis­maa­yo, Soma­lia, a Aisha Ibrahim Duhu­low de 13 años de edad, acu­sa­da “legal­men­te” de adul­te­rio cuan­do ella había denun­cia­do una vio­la­ción. Ase­si­na­da por 50 hom­bres y un millar de espec­ta­do­res, según Ami­nis­tía Inter­na­cio­nal, al ser des­en­te­rra­da se com­pro­bó que con­ti­nua­ba con vida y fue vuel­ta a ente­rrar para con­ti­nuar con la lapidación.

Ni era una mujer, ni tenía 24 años, ni era una adúl­te­ra. Si hay un país en el mun­do en el que lo malo se con­vier­te en peor para las muje­res, ese es des­de hace déca­das, Soma­lia. Y la his­to­ria de Asha Ibrahim Dhuhu­low, la supues­ta mujer de 24 años lapi­da­da en públi­co en la ciu­dad por­tua­ria de Kis­ma­yo, es sólo un refle­jo. Por­que no era mujer, sino casi niña. Asha no tenía 24, sino 13 años. No había come­ti­do adul­te­rio. Había sido vio­la­da por tres hom­bres del clan más pode­ro­so de la ciu­dad. Ayu­da­dos por el tri­bu­nal islá­mi­co impues­to por las mili­cias inte­gris­tas de Al Sha­bab, la muer­te a pedra­das de la menor sir­vió para borrar todo ras­tro del crimen.

La his­to­ria de las nacio­nes está lle­na de ase­si­na­tos, de millo­nes de cri­mi­nes con­tra los pue­blos, con­tra los lucha­do­res por la jus­ti­cia y la liber­tad. Y, cri­mi­nes horren­dos come­ti­dos con­tra las per­so­nas huma­nas más inde­fen­sas, niños y muje­res. Eso ha pasa­do y sigue pasan­do en casi todas las civi­li­za­cio­nes, en casi todos los paí­ses. Diría que se come­ten todos los días algún tipo de vio­len­cia con­tra muje­res y niños (ade­más por supues­to de la vio­la­ción per­ma­nen­te de dere­chos de cla­se tra­ba­ja­do­ra), inclu­so en paí­ses “social­men­te más avan­za­dos”. No diga­mos pues, en paí­ses afri­ca­nos, orien­te medio… don­de las reli­gio­nes más faná­ti­cas (faná­ti­cas son todas), con­si­de­ran que la mujer es de menor valor que un deter­mi­na­do ani­mal, vaca o cabra. Y los mer­ce­na­rios que lla­man sol­da­dos, lo pri­me­ro que hacen cuan­do entran a fue­go en un pobla­do es secues­trar y vio­lar niñas ade­más de matar­las. El tra­to que reci­ben en muchos paí­ses de Indoá­me­ri­ca, no ya por los pro­pios mili­cos que ya es decir, las insul­tan, degra­dan, vio­lan, ase­si­nan; has­ta sus pro­pios mari­dos har­tos de aguar­dien­te, por la mise­ria impues­ta (esca­sos de cul­tu­ra), que igual­men­te las insul­tan, vio­lan y a veces has­ta ase­si­nan tam­bién. Sin ir más lejos, cada día, mue­ren ase­si­na­das dece­nas de muje­res en Euro­pa; mal­tra­ta­das por sus “com­pa­ñe­ros”, vio­la­das, tor­tu­ra­das, diez­ma­das por las pro­pias empre­sas don­de tra­ba­jan… Y, no olvi­den, el caso de los pede­ras­tas que abun­dan como setas en oto­ño. Una socie­dad ver­da­de­ra­men­te enfer­ma, depri­men­te, que per­mi­te y has­ta apo­ya a estos ele­men­tos sin escrú­pu­los, psi­có­pa­tas abu­sa­do­res de lo más ino­cen­te: la infancia.

Ya en el año 415

Hipa­tia, la filó­so­fa, astró­no­ma y escri­to­ra egip­cio-roma­na, fue lapi­da­da por una simi­lar tur­ba de emble­má­ti­cos faná­ti­cos, “de la sabi­du­ría cris­tia­na”, ins­ti­ga­da por san Ciri­lo de Alejandría…
.*Sora­ya, des­pués de las pali­zas que su mari­do le daba, acos­tum­bra­ba a salir corrien­do de esa casa mal­di­ta, y se refu­gia­ba en la de su tía.

Enton­ces es cuan­do cogía las manos de sus hijas y corría hacia las altas cum­bres y valles flo­re­ci­dos, juga­ba con ellas a las escon­di­das, aga­za­pa­das tras las rocas espe­ra­ban el vue­lo de las aves libres…

¡¡mami, mami… son ánge­les mami!!

Nota

Del “pri­mer mun­do al cuar­to mundo”

El dipu­tado auto­nó­mi­co y vice­pre­si­den­te segun­do de la Mesa del Par­la­men­to de Cana­rias, se refi­rió en Radio Auto­nó­mi­ca, a la eco­no­mía sumer­gi­da, y dijo:

«Hay que con­vi­vir con ella, como con algu­nas muje­res, que no se les pue­de eliminar… »
http://​you​tu​.be/​L​4​N​s​7​u​9​7​KbY

Mai­té Cam­pi­llo (actriz y direc­to­ra de teatro)

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