Neo­na­zis ins­ti­gan ase­si­na­to de dibu­jan­tes en Israel


Una cata­ra­ta de ame­na­zas se des­car­gó en Face­book en con­tra de los dibu­jan­tes del pres­ti­gio­so dia­rio israe­lí Haa­retz por una ima­gen publi­ca­da este fin de sema­na. En ella, sobre un fon­do total­men­te negro se leía lo siguien­te: “10 perio­dis­tas ase­si­na­dos en el ata­que a Char­lie Heb­do en París, y 13 perio­dis­tas ase­si­na­dos en el ata­que del últi­mo verano a Gaza”. Y en el medio una leyen­da que decía “Yo soy Char­lie”, “Yo soy Gaza”.
La furia de los racis­tas israe­líes se des­en­ca­de­nó cuan­do un polí­ti­co ultra­de­re­chis­ta, Ronen Sho­val, exi­gió una inves­ti­ga­ción para deter­mi­nar si, con la publi­ca­ción de ese dibu­jo, el dia­rio había incu­rri­do en el deli­to de “pro­pa­gan­da derro­tis­ta” con­tem­pla­do y cas­ti­ga­do en el códi­go penal israe­lí. Los comen­ta­rios que siguie­ron al pos­teo de Sho­val fue­ron un mues­tra­rio de la putre­fac­ción ideo­ló­gi­ca que se ha apo­de­ra­do de un sec­tor de la socie­dad israe­lí, con­ta­gia­da de lo peor de la extre­ma dere­cha fas­cis­ta euro­pea. Entre los comen­ta­rios sus­ci­ta­dos por la inter­ven­ción de Sho­val había algu­nos que decían cosas como estas: “Con la ayu­da de Dios, los perio­dis­tas del Haa­retz serán ase­si­na­dos como en Fran­cia”; “¿Por qué no hay un ata­que terro­ris­ta al Haa­retz?”; “Espe­ro que el terro­ris­mo alcan­ce tam­bién al Haa­retz”; “Ellos debe­rían morir”, decía un comen­ta­rio refi­rién­do­se a los dibujantes.
Otros fue­ron aún peo­res. Sho­val pro­me­tió que los borra­ría rápi­da­men­te de su FB y que com­pren­día que estas aco­ta­cio­nes de sus segui­do­res eran una inci­ta­ción al ase­si­na­to. Pero, recal­có con inso­len­cia, “en el mis­mo espí­ri­tu yo les pido que eli­mi­nen esa cari­ca­tu­ra inme­dia­ta­men­te.” O sea, ¡un líder neo­na­zi se atri­bu­ye el dere­cho a ejer­cer la cen­su­ra de pren­sa! Uno de los perio­dis­tas estre­lla del Haa­retz, Gideon Levy, cono­ci­do por su pos­tu­ra crí­ti­ca a las polí­ti­cas del gobierno israe­lí en rela­ción a la cues­tión pales­ti­na y los terri­to­rios ocu­pa­dos, reci­bió un men­sa­je por correo elec­tró­ni­co en el cual se lo ame­na­za­ba de muerte.
Es de espe­rar que algu­nos cam­bios que se han veni­do dan­do en la socie­dad israe­lí en tiem­pos recien­tes per­mi­tan ais­lar a estos repug­nan­tes esper­pen­tos, y abrir un sen­de­ro que haga posi­ble un acuer­do jus­to y sus­ten­ta­ble con los pales­ti­nos para poner fin a más de seis déca­das de dolor y muer­te en esa con­vul­sio­na­da región del planeta.

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