Pas­tor Ala­pe (FARC): “Esto tie­ne que ter­mi­nar en una Asam­blea Constituyente”

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Colombia/​Resu­men Latinoamericano/​ANNCOL/​Escrito por Dick Ema­nuels­son, Cáma­ra: Patri­cia González/​16/​01/​2015.- Entre­vis­ta con Pas­tor Ala­pe, inte­gran­te del Secre­ta­ria­do del Esta­do Mayor de las FARC-EP y miem­bro de la Dele­ga­ción de Paz de la gue­rri­lla en La Haba­na. Es tam­bién uno de los inte­gran­tes de las FARC en el Coman­do Gue­rri­lle­ro de Nor­ma­li­za­ción, lla­ma­do la Sub­co­mi­sión Téc­ni­ca. Es el orga­nis­mo que orga­ni­za­rá un even­tual Cese al Fue­go bila­te­ral jun­to con los gene­ra­les desig­na­dos por pre­si­den­te Juan Manuel Santos

Pas­tor Ala­pe es uno de los coman­dan­tes del Secre­ta­ria­do qui­zás menos cono­ci­dos. Tuve la opor­tu­ni­dad de “topar” con él de casua­li­dad en el 2001 duran­te un repor­ta­je en el Valle del Río Cimi­ta­rra (ver artícu­lo aba­jo). Me impre­sio­nó con la cla­ri­dad que habló sobre temas espi­no­sos como lo del nar­co­trá­fi­co, el cul­ti­vo de las hojas de coca y la lucha para de una vez con­se­guir la paz y no la guerra.


Betty y Pastor.

La rela­ción de Pas­tor Ala­pe con ´Betty la Fea´

Lo pri­me­ro que me dice cuan­do me ve es:

¿¡”Así que Usted dice que yo estoy per­di­do en “Betty la Fea”!?

Resul­ta que par­ti­ci­pé en el pro­gra­ma “Hora 20” en Cara­col Radio duran­te el 2005, pro­gra­ma diri­gi­do enton­ces por el cole­ga Nés­tor Mora­les. Las noches de los vier­nes era de los corres­pon­sa­les inter­na­cio­na­les acre­di­ta­dos en Bogo­tá que comen­tá­ba­mos la noti­cia del día o de la sema­na. Y una de esas noches me pre­gun­ta­ba Nés­tor Mora­les si yo veía las tele­no­ve­las colom­bia­nas y dije que no, que no me gus­tan en abso­lu­to, que son para embru­te­cer sobre todo a las muje­res. Pero admi­tí que algu­nas veces había vis­to sí, a Betty la Fea. Y agre­gué: “Pues, has­ta el coman­dan­te Pas­tor Ala­pe y su ani­llo de segu­ri­dad ven Betty la Fea”. Y los ros­tros de Nés­tor y los demás mos­tra­ron sorpresa.

El coman­dan­te Ala­pe no se había olvi­da­do ese suce­so, pese a que habían pasa­do 14 años des­de esa noche en Cara­col Radio, y aho­ra en la Haba­na, y me que­ría pasar una fac­tu­ra bien salada.

– ¿Usted reci­be algún tipo de divi­den­do o recur­si­to de RCN o Cara­col? me res­pon­de cuan­do le digo, en medio de la entre­vis­ta, que en el mun­do de los medios de comu­ni­ca­ción serios exis­te el dere­cho a répli­ca y que lo haga aho­ra en direc­to. Se ríe pero se pone en serio:

El ´rela­jo´ des­pués el combate

– Recuer­de que des­pués de la entre­vis­ta que Usted me hizo se oscu­re­ce y los mucha­chos sali­mos de una situa­ción de los com­ba­tes con los para­mi­li­ta­res. Los mucha­chos pidie­ron sí podían ver tele­vi­sión “¡Pren­da a ese apa­ra­ti­to y miren!”


Trin­che­ras en las for­ti­fi­ca­cio­nes para­mi­li­ta­res, toma­das por los gue­rri­lle­ros de las FARC y ELN.

Y Pas­tor Ala­pe pren­dió su lap­top. Colo­có una lona blan­ca con­tra la pared de una casa en la mon­ta­ña y ¡PANG!, ya esta­ba Betty la Fea en per­so­na pro­pia en la pared. Eran unos momen­tos que pare­ce­rían bas­tan­te surrea­lis­tas pero fue­ron total­men­te reales.

– Por­que ¿cómo sacar a la gen­te des­pués de seme­jan­te mun­do de pre­sión psi­co­ló­gi­ca… y qué tenía­mos ahí? Pues la tele­vi­sión y Bet­ta la Fea. Usted me dijo; ¿¡”Ellos ven eso”!? No tie­ne nada que ver, dice el coman­dan­te gue­rri­lle­ro que aho­ra si toma fuer­za para rema­tar­me de una vez y para siempre:

– ¡¡¡Pero que Usted decía que yo era un tele­no­ve­le­ro!!! Tam­po­co es malo. Si hay espa­cio, hay que ver cosas, dice y ya está el dere­cho a répli­ca consumado.

2,5 millo­nes de dóla­res por su cabeza

Cam­pe­si­nos que van con barril y botes para su laboratorio.
El labo­ra­to­rio cam­pe­sino don­de mez­cla la pasta.

Para el Depar­ta­men­to de Esta­do de los Esta­dos Uni­dos Pas­tor Ala­pe es uno de los más bus­ca­dos y ofre­ce una recom­pen­sa de has­ta 2.5 millo­nes de dóla­res por infor­ma­ción que con­duz­ca al arres­to y/​o la con­de­na, se pue­de leer en Wiki­pe­dia. El gobierno de Esta­dos Uni­dos lo acu­sa de ser el super­vi­sor de todo el sumi­nis­tro de cocaí­na en el Mag­da­le­na Medio, de par­ti­ci­par en la implan­ta­ción de la polí­ti­ca de dro­gas de las FARC para con­tro­lar la pro­duc­ción, pro­ce­sa­mien­to y dis­tri­bu­ción de cien­tos de tone­la­das de cocaí­na des­ti­na­das a Esta­dos Uni­dos y a otras par­tes del mundo.

Cuan­do le pre­gun­té en el 2001 sobre ese tema, dán­do­le mis impre­sio­nes sobre la región, don­de a los cam­pe­si­nos no les pagan por la yuca, el arroz o cual­quier pro­duc­to agrí­co­la y por ende son obli­ga­dos a acep­tar las ofer­tas de los nar­cos de cul­ti­var la hoja de coca en sus tie­rras, me con­tes­tó, esa noche cuan­do está­ba­mos sen­ta­dos ahí arri­ba en la mon­ta­ña, con la Cié­na­ga de San Loren­zo aba­jo y la ilu­mi­na­da refi­ne­ría de Barran­ca­ber­me­ja al otro lado de Río Mag­da­le­na, que la polí­ti­ca de las FARC acer­ca de los cul­ti­vos ilí­ci­tos en esa región era; cul­ti­var una hec­tá­rea de pan­co­ger (yuca, arroz, etc.), para la super­vi­ven­cia y per­mi­tir cul­ti­var a los cam­pe­si­nos hoja de coca en otra hectárea.

– Comen­za­mos a arran­car las matas de la hoja de coca. El cam­pe­si­na­do se nos lan­zó enci­ma cuan­do decía­mos que es malo cul­ti­var hoja de coca por­que la mafia hace cocaí­na de la pas­ta que el cam­pe­sino pro­du­ce en su “labo­ra­to­rio”. Por eso lle­ga­mos al acuer­do con los cam­pe­si­nos de cul­ti­var una hec­tá­rea de pan­co­ger y otra de hoja de coca.

Decía en 2001.

Entre­gó el Gene­ral Alza­te a su mujer y las FF​.MM.

Es el 5º inte­gran­te del Secre­ta­ria­do del Esta­do Mayor Cen­tral que ha lle­ga­do para incor­po­rar­se con el res­to de la Dele­ga­ción de Paz en La Haba­na. Lo entre­vis­té en momen­tos en que se esta­ba pre­pa­ran­do para ir a Colom­bia, nue­va­men­te, para entre­gar en nom­bre de las FARC al gene­ral Alza­te, es decir a final del mes de noviembre.

“Esta­mos hacien­do todos los esfuer­zos posi­bles”, decía y men­cio­nó las difi­cul­ta­des debi­do a los ope­ra­ti­vos cons­tan­tes de las Fuer­zas Mili­ta­res que des­de los ríos, las tro­chas y sobre todo des­de el aire, bus­ca­ban como locos, humi­lla­dos, al gene­ral Rubén Darío Alzate.

Es un ofi­cial del más alto ran­go que ha sido cap­tu­ra­do en la gue­rra, en Colom­bia. Sus cap­to­res, el Fren­te 34 de las FARC en el depar­ta­men­to del Cho­có, lo detu­vo solo a media hora de la capi­tal depar­ta­men­tal pero fue devuel­to sano y sal­vo dos sema­nas después.

Y como iro­nía de la vida, o mejor dicho, la fal­ta de lógi­ca y con­se­cuen­cia, el pre­si­den­te San­tos y los gene­ra­les que sos­tie­nen la polí­ti­ca de “Nego­ciar en medio de la Gue­rra”, sus­pen­die­ron el diá­lo­go de Paz en La Haba­na con el moti­vo de la reten­ción de su gene­ral. Todo el mun­do que­dó cons­cien­te del doble len­gua­je del gobierno. Con la entre­ga del gene­ral, la situa­ción en La Haba­na se “nor­ma­li­zó”, pero las FF​.MM. siguen rea­li­zan­do bom­bar­deos y ope­ra­ti­vos con­tra las con­cen­tra­cio­nes gue­rri­lle­ras en todo el terri­to­rio nacional.


Ala­pe y Alza­te como tes­ti­mo­nio que podría ser par­te de la recon­ci­lia­ción colombiana.

El papel de Norue­ga y Cuba

¿Cuál ha sido el papel de los paí­ses garan­tes como Norue­ga y Cuba en las entre­gas de pri­sio­ne­ros de gue­rra en el depar­ta­men­to de Arauca?

– Diría que ha sido una acción deter­mi­nan­te, la ges­tión que hicie­ron los paí­ses garantes.

¿Es muy dife­ren­te que cuan­do Uri­be ni siquie­ra que­ría tener a Chá­vez o repre­sen­tan­tes de otros paí­ses en las entre­gas de pri­sio­ne­ros en manos de las FARC?

– Yo qui­sie­ra que dejá­ra­mos al señor Uri­be en ese pasa­do de terror que fue su man­da­to. Hable­mos hoy de las espe­ran­zas que tie­ne el país, de la nue­va posi­bi­li­dad real­men­te de que se fir­me un acuer­do serio que abra los cami­nos para la paz en Colombia.

Pas­tor Ala­pe, vuel­ve a dar su res­pal­do a los apor­tes y las tareas de los paí­ses garan­tes. Dice que pue­den des­en­re­dar pro­ble­mas que sur­gen en las con­ver­sa­cio­nes entre la dele­ga­ción del gobierno y la de la gue­rri­lla para que el pro­ce­so fun­cio­ne. Para eso están, sub­ra­ya Alape.

Dice que “hay muchos enemi­gos de la Paz”, cuan­do le pre­gun­to sobre las cons­tan­tes fil­tra­cio­nes de infor­ma­ción mili­tar como coor­de­na­das al señor Uri­be, sos­tie­ne que “hay sec­to­res que siem­pre se han bene­fi­cia­do de la gue­rra del con­flic­to, expro­pia­ción de tie­rras, mejo­rar las uti­li­da­des en sus nego­cios en el mar­co de la guerra”.

– Esos sec­to­res son los que están mani­fes­tan­do hoy con mucha rabia y se han vuel­to unos fenó­me­nos de sabo­ta­je al pro­ce­so. Pero lo que se vie­ne miran­do en el país, esos sec­to­res cada día han sido y se van rele­gan­do, o reple­gan­do la mis­ma fuer­za que va asu­mien­do el deseo, la movi­li­za­ción y las ini­cia­ti­vas que se expre­san a dia­rio para que la paz sea posi­ble en Colombia.


¿Quién es res­pon­sa­ble por la fil­tra­ción a Uri­be y los hal­co­nes de la guerra?

¿La Tarea del Gene­ral? “Ani­qui­lar a las fuer­zas guerrilleras”

Sobre el carác­ter “social” y “paci­fis­ta” del gene­ral Alza­te, Pas­tor Ala­pe indi­ca que los gue­rri­lle­ros son com­ba­tien­tes y entien­den que en esta vida uno se mue­re más tar­de o tem­prano. Él, dos veces sin­tió la muer­te en la nuca por las deto­na­cio­nes de las bom­bas de 500 libras (227 kilo­gra­mos) que fue­ron lan­za­das des­de los avio­nes de gue­rra. Y fue el mis­mo gene­ral Alza­te, cum­plien­do órde­nes del Minis­tro de Defen­sa y del mis­mo pre­si­den­te San­tos, dio la orden de bom­bar­dear al cam­pa­men­to de Pas­tor Alape.

– Noso­tros, des­de que asu­mi­mos la con­di­ción de rebel­des y de insur­gen­tes, es para noso­tros cla­ro eso (de morir). El Gene­ral no fue nom­bra­do para desa­rro­llar acti­vi­da­des diri­gi­das a mejo­rar las con­di­cio­nes eco­nó­mi­cas, socia­les de la región. El Gene­ral por man­da­to de la pre­si­den­cia fue nom­bra­do coman­dan­te de la Fuer­za Tita­nic. Es una uni­dad con­cre­ta­men­te con misio­nes con pla­nes con­tra­in­sur­gen­tes. El Gene­ral no iba allá a hacer escue­las, mejo­rar las con­di­cio­nes del afro, ni de las con­di­cio­nes indí­ge­nas. Él iba con su Plan y tarea como coman­dan­te de esa fuer­za a com­ba­tir y ani­qui­lar a las fuer­zas gue­rri­lle­ras en la región. El esta­ble­ci­mien­to quie­re poner­le otra cara al gene­ral. Pero ¡eso no le cree nadie! Eso es par­te de esas estra­te­gias que fra­ca­san. Por­que no tie­ne fun­da­men­to de la realidad.

El Coman­do Gue­rri­lle­ro de Normalización

El coman­dan­te Ala­pe es inte­gran­te de la Sub­co­mi­sión Téc­ni­ca, cons­ti­tui­da por la gue­rri­lla para faci­li­tar el enten­di­mien­to cuan­do el pro­ce­so entra­rá en las tareas de orga­ni­zar los deta­lles de cómo se va a efec­tuar un cese al fue­go bila­te­ral y un deses­ca­la­mien­to de la gue­rra en don­de los fusi­les, a final, se silen­cia­rán en ambos lados.

– Noso­tros la lla­ma­mos el Coman­do de Nor­ma­li­za­ción. Los esfuer­zos se van enca­mi­nan­do para un cese al fue­go y un armis­ti­cio. Son ini­cia­ti­vas que se entre­gan a la Mesa (de nego­cia­ción) para que las ana­li­ce, las valúe y las dis­cu­ta. Pero es la Mesa la que defi­ne en con­cre­to la tarea o la deci­sión del momen­to en que entre­mos a fun­cio­nar u ope­rar el Cese al Fue­go. Hoy tie­ne mucho más rele­van­cia por­que el país está plan­tean­do con mucha fuer­za la nece­si­dad del cese al fue­go bila­te­ral. Esta situa­ción del gene­ral y los mili­ta­res (cap­tu­ra­dos en com­ba­te por la gue­rri­lla) ha pues­to al país a refle­xio­nar seria­men­te que esa meto­do­lo­gía (la del gobierno) no ayu­da a la paz. Por­que hay que parar la vic­ti­mi­za­ción de la población.

¿Esa Sub­co­mi­sión tam­bién tie­ne facul­tad de entrar en dis­cu­sio­nes con los generales?

– El gobierno inclu­yó en su comi­sión unos mili­ta­res que saben hacer eso, saben de la gue­rra, cono­cen el terreno, la inte­li­gen­cia, es decir; eso es de lo que pue­den hablar con pro­pie­dad. Es así que vamos a parar esta guerra.

La nar­co­ac­ti­vi­dad ¿de par­te de quien?

Vol­ve­mos a hablar sobre el tema del nar­co­trá­fi­co, que es uno de los pun­tos de la agen­da. Para la gue­rri­lla este pun­to es sen­ci­llo pese a que la cla­se polí­ti­ca, los medios de comu­ni­ca­ción, tan­to en Colom­bia como en el exte­rior siem­pre igua­lan el nar­co­trá­fi­co con las FARC. Le digo a Pas­tor Ala­pe que a mi me impre­sio­nó cómo los cam­pe­si­nos, en el sur de Bolí­var, se dedi­ca­ban a sem­brar la hoja de coca. Des­pués mez­cla­ron las hojas con gaso­li­na, cemen­to u otros ingre­dien­tes en su “labo­ra­to­rio cam­pe­sino” que se veía como una licua­do­ra gigan­te. Y aho­ra, ¿que pasa­rá en este pun­to de la agenda?

– La expe­rien­cia nues­tra ha sido muy com­pli­ca­da. Por­que ini­cial­men­te cuan­do apa­re­ce el fenó­meno y la res­pues­ta que da la insur­gen­cia es poner barre­ras para que no se pro­du­je­ra esa situa­ción, lle­ga­mos has­ta a ejer­cer prác­ti­ca­men­te acti­vi­da­des de poli­cía. Arran­ca­mos los cul­ti­vos de la gen­te. Por supues­to, ante una reali­dad social el úni­co pro­duc­to que deja­ba a la gen­te un agre­ga­do, será ese. Hubo que replan­tear­nos esa situación.

– ¿Cómo hacer para que ese tipo de agri­cul­tu­ra, diga­mos no tra­di­cio­nal, no entra­ra a impac­tar a la cul­tu­ra cam­pe­si­na, nor­mal, pan­co­ger, de su pro­pio abas­te­ci­mien­to en direc­ción a que la gen­te tuvie­ra, de algu­na mane­ra, ele­men­tos de sobe­ra­nía ali­men­ta­ria? En dis­cu­sión con las comu­ni­da­des lle­ga­ron al acuer­do de que por cada hec­tá­rea de coca la gen­te, ade­más, sem­bra­ra una hec­tá­rea para­le­la de agri­cul­tu­ra, o sea, el cul­ti­vo de super­vi­ven­cia en esas con­di­cio­nes de aban­dono que hay en el cam­po colombiano.


Puer­to Matilde.

¿Cómo resol­ver el nar­co­trá­fi­co políticamente?

– Noso­tros aho­ra plan­tea­mos en la Mesa, en los Acuer­dos que se han lle­ga­do con el gobierno en el pun­to sobre cul­ti­vos de uso ilí­ci­to, ahí hemos plan­tea­do una serie de pro­pues­tas para el país en direc­ción a ¿cómo resol­ver ese pro­ble­ma des­de el pun­to de vis­ta polí­ti­co? Por­que esta cla­ro que la polí­ti­ca estra­té­gi­ca de tra­ta­mien­to mili­tar de ese fenó­meno en el mun­do, ha fra­ca­sa­do. Esta­dos Uni­dos fra­ca­só al dar­le a ese fenó­meno un tra­ta­mien­to exclu­si­va­men­te militar.

– Por­que requie­re un tra­ta­mien­to exclu­si­va­men­te polí­ti­co para poder resol­ver el pro­ble­ma y dejar, que las mafias, tan­to pro­duc­to­ras de insu­mos y de todos los cata­li­za­do­res que se requie­re para eso, todos los quí­mi­cos y las armas con que se com­ba­te y con que se fumi­ga a esos cul­ti­vos, pues dejen de alcan­zar ganan­cias exor­bi­tan­tes como son las que se des­pren­den en la ile­ga­li­dad de los mafio­sos, tan­to en la ile­ga­li­dad de los indus­tria­les que se bene­fi­cian del fenó­meno, tan­to la ile­ga­li­dad de los ban­que­ros que se bene­fi­cian y de los polí­ti­cos. El tra­ta­mien­to es exclu­si­va­men­te político.

La gue­rri­lla y la explo­ta­ción minera

Pas­tor Ala­pe es, apar­te inte­gran­te del máxi­mo órgano de la gue­rri­lla de las FARC, el Secre­ta­ria­do, tam­bién coman­dan­te del Blo­que Iván Ríos y Mar­tin Caba­lle­ro. El área de ope­ra­ción es, como hemos men­cio­na­do, gran par­te del Cho­có, Antio­quia, Mag­da­le­na Medio, San­tan­der y Sucre. En el depar­ta­men­to de Antio­quia en los muni­ci­pios de Sego­via, Reme­dios, Bagre u otros hay explo­ta­ción mine­ra. En el Cho­có, her­mo­so y rico en recur­sos natu­ra­les, exis­te tam­bién explo­ta­ción de minas de oro en don­de los mine­ros arte­sa­na­les han cava­do en déca­das. Pero aho­ra son per­se­gui­dos por las FF​.MM.

A pesar que la mitad de la expor­ta­ción colom­bia­na de oro vie­nen del Cho­có, en total 56 tone­la­das anual­men­te, el pue­blo cho­coano, negri­tu­des e indí­ge­nas en su mayo­ría, viven en mise­ria y pobre­za extre­ma. San­tos, por su lado con su “Loco­mo­to­ra Mine­ra”, ha entre­ga­do solo en Cho­có, 258 con­ce­sio­nes a las mine­ras colom­bia­nas y a las trans­na­cio­na­les. Así se expli­ca la repre­sión con­tra los mine­ros artesanales.

¿Y cómo será Cho­có en paz?

¿Qué podría ser de Cho­có en una Colom­bia en paz? pre­gun­ta­mos a Pas­tor Alape.

– Impli­ca­ría dos fenó­me­nos. Pri­me­ro un acuer­do de paz nece­sa­ria­men­te tie­ne que gene­rar un cam­bio en el mode­lo eco­nó­mi­co. Cho­có ha sido una región en la que siem­pre ha esta­do la diná­mi­ca eco­nó­mi­ca de extrac­ción, tan­to de oro, pla­tino, made­ra y la pobre­za cada día es más aguda.

– Aho­ra, con la ofen­si­va del gobierno y del Esta­do al favo­re­cer exclu­si­va­men­te los intere­ses de las cor­po­ra­cio­nes finan­cie­ras y mine­ras extrac­ti­vas en el mun­do, lo que ha abier­to en el país es una situa­ción polí­ti­ca y social muy agu­da. Por­que aho­ra está per­si­guien­do a toda la gen­te que tra­di­cio­nal­men­te ha vivi­do y sobre­vi­vi­do de la explo­ta­ción mine­ra a míni­ma esca­la de mane­ra tradicional.

¿La gue­rri­lla se finan­cia con la minería?

Hay sec­to­res polí­ti­cos y mili­ta­res que acu­san a las FARC y al ELN de lucrar­se de la mine­ría arte­sa­nal, le comento.

– Se nos acu­sa de finan­ciar­nos con la mine­ría, con el trans­por­te y has­ta el con­tra­ban­do, unas san­de­ces que no es ver­dad. Inven­tan cifras que no las cono­ce­mos. Noso­tros hemos dicho una y mil veces que nues­tros recur­sos son dona­cio­nes de la gen­te y ade­más de gra­var unos impues­tos a cier­tos espa­cios de la pro­duc­ción en el país.

– Noso­tros hemos plan­tea­do que la mine­ría en gran esca­la es una prác­ti­ca mor­tal. Lo ile­gal es lo que está hacien­do el esta­ble­ci­mien­to, el gobierno, abrien­do con­ce­sio­nes en pára­mos, en par­ques natu­ra­les que gene­ran un impac­to eco­ló­gi­co y medio ambien­tal dema­sia­do gra­ve, mor­tal para la super­vi­ven­cia del país y del planeta.

El repor­te de InSight Cri­me, finan­cia­da por EE.UU.

El Blo­que Iván Ríos ha sido seña­la­do por la inte­li­gen­cia mili­tar y trans­mi­ti­do sin nin­gún cues­tio­na­mien­to por par­te de los medios de comu­ni­ca­ción ofi­cia­lis­tas, como “fami­liar y cola­bo­ra­dor al Clan Úsu­ga”, un gru­po nar­co­pa­ra­mi­li­tar. Pero como tan­tas veces se apre­su­ra­ron con los apellidos.

Una ONG esta­dou­ni­den­se, con apor­tes finan­cia­dos por el Depar­ta­men­to de Esta­do de 100.000 dóla­res para hacer una “con­sul­to­ría” sobre Colom­bia, fue cita­da por todos los medios de comu­ni­ca­ción en el 2013 cuan­do publi­có su infor­me sobre las FARC jus­to cuan­do el pro­ce­so de paz entró en una fase intere­san­te en La Habana.

En ese docu­men­to, InSight Cri­me sub­ra­yó, que de fir­mar la paz con las FARC, esta orga­ni­za­ción se divi­di­ría en dife­ren­tes gru­pos cri­mi­na­les. Inves­ti­gué qué era InSight Cri­me y basa­do en docu­men­tos públi­cos, prin­ci­pal­men­te de Esta­dos Uni­dos, pude encon­trar los datos que demos­tra­ban que esa “ONG” era un orga­nis­mo con exce­len­tes rela­cio­nes con el Depar­ta­men­to de Esta­do y que finan­cia al grupo.


La finan­cia­ción del Depar­ta­men­to de Estado.


Y los medios colom­bia­nos citan­do el “repor­te” de los gringos.

Mia­mi Herald y el Ejér­ci­to Británico

Jeremy McDer­mott, uno de los dos “repor­te­ros e inves­ti­ga­do­res” del infor­me, ha sido jefe de redac­ción de Mia­mi Herald, medio cie­ga­men­te anti­cu­bano y anti­co­mu­nis­ta. El otro perio­dis­ta Ste­ven Dud­ley, había sido mayor en el Ejér­ci­to Británico.


Los dos auto­res del “repor­te” sobre las FARC.

Me acor­dé las pala­bras del jefe de la Inte­li­gen­cia del DAS, Car­los Alber­to Arza­yús, cuan­do, en el jui­cio sobre el escán­da­lo de “las Chu­za­das” (el espio­na­je de la poli­cía polí­ti­ca secre­ta colom­bia­na a seis perio­dis­tas, entre ellos Dick Ema­nuels­son), rela­ta­ba sobre la moda­li­dad y ope­ra­ti­vi­dad de sus agen­tes del DAS-G3:

Otro ejem­plo de los apo­yos que se podían brin­dar era carac­te­ri­zar a fun­cio­na­rios como si fue­ran perio­dis­tas. Enton­ces, van los mucha­chos (los agen­tes del DAS, nota DE) con una cáma­ra y con cha­le­cos para hacer ope­ra­cio­nes de inte­li­gen­cia”.


El ex jefe de la inte­li­gen­cia del DAS, sen­ten­cia­do a 10 años de cárcel.

Toda la inves­ti­ga­ción fue resu­mi­da en el artícu­lo “InSight Cri­me, Otro labo­ra­to­rio de men­ti­ras” [leer más].

Fren­te 34 de las FARC y el cri­men organizado

Al Fren­te 34, el fren­te que detu­vo al gene­ral Alza­te, InSight Cri­me lo vin­cu­la con el narcotráfico:

Si el aspec­to ideo­ló­gi­co de sus acti­vi­da­des fue­ra eli­mi­na­do, las uni­da­des de las FARC en el Blo­que Iván Ríos podrían con­ver­tir­se de inme­dia­to en una de las orga­ni­za­cio­nes cri­mi­na­les más sofis­ti­ca­das y pode­ro­sas en la región” dicen el grin­go y el bri­tá­ni­co y esta fra­se ha sido cita­da por 99% de los medios colombianos.

Pre­gun­ta­mos a Pas­tor Ala­pe sobre las acu­sa­cio­nes de alian­zas con los nar­co­pa­ra­mi­li­ta­res en las áreas don­de ope­ra su Bloque.

– Nun­ca una orga­ni­za­ción revo­lu­cio­na­ria va a poder man­te­ner o hacer una alian­za con un gru­po de dere­cha. Es más o menos lo mis­mo decir que las FARC y la Fuer­za Tita­nic (que man­dó el gene­ral Alza­te) andan jun­tas en Cho­có. ¡Somos insur­gen­cia! Las estruc­tu­ras de terror son con­du­ci­das, coor­di­na­das con las Bri­ga­das Mili­ta­res, por­que todo su accio­nar y acti­vi­dad es diri­gi­da a pro­te­ger, cus­to­diar la indus­tria, los gran­des indus­tria­les, los gran­des terra­te­nien­tes, gran­des empre­sa­rios o trans­por­tis­tas que hay en esa región y man­te­ner el nego­cio de nar­co­trá­fi­co lo que es para lucrar.

Como decía Pie­dad Cór­do­ba cuan­do rela­ta­ba sobre las 258 con­ce­sio­nes de las mine­rías en el Cho­có, ¿es para pro­te­ger a los concesionarios?

– ¡Eso es! La Fuer­za Tita­nic es para garan­ti­zar que el capi­tal extran­je­ro y colom­biano entre a extraer las rique­zas que hay esta región del Cho­có. Pero pre­sio­nan tam­bién a las comu­ni­da­des indí­ge­nas y las negri­tu­des para entrar ahí para la explotación.

– En el occi­den­te de Antio­quia lo que es el muni­ci­pio de Urrá, Fon­tino y Vigía del Fuer­te, ya están esta­ble­ci­das unas empre­sas mine­ras en los terri­to­rios indí­ge­nas. La estra­te­gia con ese des­plie­gue mili­tar en la región es sacar a la gen­te, gene­rar nue­vos des­pla­za­mien­tos para poder pro­te­ger a estas empre­sas multinacionales.

La mon­ta­ña gue­rri­lle­ra a la tran­qui­li­dad calu­ro­sa habanera

Para Pas­tor Ala­pe, como a todos los casi 50 gue­rri­lle­ros que aho­ra se encuen­tran en La Haba­na, el tras­la­do de la mon­ta­ña o la sel­va a la tran­qui­li­dad seduc­to­ra en La Haba­na, repre­sen­ta un cam­bio bas­tan­te brusco.

– De pron­to es mucho más agi­ta­da (La Haba­na) de lo que ejer­ce­mos cuan­do esta­mos allá en el terreno en medio de las fuer­zas gue­rri­lle­ras. Es cier­to que aquí sí, hay otras como­di­da­des pero el tra­ba­jo es mucho más inten­so. Las jor­na­das de des­can­so son más redu­ci­das. Y el aspec­to de la pre­sión psi­co­ló­gi­ca se sien­te mucho más acá, por­que está uno aquí pre­pa­ran­do las temá­ti­cas que tie­nen que abor­dar­se en la Mesa. Sin embar­go está el espí­ri­tu allá (en Colom­bia), ¿qué esta ocu­rrien­do, cómo están las cosas? Es decir, esa res­pon­sa­bi­li­dad que car­ga­mos enci­ma no da espa­cio para decir que ¡”vamos a dis­fru­tar”! Para eso no hay espa­cio, por­que el méto­do y la diná­mi­ca es muy agi­ta­do, muy exigente.


Gue­rri­lle­ros de las FARC en el Sur de Bolivar.

Gue­rri­lle­ros rasos y coman­dan­tes negociadores

Le pre­gun­to a Ala­pe sobre qué comen­ta­ban los gue­rri­lle­ros cuán­do él toda­vía esta­ba allá, sen­ta­do en el cam­pa­men­to con los com­ba­tien­tes, miran­do y escu­chan­do los noti­cie­ros de Cara­col y RCN que muchas veces, cuan­do entre­vis­ta­ban o entre­vis­tan a algún per­so­na­je anti-paz, decían que “los coman­dan­tes del Secre­ta­ria­do lo están pasan­do rico, chu­pan­do ron y hacien­do excur­sio­nes en el Cari­be mar azul mien­tras el pobre gue­rri­lle­ro esta en la sel­va, reci­bien­do las bom­bas de 500 libras o el ame­tra­lla­mien­to de los Black & Hawks, inten­tan­do así poner un pie­dra entre el gue­rri­lle­ro raso y los nego­cia­do­res de la insur­gen­cia, en La Habana.

Pas­tor Ala­pe sacu­de la cabe­za y dice:

– En la fuer­za y las bases gue­rri­lle­ras, en todo el cuer­po de man­do está cla­ro que aquí, quie­nes lle­ga­ron a repre­sen­tar a la orga­ni­za­ción, en la Dele­ga­ción de Paz, traen una tarea que es exclu­si­va; explo­rar con fir­me­za los cami­nos para que real­men­te se pue­da cons­truir la paz de Colom­bia. Allá no hay impo­si­cio­nes mez­qui­nas de que ellos están bien. Todos saben que la res­pon­sa­bi­li­dad es muy gran­de. Y ade­más, a cada uno que se le dice;

Cama­ra­da, a Usted le toca salir para La Haba­na la res­pues­ta es la mis­ma: ¡No, cama­ra­da, mán­da­me para otro lado por­que eso allá es muy duro! Allá uno no tie­ne tran­qui­li­dad. Allá hay cáma­ras de tele­vi­sión, los perio­dis­tas ofen­den, le ponen micró­fo­nos, le tiran zan­ca­di­llas para que uno se equi­vo­que. ¡No, no, no, cama­ra­da, es una pre­sión! Yo acá estoy bien. Yo no quie­ro ir para allá”.

Pró­xi­ma para­da: El gue­rri­lle­ro a la Pla­za Pública

Y con la fir­ma de la paz, al gue­rri­lle­ro le toca poner­se en la Pla­za Públi­ca para defen­der y desa­rro­llar un pro­gra­ma polí­ti­co, el sue­ño de la Nue­va Colom­bia por lo cual die­ron la vida miles de gue­rri­lle­ros colom­bia­nos duran­te medio siglo, muje­res y hom­bres que una cas­ta polí­ti­ca y eco­nó­mi­ca mili­ta­ris­ta no pudie­ron, ni siquie­ra con todo el res­pal­do mili­tar y polí­ti­co de Esta­dos Uni­dos, doble­gar o derrotar.

– Aquí esta­mos para gene­rar un país dife­ren­te, bus­can­do la posi­bi­li­dad de avan­zar hacía un país dife­ren­te, por­que es un pro­ce­so lar­go. Cla­ro, se fir­ma la paz y la imple­men­ta­ción requie­re tiempo.

¿Y la corre­la­ción de fuer­za en favor del pue­blo para que real­men­te haya un con­ten­di­do en esa firma?

– Esto tie­ne que cul­mi­nar en una Asam­blea Nacio­nal Cons­ti­tu­yen­te que sea la que refren­de esos acuer­dos y que­de como un man­da­to de toda la nación para que la paz real­men­te sea el sen­ti­mien­to de todo el país, de todos los colom­bia­nos. Y eso da segu­ri­dad de que real­men­te no vuel­va Colom­bia a unos espa­cios his­tó­ri­cos de vio­len­cia y de bar­ba­ri­dad como nos ha ocurrido.

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Los para­mi­li­ta­res muer­tos con cédu­la del Minis­te­rio de Defensa

El repor­te­ro sue­co Dick Ema­nuels­son entre­vis­tó en enero de 2001 a Pas­tor Ala­pe des­pués que la gue­rri­lla había dado de baja a once para­mi­li­ta­res e heri­do dece­nas en las tomas de cin­co for­ti­fi­ca­cio­nes para­mi­li­ta­res. Éste es su rela­to de esos días sacu­di­dos cuan­do topó con el coman­dan­te Pas­tor Ala­pe en la mon­ta­ña del Sur de Bolívar.

Por Dick Emanuelsson

Fue de pura casua­li­dad que los entre­vis­té en enero del 2001. Los diri­gen­tes de la Aso­cia­ción Cam­pe­si­na del Valle del Río Cimi­ta­rra habían orga­ni­za­do una expe­di­ción de acom­pa­ña­mien­to de varios camio­nes car­ga­dos de ali­men­ta­ción y medi­ca­men­tos para las fami­lias de la Zona de Reser­va Cam­pe­si­na. Éra­mos unos 15 repor­te­ros de la pren­sa colom­bia­na e inter­na­cio­nal. Entre noso­tros había un perio­dis­ta y fotó­gra­fo de New York Times.


Los camio­nes son des­car­ga­dos por las fami­lias cam­pe­si­nas de todas las edades.

La idea era acom­pa­ñar esos camio­nes como para for­mar un tipo de “escu­do humano perio­dís­ti­co”. Moti­vos no les fal­ta­ban a los diri­gen­tes cam­pe­si­nos. Por­que la alian­za Ejér­ci­to-Para­mi­li­ta­res tenía des­de hacía varios meses un cer­co alre­de­dor de la Zona de Reser­va Cam­pe­si­na en el Valle de Cimi­ta­rra. El moti­vo era evi­tar el ingre­so de abas­te­ci­mien­to a la pobla­ción cam­pe­si­na, acu­sa­da por esa san­ta alian­za de ser auxi­lia­do­res a la guerrilla.

Retén del Ejér­ci­to y de los paramilitares


Un diri­gen­te cam­pe­sino es entre­vis­ta­do por perio­dis­ta de Caracol.

Pasa­mos el reten mili­tar en el muni­ci­pio de Yon­dó, al lado del Río Mag­da­le­na y lle­ga­mos des­pués de una hora de via­je al case­río San Fran­cis­co. Los repor­te­ros hici­mos nues­tro tra­ba­jo, entre­vis­tan­do a los cam­pe­si­nos y las fami­lias para saber cuál era el ver­da­de­ro pro­ble­ma. Por­qué el Ejér­ci­to Nacio­nal en una alian­za abier­ta con el para­mi­li­ta­ris­mo había asu­mi­do la tarea de uti­li­zar el ham­bre y las enfer­me­da­des como arma para doble­gar a los cam­pe­si­nos, o que se vol­vie­ran sapos al ser­vi­cio de la inte­li­gen­cia mili­tar. Ese día los para­mi­li­ta­res habían reti­ra­do su retén para evi­tar publi­ci­dad en los medios de comu­ni­ca­ción. Ese retén esta­ba ubi­ca­do solo a diez minu­tos del retén del Ejército.

Mis cole­gas con­ten­tos con una o dos entre­vis­tas, subie­ron a las camio­ne­tas para regre­sar a Yon­dó. Cru­zar el Río Mag­da­le­na y lle­gar a Barran­ca­ber­me­ja, el com­ba­ti­vo cen­tro petro­le­ro, y de ahí volar de vuel­ta a Bogo­tá, lejos de mili­ta­res y paramilitares.

Pro­yec­to de búfa­los y combates

Yo tenía otros pla­nes. Había acor­da­do con los cam­pe­si­nos hacer un repor­ta­je sobre el pro­yec­to de los búfa­los en el case­río Puer­to Matil­de, al otro día. Es un lin­do pro­yec­to ava­la­do y en par­te finan­cia­do por el Ban­co Mun­dial. Me que­dé por la noche en un humil­de hos­tal en Puer­to Matil­de cuan­do de repen­te, a las 2 de la madru­ga­da, sen­tía que la tie­rra tem­bla­ba como fue­ra un terre­mo­to. Salí, por­que escu­ché voces al lado la casa y pre­gun­té a los cam­pe­si­nos que lo que pasa­ba, por­que se escu­cha­ba el ra-ta- ra-ta- ra-ta-ra-ta de las ametralladoras.

– Es que la gue­rri­lla, una fuer­za com­bi­na­da entre las FARC y ELN está ata­can­do a las for­ti­fi­ca­cio­nes que tie­nen ´los para­cos´ ahí arri­ba en la mon­ta­ña, me res­pon­dió un campesino.

Al otro día paré a un joven gue­rri­lle­ro que pasa­ba por el pue­blo y le dije que se comu­ni­ca­ra con su jefe para que me lle­va­ra para arri­ba para a la mon­ta­ña para hacer un repor­ta­je. “Será difí­cil, pero voy a inten­tar”, con­tes­tó. Media hora des­pués vino y me dijo;

¡”Alís­ta­te, mono (rubio), en 15 minu­tos nos vamos”!


El repor­te­ro sue­co en caba­llo pres­ta­do para poder sopor­tar las tro­chas, las mon­ta­ñas y que­bra­das. Foto: Gue­rri­lle­ro de las FARC.
“¿Para­co o Guerrillero?”

Y así fue. Por el río, por las tro­chas y la sel­va cami­ná­ba­mos todo un día has­ta lle­gar, a las 5 de la tar­de, al lugar cer­cano, por los com­ba­tes. Al otro día iría al cam­pa­men­to para­mi­li­tar don­de había trin­che­ras por todos lados, dis­pues­tos a repe­lar cual­quier ata­que de la gue­rri­lla. Des­de el aire, a tra­vés de un heli­cóp­te­ro blan­co, los para­mi­li­ta­res reci­bie­ron sumi­nis­tro. “A veces se encon­tra­ba con el heli­cóp­te­ro del Ejér­ci­to Nacio­nal y se salu­da­ron en el aire”, rela­tó Manuel, un gue­rri­lle­ro de medio man­do cuan­do cami­ná­ba­mos por el cam­pa­men­to don­de los para­mi­li­ta­res habían teni­do once bajas.


El cilin­dro de gas de 100 libras se usa como “cañón”. Fue­ron lle­va­dos por mulas al filo de la mon­ta­ña, car­ga­dos de metralla.

Otro gue­rri­lle­ro me con­ta­ba cómo se ini­ció el combate:

– Lle­ga­mos con las mulas que trans­por­ta­ban los “caño­nes”, cilin­dros (de gas) de 100 libras que fun­cio­nan como caño­nes. Aden­tro colo­ca­mos las bom­bas, cilin­dros de 40 libras, lle­nos de metra­lla, pól­vo­ra entre otras cosas.

– Los gue­rri­lle­ros nos meti­mos en las trin­che­ras y en una me topé con un para­co que en la oscu­ri­dad me pre­gun­ta­ba; “¿Para­co o Gue­rri­lle­ro?”, y le con­tes­té ¡”GUERRILLERO”! y abrí fuego.

Mien­tras está­ba­mos ahí sen­tí pri­me­ro la pre­sión y en menos de un segun­do se escu­cha­ba la terri­ble detención.

– ¡Tran­qui­los! Decían un gue­rri­lle­ro que venía corrien­do para dar su repor­te que lo que había pasado.

– Fue una galli­na del mon­te que se enre­dó en los hilos de las minas sem­bra­das y se voló, decía con una risa. Pues para mí no fue tan chis­to­so por que sen­tía que las pier­nas se tem­bla­ban por el susto.


Reti­rán­do­se del cam­po de bata­lla gue­rri­lle­ros de las FARC en el sur de Bolivar.

De las Fuer­zas Espe­cia­les a los paramilitares

Lo intere­san­te de ese repor­ta­je era el ori­gen de sie­te de los once para­mi­li­ta­res aba­ti­dos por los gue­rri­lle­ros de Pas­tor Ala­pe y el coman­dan­te Gallar­do, del ELN. Los sie­te para­mi­li­ta­res habían per­te­ne­ci­do o per­te­ne­cían toda­vía a la Con­tra­gue­rri­lla, es decir, las Fuer­zas Espe­cia­les del Ejér­ci­to Nacio­nal, asa­la­ria­dos para com­ba­tir la gue­rri­lla. Gene­ral­men­te hacen cua­tro años y pue­den pro­lon­gar con otros años.

Pero los para­mi­li­ta­res ofre­cían el doble suel­do, por lo cual muchos pro­fe­sio­na­les de las FF​.MM. entra­ban a las AUC para poder sos­te­ner a sus fami­lias. Esa es la cru­da reali­dad colom­bia­na. Hay muy pocas fuen­tes de tra­ba­jo, pero la gue­rra del Esta­do siem­pre tie­ne sus puer­tas abiertas.

El repor­ta­je fue publi­ca­do en el sema­na­rio VOZ la sema­na siguien­te. El tex­to fue ilus­tra­do con las cédu­las que con­fir­ma­ban la alian­za Esta­do-Para­mi­li­ta­ris­mo. Fue tan con­tun­den­te que has­ta El Tiem­po y la emi­so­ra Radio Net regis­tró el hecho en el Cerro Para­guas, el lugar don­de más de 110 para­mi­li­ta­res logra­ron huir cru­zan­do la Cié­na­ga de San Loren­zo que per­te­ne­ce el muni­ci­pio de Can­ta­ga­llo, dece­nas de ellos gra­ve­men­te heri­dos en las trin­che­ras esa noche enero 2001.


Un para­mi­li­tar con su bra­za­le­te de “AUC”.


Los car­nés de iden­ti­dad deco­mi­sa­dos de los para­mi­li­ta­res dados de baja por la gue­rri­lla que con­fir­ma que han sido, en su mayo­ría, ex inte­gran­tes de las Fuer­zas Espe­cia­les del Ejér­ci­to Nacional.

Sobre esto u otros temas con­ver­sé con Pas­tor Ala­pe y el coman­dan­te Gallar­do del ELN.

¡”Bájen­se Hijos de Putas”!

Regre­sé a Puer­to Matil­de des­pués dos noches en las cer­ca­nías don­de los para­mi­li­ta­res habían sem­bra­do terror y muer­te. Pero por el momen­to habían sido neutralizados.

En Puer­to Matil­de hice el repor­ta­je y entre­vis­tas con los cam­pe­si­nos sobre el pro­yec­to de los búfa­los que el año pasa­do fue­ron pre­mia­dos internacionalmente.


Deli­cio­so que­so, pro­duc­to de los búfalos.

En una lan­cha cru­cé el Río Cimi­ta­rra para vol­ver, jun­to con cam­pe­si­nos en una camio­ne­ta, hacía el muni­ci­pio del Yon­dó y Barran­ca­ber­me­ja. Ya esta­ba un retén de las FARC a la ori­lla del río cuan­do lle­gó la lan­cha. Los gue­rri­lle­ros solo mira­ban a los ros­tros de los pasa­je­ros e hicie­ron señas para que siguié­ra­mos el via­je. Duró apro­xi­ma­da­men­te una hora, o diez minu­tos antes de entrar al cas­co urbano del Yon­dó. Ahí esta­ban los paramilitares.

– ¡”Bájen­se Hijos de Putas”! gri­tó un para­co al mis­mo tiem­po que dis­pa­ró al aire con su AKA. Aho­ra enten­día por qué los cam­pe­si­nos se habían que­da­do total­men­te sin pala­bras unos diez minu­tos antes de que lle­gá­ra­mos al retén paramilitar.

El jefe de los para­cos reci­bió los car­nés de iden­ti­dad y los estu­dia­ba en silen­cio. Yo esta­ba preo­cu­pa­do por los tres rollos de foto que había toma­do duran­te un repor­ta­je que con­te­nía todo lo que un repor­te­ro quie­re y nece­si­ta. Por for­tu­na no pasó nada.

La camio­ne­ta voló de ahí y cin­co minu­tos más allá lle­ga­mos al retén del Ejér­ci­to Nacio­nal. Tuve que movi­li­zar todos los esfuer­zos para aguan­tar las ganas de pre­gun­tar al ofi­cial ¿por qué tole­ra­ba la pre­sen­cia de los para­mi­li­ta­res casi a la vis­ta? Pero me que­dé calla­do para sal­var el mate­rial de audio y el mate­rial gráfico.


Río Cimi­ta­rra, una región de un paraí­so de lo mejor de la natu­ra­le­za colombiana.

La Fis­cal con­vir­tió el fotó­gra­fo a guerrillero

No me ima­gi­na­ba yo, que en agos­to de 2012, casi doce años des­pués el repor­ta­je, esas fotos serían obje­to por la fis­ca­lía colom­bia­na. En el jui­cio con­tra Joa­quín Pérez, ANNCOL, acu­sa­do de ser de la comi­sión inter­na­cio­nal de las FARC, la fis­cal, cuan­do me inte­rro­ga­ba a mí, en cali­dad de tes­ti­go soli­ci­ta­do por la defen­sa de Pérez, sos­tu­vo que yo era uno de los jóve­nes gue­rri­lle­ros que poseía al lado Pas­tor Alape.

Unos de los detec­ti­ves de la fis­cal había des­car­ga­do la foto de la pági­na de la Agen­cia de Pren­sa Rural en inter­net y me acu­só de ser un gue­rri­lle­ro de unos 20 – 22 años. Le decía a la fis­cal, que muchas gra­cias por las flo­res, pero ten­go que decep­cio­nar­la por que yo, cuan­do YO toma­ba la foto ahí en la mon­ta­ña el 2001, tenía ya 49 años. El juez y el defen­sor de Pérez pro­tes­ta­ban y la “prue­ba rei­na” fue bota­da a la papelera.

“La Vida te da sor­pre­sa”, como can­ta Rubén Blades.


El ter­cer gue­rri­lle­ro de izquier­da sería el repor­te­ro sue­co (en la enmar­ca­da foto), según la fiscal.

Foto : Pas­tor Ala­pe, miem­bro del Secre­ta­ria­do del Esta­do Mayor Central.

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