Catá­lo­go de nue­vos “terro­ris­tas” según la refor­ma penal pac­ta­da por PP y PSOE

Con la expues­ta inten­ción de hacer fren­te al fenó­meno yiha­dis­ta, el Par­ti­do Popu­lar y el PSOE han pac­ta­do una refor­ma del Códi­go Penal que extien­de la defi­ni­ción de «terro­ris­mo» a con­duc­tas que nada tie­nen que ver con los deli­tos que pue­dan come­ter inte­gris­tas islá­mi­cos, según coin­ci­den los exper­tos con­sul­ta­dos. Más allá de la opo­si­ción a la pri­sión per­ma­nen­te revi­sa­ble, los socia­lis­tas pres­tan su apo­yo a un con­cep­to de terro­ris­mo sobre el que otros miem­bros de la opo­si­ción, acti­vis­tas y cate­drá­ti­cos de Dere­cho Penal dan la voz de alar­ma: el tex­to de la pro­po­si­ción de ley intro­du­ce con­cep­tos tan amplios y vagos que actos que has­ta aho­ra mere­cían un deter­mi­na­do repro­che penal pasa­rán a ser cas­ti­ga­dos con la seve­ri­dad que mere­ce un acto terro­ris­ta. En con­cre­to, la refor­ma del artícu­lo 573 del Códi­go Penal esta­ble­ce como deli­tos terro­ris­tas los «des­ór­de­nes públi­cos» u otros con­tra el patri­mo­nio si con ellos se pre­ten­de «obli­gar a los pode­res públi­cos a rea­li­zar un acto o abs­te­ner­se de hacer­lo» o, sim­ple­men­te, «alte­rar gra­ve­men­te la paz públi­ca». Estas son las accio­nes y gru­pos sus­cep­ti­bles de ser inves­ti­ga­dos, dete­ni­dos, juz­ga­dos y con­de­na­dos por terro­ris­mo a par­tir de la refor­ma acor­da­da por el PSOE y el PP. Veci­nos de Gamo­nal y otros barrios Los par­ti­ci­pan­tes en los dis­tur­bios del barrio bur­ga­lés de Gamo­nal pre­ten­dían parar las obras en un bule­var apro­ba­das por el Ayun­ta­mien­to de la ciu­dad. Lo que hicie­ron se pue­de tra­du­cir por­que algu­nos pro­tes­ta­ron de for­ma vio­len­ta con la inten­ción de obli­gar a un «poder públi­co» a rec­ti­fi­car y «abs­te­ner­se» de lle­var a cabo su pro­yec­to. La afir­ma­ción enca­ja con la nue­va redac­ción del artícu­lo 573 del Códi­go Penal que el PP y el PSOE quie­ren apro­bar. De haber esta­do en vigor la refor­ma del Códi­go Penal que han apro­ba­do los dos par­ti­dos, los cau­san­tes de lesio­nes a los poli­cías anti­dis­tur­bios podrían haber sido con­de­na­dos a 15 años de pri­sión. El Minis­te­rio del Inte­rior difun­dió la supues­ta vin­cu­la­ción de algu­nos vio­len­tos lle­ga­dos de fue­ra con gru­pos pró­xi­mos al terro­ris­mo, aun­que los datos del Tri­bu­nal Supe­rior de Jus­ti­cia de Cas­ti­lla y León des­cri­bían a un mani­fes­tan­te resi­den­te en el barrio y sin ante­ce­den­tes, sal­vo en dos excep­cio­nes. Con la refor­ma pac­ta­da, suce­sos como los de Gamo­nal «acti­va­rán la legis­la­ción» en esta mate­ria anti­te­rro­ris­ta, advier­te el cate­drá­ti­co de Dere­cho Penal Jaco­bo Dopi­co. Y aña­de: «Apar­te de la mayor gra­ve­dad de la reac­ción penal, deben men­cio­nar­se otras gra­ví­si­mas con­se­cuen­cias, como una deten­ción poli­cial por cin­co días o la inter­cep­ta­ción de las comu­ni­ca­cio­nes sin auto­ri­za­ción judi­cial pre­via». Defen­so­res del medio ambien­te y los dere­chos de los ani­ma­les ¿Alte­ran gra­ve­men­te la «paz públi­ca» los acti­vis­tas que se plan­tan en Tor­de­si­llas todos los años para impe­dir la cele­bra­ción del Toro de la Vega? En caso afir­ma­ti­vo, ya exis­te el pri­mer indi­cio de terro­ris­mo. ¿No pre­ten­den que las auto­ri­da­des prohí­ban la fies­ta? Otra res­pues­ta posi­ti­va les sitúa direc­ta­men­te en el radar de la lucha anti­te­rro­ris­ta. ¿Y las orga­ni­za­cio­nes ani­ma­lis­tas que asal­tan gran­jas don­de se mal­tra­ta a los ani­ma­les? ¿No lle­van a cabo un deli­to con­tra el patri­mo­nio con la inten­ción de cam­biar la legis­la­ción que no cas­ti­ga la cría de ani­ma­les en deter­mi­na­das con­di­cio­nes? Con otras dos res­pues­tas afir­ma­ti­vas a estas pre­gun­tas, la suer­te de los ani­ma­lis­tas esta­rá echa­da cuan­do se aprue­be la refor­ma del PP y el PSOE, según los pena­lis­tas con­sul­ta­dos. El tri­bu­nal com­pe­ten­te para ins­truir y juz­gar los deli­tos de terro­ris­mo es la Audien­cia Nacio­nal. Siem­pre cabe la posi­bi­li­dad de que la redac­ción ambi­gua de la ley per­mi­ta al magis­tra­do ins­truc­tor recha­zar un pro­ce­so por terro­ris­mo y deri­var las denun­cias con­tra los ani­ma­lis­tas a un juz­ga­do ordi­na­rio. Pero antes de que eso ocu­rra, coin­ci­de el cate­drá­ti­co de la Uni­ver­si­dad Autó­no­ma Manuel Can­cio, los par­ti­ci­pan­tes en las pro­tes­tas podrán ser inves­ti­ga­dos y dete­ni­dos por uni­da­des poli­cia­les anti­te­rro­ris­tas, sus comu­ni­ca­cio­nes inter­ve­ni­das sin auto­ri­za­ción judi­cial pre­via y su arres­to trans­cu­rri­rá en régi­men de inco­mu­ni­ca­ción, inclu­so por un espa­cio máxi­mo de cin­co días. A todo esto cabría sumar el tra­ta­mien­to mediá­ti­co que Inte­rior da a los sos­pe­cho­sos de terro­ris­mo. Según los exper­tos con­sul­ta­dos, la pro­po­si­ción de ley del PP y el PSOE per­mi­te todo ello. Bajo estos mis­mos pará­me­tros, Fuer­zas de Segu­ri­dad y jue­ces ten­drían res­pal­do legal para res­pon­der con ope­ra­cio­nes anti­te­rro­ris­tas con­tra aque­llos que pro­ta­go­ni­cen actua­cio­nes con fuer­za con­tra la cons­truc­ción de cen­tra­les nuclea­res y otras obras sus­cep­ti­bles de dañar el medio ambien­te. Para ello no será nece­sa­rio que aten­ten con­tra per­so­nas, bas­ta­rá con que lo hagan con­tra el «patri­mo­nio». Habi­tua­les en desahu­cios, escra­ches y pro­tes­tas con­tra las pri­va­ti­za­cio­nes Des­de que exis­te la Pla­ta­for­ma Anti­de­sahu­cios, más de 1.000 des­alo­jos han sido abor­ta­dos en Espa­ña. Esto es, en un millar de oca­sio­nes, un gru­po de per­so­nas ha impe­di­do a la comi­sión del juz­ga­do, even­tual­men­te apo­ya­da por la poli­cía, eje­cu­tar el man­da­mien­to de desahu­cio. Tra­du­ci­do al nue­vo tex­to legal, los acti­vis­tas han impe­di­do a un poder públi­co rea­li­zar una acción. Y para hacer­lo han incu­rri­do en des­ór­de­nes públi­cos. Si no han sido gra­ves, se enfren­tan a una mul­ta que pue­de alcan­zar los 30.000 euros, según la nue­va Ley de Segu­ri­dad Ciu­da­da­na. En el caso de que se tra­te de hechos gra­ves, debe­rán ate­ner­se a los deli­tos de terro­ris­mo que reco­ge­rá el nue­vo artícu­lo 573 del Códi­go Penal. ¿Qué dife­ren­cia una resis­ten­cia a la auto­ri­dad sus­cep­ti­ble de mul­ta de otra de carác­ter gra­ve? Aquí entra la refor­ma del Códi­go Penal que ha apro­ba­do el PP en soli­ta­rio y que no alu­de, en prin­ci­pio, al terro­ris­mo. Según el nue­vo tex­to, come­te­rá un acto gra­ve de des­ór­de­nes públi­cos el que se nie­gue a aban­do­nar un lugar, solo a tra­vés de la resis­ten­cia pasi­va, sin nece­si­dad de que recu­rra a la vio­len­cia. Las actua­cio­nes con­tra los desahu­cios dejan a menu­do imá­ge­nes de acti­vis­tas abra­za­dos entre sí y reti­ra­dos a ras­tras por los anti­dis­tur­bios. Para el dipu­tado de Izquier­da Uni­da Gas­par Lla­ma­za­res, la refor­ma anti­te­rro­ris­ta es la ter­ce­ra pata de «un trí­po­de de excep­ción», que se com­ple­ta con la Ley de Segu­ri­dad Ciu­da­da­na y el res­to de la refor­ma del Códi­go Penal. Algo simi­lar ocu­rri­ría con los escra­ches, que tam­bién ha popu­la­ri­za­do en Espa­ña la PAH. Con la cam­pa­ña que empren­die­ron, los acti­vis­tas pre­ten­dían pre­sio­nar a los polí­ti­cos para que vota­ran a favor de una Ini­cia­ti­va Legis­la­ti­va Popu­lar en favor de la dación en pago. Su obje­ti­vo decla­ra­do, por tan­to, era «obli­gar a los pode­res públi­cos a rea­li­zar un acto o abs­te­ner­se de hacer­lo». De nue­vo apa­re­ce la reno­va­da redac­ción del artícu­lo 573 del Códi­go Penal por los gru­pos socia­lis­ta y popu­lar. La mis­ma situa­ción se repe­ti­ría con aque­llos que se vie­ran envuel­tos en «des­ór­de­nes públi­cos» al pro­tes­tar con­tra la pri­va­ti­za­ción de Aena o el Canal de Isa­bel II, como apun­ta el cate­drá­ti­co de la Uni­ver­si­dad Autó­no­ma Manuel Can­cio. Ciber­ac­ti­vis­tas Los acti­vis­tas en la red que han tras­pa­sa­do la línea, según el actual Códi­go Penal, tam­bién tie­nen su apar­ta­do en la refor­ma del artícu­lo 573. Esos deli­tos que come­ten aho­ra pasa­rán a ser terro­ris­mo «cuan­do se come­tan con algu­na de las fina­li­da­des des­cri­tas en el apar­ta­do ante­rior», es decir, para obli­gar a los pode­res públi­cos a rea­li­zar algo o a dejar de hacer­lo, alte­rar gra­ve­men­te la paz públi­ca o «des­es­ta­bi­li­zar gra­ve­men­te el fun­cio­na­mien­to de una orga­ni­za­ción inter­na­cio­nal». Esta últi­ma inten­cio­na­li­dad, apli­ca­ble no solo a los hac­kers, adquie­re cier­ta rele­van­cia cuan­do se habla de ellos. En el caso de que uno o varios de estos hac­kers deci­dan asal­tar los archi­vos infor­má­ti­cos de, por ejem­plo, el Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal, esta­rán incu­rrien­do en un deli­to de terro­ris­mo, según la pró­xi­ma legis­la­ción espa­ño­la. El artícu­lo 197 bis del Códi­go Penal
actual cas­ti­ga con pri­sión de entre seis meses y dos años a quien, «por cual­quier medio o pro­ce­di­mien­to y vul­ne­ran­do las medi­das de segu­ri­dad esta­ble­ci­das para impe­dir­lo, acce­da sin auto­ri­za­ción a datos o pro­gra­mas infor­má­ti­cos con­te­ni­dos en un sis­te­ma infor­má­ti­co». Con el tex­to que pre­sen­tan el PSOE y el PP, los hac­kers podrán ser per­se­gui­dos por eso mis­mo en cali­dad de pre­sun­tos terro­ris­tas. Así será cuan­do obten­gan infor­ma­cio­nes vio­lan­do la segu­ri­dad infor­má­ti­ca de per­so­nas o ins­ti­tu­cio­nes. En oca­sio­nes se tra­ta de espio­na­je empre­sa­rial o pira­te­ría infor­má­ti­ca, pero en otras se ha tra­ta­do de obte­ner infor­ma­ción rele­van­te para los ciu­da­da­nos por la gra­ve­dad de los hechos que hacen aflo­rar. De no haber sido sus­traí­dos y entre­ga­dos a los medios de comu­ni­ca­ción, nun­ca se hubie­ran cono­ci­do. En el cam­po que afec­ta a los ciber­ac­ti­vis­tas, el abo­ga­do y direc­tor jurí­di­co de la Pla­ta­for­ma por la Defen­sa de la Liber­tad de Expre­sión (PDLI), Car­los Sán­chez Almei­da, des­ta­ca el caso de los impu­tados en un juz­ga­do de Gijón por tum­bar la web de la Jun­ta Elec­to­ral Cen­tral duran­te las pro­tes­tas del 15M rea­li­za­das en 2011 en fechas no auto­ri­za­das por su pro­xi­mi­dad a las elec­cio­nes auto­nó­mi­cas y muni­ci­pa­les. Con el pró­xi­mo Códi­go Penal, advier­te el letra­do, podrían ser acu­sa­dos de un deli­to de terro­ris­mo. Tui­te­ros, al lími­te La pró­xi­ma legis­la­ción anti­te­rro­ris­ta abar­ca­rá los deli­tos come­ti­dos por quie­nes difun­dan «públi­ca­men­te men­sa­jes o con­sig­nas que ten­gan como fina­li­dad o que, por su con­te­ni­do, sean idó­neos para inci­tar a otros a la comi­sión de alguno de los deli­tos de este capí­tu­lo». Esos deli­tos, como se men­cio­na ante­rior­men­te, no tie­nen por qué estar vin­cu­la­dos nece­sa­ria­men­te con el terro­ris­mo yiha­dis­ta y podrían come­ter­se duran­te una pro­tes­ta que deri­ve en alter­ca­dos. En este sen­ti­do, Sán­chez Almei­da des­ta­ca la «ambi­güe­dad» de la expre­sión «sean idó­neos» como sopor­te para per­se­guir como terro­ris­tas infi­ni­dad de men­sa­jes difun­di­dos a tra­vés de las redes socia­les, como ha ocu­rri­do en algu­nas de las con­vo­ca­to­rias post-15M.

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