Des­abas­te­ci­mien­to como arma de gue­rra, Chi­le y Vene­zue­la, 40 años des­pués- Car­los Casanueva

No es casual que el cer­ce­na­do pro­yec­to de socia­lis­mo demo­crá­ti­co en el Chi­le de los 70, se haya cola­do en el dis­cur­so habi­tual de los vene­zo­la­nos y en toda dis­cu­sión cuan­do se habla de gue­rra eco­nó­mi­ca en Vene­zue­la. Las simi­li­tu­des de ambos esce­na­rios sal­tan a la vis­ta, como si de una mis­ma rece­ta se tra­ta­ra , no obs­tan­te los más de 40 años que nos sepa­ran del Gobierno de Sal­va­dor Allen­de , quien triun­fa como el pri­mer pre­si­den­te socia­lis­ta ele­gi­do por voto popu­lar. La dere­cha chi­le­na de ese enton­ces, al igual que nues­tra dere­cha eco­nó­mi­ca y polí­ti­ca, uti­li­zó el des­abas­te­ci­mien­to como arma de gue­rra, res­pon­dien­do no a un plan espon­ta­neo o fru­to de tal o cual medi­da guber­na­men­tal, si no cum­plien­do a caba­li­dad un plan fra­gua­do en los Esta­dos Uni­dos de Amé­ri­ca., inclu­so con ante­la­ción a que Allen­de asu­mie­ra el poder.
El plan de des­es­ta­bi­li­za­ción, del cual hoy exis­ten abun­dan­tes prue­bas, en par­ti­cu­lar una serie de docu­men­tos des­cla­si­fi­ca­dos el año 1995 , dio vida al “Pro­yec­to FUBELT” el cual fue diri­gi­do por la CIA y el secre­ta­rio de Esta­do Henry Kis­sin­ger , quien bajo las órde­nes Richard Nixon, se dio a la tarea de a tra­vés de una serie de ope­ra­cio­nes encu­bier­tas, ase­gu­rar el fin de la demo­cra­cia chi­le­na, la cual sucum­bió fren­te a un cruen­to gol­pe de esta­do, el 11 de Sep­tiem­bre de 1973.
Es así como el Chi­le de los 70 , se pare­ce tal vez dema­sia­do a la Vene­zue­la de hoy, lar­gas colas, aca­pa­ra­mien­to, mer­ca­do negro, esca­sez pro­vo­ca­da, todo ello bajo una fuer­te gue­rra comu­ni­ca­cio­nal que bus­ca, lejos de solu­cio­nar el pro­ble­ma , agravarlo.
Las lec­cio­nes que nos deja la expe­rien­cia chi­le­na son cla­ras y es nece­sa­rio tomar­las en serio, en par­ti­cu­lar los con­fun­di­dos y los que dudan, por­que el “reme­dio” fue lejos peor que las difi­cul­ta­des que sufrie­ron los chi­le­nos antes del Golpe.
No hay duda sin embar­go, que la Vene­zue­la de hoy no es el Chi­le de los 70. Vene­zue­la ha cons­trui­do una nue­va geo­po­lí­ti­ca blin­da­da con­tra las sali­das incons­ti­tu­cio­na­les, el coman­dan­te Chá­vez así lo enten­dió, no esta­mos ais­la­dos, tene­mos a UNASUR, CELAC, MERCOSUR, ALBA etc. Por otra par­te los mili­ta­res vene­zo­la­nos no son los fas­cis­tas chi­le­nos y la uni­dad cívi­co mili­tar se ha con­so­li­da­do en estos 15 años, así como la orga­ni­za­ción del pueblo.
No obs­tan­te lo ante­rior nece­sa­rio enten­der que uno de los pun­tos más débi­les del gobierno Allen­dis­ta fue que no con­ta­ba con una mayo­ría par­la­men­ta­ria, de allí que las elec­cio­nes de este año sean cru­cia­les para la con­ti­nui­dad del pro­ce­so, esto últi­mo, es nece­sa­rio tener­lo más que presente.
Car­los Casa­nue­va, Inter­na­cio­na­lis­ta, miem­bro del Par­ti­do Comu­nis­ta Chi­leno y Secre­ta­rio Eje­cu­ti­vo del Movi­mien­to Con­ti­nen­tal Boli­va­riano MCB.

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