Esta­dos Uni­dos lle­va a cabo ope­ra­cio­nes mili­ta­res encu­bier­tas en 105 países

Al final de la noche subie­ron al avión V‑22 de des­pe­gue ver­ti­cal. Des­pués de poner pie a tie­rra en una región remo­ta de uno de los paí­ses más volá­ti­les del mun­do, asal­ta­ron una aldea y pron­to se vie­ron envuel­tos en un letal tiro­teo. Era la segun­da vez en dos sema­nas que ese gru­po de eli­te de SEAL de la mari­na de Esta­dos Uni­dos tra­ta­ba de res­ca­tar al fotó­gra­fo y perio­dis­ta esta­dou­ni­den­se Luke Somers. Y la segun­da vez que fallaban.
El 6 de diciem­bre de 2014, un gru­po de unos 36 coman­dos de Esta­dos Uni­dos fuer­te­men­te arma­dos, ope­ran­do con infor­ma­ción obte­ni­da por saté­li­te, dro­nes y dis­po­si­ti­vos de escu­cha de últi­ma gene­ra­ción, equi­pa­dos con gafas de visión noc­tur­na y res­pal­da­das por tro­pas espe­cia­les de Yemen, se enfren­ta­ron a tiros con una media doce­na de mili­tan­tes de al-Qae­da en la Penín­su­la Ará­bi­ga. Cuan­do todo aca­bó, Somers esta­ba muer­to, lo mis­mo que Pie­rre Kor­kie, un maes­tro sura­fri­cano al que pla­nea­ban dejar en liber­tad al día siguien­te. Según infor­ma­cio­nes loca­les, los coman­dos tam­bién mata­ron a ocho civi­les. La mayor par­te de los mili­tan­tes huyeron.
Estos san­grien­tos epi­so­dios fue­ron, depen­dien­do de vues­tro pun­to de vis­ta, un final de año de igno­mi­nia para unas fuer­zas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les de Esta­dos Uni­dos des­ple­ga­da a nive­les cer­ca­nos al récord o un comien­zo de año poco aus­pi­cio­so, un nue­vo año que ya está en camino de alcan­zar mar­cas simi­la­res, o inclu­so superarlas.
Duran­te al año fis­cal que ter­mi­nó el 30 de sep­tiem­bre de 2014, las fuer­zas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les (SOF, por sus siglas en inglés) se des­ple­ga­ron en 133 paí­ses –más o menos el 70 por cien­to de las nacio­nes del mun­do–, según el tenien­te coro­nel Robert Bockholt, ofi­cial de asun­tos públi­cos del Coman­do de Ope­ra­cio­nes Espa­cia­les de Esta­dos Uni­dos (SOCOM, por sus siglas en inglés). Esto rema­tó un perio­do en el que las fuer­zas más selec­tas del país estu­vie­ron acti­vas en más de 150 paí­ses del orbe, rea­li­zan­do misio­nes que iban des­de la muer­te o cap­tu­ra en asal­tos noc­tur­nos a ejer­ci­cios de adies­tra­mien­to. 2015 pue­de ser un año en el que se rom­pan récords. Ape­nas un día des­pués del falli­do asal­to que aca­bó con la vida de Luke Somers –cuan­do habían pasa­do solo 66 días del año fis­cal 2015– las fuer­zas más selec­tas de Esta­dos Uni­dos habían pisa­do el sue­lo de 105 paí­ses, apro­xi­ma­da­men­te un 80 por cien­to del total de 2014.
A pesar de esta esca­la y este ámbi­to tan vas­tos, esta gue­rra secre­ta que se com­ba­te en casi todo el pla­ne­ta es des­co­no­ci­da para la mayo­ría de los esta­dou­ni­den­ses. A dife­ren­cia del desas­tre de diciem­bre en Yemen, la gran mayo­ría de las ope­ra­cio­nes espe­cia­les per­ma­ne­cen com­ple­ta­men­te en la som­bra, ocul­tas a toda super­vi­sión exter­na o al escru­ti­nio de los medios. De hecho, apar­te de la esca­sa infor­ma­ción reve­la­da por la muy selec­ti­va cober­tu­ra de los medios mili­ta­res, las fil­tra­cio­nes ofi­cia­les de la Casa Blan­ca, el pro­pio SEAL cuan­do quie­re ven­der algo y unos pocos perio­dis­tas cui­da­do­sa­men­te esco­gi­dos que infor­man sobre temas esco­gi­dos con sumo e igual cui­da­do, la mayor par­te de lo que hacen estos gru­pos espe­cia­les nun­ca se some­te a un examen impor­tan­te, lo que no hace más que aumen­tar las posi­bi­li­da­des de reper­cu­sio­nes impre­vis­tas y con­se­cuen­cias catastróficas.
La edad dora­da de las ope­ra­cio­nes encubiertas
“El Coman­do está en su abso­lu­to apo­geo. Cier­ta­men­te, esta es la edad dora­da de las ope­ra­cio­nes espe­cia­les”. Estas pala­bras las dijo el gene­ral Joseph Votell III, gra­dua­do en West Point y “ran­ger” del ejér­ci­to, en el momen­to de asu­mir la jefa­tu­ra del SOCOM el pasa­do agosto.
Su retó­ri­ca qui­zá fue­ra de alto vue­lo, pero de nin­gún modo hiper­bó­li­ca. Des­de el 11 de sep­tiem­bre de 2001, las fuer­zas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les de Esta­dos Uni­dos han cre­ci­do en todos los aspec­tos con­ce­bi­bles, inclu­so el núme­ro de inte­gran­tes, su pre­su­pues­to, su peso en Washing­ton y su lugar en el ima­gi­na­rio de la pobla­ción del país. Por ejem­plo, SOCOM ha más que dupli­ca­do su per­so­nal, des­de los apro­xi­ma­da­men­te 33.000 en 2001 a los cer­ca de 70.000 de hoy en día, inclu­yen­do un sal­to de unos 8.000 hom­bres duran­te los tres años de la titu­la­ri­dad del recien­te­men­te reti­ra­do jefe de SOCOM, el almi­ran­te William McRaven.
Estos núme­ros, impre­sio­nan­tes como son, no dan una idea cabal de la natu­ra­le­za de la expan­sión y cre­ci­mien­to del alcan­ce mun­dial de las fuer­zas más selec­tas de Esta­dos Uni­dos en estos años. Para esto, lo más apro­pia­do es un resu­men de la estruc­tu­ra de SOCOM y su siem­pre cre­cien­te coman­do de ope­ra­cio­nes especiales.
La par­te del león de las tro­pas que for­man SOCOM son los Ran­gers, los Boi­nas Rojas y otros sol­da­dos del ejér­ci­to, segui­dos de los coman­dos de la Fuer­za Aérea, los SEAL, las tri­pu­la­cio­nes de com­ba­te de embar­ca­cio­nes nava­les espe­cia­les de la Mari­na, lo mis­mo que un con­tin­gen­te más peque­ño de infan­tes de mari­na (mari­nes). Pero solo es posi­ble tener una noción de la capa­ci­dad expan­si­va del coman­do cuan­do se con­si­de­ra el alcan­ce com­ple­to de los “coman­dos sub-uni­fi­ca­dos” en que están divi­di­das esas tro­pas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les: el nom­bre de SOCAFRICA se expli­ca por sí mis­mo; SOCEUR, el con­tin­gen­te de ámbi­to euro­peo; SOCKOR, dedi­ca­do exclu­si­va­men­te a Corea; SOCPAC, que cubre el res­to de la región asiá­ti­ca y el Pací­fi­co: SOCSOUTH, que rea­li­za misio­nes en Cen­troa­mé­ri­ca, Sura­mé­ri­ca y el Cari­be; SOCCENT, el coman­do sub-uni­fi­ca­do del CENTCOM (coman­do cen­tral de Esta­dos Uni­dos en Orien­te Medio); SOCNORTH, que está dedi­ca­do a la “defen­sa inte­rior”; y JSOC, el tro­ta­mun­dos coman­do de ope­ra­cio­nes espe­cia­les con­jun­tas: un sub-coman­do encu­bier­to (enca­be­za­do antes por McRa­ven y des­pués por Votel) com­pues­to por per­so­nal pro­ve­nien­te de cada rama de las fuer­zas arma­das, inclu­yen­do SEAL, sol­da­dos espe­cia­les tác­ti­cos de la Fuer­za Aérea y otros de la fuer­za Del­ta, del Ejér­ci­to, espe­cia­li­za­dos en el ras­treo y ase­si­na­to de sos­pe­cho­sos de ser terroristas.
Sin embar­go, tam­po­co pen­séis que ya lo sabéis todo. Como resul­ta­do del impul­so dado por McRa­ven para la crea­ción de “una red glo­bal de fuer­zas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les de alia­dos y socios a agen­cias con ideas afi­nes”, ofi­cia­les de enla­ce de ope­ra­cio­nes espe­cia­les (SOLO, por sus siglas en inglés), están hoy “incrus­ta­dos” en 14 emba­ja­das cla­ve de Esta­dos Uni­dos para ase­so­rar las fuer­zas espe­cia­les de varios paí­ses alia­dos. Si bien ya están tra­ba­jan­do en Aus­tra­lia, Bra­sil, Cana­dá, Colom­bia, El Sal­va­dor, Fran­cia, Israel, Ita­lia, Jor­da­nia, Ken­ya, Polo­nia, Perú, Tur­quía y Rei­no Uni­do, el pro­gra­ma SOLO está pre­pa­ra­do, según Votel, para lle­gar a 20 paí­ses hacia 2019. SOCOM, y sobre todo JSOC, tam­bién han esta­ble­ci­do estre­chos víncu­los con la CIA, el FBI y la NSA, entre otras agencias.
Ope­ra­cio­nes en la sombra
El ámbi­to glo­bal del coman­do de ope­ra­cio­nes espe­cia­les se extien­de aún más gra­cias a uni­da­des más peque­ñas que ope­ran en la som­bra des­de bases en Esta­dos Uni­dos para ser envia­das a zonas remo­tas del sudes­te asiá­ti­co, pues­tos de avan­za­da en Orien­te Medio o sen­ci­llos cam­pos en Áfri­ca. Des­de 2002, SOCM está auto­ri­za­do a crear sus pro­pias fuer­zas de tareas con­jun­tas, una pre­rro­ga­ti­va nor­mal­men­te reser­va­da a coman­dos de com­ba­te como CENTCOM. Por ejem­plo, la fuer­za de tareas con­jun­tas para ope­ra­cio­nes espe­cia­les Fili­pi­nas (JSOTF‑P), que, en su momen­to de máxi­mo esplen­dor, tuvo una plan­ti­lla de unos 600 esta­dou­ni­den­ses para ayu­dar en ope­ra­cio­nes de con­tra­in­sur­gen­cia de sus alia­dos fili­pi­nos con­tra gru­pos sedi­cio­sos como Abu Say­yaf. Des­pués de más de una déca­da com­ba­tien­do con­tra ese gru­po, el núme­ro de inte­gran­tes ha ido dis­mi­nu­yen­do, pero con­ti­núa acti­vo, mien­tras que la vio­len­cia en la región se man­tie­ne prác­ti­ca­men­te igual.
En reali­dad, en junio de 2014 se anun­ció una reti­ra­da pau­la­ti­na de esta fuer­za de tareas. “JSOTF‑P será des­ac­ti­va­da y la ope­ra­ción OEF‑P [la ope­ra­ción liber­tad dura­de­ra en Fili­pi­nas] ter­mi­na­rá en el año fis­cal 2015”, lo dijo Votel a la Comi­sión de la Fuer­zas Arma­das del Sena­do un mes des­pués. “Un con­tin­gen­te más redu­ci­do de per­so­nal mili­tar esta­dou­ni­den­se que ope­ra­rá for­man­do par­te de un PACOM [coman­do Esta­dos Uni­dos del Pací­fi­co] con­ti­nua­rá mejo­ran­do la capa­ci­dad de las fuer­zas espe­cia­les de Fili­pi­nas (PSF, por sus siglas en inglés) para rea­li­zar sus pro­pias misio­nes con­tra el terro­ris­mo..”. No obs­tan­te, meses más tar­de, la fuer­za de tareas con­jun­ta de ope­ra­cio­nes espe­cia­les Fili­pi­nas con­ti­núa viva y fun­cio­nan­do“JSOTF‑P sigue acti­va, aun­que el per­so­nal asig­na­do a ella ha sido redu­ci­do”, le dijo la por­ta­voz del ejér­ci­to Kari McE­wen al repor­te­ro Joseph Tre­vithick, de War is Boring.
Otra uni­dad, la fuer­za de tareas con­jun­ta para ope­ra­cio­nes espe­cia­les Bragg, duran­te años per­ma­ne­ció en las som­bras antes de su pri­me­ra men­ción ofi­cial rea­li­za­da por el Pen­tá­gono al prin­ci­pio de 2014. Su misión, según Bockholt, de SOCOM, es “adies­trar y equi­par los ser­vi­cios esta­dou­ni­den­ses miem­bros que se pre­pa­ran para un des­plie­gue en Afga­nis­tán para ayu­dar a la fuer­za de tareas con­jun­ta para ope­ra­cio­nes espe­cia­les Afga­nis­tán”. Esta últi­ma fuer­za, a su vez, dedi­có más una déca­da rea­li­zan­do ope­ra­cio­nes encu­bier­tas o “negras” para “impe­dir acti­vi­da­des que ame­na­za­ban la auto­ri­dad y sobe­ra­nía” del gobierno afgano. Esto impli­ca­ba asal­tos noc­tur­nos y misio­nes de cap­tu­ra y/​o ase­si­na­to –fre­cuen­te­men­te con­cer­ta­das con las fuer­zas afga­nas– que con­du­je­ron a la muer­te de un núme­ro inde­ter­mi­na­do de com­ba­tien­tes y civi­les. En 2013, para res­pon­der a la indig­na­ción popu­lar con­tra los asal­tos, el pre­si­den­te afgano Hamid Kar­sai los prohibió.
En 2014, las fuer­zas esta­dou­ni­den­ses de ope­ra­cio­nes espe­cia­les pasa­ron a desem­pe­ñar tareas de apo­yo, per­mi­tien­do así que uni­da­des de éli­te afga­nas se hicie­ran car­go de las misio­nes. “Esta­mos tra­tan­do de que ellos se ocu­pen del espec­tácu­lo”, le dijo el coro­nel Patrick Rober­tson, de la fuer­za de tareas Afga­nis­tán, a USA Today. Pero según LaDon­na Davis, un por­ta­voz que acom­pa­ña a esa fuer­za, inte­gran­tes esta­dou­ni­den­ses toda­vía esta­ban rea­li­zan­do espe­cia­les el año pasa­do. La fuer­za se nie­ga a infor­mar sobre cuán­tas misio­nes fue­ron coman­da­das por ofi­cia­les esta­dou­ni­den­ses como tam­po­co en cuán­tas ope­ra­cio­nes estu­vie­ron impli­ca­dos sus coman­dos aun­que, según infor­ma­cio­nes de las fuer­zas afga­nas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les, estas lle­va­ron a cabo al menos 150 misio­nes por mes en 2014. “No estoy en con­di­cio­nes de refe­rir­me al núme­ro espe­cí­fi­co de ope­ra­cio­nes rea­li­za­das”, le dijo el mayor Loren Bymer, de la fuer­za de tareas con­jun­ta para ope­ra­cio­nes espe­cia­les Afga­nis­tán, a Tom­Dis­patch. “Sin embar­go, hoy día los afga­nos coman­dan el 90 por cien­to de las ope­ra­cio­nes espe­cia­les, y noso­tros con­ti­nua­mos adies­tran­do, ase­so­ran­do y ayu­dan­do a nues­tros socios para ase­gu­rar sus éxi­tos”.
No vayáis a pen­sar que con esto se aca­ba el dia­gra­ma orga­ni­za­ti­vo de las fuer­zas espe­cia­les: la fuer­za de tareas con­jun­ta para ope­ra­cio­nes espe­cia­les en Afga­nis­tán tie­ne cin­co gru­pos ase­so­res cuya tarea con­sis­te en “acon­se­jar y ase­so­rar las ASSF [fuer­zas espe­cia­les de segu­ri­dad de Afga­nis­tán] de nues­tros socios para garan­ti­zar que las ASSF con­ti­núen la lucha con­tra nues­tros enemi­gos; las fuer­zas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les de Esta­dos Uni­dos deben estar dis­pues­tas a con­ti­nuar hacien­do algún ase­so­ra­mien­to en rela­ción con los aspec­tos tác­ti­cos más allá de 2014 con uni­da­des esco­gi­das en sitios esco­gi­dos”, según dijo Votel a la comi­sión de las fuer­zas arma­das del Sena­do. Cier­ta­men­te, el pasa­do noviem­bre, el suce­sor de Kar­zai, Ash­raf Gha­ni levan­tó muy dis­cre­ta­men­te la prohi­bi­ción de los asal­tos noc­tur­nos, dejan­do así la puer­ta abier­ta para el regre­so de los ase­so­res esta­dou­ni­den­ses a las ope­ra­cio­nes espe­cia­les en 2015.
Sin embar­go, para enton­ces habrá pocas tro­pas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les dis­po­ni­bles para hacer­se car­go de misio­nes tác­ti­cas. Según pala­bras del aho­ra vice­al­mi­ran­te Sean Pybus, sub­co­man­dan­te de SOCOM, alre­de­dor de la mitad de los gru­pos SEAL des­ple­ga­dos en Afga­nis­tán esta­ban a pun­to de ser reti­ra­dos y envia­dos a ayu­dar en “el giro en Asia o a tra­ba­jar en el Medi­te­rrá­neo o en el gol­fo de Gui­nea o en el Gol­fo Pér­si­co”. Aun así, el coro­nel Chris­topher Riga, coman­dan­te del 7 gru­po de fuer­zas espe­cia­les, cuyos hom­bres sir­vie­ron el año pasa­do en la fuer­za de tareas con­jun­ta para ope­ra­cio­nes espe­cia­les com­bi­na­das Afga­nis­tán cer­ca de Kan­dahar, pro­me­tió que “segui­ría al pie del cañón”: “Toda­vía hay mucha pelea en Afga­nis­tán, y va a con­ti­nuar”, dijo en una cere­mo­nia de entre­ga de con­de­co­ra­cio­nes a fina­les del año pasa­do. “Con­ti­nua­re­mos matan­do enemi­gos has­ta que nos orde­nen que deje­mos de hacer­lo”.
A las fuer­zas ya enu­me­ra­das, agre­gad las uni­da­des del coman­do de avan­za­da de ope­ra­cio­nes espe­cia­les (SOC FWD, por sus siglas en inglés), peque­ños gru­pos que, según los mili­ta­res, “dise­ñan y coor­di­nan ope­ra­cio­nes espe­cia­les para coope­rar con las fuer­zas de segu­ri­dad, y se impli­can en el apo­yo de diver­sas ope­ra­cio­nes espe­cia­les en cual­quier tea­tro de ope­ra­cio­nes y ámbi­to geo­grá­fi­co”. SOCOM rehu­só con­fir­mar la exis­ten­cia de gru­pos SOC FWD; aun­que ha habi­do abun­dan­te evi­den­cia ofi­cial sobre la cues­tión, no se brin­da infor­ma­ción que dé cuen­ta del núme­ro de estos gru­pos des­ple­ga­dos en el mun­do. Pero aque­llos que son cono­ci­dos están empe­ña­dos en ope­ra­cio­nes clan­des­ti­nas de tipo vio­len­to, entre ellos, SOC FWD Pakis­tán, SOC FWD Yemen y SOC FWD Líbano, como tam­bién SOC FWD Áfri­ca orien­tal, SOC FWD Áfri­ca cen­tral y SOC FWD Áfri­ca occidental.
De hecho, Áfri­ca se ha con­ver­ti­do en el prin­ci­pal esce­na­rio de accio­nes clan­des­ti­nas de las uni­da­des espe­cia­les de Esta­dos Uni­dos. “Esta uni­dad en par­ti­cu­lar ha hecho cosas admi­ra­bles. Ya fue­ra en Euro­pa o en Áfri­ca, se ha hecho car­go de una varie­dad de situa­cio­nes; todos habéis con­tri­bui­do muy sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te”, dijo el coman­dan­te de SOCOM, gene­ral Votel, a los inte­gran­tes del 352 gru­po de ope­ra­cio­nes espe­cia­les en su base en Ingla­te­rra el pasa­do otoño.
Los coman­dos aéreos rara­men­te están solos en sus haza­ñas en Áfri­ca. En los últi­mos años, por ejem­plo, los SEAL rea­li­za­ron una exi­to­sa misión de res­ca­te de rehe­nes en Soma­lia y una incur­sión de secues­tro allí que salió mal. En Libia, los coman­dos de la fuer­za Del­ta tuvie­ron éxi­to en la cap­tu­ra de un mili­tan­te de al-Qae­da en un asal­to eje­cu­ta­do tem­prano por la maña­na, mien­tras los SEAL requi­sa­ron un petro­le­ro que trans­por­ta­ba cru­do des­de Libia y el débil gobierno res­pal­da­do por Esta­dos Uni­dos tenía por roba­do. Ade­más, los SEAL se encar­ga­ron de una misión de eva­cua­ción en Sudán del Sur; la misión fra­ca­só debi­do a que los inte­gran­tes del gru­po resul­ta­ron heri­dos cuan­do el avión que los trans­por­ta­ba fue alcan­za­do por fue­go de fusi­le­ría. Mien­tras tan­to, una fuer­za espe­cial de res­pues­ta rápi­da cono­ci­da como uni­dad espe­cial 10 de gue­rra naval (NSWU-10, por sus siglas en inglés) lle­vó a cabo misio­nes en “paí­ses estra­té­gi­cos”, como Ugan­da, Soma­lia y Nigeria.
Una misión clan­des­ti­na de adies­tra­mien­to de las fuer­zas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les en Libia aca­bó en fra­ca­so cuan­do una mili­cia o “gru­po terro­ris­ta” asal­tó dos veces su cam­po, que esta­ba cus­to­dia­do por sol­da­dos libios, y se apro­pió de equi­pos esta­dou­ni­den­ses de últi­ma gene­ra­ción y cien­tos de armas –inclu­yen­do pis­to­las Glock y rifles M4 – , como tam­bién dis­po­si­ti­vos para visión noc­tur­na y de rayos láser que solo pue­den ser vis­tos con un dis­po­si­ti­vo como el men­cio­na­do antes. Como resul­ta­do de esto, la misión fue sus­pen­di­da y el cam­po fue aban­do­na­do. La infor­ma­ción dice que la mili­cia se ha apo­de­ra­do del lugar.
En febre­ro del año pasa­do, tro­pas de eli­te se tras­la­da­ron a Nige­ria para par­ti­ci­par en una ins­truc­ción mili­tar de tres sema­nas que for­man par­te de Flintlock 2014, un ejer­ci­cio de ope­ra­cio­nes espe­cia­les con­tra el terro­ris­mo de perio­di­ci­dad anual que reúne las fuer­zas del país anfi­trión con las de Cana­dá, Chad, Fran­cia, Mau­ri­ta­nia, Holan­da, Nige­ria Sene­gal, Rei­no Uni­do y Bur­ki­na Faso. Varios meses des­pués, un ofi­cial de Bur­ki­na Faso, que en 2012 había reci­bi­do entre­na­mien­to con­tra­te­rro­ris­ta en Esta­dos Uni­dos con los aus­pi­cios de la uni­ver­si­dad de ope­ra­cio­nes espe­cia­les con­jun­tas de SOCOM se hizo con el poder median­te un gol­pe mili­tar. Sin embar­go, las fuer­zas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les en Bur­ki­na Faso per­ma­ne­cie­ron imper­té­rri­tas. A fina­les del año pasa­do, por ejem­plo, aus­pi­cia­dos por SOC FWD Áfri­ca occi­den­tal, miem­bros de 5 bata­llón del 19 gru­po de fuer­zas espe­cia­les, jun­to con tro­pas de eli­te marro­quíes, se adies­tra­ron en una base en las afue­ras de Marrakech.
Un mun­do de oportunidades
No obs­tan­te, los des­plie­gues en paí­ses afri­ca­nos no eran más que una par­te del rápi­do cre­ci­mien­to del coman­do de ope­ra­cio­nes espe­cia­les en ultra­mar. Al final de la pre­si­den­cia de Bush, cuan­do el almi­ran­te Eric Olson era el jefe de SOCOM, las fuer­zas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les esta­ban des­ple­ga­das en unos 60 paí­ses de todo el mun­do. Para 2010, ese núme­ro había lle­ga­do a 75, según Karen DeYoung y Greg Jaf­fe, perio­dis­tas del Washing­ton Post. En 2011, el coro­nel Tim Nye, por­ta­voz de SOCOM le dijo a Tom­Dis­patch que el total lle­ga­ría a 120 hacia el final de ese año. En 2013, con el almi­ran­te McRa­ven al man­do de SOCOM, el enton­ces mayor Robert Bockholt le dijo a Tom­Dis­patch que ese núme­ro había sal­ta­do a 134. Bajo el coman­do de McRa­ven y Votel en 2014, según pala­bras de Bockholt, el total casi no varió: 133. Sin embar­go, el secre­ta­rio de defen­sa salien­te Chuck Hagel ano­tó que bajo el man­do de McRa­ven –des­de agos­to de 2011 has­ta agos­to de 2014– las fuer­zas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les ope­ra­ban en más 150 paí­ses. “De hecho, SOCOM y la tota­li­dad de las fuer­zas arma­das de Esta­dos Uni­dos están más com­pro­me­ti­dos que nun­ca en el ámbi­to inter­na­cio­nal; en más sitios y con una varie­dad mayor de misio­nes, dijo en un dis­cur­so en agos­to de 2014.
No esta­ba bro­mean­do. Pasa­dos solo dos meses del año fis­cal 2015, el núme­ro de paí­ses don­de se han rea­li­za­do ope­ra­cio­nes espe­cia­les ya lle­ga­ba a 105, según Bockholt.
SOCOM se negó a hacer comen­ta­rios tan­to sobre la natu­ra­le­za de sus misio­nes como acer­ca de los bene­fi­cios de actuar en tan­tos paí­ses. El coman­do ni siquie­ra ha dado el nom­bre de un solo país en el que hayan inter­ve­ni­do fuer­zas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les esta­dou­ni­den­ses en los últi­mos tres años. No obs­tan­te, un vis­ta­zo sobre algu­nas de las ope­ra­cio­nes, ejer­ci­cios y otras acti­vi­da­des que han sali­do a la luz pin­ta un cua­dro de un coman­do tro­ta­mun­dos en cons­tan­te movi­mien­to con alian­zas en todos los rin­co­nes de la Tierra.
Por ejem­plo, en enero y febre­ro [de 2014], inte­gran­tes del 7 gru­po de las fuer­zas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les y el 160 regi­mien­to de ope­ra­cio­nes aéreas espe­cia­les rea­li­za­ron un inter­cam­bio de ins­truc­ción en accio­nes con­jun­tas com­bi­na­das (JCET, por sus siglas en inglés) con fuer­zas de Tri­ni­dad y Toba­go, al mis­mo tiem­po que el 353 gru­po de ope­ra­cio­nes espe­cia­les se reu­nía con miem­bros de la real fuer­za aérea de Thai­lan­dia para rea­li­zar los ejer­ci­cios Teak Torch en Udon Tha­ni, Thai­lan­dia. En febre­ro y mar­zo, en el mar­co de las JCET, los Boi­nas Rojas del 20 gru­po de fuer­zas espe­cia­les se adies­tró con tro­pas de eli­te de la Repú­bli­ca Dominicana.
En mar­zo, miem­bros del coman­do de ope­ra­cio­nes espe­cia­les de la arma­da y la uni­dad espe­cial 1 de gue­rra naval se embar­ca­ron en el cru­ce­ro por­ta­mi­si­les USS Cow­pens para par­ti­ci­par en manio­bras en el mar­co del pro­gra­ma Mul­ti-Sail 2014, unos ejer­ci­cios anua­les dise­ña­dos para defen­der la “segu­ri­dad y esta­bi­li­dad en la región India-Asia-Pací­fi­co”. Tam­bién en mar­zo, sol­da­dos, mari­ne­ros, infan­tes de mari­na y avia­do­res de eli­te par­ti­ci­pa­ron en un ejer­ci­cio de adies­tra­mien­to (cuyo nom­bre cla­ve era Fused Res­pon­se) con inte­gran­tes de las fuer­zas arma­das de Beli­ce. “Ejer­ci­cios como este crean enten­di­mien­to y víncu­los entre las fuer­zas de Esta­dos Uni­dos y de Beli­ce”, dijo el tenien­te gene­ral de la fuer­za aérea Her­bert Toro, per­te­ne­cien­te al coman­do sur de ope­ra­cio­nes especiales.
En abril, sol­da­dos del 7 gru­po de fuer­zas espe­cia­les se unie­ron a fuer­zas aero­trans­por­ta­das de Hon­du­ras para adies­tra­se en sal­to con para­caí­das, lan­zán­do­se sobre la base aérea de Soto Cano de ese país. Sol­da­dos de la mis­ma uni­dad, jun­to con la fuer­za de tareas de Afga­nis­tán, rea­li­za­ron tam­bién ope­ra­cio­nes encu­bier­tas en el sur del país en la pri­ma­ve­ra de 2014. En junio, miem­bros de gru­po 19 de fuer­zas espe­cia­les efec­tua­ron unas JCET en Alba­nia, al mis­mo tiem­po que hom­bres de la fuer­za Del­ta par­ti­ci­pa­ban en la misión de res­ca­te de sar­gen­to Bowe Berg­dahl en Afga­nis­tan. Tam­bién en junio, coman­dos de la fuer­za Del­ta ayu­da­ron en el secues­tro de Ahmed Abu Khat­ta­la, sos­pe­cho­so de ser el res­pon­sa­ble de los ata­ques terro­ris­tas de 2012 en Bengha­zi, Libia, que mata­ron a cua­tro esta­dou­ni­den­ses, mien­tras los Boi­nas Rojas se tras­la­da­ban a Iraq para ase­so­rar en la lucha con­tra el Esta­do Islámico.
En junio y julio, 26 miem­bros del escua­drón 522º de ope­ra­cio­nes espe­cia­les lle­va­ron a cabo una misión de 45.000 kiló­me­tros que los lle­vó a Sri Lan­ka, Tan­za­nia y Japón, entre otras nacio­nes, para pro­te­ger “tres avio­nes mono­mo­tor [del coman­do de ope­ra­cio­nes espe­cia­les de la fuer­za aérea] des­ti­na­dos al área de res­pon­sa­bi­li­dad del Pací­fi­co”. En julio, fuer­zas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les de Esta­dos Uni­dos via­ja­ron a Tole­mai­da, Colom­bia, para com­pe­tir con­tra otras tro­pas de éli­te lle­ga­das de 16 paí­ses –en acti­vi­da­des como tiro de pre­ci­sión en dis­tan­cias lar­gas (espe­cia­li­dad de los fran­co­ti­ra­do­res), tiro al blan­co, carre­ras con obs­tácu­los– en la com­pe­ten­cia anual lla­ma­da Fuer­zas Comando.
En agos­to, sol­da­dos del gru­po 20 de las fuer­zas espe­cia­les rea­li­za­ron una JCET con uni­da­des de eli­te de Suri­nam. “Jun­tos, hemos pro­gre­sa­do mucho en un mes. Si hemos de ope­rar jun­tos algu­na vez en el futu­ro, ya sabe­mos que tene­mos com­pa­ñe­ros y ami­gos en los que pode­mos con­fiar”, dijo un sub­ofi­cial de esa uni­dad. En Iráq, en ese mis­mo mes, los Boi­nas Rojas cum­plie­ron una misión de reco­no­ci­mien­to en el mon­te Sin­jar como par­te de las tareas de pro­tec­ción de la etnia yaza­dí ase­dia­da por mili­tan­tes del Esta­do Islá­mi­co, mien­tras coman­dos de la fuer­za Del­ta incur­sio­na­ban en una refi­ne­ría de petró­leo en el nor­te de Siria en una ten­ta­ti­va de sal­var al perio­dis­ta esta­dou­ni­den­se James Foley y otros rehe­nes en manos del mis­mo gru­po. Esta misión fue un desas­tre, y Foley fue bru­tal­men­te ase­si­na­do poco tiem­po después.
En sep­tiem­bre, unos 1.200 inte­gran­tes de la fuer­za de ope­ra­cio­nes espe­cia­les de Esta­dos Uni­dos y per­so­nal de apo­yo se unie­ron con tro­pas de éli­te de Holan­da, Repú­bli­ca Che­ca, Fin­lan­dia, Gran Bre­ta­ña, Litua­nia, Norue­ga, Polo­nia, Sue­cia y Eslo­ve­nia para par­ti­ci­par en Jac­kal Sto­ne, un ejer­ci­cio de adies­tra­mien­to cen­tra­do en todo lo que tie­ne que ver con el com­ba­te en espa­cios cerra­dos, tác­ti­cas de fran­co­ti­ra­dor, ope­ra­cio­nes con peque­ñas embar­ca­cio­nes y res­ca­te de rehe­nes. En sep­tiem­bre y octu­bre, sol­da­dos del ter­cer bata­llón del 75 regi­mien­to de Ran­gers estu­vie­ron en Corea del Sur para prac­ti­car en tác­ti­cas con peque­ñas uni­da­des como neu­tra­li­za­ción de trin­che­ras y des­truc­ción de bún­ke­res. Duran­te octu­bre, coman­dos de la Fuer­za Aérea hicie­ron simu­la­cio­nes de misio­nes de res­ca­te de rehe­nes en el cam­po de adies­tra­mien­to de Stan­ford cer­cano a Thet­ford, Ingla­te­rra. Mien­tras tan­to, en aguas inter­na­cio­na­les fren­te a Chi­pre, un gru­po SEAL de la Arma­da con­fis­có un petro­le­ro que lle­va­ba cru­do a un puer­to en poder de los rebel­des libios. En noviem­bre, coman­dos esta­dou­ni­den­ses lle­va­ron a tér­mino una incur­sión en Yemen que libe­ró a ocho rehe­nes extran­je­ros. El mes siguien­te, una uni­dad SEAL reali­zó una san­grien­ta misión que dejó dos rehe­nes –uno de ellos Luke Somers– y ocho civi­les muer­tos. Estas, por supues­to, solo son algu­nas de las misio­nes que con­si­guie­ron con­ver­tir­se en noti­cia o, de algún modo u otro, ser registrados.
Quie­ren estar en todas partes
Para los jefes de las ope­ra­cio­nes clan­des­ti­nas de Esta­dos Uni­dos, el pla­ne­ta Tie­rra es tan ines­ta­ble como inter­co­nec­ta­do. “Yo le garan­ti­zo que lo que ocu­rre en Lati­noa­mé­ri­ca afec­ta a lo que suce­de en el oes­te de Áfri­ca, lo que a su vez afec­ta a lo que ocu­rre en el sur de Euro­pa, lo que a su vez afec­ta lo que suce­de en el sur­oes­te de Asia”, dijo el año pasa­do McRa­ven en Geo­int, un encuen­tro anual que reúne a eje­cu­ti­vos de la indus­tria de la vigi­lan­cia y per­so­nal mili­tar. ¿Qué pro­po­nen para solu­cio­nar esta entre­la­za­da inse­gu­ri­dad? Más misio­nes en más paí­ses –de hecho, en más de las tres cuar­tas par­tes de de los paí­ses del mun­do– duran­te el ejer­ci­cio en el car­go de McRa­ven. Y el esce­na­rio pare­ce dis­pues­to para toda­vía más de lo mis­mo en los años veni­de­ros. “Noso­tros que­re­mos estar en todas par­tes”, dijo Votel en Geo­int. En 2015, las fuer­zas a sus órde­nes ya están tran­si­tan­do ese camino.
“Nues­tro país tie­ne gran­des expec­ta­ti­vas en rela­ción con las fuer­zas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les”, les dijo el oto­ño pasa­do a ope­ra­do­res espe­cia­les en Ingla­te­rra. “Cuen­tan con noso­tros para hacer las tareas más duras en las con­di­cio­nes más difí­ci­les”. Sin embar­go, la natu­ra­le­za y la loca­li­za­ción de esas “duras tareas” siguen sien­do des­co­no­ci­das para los esta­dou­ni­den­ses. Y, apa­ren­te­men­te, Votel no está intere­sa­do sacar­las a la luz. “Lo sien­to, pero no”, fue la res­pues­ta de SOCOM al pedi­do de Tom­Dis­patch de tener una entre­vis­ta con el jefe de ope­ra­cio­nes espe­cia­les sobre las misio­nes en cur­so y futu­ras. De hecho, el coman­do se negó a que cual­quier inte­gran­te de su per­so­nal estu­vie­ra dis­po­ni­ble para con­ver­sar acer­ca de qué está hacien­do Esta­dos Uni­dos con los dóla­res del con­tri­bu­yen­te y en su nom­bre. No es difí­cil adi­vi­nar el porqué.
Votel se sien­ta aho­ra sobre una de las leyen­das más exi­to­sas de la his­to­ria mili­tar esta­dou­ni­den­se des­pués del 11‑S de 2001, una his­to­ria ple­na de gue­rras no gana­das, inter­ven­cio­nes fra­ca­sa­das, ram­pan­te acti­vi­dad cri­mi­nal, repe­ti­das fil­tra­cio­nes sobre secre­tos emba­ra­zo­sos y todo tipo de impre­sio­nan­tes escán­da­los. Median­te una hábil com­bi­na­ción de bra­vu­co­ne­ría y secre­tis­mo, fil­tra­cio­nes bien colo­ca­das, acer­ta­da pro­mo­ción comer­cial y tra­ba­jo de rela­cio­nes públi­cas, el sagaz cul­to a la mís­ti­ca del super­hom­bre (jun­to a una bue­na dosis de retor­ci­da fra­gi­li­dad) y un extre­ma­da­men­te popu­lar alto per­fil y el ase­si­na­to de pre­ci­sión, las fuer­zas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les se han con­ver­ti­do en el niño mima­do de la cul­tu­ra popu­lar esta­dou­ni­den­se; al mis­mo tiem­po, el coman­do ha sido un cons­tan­te gana­dor en las duras bata­llas por pre­su­pues­to libra­das en Washing­ton a puñe­ta­zo limpio.
Esto es espe­cial­men­te impac­tan­te cuan­do se con­tras­ta con lo en ocu­rre real­men­te en el terreno: en Áfri­ca, el haber arma­do, adies­tra­do y equi­pa­do a quie­nes rea­li­zan lue­go un gol­pe de Esta­do; en Iraq, las fuer­zas espe­cia­les más esco­gi­das impli­ca­das en la tor­tu­ra, la des­truc­ción de vivien­das y el ase­si­na­to de ino­cen­tes que esta­ban heri­dos; en Afga­nis­tán, la his­to­ria es simi­lar, con fre­cuen­tes infor­ma­cio­nes de civi­les ase­si­na­dos; entre­tan­to, en Yemen, Pakis­tán y Soma­lia, ha habi­do más de lo mis­mo. Y esto es solo lo más super­fi­cial de los erro­res de las fuer­zas de ope­ra­cio­nes especiales.
En 2001, antes de que las ope­ra­cio­nes “negras” de Esta­dos Uni­dos empe­za­ran su vas­ta gue­rra clan­des­ti­na con­tra el terror, la plan­ti­lla del coman­do de ope­ra­cio­nes espe­cia­les tenía unos 33.000 inte­gran­tes, de los cua­les unos 1.800 eran la éli­te de la éli­te, es decir, el coman­do con­jun­to de ope­ra­cio­nes espe­cia­les (JSOC). En ese momen­to, tam­bién había 23 gru­pos terro­ris­tas –des­de Hamas al IRA irlan­dés– reco­no­ci­dos por el Depar­ta­men­to de Esta­do; entre ellos, al-Qae­da, cuyos miem­bros se esti­ma­ban en un núme­ro de ente 200 y 1.000 mili­tan­tes. Este gru­po esta­ba prin­ci­pal­men­te esta­ble­ci­do en Afga­nis­tán y Pakis­tán; a pesar de ello, peque­ñas célu­las suyas habían actua­do en unos cuan­tos paí­ses, inclu­yen­do Ale­ma­nia y Esta­dos Unidos.
Des­pués de más de una déca­da de enfren­ta­mien­tos secre­tos, vigi­lan­cia gene­ra­li­za­da, incon­ta­bles asal­tos noc­tur­nos, deten­cio­nes y ase­si­na­tos, por no men­cio­nar los miles y miles de millo­nes de dóla­res gas­ta­dos, los resul­ta­dos hablan por ellos mis­mos. SOCOM ha más que dupli­ca­do su tama­ño y el secre­tí­si­mo JSOC pue­de haber alcan­za­do el tama­ño que SOCOM tenía en 2001. Des­de sep­tiem­bre de ese año, han sur­gi­do 36 nue­vas orga­ni­za­cio­nes terro­ris­tas, entre ellas una mul­ti­pli­ci­dad de fran­qui­cias, des­pren­di­mien­tos y alia­dos de al-Qae­da. Hoy día, estos gru­pos con­ti­núan ope­ran­do en Afga­nis­tán y Pakis­tán –en este últi­mo país, hay 11 gru­pos reco­no­ci­da­men­te afi­lia­dos de al-Qae­da y cin­co en el pri­me­ro de ellos – , pero tam­bién en Mali y Túnez, en Libia y Marrue­cos, en Nige­ria y Soma­lia, en Líbano y Yemen, entre otros paí­ses. Una filial de al-Qae­da nació de la inva­sión esta­dou­ni­den­se de Iraq y se crió en un cam­po de con­cen­tra­ción de Esta­dos Uni­dos; hoy, con el nom­bre de Esta­do Islá­mi­co, con­tro­la una amplia por­ción de ese país y de la veci­na Siria, un pro­to­ca­li­fa­to en el cora­zón de Orien­te Medio que en 2001 no era más que una enso­ña­ción yiha­dis­ta. Esta orga­ni­za­ción, solo ella, tie­ne un efec­ti­vo esti­ma­do de unos 30.000 hom­bres y se las ha arre­gla­do para apo­de­rar­se de un impor­tan­te terri­to­rio que inclu­ye la segun­da ciu­dad de Iraq (Mosul), a pesar de que en su infan­cia fue impla­ca­ble­men­te ata­ca­do por los JSOC.
“Nece­si­ta­mos seguir armo­ni­zan­do el des­plie­gue de fuer­zas de ope­ra­cio­nes espe­cia­les en todo el orbe”, dice Votel. “Todos noso­tros debe­mos estar sin­cro­ni­za­dos, coor­di­na­dos y pre­pa­ra­dos en todos los aspec­tos del man­do”. Mar­gi­na­dos por esa sin­cro­ni­za­ción, los esta­dou­ni­den­ses han sido man­te­ni­dos sis­te­má­ti­ca­men­te en la oscu­ri­dad acer­ca de los encar­ga­dos de las ope­ra­cio­nes espe­cia­les de Esta­dos Uni­dos y no saben qué están hacien­do ni dón­de lo están hacien­do, menos aún los acci­den­ta­dos resul­ta­dos y las reper­cu­sio­nes de lo que han hecho. Pero si la his­to­ria sir­ve para algo, la oscu­ri­dad que envuel­ve a las ope­ra­cio­nes espe­cia­les ayu­da a garan­ti­zar que esta siga sien­do la “edad dora­da” del Coman­do de Ope­ra­cio­nes Especiales.

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