Paso al pre­ca­ria­do- Hugo Ríus

Guy Stan­ding no inven­tó la pala­bra “pre­ca­ria­do”, pero casi. En un libro visio­na­rio como pocos (The Pre­ca­riat), este eco­no­mis­ta bri­tá­ni­co, atí­pi­co, ins­ti­tu­cio­na­li­zó el uso de un voca­blo que cir­cu­la ya de boca en boca y que se apli­ca a esa masa cre­cien­te de ciu­da­da­nos uni­dos por la inse­gu­ri­dad eco­nó­mi­ca, la incer­ti­dum­bre labo­ral y la pér­di­da de dere­chos. (Fuen­te: El Mundo)

Gui­ller­mo Tell

La imagen es de Mián. En las grandes ciudades italianas cada vez se hacen más visibles los miles de desocupados.La ima­gen es de Mián. En las gran­des ciu­da­des ita­lia­nas cada vez se hacen más visi­bles los miles de desocupados. 

Toda­vía sin ingre­sar en el dic­cio­na­rio de la Real Aca­de­mia de la Len­gua Espa­ño­la, y fue­ra de los tex­tos orto­do­xos de eco­no­mía, el emplea­do tér­mino mere­ce al menos que se le pres­te una aten­ción refle­xi­va en cuan­to inten­ta refle­jar un actual esce­na­rio social y una adver­ti­da recom­po­si­ción de fuer­zas que pug­nan por cambios.
El pro­fe­sor bri­tá­ni­co, autor del libro, sos­tie­ne que movi­li­za­cio­nes como las de los Indig­na­dos y Occupy fue­ron reac­cio­nes al neo­li­be­ra­lis­mo sal­va­je de la últi­ma déca­da, que hoy cobran repre­sen­ta­ción en par­ti­dos como Syri­za, Pode­mos, o Izquier­da, Eco­lo­gía y Liber­tad, cana­li­za­do­res de un pre­ca­ria­do, que pue­de haber alcan­za­do el 40 por cien­to de la pobla­ción en paí­ses, como Gre­cia, Espa­ña e Italia.
Arran­can­do pre­vi­si­bles polé­mi­cas aca­dé­mi­cas lo des­cri­be como una nue­va cla­se social en la que caben des­de los des­cen­dien­tes de las cla­ses tra­ba­ja­do­ras a los inmi­gran­tes, pasan­do por una juven­tud edu­ca­da y des­em­plea­da, o en con­di­cio­nes de empleo muy pre­ca­rias, como ciu­da­da­nos de segun­da, que pug­nan en Euro­pa con­tra las polí­ti­cas de aus­te­ri­dad dic­ta­da por la cas­ta del poder finan­cie­ro con que inten­ta sor­tear una cri­sis que gene­ró su mis­mo sis­te­ma, y que ha sig­ni­fi­ca­do tro­car el anta­ño esta­do de bien­es­tar por el empo­bre­ci­mien­to, como suce­de en el extre­mo caso de Grecia.
Por supues­to que el ela­bo­ra­do voca­blo pare­ce el pre­fe­ri­do para el lla­ma­do pri­mer mun­do desa­rro­lla­do, por­que para el res­to los tér­mi­nos de refe­ren­cia siguen sien­do los mis­mos de siem­pre: pobre­za, mor­ta­li­dad infan­til, des­igual­dad eco­nó­mi­ca y social, explotación. 

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