El pue­blo es la fuer­za motriz que hace la his­to­ria mundial

El 8 de mar­zo de 1917, día de la mujer tra­ba­ja­do­ra, fue el pri­mer día de la revo­lu­ción bol­che­vi­que. Las obre­ras tex­ti­les de Petro­gra­do se decla­ra­ron en huel­ga, arras­tran­do tras ellas a los obre­ros meta­lúr­gi­cos del barrio de Viborg. Los y las mani­fes­tan­tes se enfren­ta­ron a la poli­cía, pero los cosa­cos, que eran la fuer­za en la que con­fia­ba más el zaris­mo, deci­de no repri­mir y con­fra­ter­ni­za­ron con los gru­pos de obre­ros y obre­ras que mani­fes­ta­ban. En los días siguien­tes los sol­da­dos de diver­sos cuar­te­les y regi­mien­tos se suble­van. De esta mane­ra la huel­ga gene­ral se trans­for­ma en insu­rrec­ción, al armar­se el pue­blo. El soviet de Petro­gra­do toma el poder ante la ausen­cia de ini­cia­ti­va de la bur­gue­sía. Es decir que de la revo­lu­ción de mar­zo de 1917 el pri­mer poder que se orga­ni­za es un poder sovié­ti­co, pero los social­re­vo­lu­cio­na­rios y los men­che­vi­ques (los refor­mis­tas de la épo­ca) que eran mayo­ría en los soviets corren a entre­gar el poder a la burguesía.

El pue­blo ruso esta­ba sumi­do en la máxi­ma pobre­za, esta­ba sien­do car­ne de cañón en una gue­rra impe­ria­lis­ta que defen­día los intere­ses de la bur­gue­sía rusa y los de los impe­ria­lis­mos ami­gos de Rusia, sobre todo los del impe­ria­lis­mo fran­cés y del inglés.

Lenin, a par­tir de toda la expe­rien­cia del par­ti­do social­de­mó­cra­ta ruso (futu­ro par­ti­do comu­nis­ta) y de las luchas del pue­blo ruso, sabe ana­li­zar la situa­ción con­cre­ta en la Rusia de ese momen­to his­tó­ri­co y com­pren­de que la revo­lu­ción no debe parar­se en lo con­se­gui­do, que la bur­gue­sía enga­ña­rá al pue­blo ruso y lo con­ti­nua­rá opri­mien­do y explo­tan­do. Que las con­di­cio­nes revo­lu­cio­na­rias exis­ten­tes per­mi­ten avan­zar hacia la toma del poder por par­te del pro­le­ta­ria­do, que los soviets repre­sen­tan el núcleo del poder de los obre­ros en armas aun­que toda­vía estén, la mayo­ría, en manos de los social­re­vo­lu­cio­na­rios y en los que los bol­che­vi­ques toda­vía sean una mino­ría, dán­do­se en reali­dad un doble poder.

Duran­te todo el perío­do que va des­de mar­zo has­ta noviem­bre, los bol­che­vi­ques tra­ba­jan para orga­ni­zar a las masas, para expli­car­les que han sido enga­ña­dos por la bur­gue­sía, que no es posi­ble aca­bar con la gue­rra impe­ria­lis­ta sin aca­bar con el capi­tal. A par­tir de este tra­ba­jo entre el pue­blo tra­ba­ja­dor, los sol­da­dos y el cam­pe­si­na­do los bol­che­vi­ques van avan­zan­do en la orga­ni­za­ción de las masas y en la pre­pa­ra­ción de la insurrección.

Lenin y los bol­che­vi­ques denun­cia­ron duran­te todo este perio­do las mani­pu­la­cio­nes de los refor­mis­tas que defien­den la con­ti­nua­ción de la gue­rra y un Esta­do bur­gués par­la­men­ta­ris­ta, cuan­do lo que real­men­te se nece­si­ta es aca­bar con la gue­rra inme­dia­ta­men­te, des­truir ese nue­vo Esta­do bur­gués y cons­truir un nue­vo Esta­do pro­le­ta­rio basa­do en la el tipo de orga­ni­za­ción de la Comu­na de París.

* * * *

En Eus­kal Herria las muje­res han cons­ti­tui­do, como en la revo­lu­ción rusa, una par­te muy impor­tan­te e indis­pen­sa­ble de la lucha por la liber­tad de Eus­kal Herria. Son muchos ejem­plos de muje­res que han dado inclu­so su vida en pos de la inde­pen­den­cia y el socia­lis­mo para nues­tra patria. Para­le­la­men­te a la cons­truc­ción del Movi­mien­to de Libe­ra­ción Nacio­nal Vas­co (MLNV) se ha desa­rro­lla­do la lucha de las mujeres.

En 1976 se dio el pri­mer inten­to orga­ni­za­ti­vo Eus­kal Emaz­teak Beren Aska­ta­su­na­ren Alde que rea­li­za la pri­me­ra teo­ri­za­ción de la tri­ple opre­sión: como muje­res, como vas­cas y como tra­ba­ja­do­ras. Su obje­ti­vo fue dotar a la lucha de libe­ra­ción nacio­nal y social de un con­te­ni­do anti patriar­cal. En 1980 apa­re­ce la orga­ni­za­ción Aizan! que en 1987 se trans­for­ma en Egizan.

Egi­zan orga­ni­za­ción femi­nis­ta y socia­lis­ta vas­ca, par­ti­ci­pan­te de KAS, fue un ele­men­to indis­pen­sa­ble en el baga­je ideo­ló­gi­co impres­cin­di­ble para lograr que Eus­kal Herria efec­ti­va­men­te algún día sea la patria socia­lis­ta por la que todos y todas luchamos.

El socia­lis­mo será femi­nis­ta o no será. La futu­ra repú­bli­ca socia­lis­ta vas­ca, debe­rá tener en el femi­nis­mo uno de sus ejes de actua­ción polí­ti­ca indis­pen­sa­ble y des­de ya, quie­nes nos con­si­de­ra­mos mili­tan­tes revo­lu­cio­na­rios vas­cos y vas­cas debe­mos actuar en nues­tra vida coti­dia­na tenien­do en cuen­ta los valo­res revo­lu­cio­na­rios y libe­ra­do­res del femi­nis­mo. En una pala­bra, quien no es femi­nis­ta y actúa de mane­ra con­se­cuen­te, por mucha pala­bre­ría revo­lu­cio­na­ria que ten­ga, no es revolucionario.

En ese sen­ti­do el 8 de mar­zo debe ser tam­bién una fecha refe­ren­cial para las y los comu­nis­tas abertzales.

* * * *

Gas­teiz, 1976, los y las tra­ba­ja­do­ras vas­cas ponían en jaque al Esta­do fas­cis­ta espa­ñol, pero tam­bién al refor­mis­mo. Ese refor­mis­mo que ya pac­ta­ba con el Esta­do futu­ras pre­ben­das a cam­bio de aban­do­nar cual­quier apues­ta revo­lu­cio­na­ria. Par­ti­dos y sin­di­ca­tos que ya tenían cla­ra su par­ti­ci­pa­ción en el lla­ma­do jue­go demo­crá­ti­co empe­za­ban a des­po­jar a la cla­se obre­ra de su herra­mien­ta fun­da­men­tal para derri­bar el capi­ta­lis­mo y comen­zar una vía dife­ren­te, esa vía que con­du­ce al socia­lis­mo y al comu­nis­mo. Esa herra­mien­ta de la que habla­mos es la orga­ni­za­ción o el par­ti­do revo­lu­cio­na­rio, con una base teó­ri­ca mar­xis­ta y leninista.

A estas orga­ni­za­cio­nes pre­sun­ta­men­te obre­ras les estor­ba­ba la autor­ga­ni­za­ción obre­ra y que la cla­se tra­ba­ja­do­ra, en asam­blea, deci­die­ra qué cami­nos reco­rrer para lograr con­quis­tas socia­les en sus pues­tos de tra­ba­jo y pos­te­rior­men­te tras­la­dar esa expe­rien­cia para con­quis­tar el poder polí­ti­co e ins­tau­rar el Esta­do obrero.

Ese refor­mis­mo se lo dejó en ban­de­ja al fran­quis­mo, que sin Fran­co, aún inten­ta­ba ges­tio­na­ba las vidas del Pue­blo Tra­ba­ja­dor Vas­co y otros pue­blos del Esta­do. El gobierno espa­ñol deci­dió que no podía per­mi­tir, que los acon­te­ci­mien­tos heroi­cos de Gas­teiz sir­vie­sen de ejem­plo para futu­ras luchas ove­ras y optó por que corrie­se la san­gre de los huel­guis­tas por las calles de Eus­kal Herria.

Cin­co tra­ba­ja­do­res vas­cos fue­ron ase­si­na­dos esa tar­de en Zara­ma­ga por la Poli­cía Arma­da, pre­de­ce­so­ra de la Poli­cía Nacio­nal, a cuya cabe­za esta­ba como minis­tro del Inte­rior Manuel Fra­ga, futu­ro «demó­cra­ta de toda la vida». Ase­si­nan­do a estos cin­co tra­ba­ja­do­res qui­sie­ron escar­men­tar a la tota­li­dad de la cla­se obre­ra vas­ca y mar­car los lími­tes de la futu­ra «demo­cra­cia espa­ño­la». Nadie ha paga­do por ello, nadie ha sido juz­ga­do y la impu­ni­dad más abso­lu­ta ha per­mi­ti­do que tan­to poli­cías, como man­dos como polí­ti­cos hayan sali­do de «rosi­tas» tras este cri­men de Esta­do. Nun­ca el Pue­blo Tra­ba­ja­dor Vas­co debe olvi­dar este ejem­plo de lucha, aho­ga­do en san­gre, pero guía de futu­ras luchas.

Mar­zo de 2017. Todas estas luchas deben estar pre­sen­tes en nues­tra memo­ria y debe­mos con­ti­nuar la lucha en el camino mar­ca­do por ellas, sabien­do ana­li­zar­las y sacar de ellas las expe­rien­cias nece­sa­rias para avan­zar en nues­tra lucha. Tene­mos ante noso­tras gran­des tareas: luchar con­tra los Esta­dos opre­so­res, luchar con­tra el refor­mis­mo que nos ha lle­va­do a la derro­ta, luchar por la amnis­tía, por la libe­ra­ción de todos los pre­sos y pre­sas polí­ti­cas vas­cas, avan­zar en la reor­ga­ni­za­ción del movi­mien­to popu­lar y de la orga­ni­za­ción revo­lu­cio­na­ria con el femi­nis­mo como pie­za fun­da­men­tal en estas luchas.

Boltxe Kolek­ti­boa

2 de mar­zo de 2017

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