Mau­ri­cio Cas­tro: «Con­si­de­ro impre­sin­di­ble vol­ver a Marx y estu­diar su obra»

Este año 2018, recién aca­ba­do, ha sido el año-recor­da­to­rio del 200 ani­ver­sa­rio del naci­mien­to de Karl Marx de quien no hace fal­ta hacer presentación.

El vete­rano comu­nis­ta e inde­pen­den­tis­ta gale­go Mau­ri­cio Cas­tro ha escri­to, duran­te este 2018, una serie de artícu­los sobre la vida de Marx, su obra y sobre el pen­sa­mien­to mar­xis­ta. Hemos que­ri­do hablar con Mau­ri­cio, com­pa­ñe­ro en tareas de con­tra­in­for­ma­ción hace bas­tan­tes años, cama­ra­da y tam­bién amigo.

Ando­ni Base­rri­go­rri: Bueno Mau­ri­cio, abar­car la vida de Marx y su obra duran­te un año en varios artícu­los de opi­nión o inves­ti­ga­ción es difí­cil, pen­sa­mos que te habrás deja­do «mucha tela por cor­tar»… y es que para abar­car toda la obra de Marx se nece­si­ta­ría muchí­si­mos artícu­los más, la pri­me­ra cues­tión sería qué aspec­tos de la obra de Marx has toca­do y por qué.

Mau­ri­cio Cas­tro: Déja­me empe­zar por acla­rar que no fue mi inten­ción pre­sen­tar­me como espe­cia­lis­ta, ni siquie­ra como estu­dio­so, cuan­do deci­dí escri­bir esos tex­tos divul­ga­ti­vos. Úni­ca­men­te soy estu­dian­te de la obra de Marx, por­que con­si­de­ro que su den­si­dad y pro­fun­di­dad exi­gen acce­der a ella con esa acti­tud y no como sim­ple lec­tor, si real­men­te que­re­mos com­pren­der­la y asu­mir lo que ella impli­ca. Me refie­ro sobre todo a El Capi­tal, cla­ro, pero en gene­ral toda la obra de Marx exi­ge una dedi­ca­ción que podría col­mar prác­ti­ca­men­te toda una vida de tra­ba­jo intelectual.

En esta serie, publi­ca­da en dos medios digi­ta­les galle­gos duran­te todo el año 2018 (Ser­mos Gali­zaDiá­rio Liber­da­de), inten­té hacer un tra­ba­jo seria­do de tipo divul­ga­ti­vo para ani­mar a quien me leye­se, espe­cial­men­te la mili­tan­cia de izquier­da galle­ga, a hacer su pro­pio camino hacia Marx. Intro­du­je algu­nas de sus cate­go­rías más impor­tan­tes, como la de explo­ta­ción, fuer­za de tra­ba­jo, valor, plus­va­lía, cla­ses socia­les, etc. Pero ade­más de eso, inten­té conec­tar cada uno de los doce artícu­los con la actua­li­dad del capi­ta­lis­mo y de la izquier­da en nues­tro país, Gali­za. Mi inten­ción fue mos­trar de ese modo la vigen­cia del pen­sa­mien­to mar­xis­ta y su uti­li­dad para que la izquier­da se levan­te de nue­vo des­pués de una derro­ta his­tó­ri­ca como la sufri­da sobre todo con el fin de la Unión Sovié­ti­ca. Tam­bién inten­té trans­mi­tir la nece­si­dad de deli­mi­tar las tareas de la cla­se tra­ba­ja­do­ra y situar­la al fren­te de las gran­des trans­for­ma­cio­nes que Gali­za necesita.

El Marx filó­so­fo, el Marx eco­no­mis­ta, el Marx perio­dis­ta… pero sobre todo el Marx mili­tan­te comu­nis­ta… ¿Con cuál de ellos te que­das? ¿Qué Marx te intere­sa más?

Tan­to Marx como otros gran­des teó­ri­cos que gana­ron la con­si­de­ra­ción de clá­si­cos del movi­mien­to revo­lu­cio­na­rio tie­nen como carac­te­rís­ti­ca, en rela­ción a la izquier­da aca­dé­mi­ca de la actua­li­dad, su carác­ter mili­tan­te. Esto en el caso de Marx es muy cla­ro, pues fue un lucha­dor social toda su vida adul­ta, obli­ga­do a aban­do­nar dife­ren­tes paí­ses en suce­si­vos exi­lios por su mili­tan­cia revo­lu­cio­na­ria. Dicho eso, no sé si es posi­ble hacer una divi­sión entre «dife­ren­tes Marx», ni en el plano teó­ri­co, como algu­nos inten­ta­ron hacer con su obra, ni en su vida como revo­lu­cio­na­rio teó­ri­co y prác­ti­co. Creo que se tra­ta de aspec­tos de una tota­li­dad, lo que no impi­de que se pue­da hablar de una evo­lu­ción y de un enri­que­ci­mien­to a nivel inte­lec­tual a par­tir del estu­dio y de las expe­rien­cias como mili­tan­te y pen­sa­dor. Yo me que­da­ría con el Marx crí­ti­co; es decir, anti­dog­má­ti­co, abier­to y fir­me a la vez, capaz de recon­si­de­rar, madu­rar o mati­zar posi­cio­nes pro­pias, ade­más de demo­ler las teo­rías pre-cien­tí­fi­cas de los diver­sos socia­lis­mos utó­pi­cos exis­ten­tes en su tiem­po, como vemos ya en el Mani­fies­to del Par­ti­do Comu­nis­ta, pero tam­bién cuan­do en su eta­pa final con­fir­ma su apues­ta en la posi­bi­li­dad de que paí­ses atra­sa­dos como Rusia pudie­sen avan­zar hacia el socia­lis­mo sin nece­sa­ria­men­te pasar por cada una de las eta­pas segui­das pre­via­men­te por Ingla­te­rra como mode­lo del capi­ta­lis­mo más avan­za­do de su tiempo.

Que­ría pre­gun­tar­te acer­ca de la dia­léc­ti­ca de Hegel que Marx desa­rro­lla… ¿Pien­sas que la impor­tan­cia actual de la dia­léc­ti­ca es tan gran­de debi­do al desa­rro­llo que de ella hace Marx?

En reali­dad, el de la dia­léc­ti­ca es uno de los dife­ren­tes cam­pos que Marx no lle­gó a desa­rro­llar sis­te­má­ti­ca­men­te, pero que en su obra se plas­ma con toda su rique­za en la for­ma como acce­de al cono­ci­mien­to de la reali­dad, con vis­tas a su trans­for­ma­ción. A par­tir del estu­dio aten­to de su méto­do, com­pro­ba­mos la prio­ri­dad del obje­to sobre el suje­to de cono­ci­mien­to, así como de la mate­ria sobre la idea, sin por ello caer en lec­tu­ras uni­la­te­ra­les ni mecá­ni­cas, como las que carac­te­ri­za­ron algu­nas lec­tu­ras vul­ga­res de su obra, sobre todo a par­tir de la Segun­da Inter­na­cio­nal. Su recur­so a Hegel le sir­vió para supe­rar tan­to el posi­ti­vis­mo como el agnos­ti­cis­mo, pero tam­bién las lec­tu­ras román­ti­cas o sub­je­ti­vis­tas de la his­to­ria, yen­do al mis­mo tiem­po más allá del idea­lis­mo obje­ti­vo. Tomó de Hegel, por ejem­plo, la con­si­de­ra­ción del ser como pro­ce­so y no como «cosa», pero situó ese pro­ce­so como base del cono­ci­mien­to, des­car­tan­do toda espe­cu­la­ción autó­no­ma de la reali­dad en la cabe­za del obser­va­dor, o cual­quier teleo­lo­gía his­tó­ri­ca que garan­ti­za­se un cur­so deter­mi­na­do a la historia.

Situan­do las con­di­cio­nes mate­ria­les como momen­to deter­mi­nan­te de la repro­duc­ción de la vida social, Marx reco­no­ció el papel de la actua­ción cons­cien­te del ser humano (a tra­vés del tra­ba­jo) en la trans­for­ma­ción de la natu­ra­le­za pri­me­ro y de la socie­dad des­pués. Y, coin­ci­dien­do tam­bién en eso con Hegel, atri­bu­yó al suje­to colec­ti­vo, en su caso la cla­se, la prio­ri­dad sobre la actua­ción indi­vi­dual, con­tra el cri­te­rio libe­ral, pero afir­man­do la impo­si­bi­li­dad de que las con­tra­dic­cio­nes fue­sen sub­su­mi­das por un Esta­do racio­nal­men­te impues­to, como Hegel creía. La his­to­ria dio la razón a Marx y, lejos de cual­quier armo­nía o fin de la his­to­ria, el Esta­do bur­gués no apa­gó la lucha de cla­ses, que con­ti­nua has­ta hoy, mar­can­do el desa­rro­llo de las socie­da­des con divi­sión social del tra­ba­jo en que aún nos encontramos.

Tam­bién su reco­no­ci­mien­to del papel pro­gre­si­vo de la bur­gue­sía en la his­to­ria se enfren­tó con la pro­fun­da crí­ti­ca del mun­do bur­gués, a la cual dedi­có su obra, una con­tra­dic­ción dia­léc­ti­ca que, ori­gi­nan­do su con­tra­rio, posi­bi­li­tó en la reali­dad, y no úni­ca­men­te en la cabe­za de Marx, que un nue­vo suje­to his­tó­ri­co, el pro­le­ta­ria­do, pro­ta­go­ni­za­se su supera­ción. Que el pro­ce­so no haya cul­mi­na­do aún no nie­ga su vigen­cia, pues las mis­mas luchas de cla­ses con­ti­núan has­ta hoy. Y que su reso­lu­ción no ten­ga garan­tías de éxi­to apa­re­ce ya for­mu­la­do en el pro­pio Mani­fies­to, cuan­do Marx afir­ma que la lucha pue­de aca­bar con una trans­for­ma­ción de la socie­dad ente­ra o con la des­truc­ción de las dos cla­ses en lucha. 

Y, en defi­ni­ti­va, ¿qué mayor mues­tra de la esen­cia dia­léc­ti­ca de la reali­dad del capi­ta­lis­mo que la con­tra­dic­ción entre el carác­ter cre­cien­te­men­te social de la pro­duc­ción y la apro­pia­ción pri­va­da del exce­den­te? Es la reso­lu­ción de esa y de toda una lar­ga serie de con­tra­dic­cio­nes dia­léc­ti­cas exis­ten­tes en la reali­dad y carac­te­ri­za­do­ras del capi­ta­lis­mo la que deter­mi­na­rá el cur­so de la his­to­ria, a tra­vés de las luchas de cla­ses. Corres­pon­de a Karl Marx la com­pren­sión y expo­si­ción de prin­ci­pios teó­ri­cos como ese, váli­dos mien­tras el capi­tal siga coman­dan­do la repro­duc­ción de la vida social y pro­fun­da­men­te carac­te­ri­za­do­res de su carác­ter dialéctico.

¿Qué papel atri­bu­yes a Marx en la Pri­me­ra Internacional?

Bueno, sabe­mos que hay quie­nes inten­tan limi­tar­lo al papel de «inte­lec­tual invi­ta­do», pero lo cier­to es que, a par­tir de su posi­ción demo­crá­ti­ca radi­cal bur­gue­sa de juven­tud, des­de su ida a París en 1843, vis­ta la impo­si­bi­li­dad de hacer tra­ba­jo polí­ti­co en la Ale­ma­nia por la repre­sión del Esta­do pru­siano, irá rea­li­zan­do y asu­mien­do una mili­tan­cia revo­lu­cio­na­ria que des­de 1845 es ya explí­ci­ta­men­te comu­nis­ta. Duran­te su eta­pa de refu­gia­do en Bél­gi­ca y sus pri­me­ros via­jes a Ingla­te­rra par­ti­ci­pa deci­si­va­men­te en la fun­da­ción de la Liga de los Comu­nis­tas, con­si­guien­do su reorien­ta­ción para posi­cio­nes ine­quí­vo­ca­men­te de cla­se que que­da­rían sin­te­ti­za­dos en su con­sig­na de ¡Pro­le­ta­rios de todos los paí­ses uníos!). Esta lucha inter­na y la eta­pa des­de su sali­da de Ale­ma­nia has­ta la adop­ción del pro­gra­ma de cla­se, en con­fron­ta­ción con Proudhon, y la publi­ca­ción del Mani­fies­to, se refle­jan bien en la pelí­cu­la El joven Marx, del hai­tiano Raoul Peck, que reco­mien­do viva­men­te a quien ten­ga inte­rés en apro­xi­mar­se a su figura.

La expe­rien­cia de las revo­lu­cio­nes de 1848, en que Marx y Engels par­ti­ci­pan acti­va­men­te, los lle­va a reorien­tar sus posi­cio­nes, com­pren­dien­do que el capi­ta­lis­mo podrá resis­tir más de lo pre­vis­to. Con­ti­núa su par­ti­ci­pa­ción polí­ti­ca, jun­to al estu­dio y ela­bo­ra­ción teó­ri­ca de la que será su gran obra (El Capi­tal). Par­ti­ci­pa des­de el pri­mer momen­to en la fun­da­ción de la Pri­me­ral Inter­na­cio­nal, que se con­cre­ta en 1864, e inclu­so redac­ta su men­sa­je inau­gu­ral que inclu­ye algu­nos de sus prin­ci­pios polí­ti­cos y hace apa­re­cer a la cla­se tra­ba­ja­do­ra como fuer­za inde­pen­dien­te fren­te a una bur­gue­sía ya embar­ca­da en for­mas de expan­sio­nis­mo béli­co que ante­ce­den el impe­ria­lis­mo explícito.

La lucha ideo­ló­gi­ca en su seno es cons­tan­te, con Marx a la cabe­za de la orien­ta­ción más polí­ti­ca de la Inter­na­cio­nal, fren­te a dife­ren­tes corrien­tes utó­pi­cas, peque­ño-bur­gue­sas y chau­vi­nis­tas pre­sen­tes en su inte­rior. Fren­te a Baku­nin, Proudhon y Las­sa­le, entre otros, y aun sin obviar que la explo­sión revo­lu­cio­na­ria de París en 1871 con­fir­mó pre­ci­sa­men­te la hege­mo­nía de las orien­ta­cio­nes no mar­xis­tas, lo que no impi­dió su apo­yo soli­da­rio a los com­mu­nards. Con sus limi­ta­cio­nes e inclu­so impli­can­do la implo­sión de la Inter­na­cio­nal, la expe­rien­cia de París fue un avan­ce en el pro­ce­so his­tó­ri­co de la lucha inter­na­cio­nal por el socia­lis­mo. No pode­mos olvi­dar que el fin de la Inter­na­cio­nal dio paso a una nue­va fase de mayor expan­sión del movi­mien­to revo­lu­cio­na­rio bajo nue­vas for­mas par­ti­da­rias en toda Euro­pa, con ten­den­cias más o menos revo­lu­cio­na­rias y más o menos refor­mis­tas. Marx y Engels toma­ron par­ti­do duran­te todo ese lar­go perío­do has­ta el fin de sus vidas. Fue­ron mili­tan­tes y diri­gen­tes del movi­mien­to real de la toma de con­cien­cia y orga­ni­za­ción de la Internacional.

Marx empie­za a expli­car el papel his­tó­ri­co del pro­le­ta­ria­do y desa­rro­lla la tesis de la «dic­ta­du­ra del pro­le­ta­ria­do» ¿Pien­sas que qui­zá algu­nos diri­gen­tes lo apli­ca­ron bien y qui­zá don­de decía dic­ta­du­ra del pro­le­ta­ria­do ellos plan­tea­ron dic­ta­du­ra del par­ti­do y lo que con­lle­vó a la emer­gen­cia de una nue­va cla­se social (el apa­ra­to del par­ti­do) que es una de las cau­sas del derrum­be del socia­lis­mo en Euro­pa del Este?

En mi opi­nión, esa cues­tión es sufi­cien­te­men­te com­ple­ja para no «des­pa­char­la» en unas pocas líneas, pero debe­mos empe­zar por enmar­car su defi­ni­ción de «dic­ta­du­ra» como hege­mo­nía de una cla­se, es decir, como con­te­ni­do prin­ci­pal del sis­te­ma social que podrá tener for­mas diver­sas, más o menos demo­crá­ti­cas. Del mis­mo modo que el capi­ta­lis­mo cono­ce dife­ren­tes regí­me­nes de domi­na­ción de la cla­se bur­gue­sa, según las nece­si­da­des de la épo­ca o del momen­to, inclu­yen­do for­mas de fas­cis­mo, monar­quías abso­lu­tas y par­la­men­ta­rias, bona­par­tis­mos y repú­bli­cas de diver­so signo, tam­bién el domi­nio de cla­se del pro­le­ta­ria­do podrá tener diver­sas for­mas. El ejem­plo de la Comu­na de París mos­tró a Marx la nece­si­dad de ejer­cer la vio­len­cia para ani­qui­lar la resis­ten­cia del enemi­go de cla­se, evi­tan­do así que se repi­tie­sen los erro­res que deri­va­ron en la masa­cre que puso fin a la expe­rien­cia de los com­mu­nards. En todo caso, será esa una «dic­ta­du­ra» de la mayo­ría tra­ba­ja­do­ra sobre la mino­ría bur­gue­sa, cons­ti­tu­yen­do al mis­mo tiem­po una demo­cra­cia supe­rior fren­te a la mera­men­te for­mal vigen­te en el capi­ta­lis­mo y evi­tan­do, eso sí, la rein­tro­duc­ción de los meca­nis­mos mate­ria­les de repro­duc­ción del capital.

En cuan­to a la con­cre­ción his­tó­ri­ca de todo eso en el siglo XX, habría que empe­zar por expli­car que es a par­tir del ago­ta­mien­to de toda posi­bi­li­dad de desa­rro­llo social del modo de pro­duc­ción capi­ta­lis­ta que sur­ge la nece­si­dad y posi­bi­li­dad de cons­truc­ción de un mode­lo social supe­rior, el socia­lis­mo. El hecho de que fue­se en socie­da­des de capi­ta­lis­mo atra­sa­do que sur­gie­sen pro­ce­sos revo­lu­cio­na­rios de tran­si­ción al socia­lis­mo y la inca­pa­ci­dad de su exten­sión a paí­ses avan­za­dos mar­có los lími­tes de aque­llas tran­si­cio­nes y pro­ble­mas como el for­ta­le­ci­mien­to impres­cin­di­ble del Esta­do y no su supera­ción como for­ma social.

Mi impre­sión es que las expe­rien­cias del siglo XX fue­ron muy enri­que­ce­do­ras a pesar de sus limi­ta­cio­nes y que sir­vie­ron para que una nue­va ola revo­lu­cio­na­ria pue­die­ra avan­zar sobre su ejem­plo, como en su día ellas hicie­ron en rela­ción a las revo­lu­cio­nes euro­peas de 1848 o a la Comu­na de París de 1871. La his­to­ria no ha ter­mi­na­do y no ten­go dudas sobre la aper­tu­ra de nue­vas opor­tu­ni­da­des, aun­que tam­po­co tene­mos garan­tías de que una nue­va civi­li­za­ción socia­lis­ta, la que Marx pri­me­ro lla­mó «eman­ci­pa­ción huma­na» y des­pués «comu­nis­mo», vaya a llegar.

Hábla­nos de Engels y la impor­tan­cia que le das en la obra de Marx…

Bien, en reali­dad es un hecho cono­ci­do que Engels, a pesar de ser un miem­bro de la cla­se bur­gue­sa indus­trial ale­ma­na, se con­vir­tió en fir­me mili­tan­te y teó­ri­co comu­nis­ta antes que el pro­pio Marx, y que le sir­vió de refe­ren­te para su intro­duc­ción al estu­dio crí­ti­co de la eco­no­mía bur­gue­sa. Es decir, no exa­ge­ra­mos si reco­no­ce­mos en Engels una pie­za impres­cin­di­ble en la cons­truc­ción del socia­lis­mo cien­tí­fi­co, así como en el tra­ba­jo polí­ti­co de ambos, tan­to por su influen­cia en Marx como por sus con­tri­bu­cio­nes teó­ri­cas con­cre­tas, y tan­to en vida de Marx como des­pués de su muer­te, sien­do tam­bién su prin­ci­pal divulgador.

El Mani­fies­to del Par­ti­do Comu­nis­ta escri­to entre Marx y Engels sigue sien­do un docu­men­to úni­co en inter­pre­tar la his­to­ria… ¿Com­par­tes esta opinión?

Sin duda, es así. A pesar de su redu­ci­da exten­sión, sin­te­ti­za de modo genial las tesis del movi­mien­to revo­lu­cio­na­rio lide­ra­do por Marx y Engels, pero tam­bién del socia­lis­mo cien­tí­fi­co, situan­do ya abier­ta­men­te la posi­ción cen­tral y las tareas de la cla­se tra­ba­ja­do­ra para la supera­ción del mun­do bur­gués-capi­ta­lis­ta. Si bien eso está ya pre­sen­te en su obra ante­rior (Mise­ria de la filo­so­fía, de 1846), el Mani­fies­to lo pre­sen­ta de modo sin­té­ti­co y bajo res­pon­sa­bi­li­dad colec­ti­va, como pro­gra­ma de la Liga de los Comu­nis­tas. Su influen­cia pos­te­rior has­ta hoy nadie pue­de negar­la, cons­ti­tu­yen­do la mayor prue­ba de su valía.

¿Pien­sas que Lenin ha sido quien mejor ha inter­pre­ta­do a Marx y lle­va­do a la prác­ti­ca sus teorías?

Debo admi­tir que sien­to una espe­cial admi­ra­ción por la figu­ra de Lenin y diría que sí, que es tal vez el úni­co que alcan­za un gra­do com­pa­ra­ble al de Marx como talen­to teó­ri­co, con una obra monu­men­tal en exten­sión y varie­dad, que no deja de sor­pren­der cuan­do tene­mos en cuen­ta que, en simul­tá­neo, fue capaz de orga­ni­zar y diri­gir la toma del poder por un peque­ño par­ti­do, que con­si­guió ganar los cora­zo­nes de millo­nes de habi­tan­tes del anti­guo impe­rio zaris­ta. Tam­bién me pare­ce admi­ra­ble su capa­ci­dad crí­ti­ca de la reali­dad, lejos de todo dog­ma­tis­mo y con gran fer­ti­li­dad teó­ri­ca, lo que tam­bién lo acer­ca al genio ale­mán que, sin duda, era su prin­ci­pal refe­ren­te teó­ri­co. Sus estu­dios de tipo eco­nó­mi­co sobre la implan­ta­ción del capi­ta­lis­mo en Rusia, en polé­mi­ca con los popu­lis­tas; la pos­te­rior dispu­ta con las corrien­tes refor­mis­tas y eco­no­mi­cis­tas en la cons­truc­ción del Par­ti­do Bol­che­vi­que; inclu­so la pug­na en el inte­rior de la direc­ción de este duran­te el pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio para orien­tar­lo a la toma del poder y, des­pués, su fle­xi­bi­li­dad tác­ti­ca para rec­ti­fi­car, por ejem­plo, reto­man­do par­cial­men­te el mer­ca­do en tiem­pos de la NEP para sal­var el país del colap­so e inclu­so avan­zan­do par­te de los pro­ble­mas que irían a afec­tar a la revo­lu­ción en los años pos­te­rio­res a su muerte… 

Tam­po­co podría olvi­dar, como galle­go, sus posi­cio­nes avan­za­das en mate­ria de dere­chos nacio­na­les, enfren­tán­do­se a la corrien­te chau­vi­nis­ta en su pro­pio par­ti­do antes y des­pués de la toma del poder. Tam­bién ahí Lenin ape­ló a la posi­ción de Marx en rela­ción a la lucha del pue­blo irlan­dés, afir­man­do fren­te a otros líde­res bol­che­vi­ques la vigen­cia de la lucha nacio­nal tam­bién en la Euro­pa Occi­den­tal. Me pare­ce, en defi­ni­ti­va, el mayor líder revo­lu­cio­na­rio de la his­to­ria y el más sóli­do segui­dor de las ideas de Marx, sin duda. 

Voy a ir aca­ban­do, no deseo acri­bi­llar­te a cues­tio­nes… ¿Cual es el esta­do de salud del mar­xis­mo hoy día en 2019 en el mun­do y en las nacio­nes como la tuya y la mía sin Estado?

Como dije, creo que la izquier­da a nivel mun­dial sufrió una derro­ta his­tó­ri­ca con el fin del lla­ma­do «cam­po socia­lis­ta», de la cual está lejos de recu­pe­rar­se. A día de hoy, el mar­xis­mo está fue­ra de los pro­gra­mas de la inmen­sa mayo­ría de fuer­zas sig­ni­fi­ca­ti­vas de izquier­da, lo que es espe­cial­men­te visi­ble en Euro­pa, y en su lugar con­te­ni­dos social-demó­cra­tas y pos­mo­der­nos se pre­sen­tan como alter­na­ti­vas mora­li­za­do­ras a la uni­ver­sa­li­za­ción del para­dig­ma neo­li­be­ral, que no es más que la for­ma actual del capi­ta­lis­mo de siempre.

Es por eso que con­si­de­ro impres­cin­di­ble vol­ver a Marx. Estu­diar su obra, evi­tan­do cual­quier doc­tri­na­ris­mo y apli­can­do la crí­ti­ca a todo lo exis­ten­te, como él siem­pre defen­dió. Recu­pe­rar la cen­tra­li­dad de la cla­se como úni­ca vía de trans­for­ma­ción radi­cal de la reali­dad, en un mun­do capi­ta­lis­ta que cami­na hacia el desas­tre civi­li­za­cio­nal. Sin negar el papel de las lla­ma­das «luchas extra­eco­nó­mi­cas», que en reali­dad están inclui­das y deter­mi­na­das por las luchas de cla­ses, debe­mos ser capa­ces de inte­grar­las todas, evi­tan­do la frag­men­ta­ción y recons­tru­yen­do una lucha común por la revo­lu­ción socia­lis­ta. Todo ello sin con­fun­dir inter­na­cio­na­lis­mo con fal­sos cos­mo­po­li­tis­mos. Las luchas se desa­rro­lla­ran a par­tir de cada reali­dad nacio­nal, pero en coor­di­na­ción con la pers­pec­ti­va de que, tal como el capi­ta­lis­mo tie­ne dimen­sión mun­dial, el pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio solo podrá ven­cer con suce­si­vas vic­to­rias en más y más paí­ses, inclu­yen­do los del cen­tro del sis­te­ma. Las nacio­nes opri­mi­das debe­rán jugar su papel ahí, con pro­ta­go­nis­mo de la cla­se tra­ba­ja­do­ra, como ya lo juga­ron en todas y cada una de las revo­lu­cio­nes del siglo XX.

Bueno… eske­rrik asko, sé que estás muy ocu­pa­do por tus múl­ti­ples obli­ga­cio­nes labo­ra­les y mili­tan­tes, un gus­to char­lar con­ti­go. Segui­mos en la lucha, gale­ga-vas­ca o vas­ca-gale­ga, que en el fon­do es la misma.

Mui­to obri­ga­do eu!

21 de enero de 2019

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