La terri­ble des­truc­ción que se pla­nea ‎para la «Cuen­ca del Caribe»

En una serie de artícu­los ante­rio­res pre­sen­ta­mos en este mis­mo sitio web el plan del South­Com (que los ‎lati­no­ame­ri­ca­nos desig­nan como el «Coman­do Sur» esta­dou­ni­den­se) des­ti­na­do a pro­vo­car una ‎gue­rra entre nacio­nes lati­no­ame­ri­ca­nas para des­truir los Esta­dos en todos los paí­ses de la ‎lla­ma­da «Cuen­ca del Caribe».‎

La pre­pa­ra­ción de una gue­rra de esa enver­ga­du­ra, suce­so­ra de la serie de con­flic­tos pro­vo­ca­dos ‎en el «Medio Orien­te amplia­do» (o «Gran Medio Orien­te»), es un pro­ce­so que exi­ge alre­de­dor ‎de 10 años.‎

Des­pués de la fase de des­es­ta­bi­li­za­ción eco­nó­mi­ca y del ‎sub­si­guien­te perio­do de pre­pa­ra­ción mili­tar, la ope­ra­ción pro­pia­men­te dicha debe­ría comen­zar en ‎los pró­xi­mos años con una agre­sión mili­tar con­tra Vene­zue­la. En esa agre­sión par­ti­ci­pa­rían Bra­sil ‎‎(con apo­yo de Israel), Colom­bia (alia­da de Esta­dos Uni­dos) y Guya­na (o sea, el Rei­no Unido).

Ven­drían des­pués agre­sio­nes mili­ta­res con­tra Cuba y Nica­ra­gua, los dos paí­ses que com­ple­tan la ‎‎«troi­ka de la tira­nía», según el con­se­je­ro esta­dou­ni­den­se de segu­ri­dad nacio­nal John Bol­ton.‎ Pero el plan ini­cial pudie­ra ver­se modi­fi­ca­do, prin­ci­pal­men­te por las nue­vas ambi­cio­nes ‎impe­ria­les del Rei­no Uni­do, que ‎podría ejer­cer cier­ta influen­cia sobre el Pentágono.

Vea­mos el pano­ra­ma actual.

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La evo­lu­ción de Venezuela

El pre­si­den­te boli­va­riano Hugo Chá­vez había desa­rro­lla­do rela­cio­nes con el «Gran ‎Medio Orien­te» sobre una base ideo­ló­gi­ca. Chá­vez se acer­có prin­ci­pal­men­te al enton­ces ‎pre­si­den­te de Irán, Mah­mud Ahma­di­ne­yad, y al pre­si­den­te sirio Bachar al-Assad. Jun­tos, estos ‎tres pre­si­den­tes habían con­ce­bi­do la posi­bi­li­dad de fun­dar una nue­va orga­ni­za­ción ‎inter­gu­ber­na­men­tal –el «Movi­mien­to de Alia­dos Libres» – , siguien­do un mode­lo simi­lar al del ‎Movi­mien­to de Paí­ses No Ali­nea­dos, actual­men­te para­li­za­do este últi­mo por el ali­nea­mien­to de ‎cier­tos miem­bros tras las polí­ti­cas de Esta­dos Unidos.‎

El actual pre­si­den­te de Vene­zue­la, Nico­lás Madu­ro, man­tie­ne el dis­cur­so de Hugo Chá­vez pero ha ‎opta­do por una polí­ti­ca exte­rior diferente.

Madu­ro sigue ade­lan­te con la polí­ti­ca de acer­ca­mien­to a Rusia, reci­bien­do en Vene­zue­la la visi­ta ‎de bom­bar­de­ros estra­té­gi­cos rusos y fir­man­do con Mos­cú un con­tra­to para la impor­ta­ción de ‎‎600 000 tone­la­das de tri­go, que per­mi­ti­rá enfren­tar la esca­sez en Vene­zue­la. Más impor­tan­te ‎aún, Rusia inver­ti­rá en Vene­zue­la 6.000 millo­nes de dóla­res, de los cua­les 5.000 millo­nes irán al ‎sec­tor petro­le­ro. Inge­nie­ros rusos reem­pla­za­rán en ese sec­tor a los espe­cia­lis­tas vene­zo­la­nos que ‎aban­do­na­ron su país atraí­dos por los can­tos de sire­na de las com­pa­ñías extranjeras.

>Nico­lás Madu­ro ha reor­ga­ni­za­do las alian­zas de su país sobre bases nue­vas, esta­ble­cien­do ‎estre­chos víncu­los con Tur­quía, un país miem­bro de la OTAN y cuyas tro­pas ocu­pan actual­men­te ‎amplios terri­to­rios en el nor­te de Siria. En el mar­co de esas rela­cio­nes, Madu­ro ha via­ja­do ‎‎cua­tro veces a Estam­bul y el pre­si­den­te tur­co Recep Tay­yip Erdo­gan visi­tó Cara­cas recientemente.

Sui­za fue un país alia­do de Hugo Chá­vez, lle­gan­do inclu­so a impar­tir­le con­se­jos para la redac­ción ‎de la actual Cons­ti­tu­ción de la Repú­bli­ca Boli­va­ria­na. Actual­men­te, por temor a no poder seguir ‎tra­tan­do en Sui­za el oro vene­zo­lano, Nico­lás Madu­ro lo envía a Tur­quía para con­ver­tir ‎el mine­ral bru­to en lin­go­tes. En el pasa­do, ese oro que­da­ba depo­si­ta­do en ban­cos sui­zos como ‎garan­tía del cum­pli­mien­to de los con­tra­tos de expor­ta­ción de petró­leo. Aho­ra, los fon­dos ‎pro­ve­nien­tes de las ven­tas de petró­leo se trans­fie­ren a Tur­quía mien­tras que el oro ya con­ver­ti­do ‎en lin­go­tes regre­sa a Vene­zue­la. Esta orien­ta­ción pue­de inter­pre­tar­se como basa­da ya no en ‎una ideo­lo­gía sino en intere­ses, que­dan­do por defi­nir qué tipo de intereses.

Al mis­mo tiem­po, Vene­zue­la está sien­do blan­co de una cam­pa­ña de des­es­ta­bi­li­za­ción que ‎comen­zó con mani­fes­ta­cio­nes anti­gu­ber­na­men­ta­les extre­ma­da­men­te vio­len­tas (las lla­ma­das ‎‎«gua­rim­bas»), antes de pasar al inten­to de gol­pe de Esta­do de febre­ro de 2015 (la «Ope­ra­ción ‎Jeri­có») y a ata­ques con­tra la mone­da vene­zo­la­na y la orques­ta­ción de una ola migra­to­ria. En ese ‎con­tex­to, Tur­quía pro­por­cio­nó a Vene­zue­la la posi­bi­li­dad de sor­tear las san­cio­nes ‎esta­dou­ni­den­ses. Los inter­cam­bios entre ambos paí­ses se mul­ti­pli­ca­ron por 15 duran­te el ‎pasa­do año 2018.

Sea cual sea la evo­lu­ción del «régi­men» de Vene­zue­la, nada jus­ti­fi­ca lo que hoy se pre­pa­ra ‎en con­tra de la pobla­ción de ese país.

Coor­di­na­ción de los medios logísticos

Des­de el 31 de julio y has­ta el 12 de agos­to de 2017, el «Coman­do Sur» (South­Com) orga­ni­zó un ‎gran ejer­ci­cio mili­tar con la par­ti­ci­pa­ción de más de 3 000 efec­ti­vos pro­ve­nien­tes de 25 paí­ses alia­dos –‎entre ellos Fran­cia y Rei­no Uni­do. El obje­ti­vo era la pre­pa­ra­ción de un des­em­bar­co relám­pa­go de ‎tro­pas en Venezuela.

Colom­bia

Colom­bia es un Esta­do, pero no lle­ga a ser una nación. La pobla­ción colom­bia­na vive divi­di­da en ‎cla­ses socia­les geo­grá­fi­ca­men­te sepa­ra­das. Casi nin­gún colom­biano se aven­tu­ra en un barrio ‎per­te­ne­cien­te a una cla­se social que no sea la suya. Esta estric­ta sepa­ra­ción geo­grá­fi­ca ‎en fun­ción de las cla­ses o cate­go­rías socia­les ha hecho posi­ble la mul­ti­pli­ca­ción de fuer­zas para­mi­li­ta­res y, ‎por con­si­guien­te, los con­flic­tos arma­dos inter­nos que han deja­do en Colom­bia más de 220 000 muer­tos en ‎unos 30 años.

Des­de su lle­ga­da al poder, en agos­to de 2018, el pre­si­den­te colom­biano Iván Duque ha hecho ‎tam­ba­lear­se la frá­gil paz que su pre­de­ce­sor, Juan Manuel San­tos, ya había con­clui­do con las ‎FARC (Fuer­zas Arma­das Revo­lu­cio­na­rias de Colom­bia) y que esta­ba por con­cre­tar­se con el ELN ‎‎(Ejér­ci­to de Libe­ra­ción Nacio­nal). Duque no ha exclui­do la opción de una inter­ven­ción mili­tar ‎con­tra Vene­zue­la. Según reve­la­cio­nes del pre­si­den­te Nico­lás Madu­ro, Esta­dos Uni­dos entre­na ‎actual­men­te 734 mer­ce­na­rios en un cam­pa­men­to de la región colom­bia­na de Tona, para ‎uti­li­zar­los en una ope­ra­ción de «ban­de­ra fal­sa»1 des­ti­na­da a ‎des­atar la gue­rra con­tra Vene­zue­la. Debi­do a la par­ti­cu­la­ri­dad socio­ló­gi­ca de Colom­bia, no es ‎posi­ble decir con cer­te­za si ese cam­po de entre­na­mien­to está o no bajo con­trol del gobierno de ‎Bogo­tá. ‎‎

Guya­na

En el siglo 19, las poten­cias colo­nia­les se pusie­ron de acuer­do sobre el tra­za­do de la fron­te­ra ‎entre la Gua­ya­na bri­tá­ni­ca (la actual Repú­bli­ca Coope­ra­ti­va de Guya­na) y la Gua­ya­na holan­de­sa ‎‎(hoy Repú­bli­ca de Suri­nam). Pero nin­gún tex­to fijó la fron­te­ra entre la zona bri­tá­ni­ca y la zona ‎espa­ño­la (la actual Vene­zue­la). Hoy en día, Guya­na admi­nis­tra de fac­to 160 000 kiló­me­tros ‎cua­dra­dos de jun­gla aún suje­tos a liti­gio con Vene­zue­la. En vir­tud del acuer­do de Gine­bra del 17 ‎de febre­ro de 1966, ambos paí­ses recu­rrie­ron al enton­ces secre­ta­rio gene­ral de la ONU –el ‎bir­mano U Thant. Pero la solu­ción sigue pen­dien­te. Guya­na pro­po­ne poner el pro­ble­ma en manos ‎de la Cor­te de Arbi­tra­je de la ONU mien­tras que Vene­zue­la pre­fie­re la nego­cia­ción direc­ta entre ‎los dos países.

Este dife­ren­do terri­to­rial no pare­cía urgen­te ya que la zona en dispu­ta es una jun­gla des­po­bla­da ‎que apa­ren­te­men­te care­cía de valor, pero se tra­ta de un inmen­so espa­cio que repre­sen­ta ‎dos ter­ce­ras par­tes de Guya­na. El acuer­do de Gine­bra ha sido vio­la­do 15 veces por Guya­na, ‎por ejem­plo auto­ri­zan­do la explo­ta­ción de una mina de oro en ese terri­to­rio. Pero lo más ‎impor­tan­te apa­re­ció en 2015 cuan­do Exxon­Mo­bil des­cu­brió petró­leo en el Atlán­ti­co, ‎pre­ci­sa­men­te en las aguas terri­to­ria­les de la zona en disputa.

La pobla­ción de Guya­na se com­po­ne en un 40% de des­cen­dien­tes de indios2, un 30% de des­cen­dien­tes de afri­ca­nos, un 20% de ‎mes­ti­zos y un 10% de pobla­cio­nes autóc­to­nas ame­rin­dias. Los indios están muy pre­sen­tes en los ‎orga­nis­mos públi­cos de Guya­na y los des­cen­dien­tes de afri­ca­nos son mayo­ría en el ejército.

El 21 de diciem­bre de 2018, una moción de cen­su­ra fue pre­sen­ta­da en el par­la­men­to guya­nés ‎con­tra el gobierno del pre­si­den­te David Gran­ger, un gene­ral pro­bri­tá­ni­co y anti­ve­ne­zo­lano, que ‎lle­gó al poder en 2015. Para sor­pre­sa de todos, un dipu­tado –Cha­rran­das Per­saud– votó con­tra su ‎pro­pio par­ti­do pro­vo­can­do así la caí­da del gobierno, cuya mayo­ría se limi­ta­ba a un solo voto. ‎Guya­na vive des­de enton­ces una situa­ción de gra­ve ines­ta­bi­li­dad. Se igno­ra si el pre­si­den­te ‎Gran­ger, actual­men­te bajo qui­mio­te­ra­pia, será capaz de con­ti­nuar ejer­cien­do sus fun­cio­nes ‎mien­tras que el dipu­tado Cha­rran­das Per­saud tuvo que aban­do­nar la sede del par­la­men­to ‎uti­li­zan­do una sali­da de esca­pe y huyó a Canadá.

El 22 de diciem­bre de 2018, en medio de la cri­sis guber­na­men­tal guya­ne­sa, dos bar­cos ‎con­tra­ta­dos por la trans­na­cio­nal esta­dou­ni­den­se Exxon­Mo­bil –el Ram­form Thethys, con ban­de­ra ‎de Baha­mas, y el Del­ta Monarch, de Tri­ni­dad y Toba­go– ini­cia­ron tra­ba­jos de pros­pec­ción en la ‎zona en dispu­ta con Vene­zue­la3‎. Con­si­de­ran­do que se tra­ta­ba de una vio­la­ción del acuer­do ‎de Gine­bra, la mari­na de Vene­zue­la expul­só los dos bar­cos de la zona en dispu­ta. El minis­te­rio de ‎Exte­rio­res de Guya­na denun­ció el hecho como un acto hostil.‎

El 30 de diciem­bre, el minis­tro de Defen­sa del Rei­no Uni­do, Gavin William­son, decla­ró al ‎‎Sun­day Times que la Coro­na pone fin a la doc­tri­na de des­co­lo­ni­za­ción que Whi­tehall venía ‎siguien­do des­de el fias­co fran­co-bri­tá­ni­co de Suez, en 1956. Por con­si­guien­te, Lon­dres, que hoy cuen­ta con bases mili­ta­res en Gibral­tar, ‎Chi­pre, en la isla de Die­go Gar­cia y en las islas Mal­vi­nas, se pre­pa­ra aho­ra para abrir una nue­va ‎base mili­tar en el Cari­be, qui­zás en la isla de Mon­se­rrat pero más pro­ba­ble­men­te en Guya­na. Esa ‎nue­va base mili­tar bri­tá­ni­ca debe­ría ser ope­ra­cio­nal en 2022.‎

El otro vecino de Guya­na es Suri­nam (la Gua­ya­na holan­de­sa). El pre­si­den­te de Suri­nam, Desi ‎Bou­ter­se, está acu­sa­do en Euro­pa de trá­fi­co de dro­gas en un caso ante­rior a su elec­ción. Pero ‎su hijo, Dino Bou­ter­se, fue arres­ta­do en Pana­má, en 2013, a pesar de que había entra­do a ese ‎país con un pasa­por­te diplo­má­ti­co. De Pana­má, Dino Bou­ter­se fue extra­di­ta­do a Esta­dos Uni­dos, ‎don­de fue con­de­na­do a 16 años de cár­cel por trá­fi­co de dro­gas, pero en reali­dad fue por­que ‎esta­ba ins­ta­lan­do el Hez­bo­llah liba­nés en Surinam.

Bra­sil

En mayo de 2016, Hen­ri­que Mei­re­lles, minis­tro de Finan­zas del gobierno de tran­si­ción del líbano-‎brasileño Michel Temer, desig­nó como direc­tor del Ban­co Cen­tral de Bra­sil al israe­lo-bra­si­le­ño Ilan ‎Gold­fajn. Mei­re­lles, quien pre­si­día ade­más el Comi­té Pre­pa­ra­to­rio de los Jue­gos Olím­pi­cos, ‎recu­rrió tam­bién al ejér­ci­to israe­lí (Tsahal) para coor­di­nar el tra­ba­jo del ejér­ci­to y de la poli­cía ‎bra­si­le­ños en cuan­to a garan­ti­zar la segu­ri­dad de la cita olím­pi­ca. Al con­tro­lar simul­tá­nea­men­te ‎el Ban­co Cen­tral, el ejér­ci­to y la poli­cía, Israel no encon­tró la menor difi­cul­tad para incen­ti­var las ‎pro­tes­tas con­tra la corrup­ción entre los diri­gen­tes del Par­ti­do de los Trabajadores.

Cre­yen­do que la enton­ces pre­si­den­te de Bra­sil, Dil­ma Rous­seff, había mani­pu­la­do las cuen­tas ‎públi­cas en el mar­co del escán­da­lo de Petro­bras –la empre­sa mayo­ri­ta­ria­men­te esta­tal que ‎comer­cia­li­za el petró­leo bra­si­le­ño– el par­la­men­to des­ti­tu­yó a la man­da­ta­ria en agos­to de 2016, ‎a pesar de que no había hechos com­pro­ba­dos que per­mi­tie­sen incriminarla.

En medio de la cam­pa­ña elec­to­ral de 2018, el can­di­da­to a la pre­si­den­cia de Bra­sil, Jair Bol­so­na­ro, ‎se fue a Israel, a bau­ti­zar­se en las aguas del río Jor­dán, garan­ti­zan­do así el voto masi­vo a su favor ‎de los elec­to­res vin­cu­la­dos a las igle­sias evangélicas.

Jair Bol­so­na­ro ganó la elec­ción tenien­do como can­di­da­to a la vice­pre­si­den­cia al gene­ral Hamil­ton ‎Mou­rao. Duran­te la eta­pa de tran­si­ción, el gene­ral Hamil­ton Mou­rao decla­ró públi­ca­men­te que ‎Bra­sil tenía que pre­pa­rar­se para enviar un con­tin­gen­te mili­tar a Vene­zue­la como «fuer­za de ‎paz»… des­pués del derro­ca­mien­to del pre­si­den­te Nico­las Madu­ro. Esas pala­bras cons­ti­tu­yen una ‎ame­na­za casi des­ca­ra­da, a la que Bol­so­na­ro tra­tó de res­tar importancia. 

El 3 de enero de 2019, en entre­vis­ta con­ce­di­da al canal de tele­vi­sión SBT, el ya pre­si­den­te ‎Bol­so­na­ro men­cio­nó nego­cia­cio­nes con el Pen­tá­gono con vis­tas a la aper­tu­ra de una base mili­tar ‎esta­dou­ni­den­se en Bra­sil. Esta decla­ra­ción ha encon­tra­do fuer­te opo­si­ción en el seno de las fuer­zas ‎arma­das bra­si­le­ñas, don­de se esti­ma que Bra­sil es total­men­te capaz de defen­der­se solo.

En oca­sión de su inves­ti­du­ra, el 2 de enero de 2019, el fla­man­te pre­si­den­te Bol­so­na­ro se reu­nió ‎con el pri­mer minis­tro de Israel, Ben­ya­min Netan­yahu. Era la pri­me­ra vez que una per­so­na­li­dad ‎israe­lí de tan alto nivel via­ja­ba a Bra­sil. El pre­si­den­te Bol­so­na­ro apro­ve­chó la opor­tu­ni­dad para ‎anun­ciar que la emba­ja­da bra­si­le­ña en Tel Aviv va a ser tras­la­da­da a Jerusalén.‎

El secre­ta­rio de Esta­do esta­dou­ni­den­se, Mike Pom­peo, quien tam­bién asis­tió a la inves­ti­du­ra de ‎Bol­so­na­ro, se reu­nió en Bra­sil con el minis­tro de Exte­rio­res de Perú, Nés­tor Popo­li­zio, y anun­ció ‎jun­to al nue­vo pre­si­den­te bra­si­le­ño su inten­ción de luchar a su lado con­tra los «regí­me­nes ‎auto­ri­ta­rios» de Vene­zue­la y Cuba. En su via­je de regre­so a Esta­dos Uni­dos, Pom­peo hizo esca­la ‎en Bogo­tá para reu­nir­se con el pre­si­den­te colom­biano, Iván Duque. Ambos se con­cer­ta­ron para ‎tra­ba­jar jun­tos con vis­ta a ais­lar a Vene­zue­la en el plano diplomático.

El 4 de enero de 2019, los 14 paí­ses miem­bros del lla­ma­do «Gru­po de Lima» (entre los que ‎se encuen­tran Bra­sil, Colom­bia y Guya­na) se reu­nie­ron para emi­tir un comu­ni­ca­do don­de ‎decla­ran «ile­gí­ti­mo» el nue­vo man­da­to del pre­si­den­te Nico­lás Madu­ro, que comien­za el 10 de ‎enero. Méxi­co se negó a fir­mar ese comunicado. ‎

Por otro lado, 6 paí­ses del gru­po acu­di­rán al Tri­bu­nal Penal Inter­na­cio­nal para acu­sar al ‎pre­si­den­te Madu­ro de «crí­me­nes con­tra la humanidad».

Es evi­den­te que está en mar­cha el pro­ce­so que debe lle­var a la gue­rra. Están en jue­go fuer­zas ‎enor­mes y pocas cosas pue­den aún lle­gar a detenerlas.

Es en este con­tex­to que Rusia está estu­dian­do la posi­bi­li­dad de abrir una base aero­na­val ‎per­ma­nen­te en Vene­zue­la. La Orchi­la –la isla don­de estu­vo rete­ni­do el pre­si­den­te Hugo Chá­vez ‎duran­te la inten­to­na gol­pis­ta de abril de 2002– ofre­ce las con­di­cio­nes nece­sa­rias para el ‎esta­cio­na­mien­to de bom­bar­de­ros estra­té­gi­cos. Esto sería para Esta­dos Uni­dos unaa­me­na­za ‎mucho mayor que los misi­les sovié­ti­cos des­ple­ga­dos en Cuba, en octu­bre de 1962.

Thierry Meys­san

8 de enero de 2019

  1. Una «ope­ra­ción de ban­de­ra fal­sa», fal­se flag, es ‎una pro­vo­ca­ción per­pe­tra­da de mane­ra que pue­da atri­buir­se a la par­te adver­sa, pro­por­cio­nan­do ‎así el pre­tex­to que jus­ti­fi­ca­rá una acción de «res­pues­ta». Nota de la Red Voltaire.
  2. No se tra­ta de ‎ame­rin­dios –pobla­do­res autóc­to­nos de la región– sino de des­cen­dien­tes de fami­lias pro­ve­nien­tes ‎de la India. Nota de la Red Voltaire.
  3. El 9 de enero de 2019, o sea al día siguien­te de la publi­ca­ción de este artícu­lo, el pre­si­den­te ‎Nico­lás Madu­ro pre­sen­tó en con­fe­ren­cia de pren­sa las prue­bas (gra­ba­cio­nes de video y de audio) ‎que demues­tran sin lugar a dudas que los bar­cos de pros­pec­ción que par­ti­ci­pa­ron en el inci­den­te marí­ti­mo se halla­ban en aguas terri­to­ria­les de la Repú­bli­ca Boli­va­ria­na de Vene­zue­la. Nota de la ‎‎Red Voltaire.

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