Por Guillermo Rivera, Resumen Latinoamericano*, 3 marzo 2020.
En todos los informes que publicó OACNUDH durante los ocho años
del gobierno Santos, sin excepción, hizo observaciones y recomendaciones a las
políticas.
Luego de las manifestaciones de inconformidad de los aliados del Gobierno
con el informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos ‑OACNUDH- , quisiera relatar mi experiencia con este
organismo para, a través de un espejo retrovisor constructivo, ofrecer un nuevo
elemento de juicio a la opinión pública.
La mayoría de los críticos del informe de OACNUDH han dicho que
este no es objetivo e incluso algunos han señalado que es violatorio de nuestra
soberanía y que la misión de este organismo en Colombia debería ser terminada
unilateralmente por el Gobierno. Todos ellos parten de la base de que este
organismo fue laxo con el gobierno Santos e injusto y subjetivo con el gobierno
Duque.
En el gobierno Santos, me desempeñé como Consejero presidencial de
Derechos Humanos, Viceministro del Interior y Ministro del Interior. En el
desarrollo de mis responsabilidades en esos cargos, tuve que relacionarme
permanentemente con la OACNUDH y en algunas ocasiones debí viajar a Ginebra a defender
las políticas del Gobierno, en especial durante el examen periódico universal
en mayo del 2018.
En todos los informes que publicó OACNUDH durante los ocho años
del gobierno Santos, sin excepción, hizo observaciones y recomendaciones a las
políticas nuestras. A quienes piensen lo contrario los invito a leerlos para
que corroboren lo que aquí digo. No es agradable para ningún gobierno recibir
observaciones porque todos, sin excepción, quieren acertar en sus políticas y
es legítimo que quieran recibir reconocimientos.
Lo que definitivamente no es adecuado es descalificar a un organismo
internacional de derechos humanos por hacer observaciones y
recomendaciones. En primer lugar, el concepto de la soberanía nacional
se ha relativizado en las ultimas décadas, sobre todo en materia de la
protección de los derechos humanos; de hecho, el artículo 93 de nuestra
Constitución reconoce que hacen parte de la misma carta política todos
los tratados internacionales suscritos por Colombia en materia de
derechos humanos, y, en segundo lugar, la OACNUDH tiene un equipo
calificado en el territorio y una gran experiencia tanto en Colombia
como en el exterior, que le permite hacer una observación integral de
las políticas de derechos humanos que desarrolle cada gobierno.
La experiencia internacional de las últimas décadas ha demostrado
que los países que se abren a la observación internacional en asuntos
tan sensibles como los derechos humanos, son los que salen adelante; en
cambio, los países que descalifican este tipo de observaciones y
promueven una especie de aislacionismo amparados en las tesis ya
superadas de la soberanía nacional son los que más se parecen a los
regímenes totalitarios. Por fortuna, el Gobierno no acogió la propuesta
que, en este sentido, lanzó un expresidente del Congreso.
* Guillermo Rivera, ex ministro del interior, ex representante a la Cámara. @riveraguillermo