Por Jorge Rachid* /Resumen Latinoamericano/5 de mayo 2020 -. — -
Todos sabemos que los términos, las palabras construyen sentido, también sabemos que las palabras empoderan a quienes la enarbolan con mayor énfasis y le otorgan contenido, de ahí el famoso dicho que dice: “quien nomina, domina”.
Si hay una palabra que ha sido usada y maltratada en múltiples sentidos, arrastrada y vilipendiada, tergiversada y humillada, es una palabra que resume una de las máximas aspiraciones de la Humanidad, siendo esa palabra Libertad.
En nombre de ella se han bombardeado ciudades y asesinado personas, se han ocupado países y se han construido cárceles clandestinas diseminadas por el mundo, para tener “un mundo libre”. En su nombre se impide la entrada de masas migrantes hambrientas y desplazadas por esas mismas conductas, en su nombre también se bloquean países, llevándolos al límites de su subsistencia, siempre en nombre de la Libertad.
Sin embargo la Libertad de Mercado es un bien absoluto, intocable, un Dios al cual rendir pleitesía en nombre de la libre competencia y la libertad de los individuos para “elegir”, siempre en el catálogo de ofertas que ofrece ese Mercado “occidental” y si quien propone esa Libertad es parte del “eje del mal” como China, Rusia, Irán u otros países castigados por no someterse al Dios Mercado occidental, son castigados, “porque no merecer se parte del Mercado Global”, por ser sus intenciones dominarlo.
Quien nomina, domina es el dicho y nunca mejor que ahora en tiempos de Pandemia y Cuarentena, que exigen remedios que protejan a los pueblos de una expansión generalizada de enfermedad, dolor y muerte, como la que nos enteramos en estos días, atónitos, de miles de cadáveres apilados en fosas comunes, sin poder ser identificados, por ejemplo en EEUU porque sus parientes migrantes no autorizados, no pueden arriesgarse a perder su Libertad, si los reclaman.
Sin embargo quienes no dudan en proclamar la Libertad de Mercado para los medicamentos, se oponen al único medicamento eficazmente reconocido para combatir el coronavirus, que es la Cuarentena. La quieren perforar en nombre de la Libertad, ante la medida del poder político democrático del gobierno nacional y popular, de proteger constitucionalmente, ese bien común que es la salud del pueblo argentino. No dudan, la Libertad es individual, aunque el Mercado nos mantiene cautivos, exigen esa Libertad aunque no quieren pagar los impuestos que impone la Ley, porque “ellos” son libres, no lo son ni sus trabajadores, ni el resto de los argentinos que con sacrificios nos cuidan a todos, incluso a “ellos”, porque hacen Cuarentena, porque trabajan recolectando sus basuras, porque atienden los hospitales y las emergencias, incluso de la “ellos”, que controlan en las rutas, que producen alimentos, que atienden las farmacias y dispensarios, para nuestro pueblo. Todos nos cuidamos, menos “ellos” en nombre de la Libertad que proclaman desde el egoísmo individualista, de los Trump y los Bolsonaro, que han provocado verdaderos genocidios en sus pueblos.
Como en toda crisis Pandémica, los que más las sufren son los más humildes, excluidos y trabajadores a los cuales el gobierna intenta proveer de un nivel de vida mínimo mientras dure la situación, por lo cual tiene que adquirir alimentos para 11 millones de personas, pero que “ellos” quieren poner el precio y declaran vacías las licitaciones estimulando, el conflicto social, para acabar con la Cuarentena que afecta sus intereses económicos.
Pero además quieren derrotar la Cuarentena por ser el punto de acumulación política más alto del gobierno nacional y popular, al cual no habían podido horadar, por lo cual recurrieron entonces a la Libertad en sentido inverso, negándose a la liberación de presos supuestamente irracional por parte del Ejecutivo. Es sabido que la Libertad la otorgan los jueces, algunos de los “ellos”, son jueces que procedieron a liberaciones indiscriminadas para originar el conflicto, convocar al pueblo desde una lógica entendible, una verdad provocada, como las causas armadas en el pasado, donde la Libertad no era un bien para quienes se perseguía políticamente, llevando a las cárceles a cientos de argentinos sin condena firme, pero con linchamiento social explícito.
Entonces esa maltratada palabra Libertad hoy es proclamada para derrotar la salud de los argentinos, es una consigna de muerte, no de vida, es una acción que atenta contra la salud del pueblo en su conjunto, que ofrecerá los muertos en aras del Dios Mercado Económico, que sin dudas debe ponerse en marcha, según “ellos”, porque así no se pueden vivir más, en su frase más difundida, de quienes son marginales en la política, pero predominantes en los medios de comunicación.
La Cuarentena es la medida sanitaria carrillista por excelencia, es el cuidado de la salud por encima de cualquier otro bien, porque nos viene dado, siendo el derecho humano fundamental, ya que un pueblo que no es sano no construye riqueza ni proyecta futuro, un pueblo sano trabaja y es incluido socialmente, la enfermedad margina, excluye y destruye al individuo y al núcleo familiar y social de su entorno.
Las políticas de control social de los “ellos” siempre basado en el disciplinamiento a través del control demográfico, como cuando canjeaban radios por amputaciones ginecológicas en Bolivia y Paraguay desde la CIA y la USAI de EEUU, o cuando se abrían consentimientos informados de ensayos clínicos en poblaciones analfabetas que firmaban sin saber, ante la vista de profesionales colonizados en nombre de la Libertad del Mercado farmacéutico, o cuando la epidemia de Ébola se mantiene en África por sólo mata personas de raza negra, o cuando mueren por día 24 mil personas, 8 mil de ellas niños, por hambre, pero la Libertad de los Mercados promete un futuro “derrame”.
Bueno en nuestro país, cuyo gobierno está bajo ataque por los sectores del privilegio y la reacción, aún en plena batalla contra el virus, se enarbola la palabra Libertad, para cercenar la Libertad de un pueblo de ser respetado en sus derechos constitucionales y de vida, como es la salud del conjunto, aunque afecte algunos nichos de poder, que pretenden enterrar la adhesión política que ha logrado el liderazgo del gobierno nacional y popular, al reafirmarse en la defensa de la vida, frente a los cultores del odio y la muerte.