Perú. Estra­te­gia de diver­si­fi­ca­ción y estruc­tu­ra pro­duc­ti­va en tiem­pos del Covid-19

Ger­mán Alar­co*/​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 21 de agos­to de 2020

La mag­ni­tud de la reduc­ción de los pues­tos de tra­ba­jo como resul­ta­do de la pan­de­mia ha sido dra­má­ti­ca. En Lima Metro­po­li­ta­na se han per­di­do en el tri­mes­tre de abril a junio de 2020 res­pec­to del mis­mo perio­do del año ante­rior 2.7 millo­nes de empleos y auto­em­pleos, y a los cua­les hay que sumar más de cien des­em­plea­dos adi­cio­na­les; en total el 36% de la pobla­ción en edad de tra­ba­jar. A nivel nacio­nal se aca­ba de repor­tar para el mis­mo perio­do una reduc­ción de 6.7 millo­nes de tra­ba­ja­do­res de la pobla­ción ocu­pa­da para el mis­mo perio­do: 39.6% menos. 

Efec­ti­va­men­te el infor­me del INEI con­si­de­ra el perio­do de mayor con­trac­ción de la pro­duc­ción anua­li­za­da: 40% en abril, 33% en mayo y pro­ba­ble­men­te entre 15 y 20% en junio. Al res­pec­to, es obvio que con el mayor nivel de acti­vi­dad eco­nó­mi­ca de julio y agos­to se incor­po­ren nue­vos pues­tos de tra­ba­jo; pero el pro­ble­ma que se vis­lum­bra es que no se recu­pe­ren a los nive­les pre­vios de la pan­de­mia aún has­ta el año 2022 o ini­cios de 2023 cuan­do se alcan­cen los nive­les de pro­duc­ción de 2019. Rou­bi­ni (2020) esti­ma que la reduc­ción del con­te­ni­do de mano de obra por uni­dad de pro­duc­to se con­trae­rá aún más por la suma de los cam­bios tec­no­ló­gi­cos inter­na­cio­na­les en cur­so y los impac­tos del Covid-19. De esta for­ma es poco pro­ba­ble que con el mode­lo de cre­ci­mien­to actual se pue­dan recu­pe­rar los nive­les de ocu­pa­ción per­di­da y menos incor­po­rar a los jóve­nes que ingre­san perió­di­ca­men­te al mer­ca­do de trabajo. 

Estra­te­gia equivocada

Es obvio que la mine­ría es impor­tan­te por su con­tri­bu­ción a la gene­ra­ción de divi­sas, al pro­duc­to e inver­sio­nes; pero es ilu­so pen­sar que pue­de ser el sec­tor cla­ve para dina­mi­zar toda la eco­no­mía perua­na en cir­cuns­tan­cias de una caí­da tan dra­má­ti­ca de los nive­les de ocu­pa­ción e ingre­so de la pobla­ción. La últi­ma tabla insu­mo pro­duc­to de la eco­no­mía perua­na para 2017 (INEI, 2019) seña­la que el sec­tor de hidro­car­bu­ros y mine­ría ocu­pa direc­ta­men­te a 215,000 tra­ba­ja­do­res (190,000 emplea­dos y 25,000 auto emplea­dos) res­pec­to de una pobla­ción ocu­pa­da total de 16.9 millo­nes de tra­ba­ja­do­res; sólo el 1.3% del total. En ese mis­mo año su con­tri­bu­ción a la pro­duc­ción bru­ta fue del 9%.

Hay mucha mito­lo­gía tan­to sobre su apor­ta­ción a los ingre­sos fis­ca­les que se ha redu­ci­do cada vez más a lo lar­go del tiem­po, como los efec­tos indi­rec­tos de esta acti­vi­dad sobre la gene­ra­ción de empleo. El esque­ma de rega­lías mine­ras de 2011 se esta­ble­ció sobre los ingre­sos netos y los gas­tos de las empre­sas han cre­ci­do de mane­ra mayor que pro­por­cio­nal a sus ingre­sos. Para 2018 la apor­ta­ción neta total del sec­tor mine­ro suman­do impues­tos y rega­lías fue menor al 8% de los ingre­sos bru­tos, por deba­jo del Quin­to Real (20%), recor­da­do por el Prof. Man­co Zaco­net­ti, que paga­ban duran­te el Virreinato. 

Des­de años atrás el gre­mio empre­sa­rial mine­ro insis­te en seña­lar que un empleo en la mine­ría gene­ra 10 adi­cio­na­les en las otras acti­vi­da­des eco­nó­mi­cas (2012). Lue­go lo ha redu­ci­do a 5. Este tema lo hemos comen­ta­do ante­rior­men­te en una colum­na titu­la­da inter­re­la­cio­nes mine­ras fan­ta­sio­sas don­de lo están­dar es que se ubi­que entre 2 y 3. Hay más empleo duran­te la fase de cons­truc­ción de una mina que duran­te la ope­ra­ti­va. La gene­ra­ción de un empleo direc­to en la gran mine­ría es de alre­de­dor de US$ 2.5 millo­nes, 10 y 100 veces más que el valor en la indus­tria manu­fac­tu­re­ra moder­na y de una peque­ña empre­sa res­pec­ti­va­men­te. La mine­ría es muy rele­van­te para el país; hay que desa­rro­llar toda la que sea posi­ble en armo­nía con el ambien­te y la socie­dad. Sin embar­go, no requie­re acti­vi­dad pro­mo­cio­nal alguna.

Impac­tos sec­to­ria­les negativos

La car­te­ra actual de inver­sio­nes del sec­tor mine­ro ascien­de a US$ 57,000 millo­nes, de la cual el 71% corres­pon­de a cobre. Esta con­cen­tra­ción en un solo pro­duc­to no es posi­ti­va, más aún cuan­do se plan­tea un esce­na­rio de estan­ca­mien­to de la eco­no­mía inter­na­cio­nal para toda la déca­da. En el lar­go pla­zo, entre 2008 y 2018, la pro­duc­ción anual de cobre cre­ció 3.1% anual mien­tras que la deman­da lo hizo al 3% anual (US Geo­lo­gi­cal Ser­vi­ces). Sin embar­go, el pro­ble­ma se vis­lum­bró más cla­ra­men­te en el últi­mo quin­que­nio de menor cre­ci­mien­to mun­dial (2014−2018) en que la pro­duc­ción glo­bal aumen­tó al 2.9% anual y la deman­da solo al 1.1% anual. El des­ba­lan­ce fue cla­ro expli­can­do la caí­da de los pre­cios inter­na­cio­na­les. Las actua­les pre­vi­sio­nes de pre­cios del Ban­co Mun­dial (2020) mues­tran una recu­pe­ra­ción has­ta 2030 pero situán­do­se 25% menos que sus nive­les máxi­mos de 2011.

Lamen­ta­ble­men­te, en ese perio­do de menor cre­ci­mien­to en la deman­da mun­dial el Perú fue una fuen­te impor­tan­te de incre­men­to de la pro­duc­ción. Entre 2014 y 2015 nues­tra con­tri­bu­ción fue de 323,000 TM.; y entre 2015 y 2016 de 653,000 TM a la par que los pre­cios reales a nivel inter­na­cio­nal caye­ron 18.3%. En los años siguien­tes en que nues­tra pro­duc­ción se man­tu­vo más o menos cons­tan­te el pre­cio cre­ció lige­ra­men­te en tér­mi­nos reales. La pro­duc­ción adi­cio­nal con los nue­vos pro­yec­tos sería de 2.8 millo­nes de tone­la­das que dupli­ca­ría nues­tra pro­duc­ción por enci­ma de los 5 millo­nes de TM anua­les. Los pro­yec­tos más gran­des serían Las Gran­jas, Haqui­ra, Que­lla­ve­co, Michi­qui­llay, Rio Blan­co, entre otros. 

Diver­si­fi­car Minería

Como lo hemos plan­tea­do en diver­sas opor­tu­ni­da­des es urgen­te diver­si­fi­car la pro­duc­ción mine­ra. Hay bue­nos pros­pec­tos en el Litio (cuyo pre­cio entre 2014 y 2018 subió de US$ 6,690 a US$ 17,000 por TM) y otros ele­men­tos raros con expec­ta­ti­vas posi­ti­vas para el futu­ro, con una esca­la de pro­duc­ción menos agre­si­va al terri­to­rio y más acep­ta­ble social­men­te. Asi­mis­mo, no debe­mos olvi­dar que la elas­ti­ci­dad pre­cio del cobre es más elás­ti­ca por sus mayo­res sus­ti­tu­tos del ace­ro, alu­mi­nio, tita­nio, pro­duc­tos plás­ti­cos y el reuso de dese­chos. Una mayor pro­duc­ción con meno­res pre­cios reales pue­de tener sen­ti­do finan­cie­ro para los pro­duc­to­res, pero apor­ta menos rela­ti­va­men­te al gobierno nacio­nal, regio­nal y locales. 

Estruc­tu­ra pro­duc­ti­va heterogénea

La hete­ro­ge­nei­dad estruc­tu­ral esta­ble­ce la exis­ten­cia de estruc­tu­ras pro­duc­ti­vas diver­sas al inte­rior de una eco­no­mía cual­quie­ra. El con­cep­to fue desa­rro­lla­do por Pin­to (1970) quien seña­ló que en nues­tra región pre­do­mi­na­ría una estruc­tu­ra dua­lis­ta al con­tra­po­ner encla­ves expor­ta­do­res de ele­va­da pro­duc­ti­vi­dad res­pec­to del res­to de la eco­no­mía de la eco­no­mía carac­te­ri­za­da por bajos nive­les de pro­duc­ti­vi­dad. Pos­te­rior­men­te, como resul­ta­do de la endo­ge­ni­za­ción del pro­gre­so téc­ni­co, las ten­den­cias y estra­te­gias pro­duc­ti­vas, la lis­ta de sec­to­res moder­nos se ha amplia­do, depen­dien­do de cada eco­no­mía y moda­li­dad de inser­ción a la eco­no­mía glo­bal, al sec­tor tele­co­mu­ni­ca­cio­nes, finan­cie­ro y segu­ros, auto­mo­triz, quí­mi­co u otras acti­vi­da­des de expor­ta­ción no tradicional.

En el grá­fi­co 1 se mues­tra la gene­ra­ción de empleo rela­ti­va a la pro­duc­ción bru­ta de las prin­ci­pa­les acti­vi­da­des eco­nó­mi­cas para 2007 y 2017 del Perú don­de se obser­va una lige­ra reduc­ción entre ambos perio­dos. Un millón soles de pro­duc­ción bru­ta gene­ró 109 empleos en el sec­tor agro­pe­cua­rio mien­tras que solo 2 en los hidro­car­bu­ros y el petró­leo en 2017. Asi­mis­mo, la acti­vi­dad con mayor gene­ra­ción de empleo rela­ti­vo es la agro­pe­cua­ria, segui­da por alo­ja­mien­to y res­tau­ran­tes, comer­cio, pes­ca, otros ser­vi­cios y la admi­nis­tra­ción públi­ca y defen­sa. Por el con­tra­rio, la que tie­ne menor gene­ra­ción de empleo son los hidro­car­bu­ros y la mine­ría; elec­tri­ci­dad, gas y agua; ser­vi­cios finan­cie­ros y tele­co­mu­ni­ca­cio­nes. A un nivel inter­me­dio se ubi­can la cons­truc­ción, ser­vi­cios pri­va­dos, trans­por­te y manufactura. 

Hirsch­man (1987) plan­teó la posi­bi­li­dad de cre­cer con base al empu­je de deter­mi­na­dos sec­to­res pro­duc­ti­vos. El seña­la­ba que este pro­ce­so pue­de ini­ciar a empu­jo­nes, don­de el pla­nea­mien­to y polí­ti­ca de desa­rro­llo con­sis­te prin­ci­pal­men­te en ir implan­tan­do sis­te­má­ti­ca­men­te una serie de pro­yec­tos que ace­le­ren el paso, cons­tru­yen­do las secuen­cias y reper­cu­sio­nes nece­sa­rias. El ins­tru­men­to ideal para eva­luar esta estra­te­gia es la meto­do­lo­gía insu­mo-pro­duc­to, don­de se toman en cuen­ta tan­to las inter­re­la­cio­nes sec­to­ria­les, la gene­ra­ción de empleo e ingre­so y la deman­da final.

En el cua­dro 1 se mues­tra como un aumen­to de S/​. 1,000 millo­nes en cada uno de los com­po­nen­tes de la deman­da final (con­su­mo pri­va­do, con­su­mo públi­co, for­ma­ción bru­ta de capi­ta­les y expor­ta­cio­nes) de cada uno de los dife­ren­tes sec­to­res pro­duc­ti­vos gene­ran diver­sos impac­tos sec­to­ria­les y tota­les en la gene­ra­ción de empleo. Con esta eva­lua­ción se podría dis­cer­nir cual sería la mejor estra­te­gia para gene­rar empleo e ingre­sos en la pobla­ción en una coyun­tu­ra como la actual. Este ejer­ci­cio, aho­ra sim­pli­fi­ca­do, podría exten­der­se a una lis­ta más amplia de acti­vi­da­des y otras eva­lua­cio­nes cone­xas tal como desa­rro­lló Gon­za­les de Olar­te (2016).

Se pre­sen­ta la gene­ra­ción de empleo de aumen­tar la deman­da final en cin­co acti­vi­da­des eco­nó­mi­cas. Los resul­ta­dos son intere­san­tes con mayo­res impac­tos en el sec­tor agro­pe­cua­rio; segui­do por la manu­fac­tu­ra por sus mayo­res enca­de­na­mien­tos pro­duc­ti­vos; pes­ca; cons­truc­ción y por últi­mo los hidro­car­bu­ros y pro­duc­tos mine­ros. El impac­to total sobre el empleo de una mayor deman­da de pro­duc­tos agro­pe­cua­rios sería 8 veces más del que ocu­rri­ría en los hidro­car­bu­ros y mine­ría por el mis­mo aumen­to de la demanda.

Cua­dro 1. Impac­tos direc­tos e indi­rec­tos sobre el empleo de un aumen­to de la deman­da final en sec­to­res pro­duc­ti­vos selec­cio­na­dos 2017 (Empleos por S/​. 1,000 millones)

Diver­si­fi­ca­ción productiva

El ejer­ci­cio ante­rior nos nues­tra que si que­re­mos enfa­ti­zar en la gene­ra­ción de empleo e ingre­sos no pode­mos insis­tir en lo mis­mo que antes: mayo­res expor­ta­cio­nes de los sec­to­res extrac­ti­vos. Es nece­sa­rio defi­nir nue­vas polí­ti­cas de gas­to públi­co que enfa­ti­cen sobre la ofer­ta y la deman­da de sec­to­res eco­nó­mi­cos y rubros en par­ti­cu­lar. De las polí­ti­cas gene­ra­les es nece­sa­rio tran­si­tar a las espe­cí­fi­cas con prio­ri­dad en los mer­ca­dos inter­nos para lo cual se requie­re más y apo­yo con­ti­nuo al ingre­so de las fami­lias (léa­se bonos perió­di­cos para los estra­tos de bajos ingre­sos). Tan­to las expor­ta­cio­nes enfren­tan la res­tric­ción natu­ral de eco­no­mías con una frá­gil recu­pe­ra­ción y mer­ca­dos cerrán­do­se, como inver­sio­nes pri­va­das poco pro­ba­bles dados los altos nive­les de capa­ci­dad ins­ta­la­da ocio­sa exis­ten­tes como resul­ta­do de la crisis.

Aten­der las cir­cuns­tan­cias actua­les impli­ca una gran crea­ti­vi­dad. Se requie­re tam­bién de mucha inver­sión públi­ca pero no la aso­cia­da a los mis­mos pro­yec­tos del Plan Nacio­nal de Infra­es­truc­tu­ra para la Com­pe­ti­ti­vi­dad que con­si­de­ra mul­ti­pli­ca­do­res de la inver­sión simi­la­res en todos los pro­yec­tos cuan­do estos son dife­ren­tes. Asi­mis­mo, el Plan no con­tem­pla los impac­tos en la gene­ra­ción de empleo o si estos se ubi­ca­rían en zonas de mayor pobre­za don­de es fun­da­men­tal ele­var la pro­duc­ti­vi­dad e ingre­sos como un gran pro­yec­to de rie­go y cose­cha de agua exten­di­do para nume­ro­sas zonas de la sie­rra. Se nece­si­tan muchos peque­ños pro­yec­tos vin­cu­la­dos a la eco­no­mía cam­pe­si­na de sub­sis­ten­cia y al desa­rro­llo rural.

Algo más

Se debe refor­mu­lar la estra­te­gia de reac­ti­va­ción eco­nó­mi­ca hacia una más orien­ta­da a la gene­ra­ción de ocu­pa­ción e ingre­sos; sin embar­go, no debe olvi­dar­se que tam­bién se requie­re avan­zar en la tran­si­ción eco­ló­gi­ca, a la par de las divi­sas e ingre­sos fis­ca­les para hacer­la sos­te­ni­ble en el tiempo. 

*Pro­fe­sor de la Uni­ver­si­dad del Pacífico

FUENTE: Otra Mirada

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