Por Eva Golinger, Resumen Latinoamericano, 3 de abril de 2021.
Estados Unidos ha mantenido un cruel e inhumano bloqueo a Cuba durante 59 años. En marzo, se realizaron caravanas y protestas contra el bloqueo en más de 50 ciudades de todo el mundo, incluyendo en el país norteamericano, demandando el fin de esta política anticuada e injusta contra la isla caribeña. Ahora, con la nueva administración demócrata del presidente Joe Biden, hay un clamor internacional para volver al proceso de la normalización en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, iniciado por el presidente Barack Obama, y a levantar el atroz bloqueo unilateral que no solamente ha fracasado en su objetivo de asfixiar y destruir a la Revolución Cubana, sino que también ha demostrado el ‘bullying’ despiadado de Washington.
Las autoridades cubanas estiman que el bloqueo estadounidense causa más de 4.000 millones de dólares en pérdidas económicas a Cuba cada año y ha causado casi 800.000 millones de dólares en daños mayores a la isla desde su inicio. Y el daño no solo es a Cuba. La Cámara de Comercio de Estados Unidos ha advertido que las sanciones contra Cuba causan pérdidas multimillonarias para las empresas estadounidenses, que tienen prohibido comerciar e intercambiar con la isla caribeña. Todo eso sin mencionar las consecuencias de restringir la libertad de 363 millones de estadounidenses y de violar su derecho constitucional al libre tránsito, ya que tienen prohibido viajar a Cuba como parte del bloqueo.
En un año de pandemia global, estas sanciones resultan ser aún más crueles, injustas y debilitadoras. Durante décadas, el bloqueo a Cuba ha obstaculizado la adquisición de medicinas y equipos médicos y sanitarios, poniendo en peligro la vida y la salud de millones de cubanos. En medio de la pandemia, esta situación se ha agravado, porque limita la facilidad de adquirir los equipos de protección personal y todas las otras necesidades para combatir a un virus con un alto índice de hospitalización y fatalidades.
No obstante, a pesar de esta realidad, Cuba no es el país que más ha sido afectado por el covid-19. Irónicamente, es su vecino y ‘bully’ del norte, Estados Unidos, el que ha sufrido la mayoría de las infecciones del mundo (más de 30 millones) y la mayoría de los muertos a causa del virus. Mientras Estados Unidos está de luto por sus más de 530.000 muertos durante el último año a causa del covid-19, y aún recuperándose de las enormes pérdidas económicas derivadas de las cierres y cuarentenas, Cuba ha logrado mantener un bajo índice de contagios, hospitalizaciones y fatalidades. Según cifras oficiales de las autoridades cubanas, hasta marzo 2021, Cuba había registrado menos de 70.000 infecciones y 408 muertos desde el inicio de la pandemia.
Durante la Presidencia de Donald Trump, el bloqueo contra Cuba se agudizó y todos los avances logrados por la Administración Obama fueron borrados. Trump implementó 240 nuevas sanciones y medidas punitivas contra Cuba durante su gestión, incluyendo 50 medidas adicionales durante la pandemia que directamente impactaron el sector de salud en la isla, causando daños por encima de 200 millones de dólares. Trump incluso volvió a colocar a Cuba en la lista estadounidense de países ‘patrocinadores del terrorismo’, simplemente para castigarla. Frente a este escenario, sufriendo por la escalada de agresiones desde Washington, Cuba hizo lo que siempre ha hecho: innovar, progresar, compartir, solidarizarse y colaborar.
Aun con todos estos obstáculos y hostilidades, Cuba envió 57 brigadas de especialistas médicos a 40 países del mundo, dando atención médica gratuita a más de 1,26 millones de pacientes enfermos con covid-19, principalmente en naciones pobres y en desarrollo. Pero, eso no es todo lo que hizo Cuba para ayudar al mundo durante este difícil periodo de mucho sufrimiento e incertidumbre colectiva.
Cuba lanzó una ofensiva contra la pandemia con la misma fuerza, compromiso, persistencia y solidaridad con la que ha combatido el bloque estadounidense. En Cuba, el sistema de salud pública, manejado a nivel comunitario, fue movilizado para realizar visitas diarias a casa para detectar y tratar casos de covid-19 e impedir su expansión. El avanzado sector de investigación científica en Cuba (y eso a pesar del bloque estadounidense) rápidamente comenzó a desarrollar y producir nuevos tratamientos para pacientes y también vacunas. El objetivo de Cuba no es solamente atender a su población con estos tratamientos y vacunas, sino compartirlos con el mundo.
A cambio, Estados Unidos y varios países europeos están activamente acaparando las pocas vacunas contra el covid-19 que han sido oficialmente aprobadas por la OMS y por múltiples procesos de prueba en decenas de naciones. Las grandes farmacéuticas en Estados Unidos también están presionando al gobierno de Biden para impedir el acceso a las patentes para las vacunas y castigar a otros países que intentan reproducirlas y usarlas para vacunar a sus poblaciones.
Está clarito: el capitalismo versus el socialismo. La indiferencia versus la compasión. La avaricia versus la generosidad.
En Cuba están desarrollado varias vacunas, de las cuales dos –Soberana 2 y Abdala– han avanzado a la fase III de las pruebas clínicas. Solo hay 23 vacunas en el mundo, entre más de 200 que están siendo desarrolladas, que han logrado avanzar a este punto. Y dos de ellas son cubanas. Ningún otro país latinoamericano ha desarrollado sus propias vacunas hasta ahora, solo Cuba. El país agredido y golpeado por la potencia más poderosa del planeta está venciendo, está progresando y lo está haciendo en nombre de la compasión, la solidaridad, la libertad, la vida y la humanidad.
Hasta el Washington Post ha tenido que admitir que Cuba está al borde del logro histórico de convertirse en el país más pequeño del mundo que ha desarrollado múltiples vacunas efectivas contra la COVID19: «Contra todo pronóstico, Cuba podría convertirse en una potencia de vacunas contra el coronavirus».
La intención de Cuba es llevar sus vacunas al mundo, de manera gratuita y universal. Su visión es una visión comunal del problema que estamos enfrentando todos. El covid-19 es un enemigo común. Debemos juntar nuestras fuerzas para derrotarla en conjunta. Cualquier otra manera estaría destinada a fracasar.
Lo que Cuba ha logrado hasta ahora es asombroso, más que todo para aquellos que siempre subestiman su capacidad de resistencia, persistencia, innovación, inteligencia y voluntad. Sin el bloqueo estadounidense, Cuba hubiese podido hacer muchísimo más. La pequeña isla es un líder mundial en la biotecnología. Ha invertido un montón en la ciencia y la tecnología, y ha priorizado el bienestar humano por encima del dinero y las ganancias. Es esa ausencia de capitalismo y avaricia que ha impulsado la innovación sin límites en Cuba.
Con todo lo que Cuba ha podido lograr durante casi 60 años de bloqueo estadounidense, imagínase ¿cómo serían sus contribuciones a la humanidad y a un mundo mejor si el bloqueo no existiera?
¡No más bloqueo contra Cuba!
Fuente: RT