Méxi­co. Los afro­me­xi­ca­nos, una etnia en el olvido

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 31 de mar­zo de 2021

Los afro­me­xi­ca­nos son una par­te de pobla­ción que fue ensom­bre­ci­da por el mes­ti­za­je y el indi­ge­nis­mo. Te con­ta­mos acer­ca de su importancia.

Tras el pro­ce­so ini­cial de con­quis­ta, el gobierno de la Nue­va Espa­ña ins­tau­ró un mar­ca­do sis­te­ma de cas­tas. Dicho apa­ra­to polí­ti­co regu­ló la inter­ac­ción racial y la movi­li­dad socio­eco­nó­mi­ca. En la par­te supe­rior del sis­te­ma de dere­chos la comu­ni­dad euro­pea se situó a sí mis­ma; en la par­te más baja fue colo­ca­da la migra­ción afri­ca­na traí­da como escla­va al Nue­vo Mundo.

La his­to­ria de la lle­ga­da de los escla­vos con ori­gen afri­cano a Méxi­co nace bajo tres premisas:

Vicen­te Gue­rre­ro es con­si­de­ra­do el pri­mer pre­si­den­te afro­des­cen­dien­te de Méxi­co y norteamérica.

Una etnia en el olvido

El pro­ce­so de inser­ción de los afri­ca­nos en Méxi­co siem­pre tuvo una ten­den­cia a la invi­si­bi­li­za­ción. En el ima­gi­na­rio colec­ti­vo de Méxi­co el negro ha sido pen­sa­do como una espe­cie de anti­hé­roe. Ejem­plo de ello son dos figu­ras his­tó­ri­cas que fun­cio­nan como arque­ti­pos de la visión del negro en México.

El pri­me­ro es el Este­ba­ni­co, un escla­vo de gran­des pro­por­cio­nes físi­cas que via­jó a lado de los con­quis­ta­do­res. El segun­do es Fran­cis­co Eguía, colo­ni­za­dor que inser­tó el virus de la virue­la en la pobla­ción indí­ge­na. En ambos casos se exal­ta la visión del negro como un humano tor­pe, alia­do incons­cien­te de la Conquista.

Pese al sis­te­ma de cas­tas, el mes­ti­za­je cul­tu­ral y bio­ló­gi­co no logró ser dete­ni­do por los espa­ño­les. Sin embar­go, el mes­ti­za­je de la pobla­ción negra no solo disol­vió sus carac­te­rís­ti­cas físi­cas, tam­bién des­di­bu­jó su iden­ti­dad cultural.

A dife­ren­cia del indí­ge­na, el negro no logró rein­ter­pre­tar su cul­tu­ra en un mol­de occi­den­tal que le per­mi­tie­ra seguir con­ser­ván­do­la. Por el con­tra­rio, los afro­me­xi­ca­nos fue­ron dilui­dos en la iden­ti­dad mes­ti­za. Pese a ello, los afro­des­cen­dien­tes con­ser­va­ron con­di­cio­nes de opre­sión y ais­la­mien­to seme­jan­tes a la esclavitud.

Otra situa­ción por la cual ha pasa­do el afro­me­xi­cano es la ten­den­cia a la extran­je­ri­za­ción. Los afro­des­cen­dien­tes con ras­gos físi­cos más nota­bles sue­len no ser reco­no­ci­dos como mexi­ca­nos, lo cual ha limi­ta­do la for­ma­ción de su iden­ti­dad, para incluir­se en las que poseen mayor aceptación.

Indí­ge­nas enfer­mos de virue­la. Ilus­tra­ción del Códi­ce Florentino

Los afro­me­xi­ca­nos hoy

Aun­que la pobla­ción negra fue mino­ría duran­te la Colo­nia, en nin­gún caso pue­de ser con­si­de­ra­da irre­le­van­te para la ges­ta de la pobla­ción mexi­ca­na actual. Los negros no mes­ti­zos estu­vie­ron cer­ca de los espa­ño­les en núme­ro, mien­tras que la pobla­ción afro­mes­ti­za rápi­da­men­te superó a la pobla­ción euro­pea. Por ello, la influen­cia afri­ca­na es con­si­de­ra­da por muchos una ter­ce­ra raíz cul­tu­ral de México.

Lamen­ta­ble­men­te, el reco­no­ci­mien­to de la pobla­ción negra en Méxi­co es tar­dío. La pro­duc­ción inte­lec­tual en la que se men­cio­na la pobla­ción afro­me­xi­ca­na es escasa.

A lo ante­rior, pode­mos agre­gar que la recons­truc­ción de la iden­ti­dad pos­co­lo­nial tuvo como pro­ta­go­nis­tas los estu­dios indi­ge­nis­tas, para lue­go ceder el esca­ño a la cons­truc­ción de una iden­ti­dad nacio­nal mexi­ca­na duran­te los siglos XIX y XX.

Según el INEGI, el 1.16% de la pobla­ción nacio­nal se iden­ti­fi­ca como afro­me­xi­ca­na o afro­des­cen­dien­te. Gran par­te de esta pobla­ción reco­no­ce acti­tu­des dis­cri­mi­na­to­rias en su con­tra, entre las que se cuen­ta la nega­ción de su iden­ti­dad. Los esta­dos con mayor núme­ro de afro­me­xi­ca­nos son Oaxa­ca, Vera­cruz y Gue­rre­ro, enti­da­des que con­ser­van ves­ti­gios de tra­di­cio­nes africanas.

Sis­te­ma de cas­tas colonial.

FUENTE: Méxi­co desconocido

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