Por Mariana Carabajal, Resumen Latinoamericano, 17 de agosto de 2021.
Las empleadas de AySA reciben un reintegro para cubrir gastos de salud menstrual. En algunas provincias y el Congreso ya se discuten iniciativas. Los costos, el impacto ambiental, los prejuicios.
Las empleadas de AySA reciben desde enero un reintegro de 400 pesos por mes para cubrir el costo de la compra de insumos para la gestión menstrual. Además, la empresa –encargada de proveer agua potable y cloacas – , les entregó una copita y un set de tres toallas higiénicas de tela reutilizables. Se trata de una medida pionera que apunta a achicar la brecha salarial de género y a incentivar a sus 1600 trabajadoras a que opten por métodos que colaboran con el cuidado del medio ambiente. “La gestión menstrual no es optativa, es un gasto mensual que tienen todas las personas menstruantes, que en su mayoría son mujeres”, dijo a Página 12 la presidenta de Aysa, Malena Galmarini. El activismo feminista logró sacar a la menstruación del closet. El gasto que implican los productos para la gestión menstrual, su impacto ambiental y la eliminación de prejuicios alrededor del sangrado son algunos de los ejes de una serie de iniciativas que empiezan a discutirse en algunas provincias y en el Congreso.
“En momentos de crisis las mujeres dejamos de comprar productos de higiene menstrual para priorizar alimentos. En las villas, se utiliza algodón, trapos o papel de diario. Y por toda la vergüenza que implica, porque por miedo de mancharse no salen a trabajar o a estudiar”, contó a este diario María Claudia “La Negra” Albornoz, referente del feminismo villero.
El cálculo que hizo el Gobierno es que una persona –mayoritariamente son mujeres– gasta hasta $ 4327 anuales para gestionar su período, una cifra que impacta, claro, con más fuerza en hogares pobres.
El tema tiene otro costado vinculado al cuidado del medio ambiente. Según los últimos datos que publicó la organización Economía Femini(s)ta en Mayo 2020, en Argentina se producen anualmente 13.200 toneladas de residuos menstruales, provenientes de los descartables, que tardan entre 500 y 800 años en biodegradarse.
Apósitos de tela y de papel de diario
En las asambleas de La Poderosa en los diferentes barrios populares del país, contó Albornoz, hicieron una encuesta que abarcó a 2079 familias con un total de 9611 personas, de las cuales 3608 (37 por ciento) son personas menstruantes. “Las familias tienen en promedio 5 integrantes, con un promedio de 2 personas menstruantes por familia y un ingreso promedio por hogar de $23.750. El gasto promedio mensual por hogar es de $500,33 en caso de que solo se utilicen toallitas y de $645,36 en caso de que se utilicen tampones. Una familia de una villa o asentamiento debe ganar el triple para que el gasto en productos de higiene menstrual le represente lo mismo que a una familia de afuera del barrio”, comparó Albornoz.
De acuerdo con los datos del Observatorio Villero, seis de cada 10 de las familias encuestadas tuvieron que dejar de comprar productos de higiene menstrual para comprar otros productos de primera necesidad. En el 64 por ciento de los hogares encuestados tuvieron que sustituir por otros elementos, generando apósitos caseros con tela, algodón, papel.
¿Qué proponen los proyectos legislativos?
Actualmente hay más de una veintena de proyectos en el Congreso: aunque no se logró avanzar en la discusión para quitarle el IVA a los productos de higiene menstrual –como proponen varias iniciativas presentadas en ambas cámaras – , se están discutiendo otras propuestas en el Senado, donde ya hay un borrador de dictamen.
“La idea es declarar de interés púbico la promoción de la salud menstrual para que la gestión menstrual sea abordada desde las políticas públicas; buscamos además que haya disponibilidad de los productos de gestión menstrual en diverso ámbitos como los establecimientos penitenciarios, los centros de salud de atención primaria, en hospitales y escuelas, y se lleve adelante una campaña de sensibilización para que se deje de creer que cuando menstruamos estamos alteradas o un poco locas las mujeres. Y que también el Ministerio de Educación incorpore como contenido de la ESI la cuestión de los prejuicios en torno a la menstruación”, explicó a Página 12 la senadora del oficialismo Norma Durango, titular de la Banca de la Mujer. Vienen trabajando en un texto de consenso con las senadoras del Frente de Todos Beatriz Mirkin, María Eugenia Catalfamo y Matías Rodríguez y del PRO, Gladys González.
Durango también contó que cada vez que abordaron el tema en los medios recibieron comentarios “de una violencia impresionante”. “No sé si no alcanzamos a explicarlo bien o no se llega a entender qué es la justicia menstrual. Entendemos que es un problema muy importante para los sectores más vulnerables en términos económicos”, agregó.
En la Cámara de Diputados hay más de una decena de proyectos, entre otros, uno que propone una Ley Integral de Menstruación Sostenible –que prevé la entrega gratuita por parte del sistema de salud de elementos necesarios para la gestión menstrual – , otro que declara el 28 de mayo Día de la Salud Menstrual para combatir el estigma y uno más que establece una licencia menstrual de un día por mes para estudiantes, las tres iniciativas presentadas por legisladores del oficialismo y elaboradas por la asesora de la Jefatura de Gabinete, Carmela Moreau. Varios proyectos proponen quitar el IVA a los productos de gestión menstrual. Hay otro que los incorpora al Plan Médico Obligatorio (PMO) para que tengan cobertura por parte de obras sociales y prepagas, y un par también promueven la producción y utilización de productos de gestión menstrual respetuosos del medio ambiente o la creación de un programa de impulso al uso de la copa menstrual. “Es un tema que cuesta que se vea como de salud pública”, dijo a este diario una diputada del Frente de Todos. “La “cuestión presupuestaria limita el avance de la discusión”, se sinceró.
Mientras tanto, algunas universidades como las nacionales de Rosario (UNR) y de La Pampa empezaron a distribuir gratuitamente copas menstruales a estudiantes. También en la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Y en la provincia de Buenos Aires, desde el Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual se están se están llevando adelante encuentros virtuales y presenciales en el marco de las capacitaciones del programa Tramando Derechos, y se han entregado copas menstruales donadas por la Fundación Banco Provincia en municipios y cárceles de mujeres.
Desde el Gobierno
En diciembre se hizo el 1er Foro de Acciones por una Justicia Menstrual en la Casa Rosada en el que participaron más de cien funcionarias nacionales y provinciales, diputadas y senadoras nacionales, concejalas, dirigentes políticas, cooperativistas y activistas de todo el país junto a representantes de 15 ministerios y organismos. Desde el Gobierno, una de las funcionarias más involucrada con el tema es Mercedes D´ Alessandro, a cargo de la Dirección de Nacional de Economía, Igualdad y Género.
D´Alessandro destacó que desde junio las personas que reciben la AUH y la jubilación mínima pueden adquirir insumos de higiene menstrual en farmacias con una devolución del 15 por ciento en sus compras. También contó que el Gobierno, a través del Ministerio de Desarrollo Social, está apoyando con líneas del programa Potenciar Trabajoa cooperativas textiles que armaron los movimientos sociales y que están trabajando en la provisión de toallitas de tela reutilizables.
Provincia pionera
San Luis es una de las provincias que ya tiene una política pública en marcha: el Programa de Gestión Menstrual Sustentable #YoMenstrúo, que apunta a llegar a 50 mil niñas, adolescentes y personas menstruantes de entre 11 y 15 años, de forma escalonada. Se empezó en el departamento Belgrano y ahora se está desarrollando en San Martín. El abordaje contempla un trabajo de 4 meses en cada territorio y consta de varias fases que van desde la capacitación y formación de replicadoras y circuladoras, quienes estarán a cargo de la implementación del Programa en cada lugar; encuentros con la comunidad, familias y niñas, adolescentes y personas menstruantes; y entrega de copas menstruales o toallitas reutilizables a las beneficiarias que lo deseen, contó a este diario la secretaria de la Mujer, Diversidad e Igualdad de la provincia, Ayelén Mazzina.
“Al recorrer los departamentos, localidades y parajes de nuestra provincia, nos encontramos con niñas y adolescentes con diferentes realidades. Pudimos confirmar que la menstruación sigue siendo un tema tabú y que la dificultad de acceso a productos de gestión menstrual descartables o sustentables es un factor de desigualdad social, causante de ausentismo escolar y laboral y que tienen impacto directo en la salud de las personas menstruantes”, contó a este diario Mazzina. El gobierno provincial impulsa la creación por ley del Programa de Sensibilización y Concientización en gestión menstrual sostenible, que ya obtuvo media sanción de la Cámara de Diputados y se prevé su tratamiento el próximo 17 de agosto en el Senado puntano.