Por Danay Galletti Hernandez, Resumen Latinoamericano, 27 de septiembre de 2021.
Hoy Estados Unidos tiene más de 800 bases navales en el mundo y, hasta el restablecimiento de las relaciones con Cuba, la Bahía de Guantánamo era la única en un país con el que no tenía relaciones diplomáticas. Autoridades, ex militares de alto rango y académicos estadounidenses se refieren a la inoperancia de esta instalación de 117,6 kilómetros cuadrados porque la isla no representa ningún peligro para su seguridad nacional y el país caribeño nunca ha orquestado un plan contra el territorio norteamericano. “Por el contrario, el gobierno cubano, en todos los años de la revolución, ha demostrado, en numerosas ocasiones, su voluntad de cooperar en diversos temas, de ahí la existencia de 23 acuerdos”, explicó el historiador, investigador y profesor Hassan Pérez Casabona a Prensa Latina.
Los acuerdos bilaterales persisten, dijo, a pesar de las aberraciones del expresidente Donald Trump, como las 243 medidas aplicadas contra Cuba, 55 de ellas en fase pandémica y aún vigentes bajo el gobierno de Joe Biden. El también doctor en Ciencias Históricas de la Universidad de La Habana recordó que el país califica de inadmisible la presencia de la base, aunque no utiliza este tema como un obstáculo para avanzar en las negociaciones con Estados Unidos.
El capítulo oscuro de la prisión
El proceso de restitución de relaciones iniciado el 17 de diciembre de 2014 generó algunas expectativas, a pesar de ser solo un cambio en matices e instrumentos y no en los propósitos estratégicos per se, como expresó el propio expresidente Barack Obama durante su visita a Cuba en 2016. Incluso en este escenario, quedó claro que el tema de la base naval no estaba en discusión, solo trascendió en esta fase, incluida como promesa de campaña y no cumplida durante su mandato, el cierre de la prisión, instituido en 2002 luego de la hechos del 11 de septiembre de 2001. «Esta prisión militar es parte de los episodios más oscuros de la historia de Estados Unidos cuando el entonces presidente George W. Bush dijo: no hay problema, definir el limbo legal y las torturas aplicadas a los presos llevados arbitrariamente a ese lugar», enfatizó el académico. Pérez Casabona destacó que Estados Unidos violó instrumentos internacionales para combatir estos castigos físicos y psicológicos y las humillaciones allí cometidas son comparables a las peores versiones de los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial (1939−1945). La administración George Bush consideró que, como los detenidos no se encontraban en su espacio geográfico, carecían de la protección que brindaban los mecanismos, entre ellos la Constitución de Estados Unidos, por lo que esta condición de ‘combatientes enemigos’ los privó de protecciones legales. «Según la opinión pública internacional, este sitio se encuentra inoperante, en primer lugar, por razones humanitarias relacionadas con la prisión y, desde el punto de vista militar, simboliza una referencia al colonialismo y la visión distorsionada de concebir a Cuba como un patio trasero». argumentó.
¿Es posible retirar la base naval?
En teoría, sí, pero ¿existe la voluntad política del gobierno de Estados Unidos? Pérez Casabona recordó que desde 1903, fecha de instalación de la base, ninguno de los 24 presidentes que pasaron por la Casa Blanca ha incluido en su política la devolución incondicional de ese territorio a Cuba. Además, hubo durante muchos años lo que él llama el negocio de la contrarrevolución: ‘sectores, especialmente en el sur de Florida, con ciertos poderes y representación en el Congreso, subordinados a la verdadera clase política y opuestos al acercamiento entre las dos naciones’. El restablecimiento de las relaciones estuvo condicionado a la eliminación de la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo, decisión impuesta por el ex presidente Ronald Reagan en 1982, y al avance de acuerdos para poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero. «Trump nos volvió a poner en esa lista unilateral y las últimas declaraciones de Biden, luego de los actos de desestabilización social del 11 y 12 de julio, denotan falta de voluntad para cumplir sus promesas al electorado respecto a una posible proximidad a La Habana». .
¿Qué significa esto para los Estados Unidos?
Desde su constitución a principios del siglo XX, destacó Pérez Casabona, las tropas estadounidenses presentes en la base convirtieron, hasta 1959, los alrededores de Caimanera y Boquerón en espacios de prostitución, drogas, contrabando, adicciones y juegos prohibidos. Las aventuras de Estados Unidos en las naciones del Caribe y América Latina contaron con la complicidad de las tropas dispuestas en Guantánamo, por ejemplo, la invasión de Nicaragua en 1912; a República Dominicana en varias ocasiones, la primera en 1916; a Panamá, en 1989, y a Haití, en 1994. Para el historiador y académico Elier Ramírez, la base siempre ha sido fuente de tensión y, por ejemplo, durante el mandato de Lyndon B. Johnson (1963−1969), fue un punto crítico con el asesinato de soldados cubanos y la confiscación de fondos acumulados con la jubilación de cientos de trabajadores. “Durante la llamada crisis del agua en febrero de 1964, Cuba cortó el agua en la base en respuesta al secuestro de cuatro barcos pesqueros. Documentos desclasificados del mandato del ex presidente Jimmy Carter muestran cómo el gobierno del norte ha evitado este tema en la agenda política bilateral », dijo. Desde 1959, Cuba denuncia los tiroteos contra miembros de la Brigada Fronteriza, creada en 1961 – se contabilizaron 780 disparos de fusil desde la base hasta 1989 – provocaciones, insultos verbales y montaje de escenarios para demostrar una posible intervención.