Gua­te­ma­la. Ten­sio­nes en El Estor

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 2 de noviem­bre de 2021.

Nume­ro­sas denun­cias aflo­ran des­pués que poli­cías des­alo­ja­ran por la fuer­za una pro­tes­ta con­tra la Com­pa­ñía Gua­te­mal­te­ca de Níquel (CGN).

Orga­ni­za­cio­nes defen­so­ras de los pue­blos indí­ge­nas y de dere­chos huma­nos recla­man por la situa­ción que se vive en el muni­ci­pio de El Estor, depar­ta­men­to de Iza­bal en Guatemala. 

Miles de miem­bros del Ejér­ci­to, de la Poli­cía Nacio­nal Civil (PNC), de la mari­na y de la Fuer­za Aérea, impo­nen un esta­do de sitio en con­tra de pobla­ción civil que exi­ge sus derechos.

La dra­má­ti­ca situa­ción ha lle­va­do a mani­fes­ta­cio­nes como esta, recla­ma Wendy López, del Bufe­te para Pue­blos Indí­ge­nas, quien afir­ma que “esta­mos retro­ce­dien­do en el tiem­po; nos preo­cu­pa que poda­mos regre­sar a la épo­ca del con­flic­to arma­do interno, cuan­do des­apa­re­cían a la gen­te, en la que las fuer­zas de segu­ri­dad esta­ban al ser­vi­cio de los Gobier­nos autoritarios”. 

“Ya no hay a dón­de acu­dir en Gua­te­ma­la, no hay jue­ces impar­cia­les, no hay órga­nos nacio­na­les a dón­de acu­dir, es por eso que bus­ca­mos la vía inter­na­cio­nal y soli­ci­ta­mos las medi­das cau­te­la­res a favor de la vida, de la segu­ri­dad y de la paz en el muni­ci­pio de El Estor”, afir­ma la abogada. 

Vio­la­ción

El Minis­te­rio de Ener­gía y Minas (MEM) ha vul­ne­ra­do el dere­cho de par­ti­ci­pa­ción a las comu­ni­da­des, dice el ase­sor jurí­di­co del Bufe­te para Pue­blos Indí­ge­nas, Eddy Aspuac.

Hay una exclu­sión sis­te­má­ti­ca de las comu­ni­da­des legí­ti­mas que se sien­ten afec­ta­das en este pro­ce­so, que ven vul­ne­ra­dos sus dere­chos. El argu­men­to del MEM ha sido que no están den­tro del área de influen­cia, sin embar­go, la sen­ten­cia de la Cor­te de Cons­ti­tu­cio­na­li­dad (CC) indi­ca que debe con­si­de­rar­se todo el con­tex­to social y cultural.

“¿En qué momen­to lo hizo el Minis­te­rio de Ambien­te, el Minis­te­rio de Ener­gía y Minas, y la empre­sa? no lo sabe­mos, pero, que obe­dez­ca sólo a los 6.29 kiló­me­tros cua­dra­dos que esta­ble­ce el polí­gono de la licen­cia ambien­tal cons­ti­tu­ye una vio­la­ción a los dere­chos de los ori­gi­na­rios de estas tie­rras», recla­ma a nom­bre del Bufe­te para Pue­blos Indígenas.

Foto: Resu­men Latinoamericano

Qui­zá lo más gra­ve es que aho­ra se esta­ble­ce un esta­do de sitio en el terri­to­rio, lo que ade­más es total­men­te incohe­ren­te, iló­gi­co y anti­ju­rí­di­co, por­que ¿cómo es posi­ble que el Esta­do pre­ten­da desa­rro­llar un pro­ce­so de diá­lo­go, pero a la vez impon­ga un esta­do de sitio? En un Esta­do “demo­crá­ti­co” como el que tene­mos, esto es insos­te­ni­ble, denun­cia Aspuac.

La Cor­te de Cons­ti­tu­cio­na­li­dad (CC) can­ce­ló la licen­cia mine­ra y extrac­ti­va por medio de una sen­ten­cia, sin embar­go. los camio­nes cus­to­dia­dos por cien­tos de agen­tes de la Poli­cía Nacio­nal Civil se pasean car­ga­dos con ferroníquel. 

Es el irres­pe­to por la vida de los pue­blos indí­ge­nas y a las pro­pias leyes gua­te­mal­te­cas. En tan­to el minis­tro de Gober­na­ción, Gen­dri Reyes Maza­rie­gos, fue quien soli­ci­tó apo­yo al ejér­ci­to para enfren­tar a per­so­nas civi­les, muje­res y adul­tos mayo­res en El Estor.

Ocu­rre en el mar­co del 25 ani­ver­sa­rio de los Acuer­dos de Paz. La vio­len­cia con­tra el pue­blo Q’eqchi’ se vive en el área don­de se ins­ta­ló de fac­to la minera.

Esta­do de sitio

Cris­tó­bal Pop habla con con­vic­ción y tam­bién con temor, pues el pobla­do de unos 100.000 habi­tan­tes per­ma­ne­ce sitia­do. «Ten­go cua­tro hijos y esos hijos míos van a sufrir la con­se­cuen­cia por la mine­ría. De mí depen­de el futu­ro de esos hijos míos». 

Nume­ro­sas denun­cias aflo­ran des­pués que poli­cías des­alo­ja­ran por la fuer­za una pro­tes­ta con­tra la Com­pa­ñía Gua­te­mal­te­ca de Níquel (CGN), sub­si­dia­ria de la fir­ma sui­za Sol­way Invest­ment Group.

«Para mí es una empre­sa que a la lar­ga nos trae muer­te», dice Pop, quien es el pre­si­den­te de la Aso­cia­ción de Pes­ca­do­res Arte­sa­na­les de El Estor. Recuer­da que los peces abun­da­ban en el lago de Iza­bal, pero se han redu­ci­do por los des­he­chos que se arro­jan des­de la mina, acti­va des­de 2014.

Los luga­re­ños no han deja­do de pro­tes­tar por ello. Recuer­dan par­ti­cu­lar­men­te el enfren­ta­mien­to de mayo de 2017, cuan­do los pes­ca­do­res acu­sa­ron a la mine­ra, ante la exten­sa man­cha roja que apa­re­ció en el lago. En la pro­tes­ta murió de un tiro el pes­ca­dor Car­los Maaz y Cris­tó­bal Pop fue prisionero.

Tan solo a 6 kiló­me­tros (km) del pue­blo está el pre­si­den­te de la mine­ra, el ciu­da­dano Dmitry Kudrya­kov. Él dice que las acu­sa­cio­nes de con­ta­mi­na­ción son «espe­cu­la­cio­nes» de un «peque­ño gru­po» opo­si­tor, que no es repre­sen­ta­ti­vo de El Estor.

No obs­tan­te, el esta­do de sitio ha sido con­si­de­ra­do como una inti­mi­da­ción y cri­mi­na­li­za­ción de la lucha de los pue­blos originarios. 

Foto: Pren­sa Libre

La poli­cía des­pe­jó la mani­fes­ta­ción, dis­pa­ran­do con armas de fue­go y con gases lacri­mó­ge­nos sobre los recla­man­tes en la carre­te­ra de acce­so a El Estor. 

Duran­te casi tres sema­nas, la pobla­ción anti­mi­ne­ra en resis­ten­cia impe­día el paso de camio­nes hacia el yaci­mien­to, don­de no se pue­de con­ti­nuar la acti­vi­dad extrac­ti­va según el fallo judicial.

Hubo enfren­ta­mien­tos y heri­dos de bala. El Gobierno hizo su par­te, supri­mió por 30 días el dere­cho de mani­fes­ta­ción. Esta­ble­ció un toque de que­da y des­ple­gó a más de un millar de poli­cías y sol­da­dos fuer­te­men­te arma­dos que patru­llan las calles, detie­nen y cachean a quien le parezca. 

Pren­sa Comunitaria

El corres­pon­sal de Pren­sa Comu­ni­ta­ria, perio­dis­ta Juan Bau­tis­ta Xol, fue dete­ni­do en su casa en El Estor, Iza­bal. Todos, has­ta los miem­bros de la PNC, cono­cen su labor duran­te los hechos en el Estor: la cober­tu­ra perio­dís­ti­ca fren­te a los des­ma­nes de las auto­ri­da­des con­tra la comu­ni­dad Q’eqchi’.

La emi­so­ra infor­ma en idio­mas Q’eqchi’ y en espa­ñol acer­ca de las denun­cias de las comu­ni­da­des en resis­ten­cia, que se opo­nen a las ope­ra­cio­nes mine­ras de la empre­sa Com­pa­ñía Gua­te­mal­te­ca de Níquel CGN-PRONICO.

La Fede­ra­ción Gua­te­mal­te­ca de Escue­las Radio­fó­ni­cas recla­ma a la PNC por impe­dir a perio­dis­tas loca­les las trans­mi­sio­nes de todo tipo en El Estor.

Detrás ha lle­ga­do la deman­da de orga­ni­za­cio­nes, medios, perio­dis­tas y colum­nis­tas de Gua­te­ma­la. Requie­ren el res­pe­to a la liber­tad de pren­sa y recla­man el dere­cho a ejer­cer­la, fren­te a las accio­nes de hos­ti­ga­mien­to, agre­sión y obs­ta­cu­li­za­ción de su ejercicio.

A tra­vés de la pren­sa comu­ni­ta­ria se han cono­ci­do los deta­lles. Como el alla­na­mien­to de la casa de Olga Mari­na Che, auto­ri­dad del Con­se­jo Ances­tral. Ella había apa­re­ci­do en varias foto­gra­fías duran­te la repre­sión de la Poli­cía con­tra la resis­ten­cia paci­fi­ca de la comu­ni­dad Q’eqchi’.

Citan el caso de Domin­go Caal, un anciano de 86 años de edad, quien fue dete­ni­do en El Estor y acu­sa­do por la PNC, MP, por par­ti­ci­par en la mani­fes­ta­ción. Mar­ca­do por la Poli­cía y lue­go libe­ra­do tras denun­cia públi­ca. Caal es maya hablan­te q’eqchi’, un artista. 

La denun­cia es sos­te­ni­da por par­te de la perio­dis­ta q’eqchi’, María Guar­chaj, quien por­ta sus atuen­dos ori­gi­na­rios en las redes socia­les. “Los pobla­do­res cla­man por soli­da­ri­dad ante este aco­so per­ma­nen­te”, declaró.

En las redes tam­bién apa­re­ció la deten­ción del defen­sor del Lago de Iza­bal y del Gre­mio de pes­ca­do­res arte­sa­na­les del Estor, Eduar­do Bin. La PNC uso una orden de cap­tu­ra del año 2017, cuan­do Eduar­do Bin fue cri­mi­na­li­za­do por la mina CGN-PRONICO.

Con­tra el indígena

La orden con­tra el pue­blo indí­ge­na de El Estor fue dada por el Gobierno de Ale­jan­dro Giam­mat­tei. Mucho tie­ne que decir su pue­blo, cuan­do el pre­si­den­te ha sido tam­bién el peor eva­lua­do en Lati­noa­mé­ri­ca por mane­jo de pandemia. 

La diri­gen­te indí­ge­na maya-qui­ché, Naza­ria Tum Sanic, quien pasó diez años resis­tien­do en la mon­ta­ña los ata­ques del Ejér­ci­to de Gua­te­ma­la, es actual­men­te pre­si­den­ta de La Voz de la Resis­ten­cia, una orga­ni­za­ción de muje­res que lucha por su par­ti­ci­pa­ción acti­va y orga­ni­za­ción en las comunidades.

Foto: Cor­te­sía Car­los Alonzo

Tum Sanic defi­ne la situa­ción de Gua­te­ma­la. “El pano­ra­ma actual, en pocas pala­bras, es que en vez de dar pasos hacia ade­lan­te esta­mos regre­san­do hacia atrás. El nue­vo plan del Gobierno es la reubi­ca­ción de los des­ta­ca­men­tos mili­ta­res. No pode­mos hablar de paz, habla­mos de guerra”.

“La repre­sión sigue, hay des­apa­re­ci­dos, secues­tra­dos, ame­na­za­dos. Es una gue­rra, solo que la for­ma de actuar ha cam­bia­do, camu­flan la repre­sión. El Gobierno está fir­man­do con­tra­tos con mul­ti­na­cio­na­les que ocu­pan las tie­rras y des­alo­jan­do a los cam­pe­si­nos. Las hidro­eléc­tri­cas y las mine­ras aca­ban con los recur­sos natu­ra­les y pro­pa­gan enfermedades”.

Los mayas nun­ca se fueron

Los des­cen­dien­tes de los mayas nun­ca se fue­ron. Si su tena­ci­dad ya sor­pren­dió en 1524 al con­quis­ta­dor Pedro de Alva­ra­do ‑la Coro­na espa­ño­la tar­da­ría 173 años en con­tro­lar el terri­to­rio que aho­ra es Guatemala‑, hoy per­vi­ve en este país cen­tro­ame­ri­cano una mayo­ría social de ori­gen indí­ge­na que, en los últi­mos años, ha impul­sa­do un movi­mien­to popu­lar con­tra la impu­ni­dad de sus gobernantes.

En días recien­tes, tras la media­ción de la Orga­ni­za­ción de las Nacio­nes Uni­das para la Edu­ca­ción, la Cien­cia y la Cul­tu­ra (Unes­co), Gua­te­ma­la recu­pe­ró un frag­men­to de Este­la Real Maya, que había sido saquea­da y subas­ta­da en Paris, Fran­cia, hace casi 60 años del yaci­mien­to arqueo­ló­gi­co de Pie­dras Negras.

La pie­za, de 48 por 46 cen­tí­me­tros y 18 kilos de peso, hon­ra al rey núme­ro cua­tro de Pie­dras Negras, «Señor Tor­tu­ga», que lle­gó al trono en el año 729 y se expon­drá a par­tir de aho­ra en el Museo Nacio­nal de Arqueo­lo­gía y Etno­lo­gía de Gua­te­ma­la. Pero este es solo un frag­men­to pétreo de la his­to­ria de expro­pia­ción, que es la mis­ma que se vive aho­ra en El Estor.

La sabi­du­ría de los pue­blos indí­ge­nas pue­de ayu­dar a recom­po­ner el caos del mun­do con­tem­po­rá­neo, afir­ma el poe­ta maya‑k’iche Hum­ber­to Ak’abal, uno de los auto­res más impor­tan­tes de Gua­te­ma­la. “En la medi­da que otros pue­blos y cul­tu­ras abran su pen­sa­mien­to, podrán apro­ve­char mejor esa rique­za; los indí­ge­nas somos algo vivo, pre­sen­te, coti­diano, no esta­mos sólo en los libros”, dijo.

Acla­ra que el arte poé­ti­co ha sido en su caso un arma de resis­ten­cia, más que de insur­gen­cia. No obs­tan­te, le tocó vivir atro­ci­da­des duran­te los más de 30 años de gue­rra civil en su país natal. 

“Mis abue­los sufrie­ron mucho de eso; sin embar­go, su ejem­plo es lo que me ha ser­vi­do, por­que, no obs­tan­te todos los sin­sa­bo­res por los que atra­ve­sa­ron, man­tu­vie­ron el valor de nues­tras len­guas, nos las here­da­ron; ellos ya des­can­san en paz y noso­tros con­ti­nua­mos, segui­mos hablán­do­las, y aho­ra yo más com­pro­me­ti­do que nun­ca, dice el poe­ta en resis­ten­cia maya‑k’iche Hum­ber­to Ak’abal,

La pre­mio Nobel de la Paz, Rigo­ber­ta Men­chú, dijo que para que el país supere la nor­ma de la impu­ni­dad y el silen­cio “aho­ra el camino se vis­lum­bra lar­go, pero ya no en sole­dad. Lle­ga una Gua­te­ma­la total­men­te dis­tin­ta a la que noso­tros crecimos”.

Es la lucha de todos los que creen, como se narra en El Popol Vuh (del k’iche’ popol wuj: libro de la comu­ni­dad, que debe­mos defen­der la ‘casa común’).

En estos momen­tos, El Estor con­ti­núa bajo esta­do de sitio. Las fuer­zas de segu­ri­dad man­tie­nen un des­plie­gue de 500 agen­tes en el muni­ci­pio para efec­tuar patru­lla­jes con­ti­nuos, rete­nes vehi­cu­la­res, alla­na­mien­tos, eje­cu­ción de órde­nes de capturas.

Fuen­te: TeleSUR

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