Por Solange Engelmann. Resumen Latinoamericano, 11 de diciembre de 2021.
La resistencia campesina y obrera en el norte de Río de Janeiro se lleva a cabo durante más de dos décadas alrededor de la finca Cambahyba.
El 24 de noviembre de 2021, el Campamento Cícero Guedes cumplió cinco meses de organización popular, ubicado en el municipio de Campos dos Goytacazes, Río de Janeiro. El campamento representa la solidaridad de los trabajadores rurales y urbanos en la resistencia a la contrarreforma agraria del actual gobierno federal, lo que demuestra un verdadero desprecio público.
La lucha por la ocupación de la finca Cambahyba lleva 21 años. E incluso con el decreto de expropiación de la zona, oficializado por el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA), aún existen obstáculos para la culminación de la acción. Los Sin Tierra del estado están atentos y en constante vigilia, ya que se enfrentan a poderosos representantes de la especulación inmobiliaria en la región que amenazan con inversiones transnacionales en Porto do Açu.
El complejo de Granjas Cambahyba, de la ex Usina, en Campos dos Goytacazes, es un lugar histórico para los delitos contra los trabajadores. Estructurado como una planta de producción de azúcar, es un espacio marcado por la explotación y la tortura durante la dictadura militar brasileña, entre 1964 y 1985. El complejo fue utilizado como un espacio para la tortura y la quema de los cuerpos asesinados por el régimen, según declaraciones de la ex delegado del Departamento de Orden Político y Social (Dops) Claudio Guerra. El Dops fue uno de los principales dispositivos de represión y tortura durante la dictadura en Brasil.
En este escenario de delincuencia y explotación, en 2000 el MST organizó la primera ocupación del complejo Fazendas Cambahyba. Además de ser un importante espacio de retracción histórica para la clase trabajadora, el molino quebrado fue considerado tierra improductiva por los organismos reguladores, no cumpliendo con su función social y destinada a la Reforma Agraria. En una región donde el trabajo urbano y rural están interconectados por una economía, marcada casi exclusivamente por la producción del monocultivo de caña de azúcar, la lucha y resistencia en 21 años de lucha promovida por el MST en Cambahyba fue fundamental para que estuviéramos un paso más cerca de la conquista.
En los cinco meses del campamento Cícero Guedes, muchas familias de la región se integraron a la ocupación, algunas del campamento Luiz Maranhão, construido por el MST en 2012, muchas más familias provenían de ocupaciones más antiguas, luego de enfrentar recuperaciones brutales, como en el Lago del campamento de Mario. Y hay que reconocer que muchos movimientos y organizaciones han mostrado su apoyo. El campamento representa una amplia lucha de redes de sectores de la sociedad civil, junto con sindicatos y colectivos progresistas organizados en Campos dos Goytacazes.
Las tierras fueron destinadas a la Reforma Agraria
¡Nuestro desafío continúa! Tuvimos la primera victoria, que fue el reconocimiento de estas tierras destinadas a la Reforma Agraria. Sin embargo, el proceso aún no se ha completado. Las familias sin tierra continúan en la lucha y resistencia para asegurar las negociaciones con INCRA, socios como universidades y familias acampadas, según se determina en la decisión judicial. Y así, acelerar el proceso en beneficio de las 300 familias que desde hace 21 años luchan por el sueño de llevar a cabo la Reforma Agraria en la zona.
Las familias de los trabajadores sin tierra en el campamento de Cícero Guedes también son un ejemplo de organización y planificación. En apenas cinco meses ya se nota el cambio de escenario de las fincas abandonadas e improductivas.
Las familias ya construyeron casas, espacios para la producción del huerto comunitario en alianza con proyectos de recuperación ambiental, también hay una escuela en alianza con varios parlamentarios que visitaron el campamento y la cocina colectiva, que alimenta a niños y adultos todos los días desde el inicio. del campamento.
Pero aún queda un largo camino por recorrer, ¡nuestra lucha continúa! La expropiación de las tierras de Cambahyba y la construcción del proyecto de Reforma Agraria es un deseo de muchos que quieren ver esta historia contada por los trabajadores y no más la vergonzosa historia de explotación, asesinato y colusión con regímenes autoritarios.
Por ello, pedimos el apoyo de los movimientos populares organizados para que se mantengan activos. Las familias Sin Tierra reconocen que todas las visitas que recibió el campamento durante estos meses fueron de fundamental importancia, desde artistas, dirigentes sindicales, parlamentarios, hasta militantes que creen y conocen la historia de estas tierras.
¡Sabemos que solo con mucha organización, mucha solidaridad, cambiaremos esta historia! ¡Cambahyba es nuestro!
Foto: Clarice Lissosvky
Fuente: MST