Por Itzamná Ollantay. Resumen Latinoamericano, 21 de marzo de 2021.
Cuando en la última década del pasado siglo, simultáneo a la firma de los Acuerdos de Paz (1996), Guatemala optaba, a ojo cerrado, por el sistema neoliberal como su única salida económica para aliviar sus históricos males coloniales y republicanos, jamás imaginó que esta “medicina sería peor que la enfermedad”.
Hace unos días atrás, en el contexto nacional de constantes denuncias de “sabotajes eléctricos y conflictos sociales ocasionados por ENERGUATE”, una Jueza, en segunda instancia de Sacatepéquez, condenó a la indígena maya quiché, defensora de derechos, Ceferina Josefa Xaminez, a tres años de cárcel por retener un alicate de la empresa eléctrica ENERGUATE. Sí. Ocurrió en Guatemala. No es una imaginación sacada de la obra de “Los Miserables” de Víctor Hugo, siglo XIX.
¿Qué ocurrió?
En Guatemala, desde hace más de una década atrás, creciente número de las y los usuarios de electricidad disconformes con los “abusos, malos servicios y cobros indebidos” que realiza la empresa distribuidora de electricidad ENERGUATE, se encuentran organizados en todo el país y se niegan a pagar los servicios de electricidad “hasta mientras no se nacionalice ”.
En ese contexto, en 2018, personal de ENERGUATE ingresó al Paraje Valle Nuevo, Cantón Pahaj, Municipio Santa Lucía Utatlán, Departamento de Sololá (Km. 148 Carretera Interamericana), para cortar el cable eléctrico. En el acto hubo resistencia y forcejeo, la comunidad organizada se defendió… Personal de la empresa eléctrica captura a Ceferina, la suben en la palangana del carro de la empresa, la trasladan dos kilómetros, y la entregan a la patrulla de la Policía Nacional Civil, acusándola de robo de dos alicates y un casto protector del electricista de la empresa.
La defensora Xaminez fue sometida a proceso penal con la querella de la empresa ENERGUATE, y absuelta por un Juez de primera instancia. El Ministerio Público apeló dicha sentencia, y en 2021, una Jueza de apelaciones de Sacatepéquez condenó a tres años de cárcel por la retención de un alicate cuya propiedad legal ni pudo demostrar la empresa eléctrica.
Quién es ENERGUATE
La empresa española Unión Fenosa, al adjudicarse el monopolio del servicio de la distribución de la electricidad en 19 departamentos de Guatemala, en la segunda mitad de la década de los 90 del pasado siglo, para 50 años, creó dos empresas: DEOCSA y DEORSA. Con el tiempo, se creó una marca comercial denominada ENERGUATE.
En la actualidad, ENERGUATE distribuye electricidad a más de 1.7 millones de viviendas, y obtiene, según cálculos con los precios del Kw/h en el mercado mayorista de electricidad, más de 250 millones de dólares de ganancia bruta año. Este servicio lucrativo se adjudicó en 101 millones de dólares cuando, según argumentaba el sindicato del INDE, en ese entonces, el costo real era de más de 400 millones de dólares.
En estos cerca de 25 años de existencia, ENERGUATE cambió de dueño hasta en cuatro oportunidad. Actualmente es de propiedad de un consorcio norteamericano, quien en total, junto a otros negocios en la región, pagó más de 1.3 millones de dólares por la compra.
Es de conocimiento público que en años recientes ENERGUATE registró dos empresas fantasmas para evadir impuestos en Guatemala. Por ese delito no fue juzgada, ni sancionada.
En 2014, estuvo implicada en la detención ilegal, y posterior encarcelamiento de tres representantes del movimiento CODECA. En este caso, los detenidos fueron absueltos, y hasta la ONU, mediante su Comisión de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias, condenó al Estado de Guatemala, y pidió resarcimientos.
El encarcelado ex Presidente Otto Pérez Molina, en 2013, creo una Fiscalía Especial contra el Hurto de Fluidos integrado por 5 agentes fiscales, quienes, junto al staff de abogados de ENERGUATE, emprenden procesos judiciales contra representantes de usuarios organizados que se resisten a pagar las facturas de electricidad a la empresa.
A la fecha, en lugar de perseguir el “hurto de fluidos”, este equipo jurídico se ocupa de criminalizar a defensores/as comunitarias de derechos atribuyéndoles delitos como: instigación a delinquir, actividades contra la seguridad del Estado, entre otros.
Y así, el conflicto generado por la distribución domiciliaria de la electricidad crece en el país, y la empresa no encuentra mejor solución que castigar con “sabotajes eléctricos” a amplios territorios rurales del país con la finalidad de detener las “resistencias comunitarias” mediante la confrontación intracomunitaria que ocasionan dichos cortes, incluso por semanas completas
¿Quién es Ceferina Josefa Xaminez?
Ella es mujer maya quiché. De 50 años de edad. Madre de tres hijos, incluida una menor de edad. Se dedica a vender comida en su comedor y a domicilio. Según cuenta Ella: “Desde hace 5 años me organicé como defensora de derechos en mi comunidad”.
Actualmente es Presidenta del Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODE) de su comunidad Valle Nuevo, y miembra titular del Consejo Municipal de Desarrollo (COMUDE) del Municipio de Santa María Utatlán, Sololá.
Cuando se la consulta de cómo se siente después de la sentencia judicial, Ella resume: “Avergonzada me siento de nuestro país por las injusticias que están cometiendo”.
Le preguntamos, ¿por qué comenzó a organizarse en la resistencia por la energía eléctrica?, responde:
“Cuando hubo un corte circuito, aquí (su comunidad), tuve que pagar 12,822 quetzales a la empresa en dos días. Así fue que me vi obligado a buscar a la organización para defender y pelear por los bienes del país para que las empresas no nos sigan robando nuestros bienes y dignidad”
Ella resume su percepción de la batalla desigual que libran frente a la empresa eléctrica:
“En la organización somos un equipo. Entre más nos organizamos, somos más que ellos. Ellos demostraron con esa sentencia que la corrupción reina más en Guatemala. Así como estoy lastimada por la corrupción de Energuate y de la Jueza, así está lastimado el país por la corrupción”.
“Me detuvo Energuate, me llevó Energuate hasta el km 150. Me detuvo en el Km 148. Me sacaron de mi casa. Me secuestraron. La policía, la fiscalía y la empresa mienten”.
Ceferina, con apenas dos años de escolaridad, se enfrenta a la empresa transnacional de ENERGUATE, quien en complicidad con el Estado de Guatemala, ahora, la castigan con tres años de cárcel, supuestamente por retener un alicate de propiedad de la empresa eléctrica, en una riña ocasionada por ésta.
Fuente: TeleSUR