Argen­ti­na. La TV (no) Pública

Por Rober­to Marra, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 23 de abril de 2021.

El mane­jo por par­te del Gobierno Nacio­nal de la comu­ni­ca­ción en gene­ral, y de los medios esta­ta­les de comu­ni­ca­ción en par­ti­cu­lar, no ha sido pre­ci­sa­men­te efi­caz para enfren­tar la anda­na­da dia­ria de la agen­da mediá­ti­ca hege­mó­ni­ca opo­si­to­ra, auto­de­no­mi­na­da “inde­pen­dien­te”. La más cla­ra demos­tra­ción de esto se demues­tra día a día en la pan­ta­lla de la TV Públi­ca y tam­bién en los par­lan­tes de Radio Nacio­nal.
, ReEn la TV Públi­ca ha suce­di­do un hecho de apa­ren­te corrup­te­la, aún bajo inves­ti­ga­ción, pero de resul­tas del cual se han suce­di­do una serie de renun­cias y nom­bra­mien­tos en car­gos impor­tan­tes, que refle­jan la orien­ta­ción ideo­ló­gi­ca de la Pre­si­den­ta de Radio Tele­vi­sión Argen­ti­na (RTA), la perio­dis­ta Rosa­rio Lufrano. O, al menos su ape­go a la repro­duc­ción de las taras pro­pias de los medios domi­nan­tes, lo que se mani­fies­ta con el pobrí­si­mo con­te­ni­do del canal en cues­tión, con­ver­ti­do en mero repe­ti­dor de con­sig­nas vacuas y “pro­gra­me­jos” desculturizantes.

Con la con­sig­na prin­ci­pal de “no ser un medio ofi­cia­lis­ta”, ha lle­va­do a seme­jan­te medio de comu­ni­ca­ción esta­tal a la inuti­li­dad abso­lu­ta para con­tra­po­ner­se al dis­cur­so úni­co pro­ve­nien­te de las cen­te­nas de cana­les que el poder con­cen­tra­do mediá­ti­co posee en todo el País. Con esa estú­pi­da dis­cul­pa pseu­do-demo­crá­ti­ca, una estruc­tu­ra tan pode­ro­sa para dar a cono­cer otros pun­tos de vis­tas dife­ren­tes a los apa­ña­dos por el Poder Real y la opo­si­ción polí­ti­ca al Gobierno Nacio­nal, pier­de la opor­tu­ni­dad de con­ver­tir­se en la voz del Pue­blo, para atra­ve­sar las men­da­ci­da­des coti­dia­nas que debe­mos sopor­tar en todas las pan­ta­llas.
Para pro­fun­di­zar tama­ña incohe­ren­cia con las nece­si­da­des popu­la­res, aho­ra ha desig­na­do al fren­te de la emi­so­ra a un per­so­na­je cuyos ante­ce­den­tes ya exi­men de mayo­res opi­nio­nes. Se tra­ta de Leo­nar­do Flo­res, pro­mo­vi­do al car­go de direc­tor eje­cu­ti­vo de la Tele­vi­sión Públi­ca Argen­ti­na. Des­de enero 2020, “Leo” Flo­res se desem­pe­ña­ba ya como Geren­te de Artís­ti­ca del Canal.

Pero el per­fil ideo­ló­gi­co de Flo­res lo ubi­ca en las antí­po­das del pen­sa­mien­to que des­de un Gobierno popu­lar se pue­de tener sobre los medios y sobre temas sen­si­bles como: el caso Nis­man, el cha­vis­mo, Cuba y sobre la pro­pia Cris­ti­na Fer­nan­dez, que ha sido muy mal­tra­ta­da en los medios que Flo­res diri­gió en Mia­mi, don­de resi­día duran­te los años pre­vios a su regre­so al país. Un ejem­plo: en 2016, pro­du­jo la serie “Peta­re, la tum­ba del Cha­vis­mo”, una fic­ción don­de se pro­mo­vía la des­ti­tu­ción por la fuer­za del Pre­si­den­te Madu­ro, ganó el Emmy Awards (en EEUU, claro).

Pero no que­dó sólo allí la desig­na­ción de fun­cio­na­rios de dudo­so pasa­do y fran­ca opo­si­ción a las carac­te­rís­ti­cas que debie­ran poseer los inte­gran­tes de un medio que inten­te repre­sen­tar autén­ti­ca­men­te los intere­ses popu­la­res. Vea­mos otros nom­bres que aho­ra han asu­mi­do o ya tra­ba­jan jun­to a la Pre­si­den­ta de RTA:
Julio Postiglio­ni, ex sub­se­cre­ta­rio de Asun­tos Polí­ti­cos del Minis­te­rio del Inte­rior (por enton­ces a car­go de Roge­lio Fri­ge­rio), es el actual direc­tor de Asun­tos Lega­les de RTA. Un dato no menor: Postiglio­ni fue Sub­se­cre­ta­rio de con­trol de sus­tan­cias psi­co­ac­ti­vas del Sedro­nar duran­te la pre­si­den­cia de Cris­ti­na Kirch­ner, pero fue des­pla­za­do de su car­go por la actual vicepresidenta.

Agus­ti­na Zeba­llos, actual Direc­to­ra de Comu­ni­ca­ción de RTA, fue la encar­ga­da de la comu­ni­ca­ción del PAMI duran­te los cua­tro años de macris­mo. A ella tam­bién se le cues­tio­na su paso por la Pro­cu­ra­ción del Teso­ro con Ber­nar­do Sara­via Frías.
La secre­ta­ria de Lufrano, Marie­la San­ta­re­lli Goñi, tra­ba­jó en el Minis­te­rio de Segu­ri­dad para Pablo Noce­ti, ex jefe de gabi­ne­te de Patri­cia Bull­rich, denun­cia­do en agos­to del año pasa­do por el actual Minis­te­rio de Segu­ri­dad nacio­nal por su res­pon­sa­bi­li­dad en el ope­ra­ti­vo que lle­vó a cabo la Gen­dar­me­ría Nacio­nal el pri­me­ro de agos­to de 2017 y que deri­vó en la des­apa­ri­ción y muer­te de San­tia­go Mal­do­na­do.
Gui­ller­mo Siai­ra, uno de los que fue des­pe­di­do y se desem­pe­ña­ba has­ta hace horas como direc­tor de admi­nis­tra­ción finan­cie­ra de RTA, tra­ba­jó para la ges­tión de Her­nán Lombardi.

El nue­vo direc­tor de admi­nis­tra­ción finan­cie­ra de RTA es Mar­tín Este­ban Gutié­rrez. Des­de 2009, Gutié­rrez pasó por diver­sos empleos en el Esta­do. A par­tir de diciem­bre de 2015, bajo la ges­tión de Mau­ri­cio Macri, Gutié­rrez fue Direc­tor de Con­ta­bi­li­dad y Ser­vi­cios Auxi­lia­res en Minis­te­rio de Pro­duc­ción, Cien­cia y Tec­no­lo­gía. Reali­zó esa labor has­ta el 9 de diciem­bre de 2019. Seis meses des­pués de la asun­ción del pre­si­den­te Alber­to Fer­nán­dez, fue nom­bra­do geren­te de Admi­nis­tra­ción y Finan­zas en la Agen­cia Nacio­nal de Noti­cias, Télam.

Rosa­rio Lufrano: Más de lo mis­mo a la hora de diri­gir un medio.

No se tra­ta ya de “fun­cio­na­rios que no fun­cio­nan”, sino que fun­cio­nan en la direc­ción con­tra­ria a la que se nece­si­ta, si de ver­dad se quie­re trans­for­mar la Nación, bus­can­do la rea­li­za­ción de los para­dig­mas fun­da­men­ta­les que hacen a la recons­truc­ción de la cul­tu­ra popu­lar. Se tra­ta de tra­zar la raya has­ta don­de nos poda­mos dar el lujo de per­mi­tir el avan­ce de las peo­res lacras ideo­ló­gi­cas, basa­das en el odio y el resen­ti­mien­to hacia una deter­mi­na­da ideo­lo­gía y sus líde­res más repre­sen­ta­ti­vos, que inun­dan el aire y las pan­ta­llas cada minu­to de for­ma monopólica.

Pres­ti­giar los medios de comu­ni­ca­ción públi­cos, no pue­de hacer­se a cos­ta de impe­dir la voz de quie­nes gobier­nan, en nom­bre de “escu­char todas las voces”. Casual­men­te, las úni­cas voces que el canal esta­tal no trans­mi­te, o trans­mi­te esca­sa­men­te, son las de aque­llos que a la seño­ra Lufrano le pare­cen “nega­ti­vos” para sus pobres obje­ti­vos de “pul­cri­tud” ideo­ló­gi­ca. Una estruc­tu­ra seme­jan­te no pue­de redu­cir su par­ti­ci­pa­ción mediá­ti­ca a la mera repe­ti­ción de infor­ma­cio­nes o la crea­ción de pro­gra­mas de entre­te­ni­mien­tos des­ven­ci­ja­dos. Es la últi­ma herra­mien­ta que le que­da al Esta­do Nacio­nal para hacer cono­cer sus pro­yec­tos, sus obras, sus intere­ses (que son o debie­ran ser los del Pue­blo que lo sostiene).

Bara­jar y dar de nue­vo. Esa debie­ra ser la movi­da siguien­te, si la inten­ción últi­ma es la ter­mi­nar con el ais­la­mien­to de la ciu­da­da­nía con su gobierno, inter­pe­la­do sólo por los enemi­gos del Pue­blo, que sí saben defen­der sus intere­ses, con la per­ver­si­dad a cues­tas y la impu­ni­dad otor­ga­da por la corrup­ción judi­cial. Aho­ra, ya mis­mo, ese monu­men­tal medio masi­vo de comu­ni­ca­ción debie­ra cam­biar su rum­bo, orien­tar su des­tino al de las mayo­rías popu­la­res, ansio­sas por tener su pro­pia mira­da sobre los hechos que cada día le inun­dan sus hoga­res con las fan­tas­ma­gó­ri­cas imá­ge­nes de un País que no es.

Itu­rria /​Fuen­te

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