Resumen Latinoamericano, 17 de agosto de 2021.
El municipio de Omoa gasta unos 48.500 dólares anuales en limpiar la playas que reciben la contaminación.
Ricardo Alvarado, alcalde del municipio de Omoa, en el noroeste de Honduras, advirtió, junto a otros ediles vecinos, que buscan denunciar a Guatemala a nivel internacional por el grave daño ambiental que les sigue causando la basura vertida en el río Motagua.
El jefe edil destacó que durante sus 11 años al frente de la municipalidad el problema lejos de reducirse se ha incrementado. El rio arrastra grandes cantidades de basura que termina por afectar el ecosistema desde diversos ángulos, especialmente desde la perspectiva sanitaria.
Alvarado precisó que en los primero seis meses del año las consecuencias son menores, sin embargo agregó que con la estación lluviosa los daños se agravan y detalló que el municipio gasta unos 48.500 dólares anuales en limpiar la playas que reciben la contaminación desde Guatemala.
Aunque ambos países llevan años buscando una solución para evitar que toneladas de todo tipo de desechos inunden las costas hondureñas, como es el caso de Omoa, los daños persisten. Incluso, Alvarado había tratado de imponer una demanda anteriormente pero la cancillería hondureña negó su solicitud.
El 25 de junio, además, las autoridades del Gobierno de Honduras en una reunión con sus pares de Guatemala, solicitaron la puesta en marcha de soluciones inmediatas, más eficaces y definitivas para frenar la contaminación al río Motagua.
Las responsabilidades detrás de la basura que llega frecuentemente han sido por años causas de disputa entre los dos Gobiernos y motivos de tensiones bilaterales.
Tegucigalpa asegura que la mayor parte de los desechos que recalan en sus costas se origina en la nación vecina, mientras Guatemala cuestiona que varios municipios hondureños también contribuyen al problema.
La Ministra de Medio Ambiente de Honduras, Liliam Rivera, dijo en entrevista a una cadena de radio local, que mantienen contactos con sus pares guatemaltecos, pero advirtió que el problema ya no se convirtió en un daño de una nación a otra.
Comentó que se están analizando los pasos a seguir en materia jurídica, pero recordó que el ministerio a su cargo no tiene esa competencia, sino la procuraduría.
El problema tiene muchos años, sin embargo, en tiempos recientes el daño ambiental se ha agravado en el lado hondureño, por el cambio en el ritmo de las lluvias, más persistentes, pero aún se busca una solución binacional, añadió.
Fuente: TeleSUR