Comentarios para CX36 Radio Centenario del sociólogo norteamericano, Prof. James Petras, desde Nueva York. Lunes 12 de setiembre de 2011. www.radio36.com.uy
Chury: Imagino Petras que tenés varios temas en estudio y análisis. Lo dejo a tu criterio para que comiences tu columna de hoy.
Petras: Podríamos empezar con dos temas. Primero, ayer fue el aniversario del 11‑S; una década. Y podríamos hacer unas observaciones. Las ceremonias y la presentación que se ha hecho en los medios de comunicación de masas, destacan la experiencia traumática, el acto de terrorismo, pero no hablan de las consecuencias para el país, para el mundo, de los otros actos terroristas que se han cometido en el nombre del 11‑S.
Ayer en Nueva York, los actos de conmemoración no atrajeron a más de 10.000 personas, es decir ocho veces menos que lo que atrajo el equipo de fútbol de los New York Jets, que llenaron el estadio con 80.000 personas. Entonces si uno compara la asistencia, el fútbol gana por lejos. Y esto refleja un desencanto con la manipulación del 11 de setiembre para lanzar guerras.
Lo que hicieron en Libia, el asesinato de 30.000 libios, es diez veces más de los que murieron en la Torres. Es decir, las fuerzas de la OTAN mataron en seis meses diez veces más libios de los que murieron en Nueva York. Y esto es solo el último caso, porque los funcionarios norteamericanos –en la Casa Blanca, en el gobierno de Bush y después de Obama- invadieron Irak, Afganistán, siguen bombardeando Yemen, Pakistán, siguen ocupando Haití.
Si calculamos de forma conservadora, podemos decir que cerca de un millón de personas murieron o están heridos, más de cinco millones fueron desplazados de sus casas, en un acto terrorista generalizado, comandado por el gobierno norteamericano y sus aliados de la OTAN, de la Unión Europea.
Es decir, el 11‑S era el detonante para una guerra destructiva contra los pueblos árabes, musulmanes y otros más. No hay ninguna conmemoración para las víctimas del terrorismo norteamericano contra todos los países enumerados.
Segundo, no hay ninguna discusión sobre los gastos en aparatos de Seguridad que surgieron. Son más de ochocientos mil nuevos funcionarios para investigaciones sobre los ciudadanos en los Estados Unidos. Hay más de cien millones de personas fichados por estos Agentes de Seguridad, cada día recogen más de cincuenta mil escuchas telefónicas, fax, etc. No saben como manejar tanta información, es inútil. Pero siguen con ese camino policíaco, violando todos los derechos constitucionales de los ciudadanos. Entonces, otra consecuencia del 11‑S es el lanzamiento de legislación, decretos y prácticas policíacas.
Por otro lado, el hecho es que los tres billones de dólares gastados en guerras han quebrado el Tesoro, han duplicado la deuda pública de los Estados Unidos, forzando recortes de programas sociales, ataques sobre el seguro social. Han provocado la quiebra de la economía, profundizado el déficit fiscal, y como consecuencia los recortes sociales que perjudican a docenas de millones de pensionistas, pobres y desocupados.
Entonces tenemos que analizar las consecuencias del 11‑S, no simplemente mirando aquí adentro y hacia el pasado. Porque mirando más allá de las Torres, hacia la gran tragedia que está afectando a los ciudadanos norteamericanos, desocupados, han perdido sus casas diez millones de personas. Y los del exterior, que han sufrido millones de muertes, de heridos y desplazados.
¿Y qué futuro tiene el país frente a esta situación? Mientras el gobierno organiza este teatro cada 11 de setiembre, hay menos personas interesadas e influidos. Los esfuerzos en manipular a las víctimas para justificar las guerras actuales y los gastos para el Estado policíaco, cada vez caen en un saco más roto.
Voy a citar una cosa: Cuando los encuestadores preguntaron al público sobre las prioridades del gobierno de los Estados Unidos, en una muestra científica, el 60% respondieron que la principal prioridad debe ser la Economía, los ingresos y los programas sociales. El 2,5% dijeron que la prioridad es el terrorismo y la guerra contra el terrorismo.
En otras palabras: Los medios de comunicación de masas hablan de la división entre Republicanos y Demócratas, del enfrentamiento entre Obama y los congresistas, ellos comparten la política guerrerista y el estado policíaco.
Mientras tanto el público está en otro lado. La verdadera división en los Estados Unidos es entre la gran mayoría del electorado que busca una salida a la crisis y la clase política que sigue apostando a continuar las guerras en el exterior y mantener este costoso Estado policíaco. Esta es la verdadera división, que nos lleva a pensar en el próximo año electoral.
Justamente, en el segundo punto de mi comentario quiero tocar este tema, principalmente marcando un contraste entre las posibilidades de reelección del presidente Hugo Chávez en Venezuela y el presidente Barak Obama en Estados Unidos, pues ambos se presentan en las elecciones presidenciales el próximo año.
Chury: Exacto.
Petras: Entonces, ¿qué debemos decir sobre las posibilidades que tienen uno y otro? Para analizar esto debemos ver cómo cada cual enfrenta la crisis económica, porque ambos países pasaron por una baja en la Economía, una creciente desocupación y el descontento de la población.
Chávez organizó programas de inversión, con una enorme suma destinada a la construcción de casas populares para un millón de familias; aumentó los gastos del Seguro Social; aumentó la inversión en infraestructura con inversiones directamente públicas; nacionalizó las minas de oro y otros sectores vinculados a las refinerías de petróleo; ha instituido el Control de Precios sobre productos básicos, como alimentos, subvencionando el costo para las clases populares. Todo orientado a estimular la demanda del consumo como fuerza motriz para la recuperación económica.
En contraste, ¿qué hizo Obama? Primero canalizó cientos de miles de millones para salvar los bancos, y para pagar eso han bajado los gastos sociales; la teoría de Obama es enriquecer a los ricos para que inviertan y a partir de las inversiones del sector privado, generar empleo. Entonces a partir de eso han bajado los impuestos a los ricos; han facilitado el gasto militar aumentándolo dos veces por encima de lo que hizo el presidente anterior, el reaccionario Bush. Gastos militares, subvenciones fiscales a los ricos y recortes sociales, es la forma en que Obama trata el problema de la crisis.
Últimamente declara un programa para mejorar el empleo, pero va por el mismo camino de subvencionar a los capitalistas con la esperanza de que las exoneraciones impositivas van a estimular inversiones y el empleo.
Analicemos qué pasa con estos dos esfuerzos, el estímulo desde abajo por la demanda o el programa desde arriba, financiando el sector privado para que genere empleo.
El empleo y el crecimiento en Estados Unidos es muy negativo. La economía este año crece menos del 2%, mientras que en Venezuela ha aumentado un 3% en el segundo trimestre y con perspectivas de seguir creciendo. En Estados Unidos con el programa de Obama estamos en una trayectoria hacia abajo, hacia una segunda recesión.
Mientras Chávez ha aumentado su popularidad, a fines del año 2009 tenía un 40% y ahora es un 60%; Obama ha caído de 80% cuando fue elegido a menos del 40% ahora, con perspectivas de perder las elecciones el próximo año, mientras Chávez parece que gana con una victoria contundente.
¿Qué conclusiones generales podemos sacar de esto? Que la recuperación orientada por la política socializante de Hugo Chávez ha alcanzado un éxito económico, social, e incluso electoral. Mientras, la política neoliberal de Obama de estimular a los ricos para salir de la crisis utilizando el sector privado ha fracasado. La vía capitalista de salida a la crisis no muestra ningún dinamismo, mientras el sector público en Venezuela ha alcanzado nivel de inversión y la motivación para generar el crecimiento.
Conclusión: Esta comparación de Obama y Chávez muestra en forma contundente que la perspectiva socialista es superior a la perspectiva neoliberal para salir de la crisis económica.
Chury: Muy bien Petras. No se si tienes otro tema, pero nosotros tuvimos acá como sede la reunión de la UNASUR, decepcionante, porque el tema central de la misma era Haití, y dio vergüenza la decisión final y particularmente los conceptos vertidos por Celso Amorim, el canciller brasileño, que afirmó que van a estar diez años más en Haití, ocupando.
Petras: El problema de la UNASUR no es la idea abstracta. Es una buena idea unificar el sur y excluir al imperialismo estadounidense y sus socios canadienses. Lo que falta es una política anti-imperialista. En Unasur falta homogeneidad en la estructura política y social. ¿Cómo se puede combinar neoliberales como Brasil, con sus propias ambiciones hegemónicas, con países como Venezuela que buscan de una forma y otra defenderse del imperialismo estadounidense?
Ese es el problema. Las divergencias en la estructura socioeconómica, en las bases sociales de los gobiernos, esa gran divergencia perjudica la posibilidad de una política coherente para estimular la integración, fomentar las asociaciones de gobiernos hacia las inversiones públicas, defenderse contra la nueva ola de agresiones de los Estados Unidos, porque después de Libia ¿quién puede pensar que no están preparando otra invasión, como por ejemplo a Venezuela?
Por esa razón queremos subrayar que Venezuela busca a Rusia para fortalecer su defensa con compras de nuevo armamento y firmando acuerdos de asociación en la producción de armas. ¿Por qué Venezuela retira sus reservas del exterior? Porque siente la agresión norteamericana, mientras Amorím y otros están tocando la guitarra hablando en la ocupación de Haiti, como mercenarios que son del imperialismo norteamericano.
Me parece que ese es el problema de UNASUR, no hay un común reconocimiento de la amenaza norteamericana, ni hay un reconocimiento de que el crecimiento económico actual depende en gran parte de la exportación de productos agrominerales. Y China, por ejemplo, que es el principal comprador, está en un proceso de tratar de bajar las compras externas y bajar la tasa de inflación, controlando el crecimiento.
Si China deja de comprar o baja las compras de productos agrícolas y mineros, va a tener un efecto muy grande sobre Argentina, Brasil, Chile, Perú. Entonces, si no profundizan el mercado dentro de América Latina, en el interior de los países, van a sufrir una baja de crecimiento en el próximo período, son muy vulnerables. No hay que pensar que simplemente porque crecen –y debemos reconocer que han crecido bastante en los últimos seis años- no son tan susceptibles a los cambios del mercado mundial. Y como no han profundizado más en lo necesario, en el consumo interno, van a sufrir una alta y baja en el próximo período.
Extractado por La Haine