He visto la ikurriña muchas veces junto a la bandera gallega y la catalana. Es lógico, estas tres naciones tienen cosas en común y lazos de solidaridad. Que el estado español no respete sus derechos nacionales es algo que comparten.
Sin embargo, algo no ya tan común es ver estas tres banderas de naciones sin estado junto a la del estado de Israel. Un estado que al igual que el español tampoco respeta derechos nacionales como ocurre con Palestina.
Esa imagen, tres banderas de naciones oprimidas junto a la de un estado opresor es la que encabeza un manifiesto titulado “Por la Paz, contra el boicot a Israel”. En el manifiesto se asegura que “el estado de Israel es democrático” y que resulta “infame” equiparar el régimen sionista con el del apartheid sudafricano. Por ello hacen un llamamiento contra el boicot a Israel al que consideran que promueve un “racismo anti-judio”. Sentencian que “Israel, a pesar de los defectos que se le puedan reprochar, ha sido una referencia para los pueblos que aspiran a su soberanía”. Entre los firmantes del manifiesto constan responsables públicos de PNV, EA ‚Amaiur, CiU, ERC e incluso de euskaltzaindia.
Lo cierto es que no se en que mundo habrán vivido los firmantes del manifiesto pero si Israel ha sido alguna referencia lo ha sido precisamente justo para lo contrario de lo que afirman. Para aniquilar pueblos. Recuerdo vivamente cuando las autoridades israelitas afirmaron públicamente que el trato a los detenidos y prisioneros palestinos estaba inspirado en el del estado español.
Sin embargo, los firmantes, desde una supuesta defensa del soberanismo vasco, catalan y gallego se posicionan con el estado que precisamente niega a sangre y fuego el soberanismo palestino. Sangre y fuego que estos días está salpicando las tierras palestinas. Les molesta a los firmantes del manifiesto que se “intente importar a nuestras sociedades un conflicto externo”. Supongo que la palabra internacionalismo les queda demasiado grande.
El caso de Palestina es perfectamente equiparable al del apartheid. Y para derrotar al apartheid uno de los puntos importantes fue la campaña de boicot y desinversiones. Saben que eso es así, saben que es una herramienta eficaz para presionar a estados opresores y por eso niegan la mayor, que el estado de Israel sea opresor. Y al igual que la comunidad internacional, esa que recientemente Galdeano afirmaba que es el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro, hacen llamamiento a la negociación y a los acuerdos internacionales sabedores de que la capacidad negociadora y los acuerdos están íntimamente ligados a la capacidad fáctica. Y que la capacidad fáctica y buena situación de Israel en el entramado imperialista le hace pasarse por el arco del triunfo toda resolución internacional e imponer siempre sus condiciones.
Por eso son vitales medidas de presión como el boicot internacional, una forma de lucha pacífica que está erosionando al régimen sionista y por eso éste tiene que activar su contra-campaña. La lucha pacífica de boicot y desinversiones es plenamente légitima. Tan légitimo como que el pueblo palestino haga uso de todos los métodos que consideren oportunos para librarse de la opresión armada sionista que les está llevando a su desaparición nacional.
Defender al pueblo de Palestina frente a la agresión imperialista es defender a Euskal Herria frente a lo mismo. Pues también hará falta presión internacional a los estados español y francés para que abandonen Euskal Herria. Y eso no es ser racista anti-español ni anti-francés.
Los procesos de liberación nacional vasco, catalán y gallego quedan tocados y deslegitimados cuando la UE, EEUU, Israel o el imperialismo son tratados de democráticos o supuestos aliados. Pues precisamente todos ellos son entes de máximo rango en la opresión nacional y social.