ETA tiene una fuerte identidad histórica. Una identidad compleja. No siempre comprendida. A pesar de las miles de páginas. Escritas sobre ella. Contra ella. Durante décadas ha sido el enemigo principal. Del poder y sus becarios. Y se han dedicado a ello, miles de personas. Y millones de dineros. No solo policías. También periodistas. Profesores. Académicos…han luchado contra ETA. Todo un universo de intelectuales orgánicos. Que sin el poder. Y sin su defensa del Estado. Y las cosas establecidas. No serían nada. Ni nadie.
ETA ha sido siempre referencia histórica de primera magnitud. Sus orígenes. Su relación con el nacionalismo vasco. Sus fundadores y sus miles de militantes. Sus ekintzas, Algunas espectaculares. Su carácter de poder fáctico de un sector social…Por eso numerosos empleados del poder. Unos pagados. Otros gratis. Se han ocupado y se ocupan todvía de ETA. Los historiadores. A favor. En contra. O en medio. Nunca han podido eludir su existencia. En especial en la última década de Franco. Pero sobre todo en la transición. O. en las transiciones. En una de las cuales, podemos estar ahora.
Las calificaciones vertidas son distintas. Casi todas interesadas. Algunas subvencionadas. Como en cualquier caso semejante. Es posible que nunca haya un debate serio y profundo sobre esta organización. Que además de sus actividades armadas, ha tenido una indudable influencia en hechos políticos. Como, por ejemplo, en el nacimiento y evolución de la izquierda abertzale. Y en la formación y concienciación de muchos políticos, sindicalistas, intelectuales…
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En marzo de 1937, los italianos bombardearon Durango. Hubo mas de trescientos muertos. Todos civiles. Muchos estaban dentro de una iglesia. Asistiendo a misa. Alguno de los supervivientes decía, muchos años después, «Nos bombardeaban. Nos ametrallaban. Nos fusilaban…Y además, nos obligaban a bajar la cabeza» . Sucedió así. Hasta finales de los años cincuenta. Hasta que la nueva generación decidió no agachar la cabeza. Para ello se creó ETA. Para no tener que bajar la cabeza ante los invasores.
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El conocimiento histórico es secuencial. Por definición y necesidad. La conexión secuencial de los hechos actuales con los del pasado explica mucho de lo que somos. Esto incluye a ETA. Al bombardeo de Durango. Al de Gernika. A la represión franquista. Y a la desaparición de las libertades vascas, desde las invasiones españolas del s. XIX. Por eso el estudio de ETA no puede hacerse, en exclusiva, con fuentes documentales periodísticas sincrónicas. Ni con hechos recientes, seleccionados y asignados desde el poder. El estudio de cualquier organización armada, por su peculiar y delicado activismo, debe de hacerse desde posiciones históricas diacrónicas. Secuenciales y documentadas.
En principio, los textos escritos definen a cualquier agente histórico, a lo largo de su vida. Lo mismo sucede, en el caso de ETA. No se puede explicar su existencia y desarrollo, desde un solo punto de vista. O desde el mero activismo aislado. Sin contar con toda su producción ideológica. Todos sus pronunciamiento escritos.
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Por definición cualquier poder se empeña en demostrar que sus enemigos no tienen razón de ser. Por definición también, cualquier poder, como es el del gobierno actual, inestable y dependiente, se ve obligado a emplear grandes recursos para destruir o descalificar a sus adversarios. Y además de perseguirlos policial y judicialmente, busca su anulación teórica por cualquier medio. Y, en este empeño, no es tarea menor controlar la Historia. Su relato y sobre todo su calificación. Sabemos que ni la Historia contada, ni los historiadores que la cuentan, son neutrales. Sabemos que unos son voluntarios y otros mercenarios. Y sabemos que el poder pretende dominarlos a todos. O sea, controlar las interpretaciones políticas que los historiadores hagan de la Historia.
De esta forma, el poder trata de amañar el presente y el pasado. Así como su recuerdo. Y se crea la llamada Memoria Histórica. Destinada a formar parte de la divulgación social y política dominante. Es una de sus prioridades. Condición necesaria para seguir siendo poder. Se dice que los escritores encuentran la fuerza en el recuerdo. También los gobiernos. Con la diferencia de que estos no se conforman con su contemplación. Ni con la exposición lírica del relato. Los gobiernos del poder se esfuerzan en ponerlo a su servicio. Por eso el pasado no puede serles adverso. Al precio que sea.
Hacia el s. XXI. Una vez desaparecida ETA. Y no en combate. El debate sobre la Memoria histórica vasca se ha convertido-reducido, al debate sobre ETA. O, mejor, contra ETA. Como estaba previsto en los presupuestos generales del Estado y sus diversas autonomías. ETA, a comienzo del s. XXI, sigue siendo válvula de escape. De todas las carencias. Y en este año superelectoral. Que se teme de «cambio y corto». Todos aceleran.
Cuando Lord Acton dirigió la Cambrigde Modern History, creía que su relato sobre Waterloo podría contentar por igual a franceses que a ingleses, alemanes y holandeses. Nada mas equivocado. Incluso para un británico, con mejor intención. No se consiguió. Porque la Historia es real y el papel del historiador comprometido y militante. De modo, que los franceses siguieron manteniendo sus versiones. Y enfrente, tuvieron a los ingleses.
En el debate histórico sobre la memoria contra ETA, hay una posición dominante. Casi absoluta. La que no permite la igualdad en el relato. Ni la necesaria imparcialidad documental sobre la realidad. Es la posición del poder y el presupuesto. Unilateral. Promocionada. Pagada y gritona. Pero, sobre todo, parcial. Y omnipresente, en este año electoral. Se comercializa en prensa, televisión, monumentos, aniversarios, zinemaldias, inauguraciones, discursos y propagandas diversas, incluidos simples informes académicos.
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Los pobres y los pueblos tienen una Historia que contar. La suya. Una historia de resistencia contra el poder. Y sus abusos. Contra la injusticia y la ocupación. Contra la explotación…Y esta Historia tiene una ventaja. Si se sabe utilizar. Si se sabe contar…Es la Historia de la verdad. Es la verdad histórica…Después de Waterloo. De Durango. O de Gernika. Después de la invasión. De las minas y las fábricas. Después de la explotación y el bandidaje financiero…No puede haber mas que una Historia. Y no es la que cuenta el poder. Falsa y mentirosa. Contra su oficialesca Memoria Histórica, está nuestra Memoria de la Verdad.
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Diciembre de 1970. Quince miembros de ETA son juzgados a muerte. Por un tribunal militar. En Burgos. Sede de la capitanía general de la VI región militar. Son acusados de bandidaje y terrorismo. En un Estado de excepción, que planificaba un escarmiento público, contra quienes habían matado a un comisario de policía.
Fue el juicio mas famoso del franquismo. El que se volvió contra Franco. Las condenas a muerte. Y sobre todo las declaraciones de los presos. Unían el socialismo y el nacionalismo. Era la primera vez que leíamos y oíamos algo parecido. Además en El Correo Español. El periódico bilbaíno franco-falangista. Y también estaba la Iglesia. Dos curas se sentaban en el banquillo de Burgos. Miembros de ETA o colaboradores. Fue algo increíble. Oyendo al BBC. La Pirenaica. Leyendo entre líneas.
Fueron días emocionantes. Onaindía y el Eusko gudariak. Los jóvenes de media Europa fascinados. Y Jean Paul Sartre. Y Olof Palmer… Solidarios con ETA. Manifestaciones en Milán, en Frankfurt… Encerrona en Montserrat. Protestas en toda Euskadi. Obreros y estudiantes salían a las calles. Cortaban el tráfico. Tiraban piedras a los grises. Días históricos…Algunos presos dijeron que era marxistas-leninistas. ETA se convirtió al nacionalismo revolucionario… Nosotros nos convertimos a ETA.
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Jaime Mayor Oreja. Político nacional español. Nacido en Donosti. Perdón, en San Sebastián. Tradicionalista y de las JONS. De aterrizaje vasco. Que vive en un país libre. Donde hay libertad de expresión. Don Mayor, otrora aciago ministro del Asunto Interior. Allá por los peores años. Fue además aspirante a los distintos títulos de los pesos varios. Y hoy es políticamente canoso y barbicorto.
Pues don Jaime. Un cierto día del 2007. Ante una impertinente pregunta. De algún periodista impertinente. Que, después de esto, habrá dejado de ser impertinente… O quizá, periodista. Respondió mas o menos: «Porqué voy a condenar yo al franquismo, si hubo muchas familias que lo vivieron con naturalidad y normalidad. Era una situación de extraordinaria placidez. Dejemos las disquisiciones sobre el franquismo a los historiadores.»
Eso dijo. Y los demás pensaron que, cuando Mayor se refiere a las familias. Se refiere mayormente a la suya. No hay duda. Y alguna que otra familia. Vecina y amiga de la suya. Casi con seguridad. Que son las que ganaron la guerra. Y, sobre todo, la postguerra. Y vivieron. Y viven en un país libre. A veces, libre de impuestos. En un país llamado España. Donde hay libertad de expresión. Para algunas cosas. Entre ellas, hablar bien de Franco. Y mal de ETA. Como el admirable y admirado, señor Mayor.
Ya me gustaría. ¿Y a quién no ? Poder decir «Dejemos las disquisiciones sobre ETA (ahora que hay elecciones) a los historiadores» Y también: «Porqué voy a tener que condenar a ETA, si hubo muchas familias que lo vivieron con naturalidad. Y, mas aún, con esperanza». Y si hubo algunos presidentes de España, que negociaron con ETA. Y uno hasta la llamó MLNV. O sea, Movimiento de Liberación Nacional Vasco. Algo que, hasta entonces, nadie se atrevía a decir. Salvo ETA, en los comunicados.
Pues si yo pudiera decir eso. También me gustaría decir. Hipotéticamente. Como don Oreja…«¿Por qué voy a condenar a ETA? si representaba una situación de extraordinaria placidez…etc etc». Pero no lo digo. No digo nada de eso. No sea que el ex-ministro de todas las Españas y los Asuntos Prohibidos, sea un iluso. Y no estemos, precisamente, en un país libre. Donde ha triunfado la democracia, después de casi un siglo.
Y donde no haya libertad de expresión. O sea, para mi. Y los que son como yo. O, que solo la haya para los que son como don Jaime. Es decir, para algunos españoles tradicionalistas y de las JONS. Que todavía no saben que ha triunfado la Democracia. Y que, en España empieza a amanecer. Incluso después de muerto Franco y con ETA, en stand-by.
21 de septiembre de 2016
Jose Mari Lorenzo Espinosa