Con­tra el capi­tal y sus par­ti­dos en cri­sis, la uni­dad popu­lar y la movilización

Boltxe Kolek­ti­boa

Edi­to­ria­la

Los últi­mos meses son de ver­da­de­ro infar­to para el capi­ta­lis­mo en todos los ámbi­tos, tan­to en el inter­na­cio­nal como en Eus­kal Herria. En vís­pe­ras de otro pro­ce­so elec­to­ral el PNV sien­te el peli­gro del efec­to Bil­du amplia­do aho­ra con la adhe­sión de Ara­lar y en per­fec­ta sin­to­nia con la mayo­ría sin­di­cal vas­ca. De ahí la anda­na­da de insul­tos dia­rios del Par­ti­do del Nego­cio Vas­co a sus peli­gro­sos riva­les, sin embar­go el odio de la dere­cha regio­na­lis­ta vas­con­ga­da se ha vis­to de for­ma extre­ma en el cri­men cul­tu­ral y social lle­va­do a cabo por el ultra dere­chis­ta Azku­na con­tra Kukutza, con­tra el barrio de Rekal­de y con­tra toda la ciu­dad de Bilbo.

El Par­ti­do del Nego­cio Vas­co está en horas bajas. Y esto le hace tomar deci­sio­nes con­tra sí mis­mo, falla en su hege­mo­nía empre­sa­rial con las recla­ma­cio­nes mul­ti­mi­llo­na­rias de las Vaca­cio­nes Fis­ca­les a la patro­nal, pier­de en toda regla en Gii­puz­koa, los datos inde­pen­den­tis­tas en Biz­kaia suben y comien­za a peli­grar su prin­ci­pal gra­ne­ro, por las expro­pia­cio­nes para el TAV, otro pelo­ta­zo más para cua­tro sinvergüenzas.

Con estos ante­ce­den­tes, la revan­cha popu­lar tie­ne mil caras. La pri­me­ra fue la res­pues­ta del barrio de Rekal­de con­tra la agre­sión nazi al barrio des­de el miér­co­les al vier­nes, la segun­da la exten­sión de la movi­li­za­ción a otros barrios, la ter­ce­ra, la con­ti­nui­dad de las asam­bleas en Rekal­de, que no han hecho más que empe­zar y el colo­fon lo supu­so la con­ti­nua ova­ción de las dece­nas de miles de per­so­nas soli­da­rias con los pre­sos polí­ti­cos vas­cos el sába­do en Bil­bo, comen­zan­do por la pan­car­ta y con­clu­yen­do por el final.

Y con el final de la sema­na, el domin­go. el Colec­ti­vo de Pre­sas y pre­sos Polí­ti­cos Vas­cos da el gol­pe final al espa­ño­lis­mo y sus saté­li­tes loca­les adhi­rién­do­se al Acuer­do de Ger­ni­ka dejan­do al fas­cis­mo espa­ñol sin argumentos.

Poco a poco el Movi­mien­to Popu­lar Vas­co se recom­po­ne y todos los fren­tes excep­to el arma­do, aho­ra en tre­gua, están abier­tos, para la con­quis­ta de las liber­ta­des demo­crá­ti­cas vas­cas, la inde­pen­den­cia y el socialismo.

Hay que seguir en la movilización

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