Debe­mos aca­bar con el urba­nis­mo sal­va­je para cons­truir una socie­dad eman­ci­pa­do­ra que pon­ga en cues­tión el actual mode­lo de cons­truc­cion y consumo

El urba­nis­mo sal­va­je no es tan solo un desas­tre social, sino tam­bién un desas­tre medioam­bien­tal y eco­nó­mi­co, uno de los fac­to­res más impor­tan­tes nos ha traí­do a esta situa­ción de cri­sis y exclu­sión social.

No se pue­de hacer nego­cio a cos­ta de los dere­chos sociales

En este sen­ti­do, ni la nue­va pro­pues­ta de ley de vivien­da de Nafa­rroa, ni las Direc­tri­ces de Orde­na­ción Terri­to­rial así como la Ley de Vivien­da de Ara­ba, Biz­kaia y Gipuz­koa pre­ten­den dar sali­da a la vivien­da vacía para ter­mi­nar con la cons­truc­ción injus­ti­fi­ca­da de más vivien­da. Está cla­ro el por qué, pre­ten­den seguir hacien­do nego­cio a cos­ta de nues­tros derechos.

En cuan­to a las Direc­tri­ces de Orde­na­ción Terri­to­rial, que debe­rían haber sido redac­ta­das bajo cri­te­rios de par­ti­ci­pa­ción social, nos encon­tra­mos con que el Gobierno de Ara­ba, Biz­kaia y Gipuz­koa ha sido quien ha con­cre­ta­do la can­ti­dad de vivien­da a cons­truir en los muni­ci­pios, sin con­tras­tar con nadie. ¿Qué sig­ni­fi­ca esto? Que no quie­ren orde­nar el terri­to­rio bajo cri­te­rios de nece­si­dad de las per­so­nas y res­pe­to al medioam­bien­te, sino bajo cri­te­rios especulativos.

Y qué decir la Ley de Vivien­da apro­ba­da el pasa­do junio. Ya denun­cia­mos que era un mero par­che, que no pre­ten­día dar sali­da a la vivien­da vacía. Si no aca­ba­mos con la lógi­ca de mer­ca­do nun­ca se podrá satis­fa­cer el dere­cho a una vivien­da dig­na para todas las per­so­nas. Noso­tras lo tene­mos cla­ro, para satis­fa­cer este dere­cho es nece­sa­rio opti­mi­zar el uso de la gran can­ti­dad de vivien­da vacía que exis­te en Eus­kal Herria.

El pro­ble­ma de la vivien­da no es indi­vi­dual, es un pro­ble­ma colec­ti­vo y glo­bal, con­se­cuen­cia direc­ta del sis­te­ma capi­ta­lis­ta que nos han impues­to. Des­de Elkar­tzen segui­re­mos denun­cian­do la gra­ve exclu­sión social de acce­so a la vivien­da que pade­ce­mos gran par­te la socie­dad, en espe­cial los sec­to­res más cas­ti­ga­dos por la pre­ca­rie­dad social: per­so­nas des­em­plea­das, y pre­ca­rias labo­ra­les, muje­res, jóve­nes, per­so­nas migra­das. De hecho la vivien­da se ha con­ver­ti­do en uno de los fac­to­res más des­ta­ca­bles de empo­bre­ci­mien­to de quie­nes vivi­mos y tra­ba­ja­mos en Eus­kal Herria.

Cuan­do se apro­bó la Ley de Vivien­da ya denun­ciá­ba­mos, entre otras cosas, que la Ley no pre­ten­día satis­fa­cer el dere­cho a la vivien­da de todas las per­so­nas, ya que apro­ba­ron el dere­cho sub­je­ti­vo con carác­ter gra­dual, con lo cual las per­so­nas con nece­si­dad de vivien­da no podrían ni tan siquie­ra acce­der a recla­mar su dere­cho sub­je­ti­vo ante la jus­ti­cia, ni tan siquie­ra las per­so­nas sin ingre­sos podrán optar a ese derecho.

La inde­fi­ni­ción de dicha Ley en muchos de sus apar­ta­dos, por cier­to una Ley que se reali­zó sin nin­gún cri­te­rio de par­ti­ci­pa­ción social y a espal­das de la pobla­ción, ha dado pie a la redac­ción de un Decre­to para la satis­fac­ción del dere­cho sub­je­ti­vo a la vivien­da, Decre­to que en vez de faci­li­tar el acce­so a una vivien­da recor­ta nues­tros dere­chos y hace más difí­cil el acce­so a una vivien­da a las per­so­nas más nece­si­ta­das. De momen­to este Decre­to está en sus­pen­so gra­cias a la pre­sión ejer­ci­da por varios colec­ti­vos. Esto demues­tra que la pre­sión social es nece­sa­ria. De todos modos, no pode­mos bajar la guar­dia, ya que en cuan­to los gober­nan­tes crean opor­tuno apro­bar dicho Decre­to y recor­tar nues­tros dere­chos lo vol­ve­rán a intentar.

Apar­te de recor­tar nues­tros dere­chos, no hacen nada más, y mues­tra de ello es que en la Ley de Vivien­da se apro­ba­ba un canon para las vivien­das vacías, uno de los pocos aspec­tos posi­ti­vos de dicha Ley, pero no han hecho nada para hacer­lo efec­ti­vo. Aho­ra que el Esta­do ha recu­rri­do cier­tos aspec­tos de la mis­ma, entre ellos el canon a las vivien­das vacías, les sir­ve como excu­sa para seguir sin hacer nada. Ya que por ejem­plo, según la Ley de Hacien­da Loca­les, des­de hace ya años a la vivien­da vacía se le pue­de gra­bar el IBI, pero, excep­to en algu­nas pocas loca­li­da­des, tam­po­co lo aplican.

Ante esta situa­ción, es impres­cin­di­ble acti­var la pre­sión social sobre la vivien­da vacía, el úni­co modo para ir solu­cio­nan­do el pro­ble­ma de la vivien­da. Tene­mos que socia­li­zar pue­blo a pue­blo, barrio a barrio, cual es el ver­da­de­ro pro­ble­ma de acce­so a la vivien­da, a quie­nes hacen nego­cio con la vivien­da. No tene­mos nada que per­der y mucho que ganar; nues­tros dere­chos socia­les y el res­pe­to a nues­tro medioambiente.

Elkar­tzen

4 de julio de 2016

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