Des­pués del 27, la lucha con­ti­núa. Obje­ti­vo cum­pli­do parcialmente

Boltxe Kolek­ti­boa

Edi­to­ria­la

El 27 de enero del año 2011 ha pasa­do ya a la his­to­ria como el día en que la mayo­ría del sin­di­ca­lis­mo de cla­se apar­có dife­ren­cias e inclu­so ren­co­res para avan­zar uni­ta­ria­men­te. Y se ha con­se­gui­do el obje­ti­vo de demos­trar que otro com­pro­mi­so político,sindical y social es posi­ble. El día de la huel­ga del sin­di­ca­lis­mo de base los cuer­pos repre­si­vos salie­ron a la calle a gol­pear a quie­nes denun­cia­mos el fran­quis­mo refor­ma­do, a quie­nes denun­cia­mos los infa­mes resul­ta­dos de las trai­cio­nes lla­ma­das por IU, PSOE, CC.OO y UGT pac­tos socia­les y en los que tan solo se fir­man pér­di­das trá­gi­cas para los tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­ras en un fes­tín inaca­ba­ble para la oli­gar­quía fas­cis­ta de siem­pre, ele­va­da a la cate­go­ría de demó­cra­tas de toda la vida por los que acep­ta­ron el orden ins­ti­tu­cio­nal sali­do del gol­pe del 36, maqui­lla­do aho­ra de supues­ta demo­cra­cía constitucional.

En 32 años se lo han lle­va­do todo, todo el dine­ro del esta­do, sin dejar nada. Que­dan las deu­das y nos invi­tan a pagar a esco­te todos sus saraos. Se nos impo­ne a pun­ta de porra y pis­to­la que pague­mos sus vicios, sus robos, su podre­dum­bre y ade­más los pri­vi­le­gios de los mer­ce­na­rios de los cuer­pos repre­si­vos, guar­da­es­pal­das, ser­vi­cios de segu­ri­dad y demás arras­tra­dos al gran capital.

No olvi­de­mos que quie­nes se movi­li­za­ron el 27 espe­ran más movi­li­za­cio­nes y empren­da­mos la tarea de pre­pa­rar­las y lle­var­las ade­lan­te a pesar de la repre­sión. Que miren hacia Tunez, Egip­to, Yemen o Jor­da­nia nues­tros ver­du­gos, des­de aquí les deci­mos que la impu­ni­dad como los yogu­res, tie­ne fecha de cadu­ci­dad y el vaso de la apa­tía popu­lar comien­za a des­bor­dar­se, por la pobre­za a la que los oli­gar­cas y el capi­tal finan­cie­ro han envia­do a millo­nes de per­so­nas en el esta­do y a dece­nas de miles de fami­lias en Eus­kal Herria y por el pér­fil neo fas­cis­ta de la cla­se polí­ti­ca espa­ño­la y sus últi­mos ficha­jes peri­fé­ri­cos, entre ellos el habi­tual PNV.

Que­da­mos a la espe­ra de las nue­vas movi­li­za­cio­nes, com­pa­ñe­ras y com­pa­ñe­ros y espe­ra­mos que a las que están por venir se sume a orga­ni­za­cio­nes estu­dian­ti­les, AA.VV., de jubi­la­dos, viu­das o autó­no­mos. Las víc­ti­mas de esta tra­ge­dia no solo somos los tra­ba­ja­do­res y trabajadoras.

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