Anna Gabriel (CUP): «Si no se pue­de votar, qui­zás haya que vol­ver a diná­mi­cas de clandestinidad»

Vivi­mos unos días de gran acti­vi­dad infor­ma­ti­va, con «últi­mas horas» cons­tan­tes y con un rit­mo fre­né­ti­co. ¿Le preo­cu­pa que se esté hablan­do poco de los pros y con­tras de una posi­ble independencia?

Sí. Me preo­cu­pa que se vayan a des­ti­nar tan­tas ener­gías, no sólo por par­te de fuer­zas como la nues­tra, cla­ra­men­te posi­cio­na­da a favor del sí, sino por par­te de la ciu­da­da­nía y por par­te de las ins­ti­tu­cio­nes al fren­te anti­rre­pre­si­vo. Nos encan­ta­ría tener deba­tes con argu­men­tos por el Sí y por el No, deba­tes amplios sobre temas sec­to­ria­les, que ade­más son nece­sa­rios. Hablar, en defi­ni­ti­va, de polí­ti­ca. De pro­pues­tas y de ideología.

Este domin­go es 1 de octu­bre. Pon­ga­mos un caso prác­ti­co: la Guar­dia Civil entra en un cole­gio elec­to­ral e inten­ta dete­ner a los miem­bros de la mesa. ¿Cómo ima­gi­na ese momento?

El hecho de que haya actos polí­ti­cos ame­na­za­dos por la extre­ma dere­cha, que nos prohí­ban con­cen­tra­cio­nes o que haya­mos teni­do la sede sitia­da por la Poli­cía Nacio­nal ya es en sí mis­ma una situa­ción excep­cio­nal en el ejer­ci­cio de los dere­chos fun­da­men­ta­les. Por tan­to, el día 1 no debe­mos des­car­tar que pue­da haber epi­so­dios que asfi­xien el refe­rén­dum. Lla­ma­mos a la ciu­da­da­nía a que vaya a votar, que vote lo que quie­ra, y que todo el mun­do se lo tome como una jor­na­da de movi­li­za­ción. Así se con­se­gui­rá demos­trar que las per­so­nas que quie­ren deci­dir son muchas más que los guar­dias civiles.

¿Es posi­ble, por remo­ta que parez­ca la posi­bi­li­dad, que el Esta­do haga una pro­pues­ta a favor del refe­rén­dum a últi­ma hora?

No hay ni una sola decla­ra­ción en todos estos meses en que el Gobierno espa­ñol haga una pro­pues­ta de refe­rén­dum acor­da­do. En la heme­ro­te­ca no encuen­tras ni un solo plan­tea­mien­to de cara a este refe­rén­dum. El 1 de octu­bre lo con­vo­có la Gene­ra­li­tat por enten­der que era la for­ma demo­crá­ti­ca de resol­ver la cues­tión y eso es lo que cuen­ta. Nos sor­pren­de­ría mucho que aho­ra el Gobierno cen­tral diga que res­pe­ta­rá un referéndum.

El Esta­do está ace­le­ran­do sus inter­ven­cio­nes a par­tir de deten­cio­nes y regis­tros. ¿Es un sín­to­ma de debi­li­dad o demues­tra que el Gobierno del PP es capaz de impe­dir la votación?

Las dos cosas. Si el Esta­do tuvie­ra una for­ta­le­za fun­da­cio­nal y si la idea de Espa­ña fue­ra tan fuer­te que se pudie­ra defen­der a par­tir de los argu­men­tos, no sería nece­sa­ria la fuer­za. Su uso es pro­por­cio­nal a la debi­li­dad argu­men­ta­ti­va y la debi­li­dad que tie­ne un Esta­do que no pue­de defen­der dere­chos y liber­ta­des de mane­ra cla­ra. Han impues­to el con­cep­to de nación por la fuer­za, por­que sin esta fuer­za podría haber un deba­te tran­qui­lo don­de la idea de nación espa­ño­la perdería.

Hable­mos de la CUP. Hace unos años, cuan­do toda­vía tenía tres dipu­tados, se per­ci­bía en su for­ma­ción un cier­to rece­lo a estar den­tro de las ins­ti­tu­cio­nes. Aho­ra la CUP es socia de JxSí. ¿Se ha per­di­do el rece­lo en la CUP a asu­mir res­pon­sa­bi­li­dad institucional?

Naci­mos para irrum­pir en el esce­na­rio muni­ci­pal y con­tem­pla­mos des­de el pri­mer momen­to la par­ti­ci­pa­ción en los ayun­ta­mien­tos. Nun­ca hemos teni­do rece­lo de las ins­ti­tu­cio­nes, al con­tra­rio, hemos apos­ta­do por el muni­ci­pa­lis­mo. En un deter­mi­na­do momen­to, se abre un deba­te en la orga­ni­za­ción que ayu­da a cla­ri­fi­car nues­tro papel. No íba­mos a hacer par­la­men­ta­ris­mo, ni íba­mos a cap­tar recur­sos para la orga­ni­za­ción, que­ría­mos iden­ti­fi­car los lími­tes de la auto­no­mía y poner el dere­cho a la auto­de­ter­mi­na­ción en la agen­da polí­ti­ca. Hemos logra­do el obje­ti­vo que nos mar­ca­mos, aun­que el deba­te sobre los ries­gos de las ins­ti­tu­cio­nes segui­rá siempre.

Hay dos lec­tu­ras den­tro del inde­pen­den­tis­mo sobre el papel de los Comu­nes. Hay quien valo­ra que no pon­gan «palos en las rue­das» y hay quien pien­sa que debe­rían haber dado más apo­yo al referéndum.

Den­tro de este espa­cio hay dife­ren­tes posi­cio­nes. Depen­de de si nos refe­ri­mos a lo que repre­sen­ta Joan Cos­cu­bie­la o nos refe­ri­mos a lo que repre­sen­ta Ánge­les Mar­tí­nez Cas­tells. Ellos mis­mos lo reco­no­cen: tie­nen posi­cio­nes dife­ren­tes. Siem­pre hemos dicho que aque­llos que se lla­man de izquier­das y sobe­ra­nis­tas tie­nen que ayu­dar­nos, pero que en el mar­co actual es impo­si­ble recu­pe­rar todas las sobe­ra­nías. Por tan­to, aho­ra es un momen­to esplén­di­do para que apo­yen a ese grue­so de la ciu­da­da­nía que quie­re supe­rar el mar­co auto­nó­mi­co. Liga con el dis­cur­so que tie­nen y en polí­ti­ca es reco­men­da­ble que dis­cur­so y pra­xis vayan de la mano.

Hay sec­to­res del ‘No’ que no quie­ren la inde­pen­den­cia de nin­gu­na mane­ra y que pue­den pen­sar que lo más efec­ti­vo es no ir a votar. Esto pue­de debi­li­tar la participación.

Entre los con­tra­rios a la inde­pen­den­cia hay dife­ren­tes posi­cio­nes. Están los fas­cis­tas que están dis­pues­tos a uti­li­zar la vio­len­cia. Lue­go están los que quie­ren hacer boi­cot, como Ciu­da­da­nos o el PSC. Y lue­go están los que quie­ren ir a votar y quie­ren ir a votar que no. PP, Ciu­da­da­nos y PSC tra­ba­jan para otros obje­ti­vos. Noso­tros nos debe­mos diri­gir a los que el Esta­do les ha impe­di­do el ejer­ci­cio del voto. Oja­lá hubie­ra posi­cio­nes polí­ti­cas sobre este deba­te que no estu­vie­ran limi­ta­das por el boi­cot pero los par­ti­dos esta­ta­lis­tas pien­san que ir a votar es hacer el jue­go a los inde­pen­den­tis­tas y esto es un error.

Pero hay sec­to­res de la pobla­ción que qui­zás no están muy poli­ti­za­dos y que pien­san en el cor­to pla­zo: mis opcio­nes para que Cata­lun­ya no sea inde­pen­dien­te pasan por no ir a votar.

Estas per­so­nas se han con­ver­ti­do en rehe­nes del prohi­bi­cio­nis­mo del Esta­do y del boi­cot. Son rehe­nes y están toma­dos por la pará­li­sis que ha implan­ta­do el Esta­do con la con­ni­ven­cia de deter­mi­na­dos par­ti­dos polí­ti­cos. Cuan­do deci­mos que que­re­mos votar no pen­sa­mos sólo en los inde­pen­den­tis­tas, tam­bién pen­sa­mos en las per­so­nas que no lo son. Des­gra­cia­da­men­te se ha dibu­ja­do un esce­na­rio don­de muchas per­so­nas se que­da­rán en casa.

¿Si la actua­ción poli­cial impi­de la nor­mal acti­vi­dad en cole­gios elec­to­ra­les, en que que­da­rá la jor­na­da del día 1?

Esto sólo lo podre­mos valo­rar el día 1. Depen­de­rá de don­de quie­ra lle­gar el Esta­do con las fuer­zas repre­si­vas de los cuer­pos de segu­ri­dad. No es lo mis­mo que inten­ten asal­tar el 50% de los cole­gios que asal­ten el 1%. Esta­mos ante un esce­na­rio sin pre­ce­den­tes, cada día inten­ta­mos ana­li­zar qué pasa y cómo res­pon­der. El domin­go que­re­mos una gran movi­li­za­ción, aun­que sabe­mos que acto­res fas­cis­tas y cuer­pos poli­cia­les inten­ta­rán pro­vo­car­nos. Pero has­ta que no lle­gue la fecha no sabre­mos qué nos encon­tra­re­mos delante.

Si gana el Sí, ¿se pro­cla­ma­ría auto­má­ti­ca­men­te la independencia?

Eso es lo que pre­vén las leyes apro­ba­das en el Par­la­men­to de Catalunya.

¿Y si el Esta­do con­si­gue impe­dir el referéndum?

Hemos inclui­do el refe­rén­dum en esta legis­la­tu­ra y pen­sa­mos que este pue­blo mere­ce expre­sar­se. Si no dejan votar, de poco sir­ve que pue­dan expre­sar los dipu­tados o dipu­tadas. La demo­cra­cia popu­lar no es sus­ti­tui­ble, si el Esta­do no per­mi­te que la gen­te se expre­se nos encon­tra­re­mos ante un esce­na­rio en el que ten­dre­mos que luchar con­tra un gol­pe de Esta­do en toda regla y qui­zás ten­dre­mos que adop­tar téc­ni­cas y diná­mi­cas pro­pias de la clan­des­ti­ni­dad; ese es un esce­na­rio en el que no se le está dan­do la rele­van­cia que se mere­ce. Con mucha faci­li­dad se dice «Si no se pudie­ra votar, qué? Hace­mos unas auto­nó­mi­cas?». Si no pode­mos votar será por­que se han sus­pen­di­do los dere­chos polí­ti­cos de todos. Esta­re­mos hablan­do de un gol­pe de Esta­do, por­que no afec­ta sólo car­gos del Govern o a medios de comu­ni­ca­ción. El esce­na­rio aho­ra ya es de excep­cio­na­li­dad; en este caso esta­ría­mos hablan­do de una situa­ción aún más extraordinaria.

¿Esta­ría usted sugi­rien­do la con­ve­nien­cia de una posi­ble revuelta?

No. Sólo digo que las ins­ti­tu­cio­nes tie­nen sen­ti­do por­que que tú lle­vas allí la voz de unos deter­mi­na­dos espa­cios polí­ti­cos. Si el Esta­do calla la voz a todo un país, y no per­mi­te a la ciu­da­da­nía expre­sar­se, hay que hablar de gol­pe de Esta­do por­que se habrá inter­ve­ni­do la ciu­da­da­nía. Esto mere­ce un deba­te muy a fon­do sobre qué debe­mos hacer y cómo debe­mos reaccionar.

¿Qué accio­nes con­cre­tas plan­tea la CUP? ¿Una huel­ga gene­ral es una bue­na estra­te­gia en caso de que se impi­da el referéndum?

La huel­ga gene­ral ya se está plan­tean­do como una res­pues­ta masi­va. Está muy bien que ten­ga­mos una res­pues­ta pre­vis­ta. Si ade­más el 1 de octu­bre hay una actua­ción repre­si­va, la huel­ga ser­vi­rá por lo que ha ser­vi­do siem­pre: para denun­ciar la actual situa­ción de pre­ca­rie­dad, pri­va­ti­za­cio­nes y exter­na­li­za­cio­nes, por lo tan­to tie­ne sen­ti­do en sí misma.

¿Cómo valo­ra la posi­bi­li­dad de una ter­ce­ra vía? ¿Es factible?

Pien­so que en Cata­lun­ya no exis­te un apo­yo masi­vo a la ter­ce­ra vía. Lo que hay es una rei­vin­di­ca­ción masi­va al dere­cho a deci­dir. El Esta­do y otros acto­res polí­ti­cos están deseo­sos de que se vuel­va al esce­na­rio de pac­to, pero creo que esto no tie­ne un apo­yo popu­lar significativo.

¿Esta­mos en un pun­to de no retorno?

Las mayo­rías de Cata­lun­ya par­ten de dos pun­tos: el pri­me­ro es que tie­nen dere­cho a deci­dir su futu­ro. Y el segun­do, que la acti­tud del Esta­do es inasu­mi­ble. Noso­tros siem­pre hemos cons­ta­ta­do que el régi­men del 78 se basa­ba en una nega­ción de los dere­chos y liber­ta­des colec­ti­vas y aho­ra se está com­pro­ban­do que es así. Qui­zá no se había mani­fes­ta­do antes con tan­ta cru­de­za por­que no había habi­do una rei­vin­di­ca­ción tan fuer­te como la actual.

Gui­llem Amatller

27 de sep­tiem­bre de 2017

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