La era del petro­yuan- Oscar Ugar­te­che y Ariel Noyo­la Rodríguez

El siglo XXI es tes­ti­go de una cre­cien­te dispu­ta entre gran­des poten­cias por el con­trol de recur­sos natu­ra­les estra­té­gi­cos (mine­ra­les, agua, bio­di­ver­si­dad y toda fuen­te de ener­gía pri­ma­ria) y la crea­ción de nue­vas divi­sas. Chi­na, que ya se con­vir­tió en el pri­mer impor­ta­dor mun­dial de petró­leo con­for­me a las medi­cio­nes de cor­to pla­zo de la Agen­cia Inter­na­cio­nal de Ener­gía (AFP, 10/​10/​2013) ten­drá un papel pro­ta­gó­ni­co. Su par­ti­ci­pa­ción será 40% de la deman­da glo­bal de ener­gía para 2040. La con­sul­to­ra Wood Mac­ken­zie cal­cu­la que 70% de la deman­da petro­le­ra chi­na se satis­fa­rá median­te impor­ta­cio­nes para 2020, un aumen­to de 146% que impli­ca­ría un gas­to apro­xi­ma­do de 550,000 millo­nes de dóla­res (mdd).

De ahí que Pekín haya deci­di­do apos­tar por un mayor acer­ca­mien­to con Medio Orien­te y una mayor inver­sión en la zona ama­zó­ni­ca y del Cari­be a fin de ase­gu­rar sus fuen­tes de sumi­nis­tro. En diciem­bre de 2013, el minis­tro de rela­cio­nes exte­rio­res chino Wang Yi, reali­zó una visi­ta a Riad (capi­tal de Ara­bia Sau­di­ta), sede del Con­se­jo de Coope­ra­ción del Gol­fo (CCG) que inte­gra a seis petro­mo­nar­quías (Bah­réin, Kuwait, Omán, Qatar, Ara­bia Sau­di­ta y Emi­ra­tos Ára­bes Uni­dos) en el mar­co de una gira por la región que inclu­yó a Pales­ti­na, Israel, Arge­lia y Marrue­cos. En 2013, el pre­si­den­te Xi Jin­ping visi­tó Méxi­co, el Cari­be y Sura­mé­ri­ca, siem­pre con el tema ener­gé­ti­co presente.

El des­li­za­mien­to de Pekín hacia Medio Orien­te se ha pro­du­ci­do por la pér­di­da de cre­di­bi­li­dad de la polí­ti­ca exte­rior esta­dou­ni­den­se en la región tras su “vira­je estra­té­gi­co” en Siria e Irán (2013) y los pasos en fal­so en Afga­nis­tán (2001), Irak (2003), Egip­to y Libia (2011). Ara­bia Sau­di­ta entró de la mano de Esta­dos Uni­dos finan­cian­do a los opo­si­to­res y per­dió con­fir­man­do que no está com­pro­me­ti­do con ellos (Finan­cial Times, 07/​01/​2014). Aho­ra podrían que­rer jugar a gana­dor con Chi­na a tra­vés de una mayor coope­ra­ción eco­nó­mi­ca bila­te­ral (Chi­na Daily, 23/​09/​2013). Tie­nen 140 empre­sas chi­nas ope­ran­do en la cons­truc­ción de infra­es­truc­tu­ra, las tele­co­mu­ni­ca­cio­nes y la indus­tria petro­quí­mi­ca en pro­yec­tos que suman 18,000 mdd (Asharq Al-awsat, 20/​11/​2013). Como para coro­nar su visi­ta, Wang con­vo­có al prín­ci­pe Saud al-Fai­sal a ini­ciar nego­cia­cio­nes para esta­ble­cer una Zona de Libre Comer­cio entre Chi­na y el CCG.

Chi­na quie­re comer­ciar petró­leo en yua­nes. La mone­da de coti­za­ción y comer­cia­li­za­ción del petró­leo y los meta­les es una cues­tión de dis­tri­bu­ción mun­dial de ries­go y de poder. El cre­ci­mien­to expo­nen­cial del mer­ca­do de deri­va­dos a par­tir de 1994 aumen­tó la vola­ti­li­dad en los mer­ca­dos de ren­ta varia­ble en gene­ral y de com­mo­di­ties en par­ti­cu­lar bajo el argu­men­to de “diver­si­fi­car el ries­go”. El ries­go hoy está en ope­rar en dólares.

En el mer­ca­do de futu­ros de petró­leo y de com­mo­di­ties ope­ran dos tipos de inver­sio­nis­tas: los que adquie­ren con­tra­tos de futu­ros para esta­bi­li­zar el pre­cio de compra/​venta deter­mi­nan­do hoy las con­di­cio­nes y pos­po­nien­do la eje­cu­ción de la ope­ra­ción a “futu­ro”; y los que espe­cu­lan, que son los ban­cos de inver­sión a cuen­ta pro­pia o a cuen­ta de ter­ce­ros. Actual­men­te hay tres mer­ca­dos de futu­ros de petró­leo en el mun­do y están dola­ri­za­dos: el Lon­don Inter­con­ti­nen­tal Exchan­ge Futu­res Mar­ket de Lon­dres; el Nymex de Nue­va York y el Dubai Futu­res Exchan­ge de Dubai. Todos bajo con­trol mayo­ri­ta­rio de la ban­ca de inver­sión de ori­gen esta­dou­ni­den­se. Apues­tas espe­cu­la­ti­vas en el mer­ca­do de futu­ros podrían estar inflan­do en al menos 50% el pre­cio del petró­leo según diver­sos especialistas.

Mien­tras que el Teso­ro de Esta­dos Uni­dos ha intro­du­ci­do un cre­cien­te “ries­go cam­bia­rio” a tra­vés de su polí­ti­ca mone­ta­ria y cre­di­ti­cia; Chi­na pare­ce dis­pues­ta a con­tra­rres­tar esta situa­ción con la emi­sión de futu­ros deno­mi­na­dos en yua­nes a tra­vés de la Bol­sa de Futu­ros de Shanghái (SHFE por sus siglas en inglés). En un pri­mer momen­to, la meta es posi­cio­nar a la SHFE como el mer­ca­do de refe­ren­cia petro­le­ro para los paí­ses de Chiang Mai + 3. De acuer­do con el pre­si­den­te de la SHFE, Yang Mai­jun: “Chi­na es el úni­co país en el mun­do que es a la vez pro­duc­tor, con­su­mi­dor e impor­ta­dor de petró­leo. Con lo cual reúne todas las con­di­cio­nes nece­sa­rias para esta­ble­cer un exi­to­so mer­ca­do de futu­ros de petró­leo” (Reuters, 21/​11/​2013). Los dados se han tirado.

La SHFE aún no lo espe­cí­fi­ca, pero en caso de que los futu­ros en el mer­ca­do de Shanghái pue­dan ser adqui­ri­dos por inver­sio­nis­tas no asiá­ti­cos, éstos aumen­ta­rán de fac­to el uso del yuan en el mer­ca­do petro­le­ro mun­dial. La con­se­cuen­cia pre­vi­si­ble será una reduc­ción de la deman­da glo­bal de dóla­res y la con­se­cuen­te apre­cia­ción de las mone­das del res­to. Esto es deli­ca­do toman­do en cuen­ta que la eco­no­mía mun­dial mar­cha bajo un con­tex­to de estan­ca­mien­to que bor­dea la defla­ción. La era del petro­yuan está por comenzar.

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