Las pala­bras que faltan

Des­de hace tiem­po se espe­ra­ba un infor­me que reco­noz­ca las dis­cri­mi­na­cio­nes racia­les. Pero el Esta­do, que supues­ta­men­te tie­ne pri­sa por des­ha­cer­se de ellas, luchó con­tra ellas des­ha­cién­do­se, lite­ral­men­te de ellas: negán­do­las. Y, entre otras manio­bras, prohi­bien­do las esta­dís­ti­cas étni­cas que podrían crear razas. ¡Razas en nues­tro país, no lo quie­ra Dios! ¡Eso es bueno para los esta­dou­ni­den­ses! Y así, sin esta­dís­ti­cas, no se podía saber qué pasa de ver­dad, en par­ti­cu­lar en el domi­nio de la dis­cri­mi­na­ción que, aprehen­di­da por medio de unos casos sin­gu­la­res, siem­pre se podía con­tes­tar men­cio­na­do otros casos sin­gu­la­res. Sin embar­go, des­de la déca­da de 1990, ha habi­do inten­tos (por ejem­plo, por par­te de Mar­ti­ne Aubry) de esta­ble­cer obser­va­to­rios (tras haber con­mi­na­do reite­ra­da­men­te a todos los paí­ses de Euro­pa a luchar con­tra la dis­cri­mi­na­ción racial), pero todos ellos fue­ron des­man­te­la­dos duran­te los seis meses pos­te­rio­res a su crea­ción. Las inves­ti­ga­cio­nes de soció­lo­gos y demó­gra­fos (como las del equi­po de de Patrick Simon del INED [Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Estu­dios Demo­grá­fi­cos], Tra­jec­to­ires et ori­gi­nes [Tra­yec­to­rias y orí­ge­nes]) sobre una mues­tra con­se­cuen­te mues­tran cla­ra­men­te la dis­cri­mi­na­ción que exis­te en la edu­ca­ción nacio­nal res­pec­to a los afri­ca­nos del nor­te y del sur (sola­men­te un 50 % de los hijos de arge­li­nos aprue­ban el bachi­lle­ra­to, es decir, dos veces menos que la pobla­ción gene­ral de la mues­tra). Pero aun­que los medios de comu­ni­ca­ción se debe­rían haber ale­gra­do, han igno­ra­do este tra­ba­jo de varios años. Los mis­mos medios de comu­ni­ca­ción se bur­lan de la afir­ma­ción de Fra­nçois Héran, direc­tor del INED, según el cual los inmi­gran­tes de inmi­gra­dos de Áfri­ca del Nor­te y sus des­cen­dien­tes com­po­nen hoy el 40 % de la pobla­ción francesa.

Pero, ¿qué les impor­ta a estos medios de comunicación?

Cuan­do se leen los artícu­los y comen­ta­rios sobre los temas can­den­tes del bur­ki­ni, del velo o del cer­do en la escue­la, casi siem­pre fal­ta una pala­bra: DISCRIMINACIÓN. Se oye hablar de todo excep­to de eso. Los lec­to­res de estos medios han leí­do El Corán y bas­ta1, les es sufi­cien­te. Decre­tan que exis­te toda una pobla­ción (un 40 % de noso­tros) que como se da chu­tes de islam (y El Corán es el islam) solo pien­sa en dego­llar a los infie­les, es decir, a los lec­to­res y, por con­si­guien­te, no hay sitio para ella en Fran­cia ni en Cór­ce­ga, a no ser que se con­vier­ta rápi­da­men­te a la lai­ci­dad, que para la mayo­ría de los lec­to­res es sinó­ni­mo de ateís­mo. Han leí­do El Corán, pero no han teni­do tiem­po de leer la ley de 19052. Y estoy hablan­do de lec­to­res medios, no de perio­dis­tas como [Éric] Zem­mour o de polí­ti­cos como [Manuel] Valls o Los repu­bli­ca­nos.

Y cuan­do estos lec­to­res han deja­do de par­lo­tear sobre El Corán como el buen médi­co de El enfer­mo ima­gi­na­rio (¡EL Corán, El Corán le digo!) la empren­den con gran­des acon­te­ci­mien­tos que siguen sien­do abs­trac­cio­nes a lo lar­go de su dis­cur­so: la Revo­lu­ción (la de 1789), la Repú­bli­ca, la Nación, indi­vi­si­ble etc.

Y des­de los aten­ta­dos de 2015 es peor. Sobre todo, evi­den­te­men­te, en los medios de dere­chas (pero hay poco de otros medios). Se diría que el islam solo des­em­bar­có en Fran­cia en 2015 y úni­ca­men­te en la for­ma de ase­si­nos. Por ello es urgen­te des­ha­cer­se del islam, de todo islam, y en pri­mer lugar poner bajo el yugo del super­vi­sor lo poco acep­ta­ble que que­de de él des­pués de que este lo haya corre­gi­do. El super­vi­sor es el señor Che­vè­ne­ment3, que via­jó a El Cai­ro hace cua­ren­ta años y, por tan­to, sabe de qué habla. Nada más lle­gar, como buen jefe de estu­dios pide dis­cre­ción a los musul­ma­nes (y que orde­nen su habi­ta­ción). Es cier­to que no son dis­cre­tos. Bueno, no lo sufi­cien­te. Ade­más de comer cer­do y de acep­tar curros que están muy por deba­jo de sus cua­li­fi­ca­cio­nes, ten­drían que cam­biar de cabe­za. Y es que, como dijo una mujer, sin duda fran­ce­sa de ori­gen (no se pre­ci­sa de qué ori­gen, ¿galo, visi­go­do, ván­da­lo, polo­nés, espa­ñol, otro?¿argelino?): Hablé con una mujer, dijo, no se veía en abso­lu­to que era musul­ma­na, excep­to su cabe­za.

Pues sí, hay cabe­zas de musul­ma­nes y, curio­sa­men­te, son las mis­mas que las cabe­zas de los ára­bes. Como escri­bía Saïd Boua­ma­ma4 ya en 2004, el vie­jo racis­mo anti­ára­be ha dado un giro para dotar­se de un nue­vo ros­tro. Se ha maqui­lla­do de crí­ti­co de la reli­gión musulmana.

Nun­ca un artícu­lo sobre los budis­tas o sobre los Tes­ti­gos de Jeho­vá o sobre los mor­mo­nes polí­ga­mos ni sobre los cris­tia­nos. Estos tie­ne un esta­tu­to de excep­ción: nada de decla­ra­cio­nes horro­ri­za­das para defen­der la lai­ci­dad cuan­do los cató­li­cos hicie­ron una mani­fes­ta­ción (per­dón, una pro­ce­sión) mons­truo en la calle duran­te la visi­ta del papa en pri­ma­ve­ra de 2016, sino por­ta­das glo­ri­fi­can­do sin ver­güen­za la recon­quis­ta de Occi­den­te por nues­tro Francisco.

En cam­bio, 45 años de crí­ti­cas y de pre­gun­tas muy legí­ti­mas de aspec­to, pero que siem­pre, sema­na tras sema­na, inci­den en lo mis­mo: el islam. ¿Es com­pa­ti­ble con la República/​la democracia/​Francia?. Es una pre­gun­ta retó­ri­ca, es evi­den­te que la res­pues­ta es No. Una ofen­si­va mediá­ti­ca de lar­ga dura­ción5 y que lejos de haber ter­mi­na­do no hace sino empeo­rar. Se oye decir: Se ha libe­ra­do la pala­bra racis­ta. Como si se hubie­ra libe­ra­do ella sola, sin la ayu­da de los sema­na­rios, de los pro­gra­mas que todos los días dan la pala­bra a los pre­di­ca­do­res del odio, sin la ayu­da de los polí­ti­cos. ¿Cómo sor­pren­der­se de que las per­so­nas ordi­na­rias se vuel­van más des­con­fia­das cuan­do cada día se les asus­ta? Y, ade­más, nun­ca les han gus­ta­do los moros , rato­nes, melo­nes6, etc., aquí no son pala­bras las que faltan.

Des­de los aten­ta­dos de 2015 la gen­te se pre­gun­ta: ¿Por qué han lle­ga­do unos jóve­nes fran­ce­ses a matar a otros jóve­nes fran­ce­ses?. Y se nos dan res­pues­tas hechas. Se nos dice: Están locos. Se nos dice: Se han radi­ca­li­za­do. Pero ¿a par­tir de qué se han vuel­to radi­ca­les? No se par­te de cero para con­ver­tir­se en extre­mis­ta (Sar­kozy, por ejem­plo, antes de vol­ver­se loco de rema­te ya era de dere­cha). Radi­ca­li­zar­se es ir más lejos. Nadie abor­da la cues­tión de este núcleo, de esta semi­lla que ha cre­ci­do. A veces en medio de una fra­se se oye o se lee es para expe­ri­men­tar su rebelión/​cólera. Pero, rebe­lión, cóle­ra, ¿con­tra qué?

Dis­cri­mi­na­ción, esta es la pri­me­ra pala­bra que fal­ta. Pero no es la úni­ca. Y es que estar dis­cri­mi­na­do es ser recha­za­do (de don­de sea) por malas razo­nes y ade­más ile­ga­les, en teo­ría. Enton­ces, si bien es indu­da­ble que se lamen­ta pro­fun­da­men­te el resul­ta­do de la dis­cri­mi­na­ción, esta no es la pri­me­ra emo­ción que se sien­te. Para aque­llo que se sien­te en pri­mer lugar se nece­si­ta otra pala­bra, la cual está total­men­te ausen­te tan­to de los artícu­los como de los comen­ta­rios: HUMILLACIÓN.

Me han con­si­de­ra­do indigno(a). Debi­do a mi raza, a mi sexo, a mis orí­ge­nes, cuan­do me habían pro­me­ti­do que se me apre­cia­ría por aque­llo de lo que soy res­pon­sa­ble, no por mi sexo, el color de mi piel, mis padres. Eso que es yo sin ser mío es lo que han con­si­de­ra­do indigno(a).

Y la humi­lla­ción per­ma­ne­ce. No se pue­de hacer como que no ha exis­ti­do. Sobre­vi­ve en uste­des, ate­nua­da ape­nas por el paso del tiem­po. Aun­que rara­men­te se lee dis­cri­mi­na­ción, nun­ca se lee la heri­da que pro­vo­ca en medio de la per­so­na y de la que no pue­de hablar.

Y, ¿hablar a quién? ¿Que­jar­se a quién? ¿Para arries­gar­se a sufrir otra humillación?

Sufrí insul­tos racia­les cuan­do esta­ba en mi tra­ba­jo. Me que­jé a la direc­ción que se bur­ló de mí dicién­do­me que no tenía sen­ti­do del humor.

El infor­me Tou­bon7 habla de los efec­tos de la dis­cri­mi­na­ción, de la pér­di­da de con­fian­za en sí mis­mo, para empe­zar, pero no de lo que hay antes, del pri­mer efec­to, el que pro­vo­ca la pér­di­da de con­fian­za en sí mis­mo: haber sido rebajado(a), considerado(a) indigno(a). Haber sido humillado(a).

Y tam­bién debi­do a que hay muchas más humi­lla­cio­nes que dis­cri­mi­na­cio­nes. Bas­ta con leer lo que dicen las muje­res que se supo­nen vela­das por­que lle­van un pañue­lo, a las que se agre­de ver­bal­men­te, cuan­do no reci­ben escu­pi­ta­jos en la calle, en los trans­por­tes públi­cos8.

No es nece­sa­rio dis­cri­mi­nar (y no está al alcan­ce de todo el mun­do) para humi­llar, lo que sí está al alcan­ce de todo el mundo.

Y, sin embar­go, si se hicie­ra un poco más caso a las per­so­nas a las que han humi­lla­do (usted, yo, su jefe, su mari­do, su maes­tra, el adua­ne­ro, el Esta­do), se com­pren­de­ría un poco mejor por­qué se vive sobre un vol­cán, un vol­cán que hemos creado.

Chris­ti­ne Delphy

26 de sep­tiem­bre de 201

Fuen­te: https://​delphysy​llep​se​.word​press​.com/​2​0​1​6​/​0​9​/​2​7​/​l​e​s​-​m​o​t​s​-​q​u​i​-​m​a​n​q​u​e​n​t​-​p​a​r​-​c​h​r​i​s​t​i​n​e​-​d​e​l​p​hy/

[Tra­du­ci­do del fran­cés para Boltxe Kolex­ti­boa por Bea­triz Mora­les Bastos.]

  1. En cas­te­llano en el ori­gi­nal. (N. de la t.)
  2. Se refie­re a la ley por la que se esta­ble­ció la sepa­ra­ción entre Igle­sia y Esta­do en Fran­cia, y el carác­ter lai­co del Esta­do. (N. de la t.)
  3. Jean-Pie­rre Che­vè­ne­ment es un polí­ti­co fran­cés per­te­ne­cien­te al Par­ti­do Socia­lis­ta y que ha sido varias veces minis­tro. En agos­to de 2016 el pre­si­den­te fran­cés Hollan­de pro­pu­so su nom­bre para diri­gir la Fun­da­ción para las Obras del Islam de Fran­cia, una fun­da­ción crea­da en 2005 por Domi­ni­que Ville­pin­te y que el actual pre­si­den­te fran­cés quie­re relan­zar. (N. de la t.)
  4. Saïd Boua­ma­ma: L’affaire du fou­lard isla­mi­que: la cons­truc­tion d’un racis­me res­pec­ta­ble, 2004.
  5. Tho­mas Del­tom­be: L’islam ima­gi­nai­re: La cons­truc­tion média­ti­que de l’islamophobie en Fran­ce, 2005.
  6. La lis­ta de pala­bras des­pec­ti­vas para desig­nar a las per­so­nas pro­ce­den­tes del Nor­te de Áfri­ca es más lar­ga en el ori­gi­nal fran­cés, todas con el mis­mo sig­ni­fi­ca­do: boug­nou­les, ratons, melons, bicots, croui­lles. (N. de la t.)
  7. Infor­me sobre los dere­chos fun­da­men­ta­les de los extran­je­ros, de Jac­ques Tou­bon, Defen­seur des droits (figu­ra equi­va­len­te a la del Defen­sor del Pueblo).
  8. Pie­rre Téva­nian e Ismaha­ne Chou­der: Les filles voi­lées par­lent, 2008.

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