Dig­na, un nom­bre de mujer

El 8 de Mar­zo, Día de la Mujer Tra­ba­ja­do­ra, esta­ble­ci­do por el Con­gre­so Mun­dial de Muje­res Socia­lis­tas en el año 1910 a pedi­do de la diri­gen­te socia­lis­ta Cla­ra Zet­kin, es un día don­de miles de muje­res –en todo el mun­do- sali­mos a recor­dar­le a la socie­dad que el patriar­ca­do y el capi­ta­lis­mo nos some­ten de dife­ren­tes for­mas: Con­vir­tien­do a nues­tros cuer­pos en mer­can­cía para la explo­ta­ción sexual; dán­do­nos tra­ba­jo pre­ca­rio y mal pago o escla­vi­zán­do­nos en las maqui­las para sos­te­ner las rique­zas del pri­mer mun­do; trans­for­mán­do­nos en las más pobres entre los pobres; ase­si­nán­do­nos por nues­tro géne­ro; some­tién­do­nos a todo tipo de vio­len­cia machis­ta y misó­gi­na; con­de­nán­do­nos a abor­tos clan­des­ti­nos e inse­gu­ros; impo­nién­do­nos cáno­nes de belle­za que opri­men y enfer­man; some­tién­do­nos a un sis­te­ma hete­ro nor­ma­ti­vo que nos dice como debe­mos ser y a quie­nes pode­mos amar.

El 8 de Mar­zo, ade­más, es un día para recor­dar a nues­tras her­ma­nas que nos pre­ce­die­ron en la lucha, para recons­truir nues­tra his­to­ria siem­pre invi­si­bi­li­za­da, para recor­dar­nos que esta­mos pre­sen­tes en todas las luchas socia­les. En esta recons­truc­ción de nues­tra memo­ria sur­gen nom­bres de muje­res valien­tes y per­sis­ten­tes como el de Dig­na Ochoa. Dig­na nació en Misantla, Vera­cruz, estu­dio dere­cho en la Uni­ver­si­dad de Jala­pa y tra­ba­jó en la Pro­cu­ra­du­ría de Jala­pa. Inte­gró el Cen­tro de Dere­chos Huma­nos Miguel Agus­tín Pro Juá­rez. En el año 1988; Dig­na, encon­tró una lis­ta de mili­tan­tes socia­les en la Pro­cu­ra­du­ría. Lue­go de ese hallaz­go y de denun­ciar este hecho fue secues­tra­da. En esa opor­tu­ni­dad, Dig­na, denun­ció que los secues­tra­do­res fue­ron poli­cías esta­ta­les y que fue vio­la­da, el hecho nun­ca fue investigado.

En el año 1999 Dig­na y otra abo­ga­da, Pilar Norie­ga, fue­ron varias veces ame­na­za­das de muer­te, ellas defen­dían a mili­tan­tes socia­les. Amnis­tía Inter­na­cio­nal hizo públi­co estos hechos. Ese mis­mo año Dig­na fue nue­va­men­te secues­tra­da e inte­rro­ga­da por sus acti­vi­da­des en el Cen­tro de Dere­chos Huma­nos. El 17 de Noviem­bre la Cor­te Inter­ame­ri­ca­na de Dere­chos Huma­nos orde­nó medi­das urgen­tes para pro­te­ger la vida de Dig­na y de los demás inte­gran­tes del Centro.

En el año 2000, fue reco­no­ci­da por Amnis­tía Inter­na­cio­nal con el pre­mio “Espí­ri­tu Per­du­ra­ble” en esa opor­tu­ni­dad expre­só: “Yo ini­cié la carre­ra de dere­cho con la ilu­sión de ayu­dar a otros, pen­san­do que era sufi­cien­te cono­cer el dere­cho para lograr esa meta. Pos­te­rior­men­te des­cu­brí que a cau­sa de la corrup­ción y la impu­ni­dad impe­ran­tes en Méxi­co, no bas­ta ser ino­cen­te, tener la razón y basar­se en el dere­cho. Sino había que luchar en con­tra de toda una estruc­tu­ra de gobierno que defien­de intere­ses polí­ti­cos y eco­nó­mi­cos muy par­ti­cu­la­res”. A pesar del reco­no­ci­mien­to inter­na­cio­nal por su tra­ba­jo a favor de los dere­chos huma­nos las ame­na­zas de muer­te con­ti­nua­ron, mos­tran­do la impu­ni­dad y el poder de quie­nes la hos­ti­ga­ban, enton­ces debió irse a Esta­dos Unidos.

Un año más tar­de, en 2001, deci­dió regre­sar a Méxi­co y jun­to a Pilar Norie­ga defen­die­ron el caso de los her­ma­nos Cere­zo Con­tre­ras, dos estu­dian­tes uni­ver­si­ta­rios acu­sa­dos de deto­nar bom­bas en ban­cos de la Ciu­dad. Al mis­mo tiem­po, repre­sen­ta­ba a dos cam­pe­si­nos, Rodol­fo Mon­tielTeo­do­ro Cabre­ra, pre­sos en el esta­do de Gue­rre­ro. Estos cam­pe­si­nos fue­ron ile­gal­men­te dete­ni­dos y some­ti­dos a tor­tu­ras por denun­ciar hechos que afec­ta­ban la eco­lo­gía de su comunidad.

Dig­na era una mujer de con­tex­tu­ra peque­ña, de tez more­na, su padre fue un diri­gen­te sin­di­cal azu­ca­re­ro de Vera­cruz que fue injus­ta­men­te encar­ce­la­do duran­te un año y lue­go des­apa­re­ci­do. Dig­na era una mujer que no tole­ra­ba inmó­vil la injus­ti­cia y la vio­len­cia sobre su pue­blo: “Bueno, algu­nas per­so­nas me dije­ron que mi reac­ción era valien­te. Pero yo siem­pre me he sen­ti­do eno­ja­da al ver el sufri­mien­to de otros. Para mí, la cóle­ra es ener­gía. Es una fuer­za… Hay que ser sen­si­ti­vos a las situa­cio­nes injus­tas y la nece­si­dad de con­fron­tar las situa­cio­nes difí­ci­les que vemos dia­ria­men­te, hay que eno­jar­nos para pro­vo­car ener­gía y reac­cio­nar”. Como defen­so­ra de dere­chos huma­nos, Dig­na, demos­tró su valen­tía y su sen­si­bi­li­dad ante la injus­ti­cia. Algu­nos de los casos en los que par­ti­ci­pó fue­ron la masa­cre de 17 cam­pe­si­nos por la Poli­cía Moto­ri­za­da y agen­tes Judi­cia­les en Aguas Blan­cas, Muni­ci­pio de Coyu­ca de Beni­tez, Gue­rre­ro el 28 de junio de 1995. Matan­za de 45 indí­ge­nas en Acteal, Chia­pas en 1997. Deten­cio­nes ile­ga­les y ofen­si­vas con­tra los Muni­ci­pios Autó­no­mos Zapa­tis­tas en 1998. Matan­za de 10 cam­pe­si­nos por miem­bros del ejer­ci­to mexi­cano en el Char­co, Muni­ci­pio de Ayutla de los Libres, Gue­rre­ro el 7 de julio de 1998. Vio­la­ción de dos muje­res por miem­bros del ejer­ci­to mexi­cano en Barrio Nue­vo San José, Gue­rre­ro en 1998. Deten­ción de 1000 estu­dian­tes de la Uni­ver­si­dad Nacio­nal de Méxi­co en el año 2000. Masa­cre en el Eji­do More­lia, Chiapas.

El 19 de Octu­bre de 2001, lue­go de 5 años de pade­cer secues­tros y ame­na­zas, fue ase­si­na­da de dos bala­zos. Los pri­me­ros infor­mes daban cuen­ta de un homi­ci­dio. Sin embar­go la Pro­cu­ra­du­ría Gene­ral de Jus­ti­cia del Dis­tri­to Federal

A veces los nom­bres mar­can la vida de quie­nes los lle­van, en el caso de Dig­na fue ella, quien con su lucha en defen­sa de los que no tie­nen voz de los ava­sa­lla­dos de siem­pre, la que le dio un pro­fun­do sig­ni­fi­ca­do a su nom­bre: «Es la injus­ti­cia la que nos moti­va a hacer algo, a tomar los ries­gos, sabien­do bien que si no lo hace­mos, las cosas per­ma­ne­ce­rán igual”. 

Por Dig­na y por todas las muje­res como ella, por noso­tras y por las muje­res que nos pre­ce­de­rán esta­mos en las calles por la con­quis­ta de todos nues­tros dere­chos. difun­dió una teo­ría de sui­ci­dio, que posi­bi­li­tó que no se con­ti­nua­ra con la inves­ti­ga­ción y se cerró el caso. La autop­sia indi­ca­ba la impo­si­bi­li­dad de que hubie­ra sido Dig­na quien se dis­pa­ra­ra a sí misma.

Fuen­te: Indy­me­dia Argentina

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