Resumen Latinoamericano, 15 de diciembre de 2020.
Luego de los alegatos del juicio por el caso de Nicolás Arévalo, pudimos conversar con su tía, Joséfina Arévalo. Le preguntamos por el veredicto del tribunal, por su sobrinita Celeste y por otros casos similares que esperan juicio, nos dijo que van a seguir luchando en conjunto.
El veredicto del Tribunal Oral de Goya este mediodía dictaminó “Responsable de un obrar culposo en el homicidio de Nicolás Arévalo y de las lesiones de Celeste Abigail Estevez.” La condena fue de tres años, prisión en suspenso.
“Nosotros hace 9 años venimos luchando pidiendo que se sepa la verdad, que a Nicolás lo mató un veneno.Él- por el productor- no quedó preso, es prisión en suspenso. Pero es culpable, es culpable, es culpable. Salió a la luz la verdad. Ahora si lo meten o no lo meten preso… a nosotros no nos van a devolver a Nicolás. Yo brindo por la verdad, no brindo por la justicia, brindo por la verdad.Vamos a seguir luchando, no nos vamos a rendir. La irresponsabilidad mata, daña, deja secuelas para siempre.”
-¿Cómo está hoy Celeste?
“Celeste está físicamente bien, pero ella sigue con su tratamiento de por vida, tiene un problema en la sangre y de memoria. Tiene que hacerse controles periódicos en sangre e hígado que ahora están suspendidos por la pandemia.” La niña es paciente del Garraham, donde luego de estar internada tres meses posterior al mismo hecho que le quitó la vida a Nicolás, pudo salir adelante, con secuelas. Su hermanita nació con hidrocefalia. Le preguntamos a Josefina si esta enfermedad tiene relación con los agrotóxicos. Nos dice que “nosotros sabemos que sí”, cuesta certificar.
-¿Hay otros casos en la zona?
“En la zona hay muchos niños y adultos que tienen asma, broncoespasmos, problemas en la piel, cuesta certificar médicamente el vínculo de tales afecciones con los agrotóxicos. Esto último a veces se debe a los intereses que hay de por medio, y a veces al miedo.Nosotros perdimos el miedo, y siempre pusimos por delante decir la verdad, y que el culpable sea el culpable –ante la ley también-.Hay otro niño fallecido por agrotóxicos, José Carlos Rivero, este hecho ocurrió un año después de la muerte de Nicolás, todavía espera juicio.También estamos en comunicación con la familia de Rocío Paredes.”
Rocío murió al comer una mandarina fumigada usada como cebo para matar aves y arrojada a la calle con mucha negligencia, frente a la quinta de la Familia Brest en Paraje Manantiales, Mburucuyá. De apellido Brest –y de esa misma familia‑, también es el abogado del productor Prieto…La sentencia por la muerte de Nicolás Arévalo, que deja en claro que fue en realidad un asesinato con agrotóxicos, puso sobre el tapete que este modelo de producción, es un modo de producción letal, a costa de la vida. La condena es irrisoria frente a tamaña culpabilidad, pero sienta jurisprudencia y será la antesala de otros juicios por las muertes de otros niños y niñas víctimas del modelo que esperan hace tiempo.
Fuente: AnRed