Resumen Latinoamericano, 21 de diciembre de 2020.
A pesar de que nunca ha sido discriminado por la gente con la que creció y con la que ha hecho trabajo político, los actores armados lo tienen en la mira. El ‘Nene’ es uno de los líderes más amenazados del Cauca, no en vano tiene medidas cautelares de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
A sus 34 años, el ‘Nene’ no conoce qué se siente vivir en paz. Este campesino, gay, ambientalista y defensor de los derechos humanos, hace mucho que perdió la cuenta de las amenazas de muerte que ha recibido por su actividad política y orientación sexual.
Gerardo Barona Avirama, nació en Caloto en medio de las majestuosas montañas del norte del Cauca y el hermoso Río Palo, quien es culpable del nombre del corregimiento en el que creció. Las aguas de este río tienen una fuerza mística. La gente que entra en él parece volverse más fuerte y resistente, es como un antídoto contra el miedo. Gerardo no es la excepción. Estas aguas han visto desde la Batalla del Río Palo en la que el ejército patriota venció a los realistas tratando de recuperar la ciudad de Popayán en 1815; hasta las luchas campesinas, indígenas y afrodescendientes, por permanecer en el territorio a pesar de la violencia por cuenta del enfrentamiento entre grupos armados, que hoy se mantiene.
Empezó desde los trece años a ser parte del movimiento social campesino y ha tenido una vida pública muy activa. Del 2011 al 2015 fue concejal teniendo como bandera el reconocimiento de derechos de la comunidad campesina y la comunidad diversa de Caloto. Hace parte del movimiento social Marcha Patriótica, del Proceso Popular Campesino del Suroccidente Colombiano, de la Red de Derechos Humanos Martín Isaías Cifuentes, de la Asociación de Trabajadores Pro-Constitución Zonas de Reserva Campesina de Caloto (Astrozonacal) y de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria, donde se desempeña como coordinador fensuagrista de la comunidad LGBTI del campo.
El ‘Nene’ participó en las multitudinarias movilizaciones que en 2012 lograron el retiro de tres batallones militares que se habían instalado en la zona. El primero, en el Cerro de Berlín, zona rural del municipio de Toribío. El segundo, en Calandaima, en el municipio de Miranda ‑encontraron minas de inyección-. Y finalmente, el tercero, en el corregimiento de El Palo.
Para presionar el retiro de este último, la comunidad realizó un diagnóstico de daños por la presencia de la base, lo enviaron a la Defensoría del Pueblo y a la comunidad internacional dando un ultimátum de 12 días para su retiro. La defensoría pidió dos días de tregua, y el embajador de Suecia sentó a Juan Carlos Pinzón, Ministro de Defensa del momento a hablar sobre el tema. La comunidad ganó el pulso y el batallón tuvo que retirarse de la zona.
Barona resistió la cárcel cinco meses en por un montaje judicial alrededor del tema de los batallones. Sobrevivió a un impacto de bala en el 2007 cuando él y otros campesinos se movilizaban para exigir sus derechos en la Vía Panamericana. Hizo frente a los hostigamientos por parte del Ejército, incluso cuando un grupo de soldados de una base cercana se lo llevaron solo a un lugar apartado para atemorizarlo. Aguantó la persecución de grupos paramilitares. Y además, soportó el asesinato de un hermano y su pareja.
Aunque la defensa de la vida y el territorio le ha arrebatado muchas cosas, no ha perdido la alegría y la capacidad de asombro, Gerardo siempre tiene una sonrisa dibujada. A pesar de lo que ha vivido y la situación de derechos humanos en el Cauca, que según Indepaz, en lo corrido del año suma cerca de 96 líderes sociales asesinados, el ‘Nene’ permanece en el territorio levantando la voz para decir que la comunidad diversa campesina existe, que la cuenca del Río Palo se respeta y que es necesario el cumplimiento de los acuerdos de paz y las Zonas de Reserva Campesina.
Dice que la gente es lo que lo hace resistir y no irse de su tierra, y que paradójicamente la guerra lo ha formado: “siempre escuchamos guerra, nunca hemos vivido en un estado de paz, hemos estado siempre en un círculo de guerra. Eso nos enseñó a protegernos. Hay diversas maneras comunitarias de protección. La guerra nos enseñó a diferenciar el sonido de las balas, a blindarnos para que no nos saquen heridos en medio de los combates de los grupos con los que no tenemos nada que ver”.
Defensor de la comunidad LGBTI y del medio ambiente
Desde niño Gerardo se reconoce como gay. Asegura que no ha vivido en carne propia algún rechazo por parte de la comunidad campesina del municipio ni en los procesos de los que hace parte, pero que ha visto cómo sufren discriminación las personas de la ruralidad con una orientación sexual diversa, incluso por algunos líderes machistas dentro del movimiento, eso lo hizo tomar las banderas y reconocerse como defensor de la comunidad LGBTI del Cauca campesino hace siete años.
Es enfático al decir que muchos grupos armados desplazaron LGBTI, los obligaron a ejercer la prostitución, que hay mucha comunidad diversa campesina que tuvo que desplazarse a las ciudades y por falta de oportunidades se vieron obligados a ejercer actividades sexuales. El ‘Nene’ dice que “nadie reconoce que en las montañas y el campo la comunidad diversa cultiva lo que se come en las grandes ciudades y en lo urbano. No solo somos estilistas, cortadores de cabello, somos cultivadores de productos del pancoger. Yo no sé de lo estético y soy gay, hay que entender que dentro de la comunidad hay otras actividades profesionales, como ser campesino, líder y defensor de derechos humanos”.
“Tener una orientación sexual distinta en un territorio de guerra nos hace más vulnerables a cualquier violencia por parte de los armados, además de las afectaciones psicológicas. Este año me ha amenazado el grupo capital por Facebook y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia por mensajes de texto. Uno por mi condición sexual y otro por defender la cuenca del Río Palo y la defensa del agua para los municipios de Guachené, Villa Rica y el Puerto, municipios del norte del Cauca”, afirma Avirama.
El ‘Nene’ cree que esas situaciones le han hecho más fuertes, considera que le han hecho adquirir resistencia para defender la vida y el territorio diariamente en las comunidades. Además que es necesario enseñar a los jóvenes, mujeres y hombres que dentro del campesinado hay una comunidad diversa, que el machismo y el patriarcado limitan a los campesinos. Denuncia que la orientación sexual ha sido limitada por cuenta de los grupos armados, que desplazan y asesinan a quien se reconoce en su diversidad sexual. Por actuar de manera incluyente con su trabajo y lucha en restablecimiento de derechos políticos, sociales y culturales de personas LGBTI, el ‘Nene’ fue el ganador del premio San Sebastián 2020.
Gerardo no solo se ha dedicado a la defensa de la comunidad LGBTI sino que se caracteriza por ser un líder que abandera la protección del medio ambiente, en especial del Río Palo y sus aguas. Luego de realizar una acción con afrodescendientes en la que cerraron una compuerta de una pequeña hidroeléctrica para que llegara el agua a los municipios de Guachené, Villa Rica y el Puerto, recibió una amenaza que decía “tiene que dejar la hijueputa maricada con el tema de la acción del agua y la minería”.
Además, estar en contra de la minería legal e ilegal de material de arrastre que ha producido el desvío en el cauce del Río Palo y una profundización del mismo, poniendo en riesgo al pueblo, le ha generado una situación de seguridad personal compleja. “A la cuenca del Río Palo la están asesinando, las autoridades no están haciendo nada. Hay empresas nacionales y trasnacionales, minería legal e ilegal actuando sobre el río y la cuenca hoy está destruida. Las empresas que están en la zona plana como el Ingenio La Cabaña, Propal y Carvajal, tiran los residuos y no hacen seguimiento. El río se está muriendo y las autoridades están calladas. Las empresas de arrastre están haciendo huecos profundos y nos están poniendo en peligro de una catástrofe ambiental, el río se está profundizando y el pueblo se puede hundir”, afirma Gerardo.
Es enfático al decir que la comunidad campesina ha hecho presión para que no se hagan más huecos y que los campesinos no están de acuerdo con ninguna explotación legal ni ilegal, pues esto causa daño, muerte, desplazamiento, sangre y desolación.
Aunque Gerardo hace parte de una lista de personas incluidas en una medida cautelar proferida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 2018 por las múltiples amenazas que ha recibido y su labor como líder social, hace quince días El Comité de Evaluación de Riesgo y Recomendación de Medidas (CERREM) redujo su esquema de seguridad a un hombre de protección. Avirama hace una alerta frente a su seguridad personal y familiar, pues la violencia y la muerte de los líderes sociales no cesan, cada día se agudiza más el conflicto, las muertes, masacres y atentados no paran. Asegura que si algo le llega a pasar es culpa del gobierno nacional.
Fuente: Las 2 orillas