Por Alexander Kots. Resumen Latinoamericano, 4 de mayo de 2021.
“Odessa” es probablemente uno de los nombres de guerra más comunes en la milicia de Donbass. Para los voluntarios rusos que acudieron a luchar por hace siete años Odessa fue el principal motivo. Odessa es una tragedia y un crimen que no prescribe nunca.
El 2 de mayo de 2014, en esta amable ciudad que se toma a sí misma con ironía, ocurrió una catástrofe que no solo dividió a Ucrania sino también a Rusia. Porque, entre nosotros, entre “las personas de cara bonita”, hubo quienes justificaron los asesinatos y se rieron de los muertos. La tragedia se ha convertido en una especie de prueba para detectar al amigo-enemigo. Aquel día, los nacionalistas violentos quemaron vivos a 48 defensores de anti-Maidan en la Casa de los Sindicatos local. Esas son las cifras oficiales. Sorprendentemente, esta tragedia, por algún motivo, no se convirtió en motivo de luto nacional en Ucrania.
Por el contrario, la muerte de esas personas ha sido ridiculizada y sus asesinos, enaltecidos. Al fin y al cabo, salvaron al país de la inminente plaga rusa. Las víctimas han sido gradualmente deshumanizadas, convertidas en la conciencia pública en monstruos que merecían su terrible muerte. Su muerte se convirtió en memes como los de los colorados fritos [en referencia a los escarabajos de rayas negras y naranjas, similares a las cintas de san Jorge que se convirtió en símbolo anti-Maidan en 2014], que han llegado incluso a los menús de algún restaurante. Como con el insulto, la acusación penal solo ha llegado a la parte agredida. Nadie ha pagado por las muertes.
Hoy, Ucrania está dividida entre aquellos que, a través de cordones policiales reforzados, como bajo protección, van a la Casa de los Sindicatos a poner flores ‑algo que, en las actuales condiciones, es casi una hazaña, y quienes celebran un acto en memoria de los asesinos, eso que llaman la “Marcha por los héroes de Odessa”, como se puede oabservar en los siguientes videos:
В Одессе с самого утра приносят цветы к Дому профсоюзов. Семь лет назад здесь погибли 48 человек. Сторонников Антимайдана тогда загнали в здание и сожгли заживо.
По другой части города марширует колонна украинских националистов, которые в тот день были на стороне Евромайдана pic.twitter.com/CSsld15v0E
— Лента.ру (@lentaruofficial) May 2, 2021
En realidad, es una división entre el bien y el mal infernal prácticamente hasta la clandestinidad que, a causa de la coyuntura política e impunidad permanente actual. Donde criminales condenados a siete años de prisión son puestos en libertad bajo palabra, donde los acusados de asesinar a periodistas caminan libres y organizan procesiones en memoria de una división de las SS [Medvedko, el más que probable asesino de Oles Buzina es uno de los organizadores de la marcha homenaje a la división SS Galizien que se celebró la semana pasada en Kiev-Ed], donde disentir te puede convertir en “cómplice de terrorismo” o “traidor” por una aleatoria decisión judicial.
Hoy Odessa es la representación en miniatura de toda Ucrania. Con los descendientes de quienes participaron en las SS con las manos manchadas de sangre, con un gobierno cobarde que tiene miedo a enfrentarse a esa minoría radical y con una mayoría silenciosa tomada como rehén por los primeros y por el segundo, sin ninguna forma legítima de resistencia.
Esto es lo que habría pasado en Donbass hace siete años de no haber sido por una oleada de voluntarios que eligieron el lado correcto.
Fuente: Slavyangrad
Fuente original: Komsomolskaya Pravda