Con­tra el cul­to a los libros

Todo lo que está escrito en los libros es correcto: tal es la mentalidad que hasta hoy subsiste entre los campesinos chinos, que son culturalmente atrasados. Pero, cosa extraña, en las discusiones dentro del Partido Comunista también hay gente que tiene a flor de labios esta frase: «Muéstreme el libro en que eso está escrito». Cuando decimos que una instrucción de un organismo superior es correcta, no es porque simplemente provenga de un «organismo dirigente superior», sino porque su contenido se adapta a las circunstancias objetivas y subjetivas de la lucha y responde a sus necesidades. Una actitud formalista muy errónea es ejecutar ciegamente las instrucciones sin discutirlas ni examinarlas a la luz de las condiciones reales, basándose de modo exclusivo en el concepto de «organismo superior». Ha sido precisamente debido a la dañina influencia del formalismo que la línea táctica del Partido no ha podido arraigar profundamente en las masas. Cumplir una instrucción de un organismo superior a ciegas y aparentemente sin objeción alguna, no es aplicarla de veras, sino que de hecho constituye la manera más hábil de oponerse a ella o de sabotearla.

También en las ciencias sociales el método de estudio que se basa únicamente en los libros es en sumo grado peligroso y hasta puede conducir el camino contrarrevolucionario. Evidente prueba de ello es el hecho que muchos comunistas chinos que se aferraban exclusivamente a los libros en su estudio de las ciencias sociales se han convertido, unos más temprano y otros más tarde en contrarrevolucionarios. Si afirmamos que el marxismo es correcto, no es en absoluto porque Marx haya sido un «profeta», sino porque su teoría ha demostrada ser acertada en nuestra práctica y en nuestra lucha. El marxismo es indispensable en nuestra lucha. El marxismo es indispensable en nuestra lucha. Al aceptar esta teoría, no nos anima ninguna idea formalista, ni mucho menos mística como la de «profecía». Muchos de los que han leído libros marxistas se han convertido en renegados de la revolución, mientras que frecuentemente obreros analfabetos llegan a dominar el marxismo. Por supuesto, debemos estudiar libros marxistas, pero tenemos que combinar el estudio con las condiciones reales de nuestro país. Necesitamos de los libros, pero tenemos que superar la tendencia a rendirles culto, que nos lleva a divorciarnos de la realidad.

¿Cómo podemos superar el culto a los libros? El único medio es investigar la situación real.

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *