Sta­lin, ami­go del pue­blo chino

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Este vein­tiuno de diciem­bre, el cama­ra­da Sta­lin cum­pli­rá sesen­ta años. Es fácil ima­gi­nar que su cum­plea­ños sus­ci­ta­rá cáli­das y afec­tuo­sas con­gra­tu­la­cio­nes en los cora­zo­nes de todos los revo­lu­cio­na­rios del mun­do que cono­cen esta fecha.

Feli­ci­tar a Sta­lin no es una for­ma­li­dad. Feli­ci­tar a Sta­lin sig­ni­fi­ca apo­yar­lo, apo­yar su cau­sa, la vic­to­ria del socia­lis­mo y el rum­bo que él seña­la a la huma­ni­dad, sig­ni­fi­ca apo­yar a un ami­go que­ri­do. Pues hoy la gran mayo­ría de la huma­ni­dad está sufrien­do y sólo pue­de libe­rar­se de sus sufri­mien­tos siguien­do el rum­bo seña­la­do por Sta­lin y con­tan­do con su ayuda.

Noso­tros, el pue­blo chino, esta­mos atra­ve­san­do el perío­do de los más amar­gos sufri­mien­tos de nues­tra his­to­ria, un perío­do en que nece­si­ta­mos más que nun­ca de la ayu­da de otros. Como dice el Libro de las odas, el ave can­ta bus­can­do el eco de sus ami­gos . Este es pre­ci­sa­men­te nues­tro caso.

Pero ¿quie­nes son nues­tros amigos?

Una cla­se de «ami­gos» son los que se adju­di­can ellos mis­mos el títu­lo de ami­gos del pue­blo chino; algu­nos chi­nos, irre­fle­xi­va­men­te, los lla­man tam­bién ami­gos. Pero tales «ami­gos» no per­te­ne­cen sino a la cate­go­ría de Li Lin-fu1. Son, en efec­to, ami­gos de ese tipo. ¿De quié­nes se tra­ta? De los impe­ria­lis­tas, que decla­ran tener sim­pa­tía por Chi­na. En cam­bio, hay otra cla­se de ami­gos, los que sien­ten real sim­pa­tía por noso­tros y nos tra­tan como her­ma­nos. ¿Quié­nes son? El pue­blo sovié­ti­co y Stalin.

Nin­gún otro país ha renun­cia­do a sus pri­vi­le­gios en Chi­na; úni­ca­men­te la Unión Sovié­ti­ca lo ha hecho.

Duran­te nues­tra Pri­me­ra Gran Revo­lu­ción, todos los impe­ria­lis­tas se opu­sie­ron a noso­tros; úni­ca­men­te la Unión Sovié­ti­ca nos ayudó.

Des­de el comien­zo de la Gue­rra de Resis­ten­cia con­tra Japón, nin­gún gobierno impe­ria­lis­ta nos ha pres­ta­do ayu­da real; úni­ca­men­te la Unión Sovié­ti­ca ha ayu­da­do a Chi­na con su avia­ción y con mate­rial. ¿No es esto sufi­cien­te­men­te claro?

Sólo el país del socia­lis­mo, su jefe y su pue­blo, los pen­sa­do­res, esta­dis­tas y tra­ba­ja­do­res socia­lis­tas, pue­den pres­tar ayu­da real a la cau­sa de la libe­ra­ción de la nación y el pue­blo chino; sin su ayu­da, nues­tra cau­sa no podría lograr la vic­to­ria final.

Sta­lin es el fiel ami­go del pue­blo chino en su lucha por la libe­ra­ción. El amor y el res­pe­to del pue­blo chino por Sta­lin y su amis­tad hacia la Unión Sovié­ti­ca son pro­fun­da­men­te sin­ce­ros; toda ten­ta­ti­va de sem­brar dis­cor­dias, toda men­ti­ra o calum­nia serán en vano.

Mao Tse-tung

21 de diciembre,1939

  1. Li Lin-fu (siglo VIII) fue pri­mer minis­tro del empe­ra­dor San­tsung de la dinas­tía Tang. Aun­que simu­la­ba amis­tad, maqui­na­ba la rui­na de todo aquel que le gana­ra en talen­to y fama y que reci­bie­ra el favor del empe­ra­dor. Por eso, sus con­tem­po­rá­neos lo cono­cían como un hom­bre con «miel en los labios y pon­zo­ña en el corazón».

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