¿Ayu­da para Gaza?: Armas

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Un ejem­plo del retro­ce­so de las «izquier­das» en las socie­da­des del capi­ta­lis­mo impe­ria­lis­ta, es la prác­ti­ca des­apa­ri­ción en sus pro­pues­tas, refle­xio­nes y deba­tes de algo que fue esen­cial en las fuer­zas revo­lu­cio­na­rias has­ta comien­zos de la gue­rra de 1939 – 45, e inclu­so has­ta bas­tan­te des­pués en muchos casos: la ayu­da prác­ti­ca y arma­da a las luchas de los pue­blos inva­di­dos por poten­cias capi­ta­lis­tas, o arra­sa­dos por suble­va­cio­nes con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rias, mili­ta­ris­tas y nazifascistas.

No se tra­ta­ba, ni se tra­ta aho­ra tam­po­co, úni­ca­men­te del prin­ci­pio éti­co-moral del deber huma­ni­ta­rio de ayu­da a la auto­de­fen­sa del opri­mi­do fren­te al opre­sor, que tam­bién; sino a la vez de un prin­ci­pio teó­ri­co-polí­ti­co de estra­te­gia y de tác­ti­ca ya con­si­de­ra­do como tal por la mayo­ría de las fuer­zas polí­ti­cas des­de la Anti­güe­dad. Sin ir muy lejos, las reac­cio­na­rias monar­quías fran­ce­sa y espa­ño­la ayu­da­ron con armas, dine­ro y sol­da­dos a los yan­quis insu­rrec­tos en su lucha con­tra el ocu­pan­te bri­tá­ni­co a fina­les del siglo XVIII. Sin las armas que los hai­tia­nos ya inde­pen­dien­tes tras ven­cer a las poten­cias colo­nia­lis­tas inva­so­ras, die­ron a Simón Bolí­var, sin este inter­na­cio­na­lis­mo con­se­cuen­te, la eman­ci­pa­ción de los pue­blos de las Amé­ri­cas se hubie­ra retra­sa­do más tiem­po mul­ti­pli­cán­do­se las masa­cres bru­ta­les que el rei­no de Espa­ña prac­ti­ca­ba sin piedad.

Acer­cán­do­nos al pre­sen­te: ¿se nos han olvi­da­do las ayu­das en armas, muni­cio­nes y repues­tos que muchas izquier­das y fuer­zas revo­lu­cio­na­rias euro­peas, así como la URSS, pres­ta­ron a las nacio­nes y a las cla­ses tra­ba­ja­do­ras ata­ca­das por el fran­quis­mo con el apo­yo de la Igle­sia? Dicho de otro modo, ¿se nos ha olvi­da­do la abru­ma­do­ra ayu­da mili­tar en todos los sen­ti­dos, has­ta el deci­si­vo, el de la inter­ven­ción direc­ta –Duran­go, Ger­ni­ka, Bil­bo…– de los ejér­ci­tos nazi­fas­cis­tas, movi­dos por el petró­leo de la ayu­da yan­qui a Fran­co, con la garan­tía de la «no inter­ven­ción» del res­to de poten­cias? ¿Se nos ha olvi­da­do la moder­ni­za­ción del ejér­ci­to fran­quis­ta por los EEUU a par­tir de los ’50 del siglo XX? Las «izquier­das» euro­peas se han acos­tum­bra­do a per­ma­ne­cer mudas, cie­gas y sor­das mien­tras los EEUU, la UE y otras poten­cias arman y rear­man al Esta­do Terro­ris­ta de Israel, con sus dece­nas de bom­bas nuclea­res, con sus ser­vi­cios secre­tos con dere­cho a matar de for­ma selec­ti­va o indis­cri­mi­na­da, con su fuer­te con­trol de la indus­tria polí­ti­co-mediá­ti­ca yan­qui, con su pene­tra­ción en otros ser­vi­cios secre­tos de medio mun­do, espe­cial­men­te en las dic­ta­du­ras blan­das y duras, y has­ta en las «demo­cra­cias», y con la astu­cia cama­leó­ni­ca de con­ce­der pre­ben­das a los cola­bo­ra­cio­nis­tas corrup­tos y a los «ton­tos úti­les», como EITB, que van a Jeru­sa­lén a «infor­mar neu­tral­men­te» en pleno sols­ti­cio de invierno, ¿o no tan «ton­tos» ni tan «neu­tra­les»? Las «izquier­das» han deja­do la can­si­na tarea de con­de­nar al com­ple­jo indus­trial-mili­tar por su apo­yo per­ma­nen­te al terro­ris­mo sio­nis­ta en manos de sus paci­fis­tas ongs de turno, para dedi­car­se ellas, las «izquier­das», a tareas más ren­ta­bles par­la­men­ta­ria y económicamente.

Bas­ta­ría una orden de los EEUU y de la UE a Israel en la que se le dije­ra que le cie­rran el cau­dal de ayu­das de todo tipo que man­tie­nen viva a esta máqui­na exter­mi­na­do­ra, para que se deten­ga de inme­dia­to. Pero las poten­cias saben que exis­te una sim­bio­sis entre sus res­pec­ti­vas tri­tu­ra­do­ras por el cre­cien­te empeo­ra­mien­to del pano­ra­ma mun­dial en pro­ble­mas vita­les para la civi­li­za­ción bur­gue­sa. Israel es un por­ta­avio­nes nuclear terres­tre de los EEUU en esa zona estra­té­gi­ca para el fun­da­men­ta­lis­mo judeo­cris­tiano. Pero la nación pales­ti­na, tro­cea­da y encar­ce­la­da en gue­tos dife­ren­tes, es mucho más que un sim­ple peli­gro para el poder esta­ble­ci­do en la región, es un sím­bo­lo, es decir, un doble peli­gro: el inme­dia­to para la zona y el de lar­go alcan­ce como fuer­za con­cien­cia­do­ra para el res­to de la huma­ni­dad. Al mar­gen de las dife­ren­cias reli­gio­sas, cul­tu­ra­les y polí­ti­cas que pue­dan exis­tir entre las orga­ni­za­cio­nes popu­la­res pales­ti­nas en Gaza y las izquier­das revo­lu­cio­na­rias en el capi­ta­lis­mo impe­ria­lis­ta, éstas no pue­den echar por la bor­da la expe­rien­cia his­tó­ri­ca y la teo­ría acu­mu­la­das duran­te dos siglos de inter­na­cio­na­lis­mo entre las luchas de los pue­blos y de las cla­ses explo­tar­las. Hacer­lo, come­ter este error, es empe­zar a cavar la tum­ba de la auto­de­rro­ta y des­apa­ri­ción como organizaciones.

Maquia­ve­lo dijo con razón que los sui­zos eran libres e inde­pen­dien­tes por­que tenían armas. Hiz­bu­llah ven­ció al ejér­ci­to inva­sor sio­nis­ta en verano de 2006, por­que dis­po­nía de las armas ade­cua­das, había apren­di­do los méto­dos, tác­ti­cas y dis­ci­pli­nas nece­sa­rias, con una estra­te­gia ade­cua­da a sus obje­ti­vos his­tó­ri­cos. Des­co­no­ce­mos si Hamas dis­po­ne del arma­men­to nece­sa­rio para luchar con­tra Israel, y otro deba­te es si pue­de ven­cer aun tenien­do los recur­sos de Hiz­bu­llah. Recor­de­mos lo que le cos­tó a Israel ven­cer a los pales­ti­nos en Bei­rut en 1982, bus­can­do al final un acuer­do inter­na­cio­nal que per­mi­tió salir al grue­so de los pales­ti­nos diri­gi­dos por Ara­fat, moral y polí­ti­ca­men­te vic­to­rio­sos tras 88 días de com­ba­te con armas lige­ras. La inde­ci­sión, el poco con­trol del mie­do y has­ta la cobar­día, son fre­cuen­tes en los ejér­ci­tos impe­ria­lis­tas, edu­ca­dos en las como­di­da­des urba­nas, con tro­pas acos­tum­bra­das a la aplas­tan­te supe­rio­ri­dad de fue­go, que esqui­van la luchar cer­ca­na con el enemi­go, casi vién­do­le, y que sufren páni­co al com­ba­te cuer­po a cuer­po. La crea­ción de tro­pas espe­cia­les, soció­pa­tas y ase­si­nas, mer­ce­na­rias de hecho por los altos suel­dos que cobran aun­que no sean pro­fe­sio­na­les de ejér­ci­tos pri­va­dos, esos con­dot­tie­ri moder­nos que tor­tu­ran, vio­lan y degüe­llan por dine­ro, es una nece­si­dad bur­gue­sa des­de que sur­gie­ron las bata­llas de des­gas­te en gran­des ciudades.

En Euro­pa, has­ta hace pocas déca­das, las izquier­das se carac­te­ri­za­ban por inte­grar en su pra­xis lo rela­cio­na­do con el arte de la gue­rra, siguien­do el argu­men­to de que la gue­rra es la con­ti­nui­dad de la polí­ti­ca por otros medios y la polí­ti­ca es la con­ti­nui­dad de la gue­rra por otros medios. Den­tro de esta dia­léc­ti­ca la expli­ca­ción teó­ri­ca y peda­gó­gi­ca del por qué, para qué y cómo del «soco­rro rojo», de las «bri­ga­das inter­na­cio­na­les», de la soli­da­ri­dad inter­na­cio­na­lis­ta acti­va, de la gue­rra jus­ta y de la vio­len­cia defen­si­va, son media­cio­nes que arti­cu­lan en los hechos la inter­ac­ción entre polí­ti­ca y gue­rra, y vice­ver­sa. Desa­rro­llan­do a Maquia­ve­lo, sólo quien pue­de defen­der­se acti­va­men­te ante un agre­sor está en con­di­cio­nes de evi­tar su ata­que lle­gan­do a acuer­dos nego­cia­dos, si hay posi­bi­li­da­des y si es nece­sa­rio. El pue­blo pales­tino de Gaza nece­si­ta la ayu­da efec­ti­va de la izquier­da del mun­do entero.

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