Como lo dicho era tan claro y evidente, para restar fuerza al mensaje muchos tuvieron que recurrir a lo no-dicho. «El País» no mostró demasiada imaginación, ya que se aferró una vez más al tótem habitual e inverosímil: «La izquierda abertzale ofrece una negociación sin condenar a ETA», decía su titular. Como contrapeso al documento, el diario de Prisa añadía la exclusiva de que Rubalcaba y Ares quieren un nuevo pacto anti-negociación, junto a un comentario de su principal analista afirmando que la declaración «no cuela» y un editorial incidiendo en que «no es momento de cambiar de política». O sea, más de lo mismo, pero esto de verdad.
Que la declaración inquieta y que cambia muchos guiones cargados de prejuicios quedaba claro en cualquier diario que se tomase. Donde antes sólo veían fantasmas, «Público» ya aprecia que «Batasuna avanza en el debate hacia la vía política», y «El Diario Vasco» admite una «apuesta por abrir un proceso político soberanista sin violencia». Y esto parece darles mucho miedo a algunos, sobre todo en la derecha española. “’El Mundo» habla de «cantinela», «Abc» de «trampa» y «La Razón» de «mano tendida envenenada». Cualquier cosa menos «más de lo mismo».
Ramón SOLA