La realidad demuestra que no se puede vaciar el mar, no …
La situación política general en Hego Euskal Herria se caracteriza por la pérdida total de formas por parte del Estado en su histéria represiva contra la Izquierda Abertzale y contra el independentismo vasco. A las detenciones masivas contra Batasuna, EHAK, 18⁄98, Udalbiltza, GGPPAA, Askatasuna, Jarrai – Haika – Segi y las vueltas de tuerca al criterio de cumplimiento de condenas a partir de la Ley Parot, añadámos ahora la ofensiva fascista de Instituciones Penitenciarias – Ministerio del Interior contra quienes visitan a familiares y amigas o amigos en las cárceles.
Las vejaciones con desnudos, los cacheos de bebés, eran conocidos. Sumamos además la impresión de quienes sin entrar en los vises han constatado que las condiciones de acceso a las visitas ordinarias no son lo que eran. Está claro que Zapatero y Perez Rubalcaba no pierden el tiempo en cuanto a agredir a la población vasca se refiere. Y está claro también que cada semana sus víctimas tienen una razón más para repudiar la España neofranquista que su proyecto constitucional representa. En Euskal Herria la cultura popular y la transmisión generacional de las experiencias es un grado, no lo olviden los Mengeles y Gestapos del Ministerio del Interior.
Hasta ahora las visitas entregaban el carnet y entraban a la sala, ahora entran con el marcaje de un Policia Nacional dentro del recinto carcelario. Es evidente que están militarizando el interior de los presidios. El Ministerio del interior por fín reconoce el status de prisioneros políticos a las presas y presos políticos vascos, de hecho ya no comunican con los presos sociales, en algunas cárceles se ha procedido a unificar la visita de modo que en los locutorios ya solo se encuentran acusados o sentenciados por pertenencia a ETA.
Las salidas también son custodiadas, quienes han participado en las visitas están reviviendo las viejas prácticas de los camisas azules de falange, la OJE, o la Sección Femenina, como si una reedición de la Memoria Histórica se tratáse. Se prohibe salir de la sala de espera de visitas con el argumento franquista de que las cosas se hacen «porque lo digo yo», se obliga a caminar por una acera única dentro del recinto penitenciario como si las visitas fuesen nuevos internos de los campos de concentración nazi – fascistas.
Se les obliga a caminar en fila en una imagen semejante a las que vivieron las personas secuestradas en los campos de concentración franquistas antaño; para visitas relámpago desde cientos de kilómetros con el fin de hablar 40 minútos cuando no suspenden arbitrariamente el encuentro después de haber llegado hasta allí.
Todo esto es un desesperado intento de romper la relación entre cientos de personas detenidas políticas y miles de amigos, compañeros, familiares que llevan los últimos cincuenta años siendo solidarias, de ellos los últimos 25 años conociendo eso que llaman España a través de la dispersión que un día idearon el PP,PSOE,PNV,IU y demás formaciones renegadas de políticas progresistas anteriores para convertirse en los tristes cadáveres políticos en que se han convertido.
Son exactamente iguales a quienes han ideado la estrategia para acabar con Aminatou Haidar. Nada tiene de extraño que el rey de Marruecos y el de España se traten de hermanos, en el caso del terrible dictador Hassan II y la dinastía liberticida que domina el país del norte magrebí. Dos regímenes semejantes se reconocen en los métodos que eligen para la defensa de los privilegios de las castas parasitárias: la factura la pagan los democrátas de verdad. Allí y aquí.
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