«Queremos que en 2010 haya compromisos reales y concretos y queremos que además sean efectivos, porque esto ya no da más de sí». Pitxu Coto, representante de Etxerat, cerró así la comparecencia ayer de numerosos agentes vascos que respaldaron a los familiares de los presos y confirmaron su presencia en la marcha del sábado. La rueda de prensa se celebró en las escalinatas del Ayuntamiento, que es donde desembocará esa «gran ola de solidaridad».
Las escalinatas del Ayuntamiento de Bilbo se convirtieron ayer en un pequeño adelanto de la imagen que se verá el próximo sábado a eso de las 18.00. Allí desembocará la manifestación nacional por los presos convocada por Etxerat y que se espera que reúna a decenas de miles de personas dada la durísima situación en las cárceles.
A mediodía de ayer, allí posaron representantes de diferentes colectivos que se suman a la movilización, aunque otros muchos que estarán el sábado no pudieron acudir a esta presentación, además de otras personas conocidas a título individual.
Con todos ellos, el colectivo de familiares de los presos políticos vascos aspira a levantar lo que Oihane Ozamiz definió como «una ola de solidaridad» que sirva para dar un gigantesco «no» a situaciones como la dispersión, las agresiones a presos, la negativa a excarcelar a quienes sufren enfermedades graves e incurables o los cacheos con palpación impuestos ahora a familiares y amigos.
«Estamos convencidos de que vamos a conseguir levantar esa ola», manifestó Pitxu Coto después de que Oihane Ozamiz recordaron que ya han sumado miles de adhesiones en los últimos meses.
Coto añadió que el objetivo es conseguir que este año que empieza el viernes no sólo sea el de los «compromisos reales y efectivos», sino que, además, éstos «sean efectivos». «Porque esto ya no da más de sí», apuntó en tono elocuente, aludiendo a la situación crítica que se atraviesa en las cárceles españolas y francesas, con más presos que nunca, condenas cada vez más largas y vulneraciones cada vez más graves.
Coto se refirió a la actual política carcelaria como «una de las mayores violencias que vive este país», en el que hay 746 presos políticos que no han podido pasar la última Nochebuena en sus domicilios. Desde la propia perspectiva de Etxerat, destacó además que con las últimas imposiciones «están tratando de utilizar a los presos contra los familiares y a las familias contra los presos, y todo para tratar de conseguir objetivos políticos». Por eso, remarcó la importancia de acudir a Bilbo. La manifestación partirá de Aita Donostia a las 17.00.
«Tocaremos todas las puertas»
La manifestación lleva como lema «Euskal Presoak Euskal Herria» y aboga por que los represaliados sean repatriados «due- ños de todos sus derechos». Y este mismo mensaje era el que llevaba la pancarta tras la que posaron numerosos representantes de colectivos y personas individuales.
Pese a mostrarse muy satisfechos por los apoyos recabados y convencidos de que la manifestación del sábado será muy grande, los miembros de Etxerat ya avanzan que el camino no terminará ahí. «Seguiremos tocando todas las puertas», manifestó Oihane Ozamiz, tras denunciar que una de ellas sigue cerrada a cal y canto.
Se trata de la del Defensor del Pueblo de Nafarroa, Francisco Javier Enériz. Los familiares resaltaron en este acto de Bilbo que se está negando a recibirles, y dejaron claro que «vamos a seguir interpelando absolutamente a todos los agentes».
Adhesiones crecientes
En el lado contrario, el parlamentario Jesús Mari Larrazabal recalcó que EA estará presente en la manifestación porque así lo ha decidido su Ejecutiva Nacional. También lo hará la mayoría sindical vasca, con ELA y LAB al frente.
En la comparecencia de ayer estuvieron representados otros colectivos que también se echarán a las calles de la capital vizcaina en contra de la política carcelaria. Ante el Ayuntamiento de Bilbo se reunieron miembros de la izquierda abertzale y de Aralar, de los sindicatos LAB, EHNE, Hiru y ESK, y de colectivos muy diversos ideológicamente y de diferentes ámbitos, como Bilgune Feminista, Presoen Aldeko Taldea (PAT), Bai Euskal Herriari, Zazpigarren Alaba, Elkartzen, ESAIT, Askapena, Salhaketa-Araba o Gasteizkoak.
La manifestación se nutre, además, de adhesiones de carácter individual. En el acto de ayer estuvieron, por ejemplo, el profesor Fito Rodríguez, el músico Txerra Bolinaga y el abogado Iñigo Santxo. Un día antes fueron destacados bertsolaris y numerosos representantes del ámbito sanitario los que anuncia- ron que no faltarán a la cita.
Desde las diversas localidades vascas se están ultimando estos días decenas de autobuses con destino a Bilbo. Los familiares también están preparados para acudir en masa a la capital vizcaina. Como es habitual, el colectivo ultra Dignidad y Justicia ya ha pedido la prohibición de la movilización. Antes, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, ya fue interpelado en el Parlamento por Carlos Urquijo (PP) ‑nada menos que el 11 de diciembre- y dijo que no ve motivo alguno para vetarla.
En un momento en que en las cárceles hay 746 presos políticos vascos a una media de más de 600 kilómetros de sus casas y que se suceden las denuncias de todo tipo de vulneraciones, el ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, no dudó ayer en asegurar ayer que el trato carcelario en el Estado español «es increíblemente bueno», tanto en el caso de los vascos como del resto. Argumentó para ello que comparaba la situación en las prisiones estatales con los estándares de otros países europeos.
En vísperas de la manifestación de Bilbo que ha recabado múltiples adhesiones, Rubalcaba se esforzó en asegurar que la dispersión es una práctica «legal» y que «respeta los derechos». En la entrevista ofrecida a Radio Euskadi, aseguro que asume que todos los presos «tienen los mismos derechos», pero apuntó a continuación que «no todos los presos tienen la misma posición», y, en consecuencia, abogó por que Instituciones Penitenciarias «sea sensible» a esta diferencia a la hora de ubicarlos. En realidad, según los datos más recientes de Etxerat y el movimiento pro-amnistía, en la actualidad sólo siete de los 746 presos políticos vascos están en Euskal Herria: tres en Martutene, dos en Basauri y otros dos en Langraiz.
Rubalcaba fue preguntado además por las reuniones mantenidas con PNV o Aralar, en las que estos partidos vascos han confirmado que se habló de la política penitenciaria. El ministro evitó hacer precisiones al respecto, y justificó los contactos por la necesidad de «explicar» cuál es su estrategia. «Yo hablo con todos», dijo Rubalcaba. Añadió además que su experiencia en estas lides es un valor que cree que debe ser compartido, sobre todo con los partidos políticos vascos.
En el trancurso de estas reuniones secretas, admitió haber recibido una oferta del PNV para «buscar una formulación más adecuada (de un pacto antiterrorista) con el momento», pero afirmó que para cerrar algo así harían falta «largos meses de trabajo».
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