El lehendakari, Patxi López, sigue la senda evolutiva que está marcando en el PSE en las últimas semanas y donde hace poco menos que un mes no había más que «brindis al sol», ahora ya observa «un movimiento evidente en el mundo del abertzalismo radical». El mismo camino han venido transitando en estos días el presidente del partido, Jesús Eguiguren, e incluso, aunque con mayores dificultades para expresarlo, el propio consejero del Interior, Rodolfo Ares.
El PSE está dejando ya de despreciar el debate abierto en la izquierda abertzale y sus posibles consecuencias. Donde antes se aseguraba que no había «nada nuevo», ahora dicen apreciar «voluntad». El presidente del partido e interlocutor en el último proceso negociador, Jesús Eguiguren, ha ido marcando las pautas del cambio de mensaje. El eurodiputado Ramón Jáuregui hizo sus pinitos. El consejero de Interior, Rodolfo Ares, les siguió más o menos a contrapelo. Y ya le ha tocado el turno al lehendakari.
Patxi López fue entrevistado ayer en la COPE, cuyo programa matinal se desplazó hasta el Parlamento de Gasteiz para una conmemoración que nadie recuerda: el XXX aniversario de la entrada en vigor del Estatuto autonómico de la CAV En ese contexto, el lehendakari habló de que «vemos que hay un movimiento evidente en el mundo del abertzalismo radical» y mostró su deseo de que ello pudiera dar lugar al final de la violencia de ETA.
López mostró su convicción de que la organización armada está «en un momento de gran debilidad» que atribuye a «la fortaleza del Estado de Derecho y a su eficacia»
Ya hablaremos…
En la entrevista, López mostró su deseo de que al final de la violencia de ETA se pueda llegar por esa vía de «fortaleza», sin que sea necesario «volver al diálogo de alguna forma», como le preguntaron. .
En cualquier caso, cuando le inquirieron directamente sobre «si al final el Estado tendrá que ser generoso», el lehendakari rehuyó la respuesta directa y se limitó a afirmar que «en el final hablaremos del final».
Hasta la fecha, Patxi López y su gobierno habían tratado de restar importancia y anular públicamente el debate que permanece abierto en la izquierda abertzale y los pronunciamientos de este sector político y social. De hecho, recientemente fueron calificados por el lehendakari como «brindis al sol que hemos conocido en demasiadas ocasiones y que en demasiadas ocasiones han frustrado».
La evolución del PSE con respecto a las posiciones de la izquierda abertzale la ha venido marcando su presidente, Jesús Eguiguren, que cuando Arnaldo Otegi, Rafa Díez, Arkaitz Rodríguez, Sonia Jacinto y Miren Zabaleta fueron encarcelados declaró que «creo que no tienen nada importante, nada definitivo entre manos», y en los últimos días ha venido hablando del «compromiso sincero» ‑aunque lo defina como insuficiente- de Batasuna.
En unas pocas semanas, el PSE está teniendo que ir adecuando su discurso a la realidad ‑también lo ha terminado haciendo el consejero de Interior, Rodolfo Ares‑, aunque sigue manteniendo su apuesta de fondo por la estrategia represiva.
Después de que el Consejo Vasco de la Juventud denunciara la redada contra jóvenes independentistas, López aseguró en la Cámara que estará «vigilante» para evitar dar ayudas a grupos que no tengan «comportamientos democráticos».
La Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT), un organismo semipúblico con representantes de la Administración española en sus órganos de dirección, llegó a afirmar ayer ETA utiliza grupos de catequesis para adoctrinar en las ideas independentistas a los jóvenes de entre 14 y 18 años. Así lo explica un reportaje titulado «Así capta ETA a jóvenes vascos», que se publica este mes en su revista.
Según describe la publicación de la FVT, «los jóvenes entre 14 y 18 años no pasan a formar parte de kale borroka sin haberse empapado de la historia falseada y manipulada por la izquierda abertzale y ETA. Comienzan trabajando en organizaciones o grupos “abertzales” de jóvenes que aún no han querido dar el salto a la violencia callejera pero que, a través de grupos de montaña, secciones juveniles de los partidos políticos abertzales, comparsas, grupos de catequesis o grupos ecologistas, comienzan a asimilar que el territorio de Euskal Herria es único y que sufre una gran represión por parte del estado Español y Francés».
La revista alerta de que «muchos padres confiados envían inocentemente a sus hijos a realizar actividades de tiempo libre y deportivas y allí mismo, sin su conocimiento, comienza la captación sutil y, en algunos casos, eficaz».