Ser­gio Brons­tein entre­vis­ta a Mar­ta Harnecker

ergio Bronstein/​Ciudad CCS/​Apo­rrea

—¿Qué es el socialismo?

—Veo el socia­lis­mo como un gran trán­si­to; hay una meta que es el pleno desa­rro­llo humano cons­trui­do a tra­vés de la prác­ti­ca, don­de los hom­bres y muje­res pue­dan desa­rro­llar­se ple­na­men­te, a lo que Álva­ro Gar­cía Line­ra, el vice­pre­si­den­te de Boli­via, lla­ma el hori­zon­te comunista.

—¿Pero hay algu­na puer­ta que poda­mos atra­ve­sar y decir ya está, esta­mos en el socialismo?

—Hay quie­nes creen que se va a lograr en algún momen­to. Yo no coin­ci­do, creo que es como una luz que ilu­mi­na el camino y que se va avan­zan­do hacia ella y no sé si en algún momen­to se va a alcan­zar. La tarea es ir crean­do las con­di­cio­nes mate­ria­les que ayu­den a que ese esfuer­zo se reali­ce en la vida con­cre­ta y real.

—¿Cuál es la dife­ren­cia fun­da­men­tal entre el socia­lis­mo que cono­ci­mos el siglo pasa­do y éste al que lla­mas del siglo XXI?

—El ras­go fun­da­men­tal del socia­lis­mo del siglo XXI es el pro­ta­go­nis­mo popu­lar. Sólo pue­de haber socia­lis­mo si los acto­res, si los cons­truc­to­res de esa socie­dad son las gran­des mayo­rías del pue­blo. Los pro­ce­sos de tran­si­ción al socia­lis­mo que se vivie­ron el siglo pasa­do toma­ron el con­trol total de los esta­dos y cons­tru­ye­ron nue­vos esta­dos y nue­vas lega­li­da­des; noso­tros aho­ra tene­mos cir­cuns­tan­cias mucho más limi­tan­tes y esta­mos tran­si­tan­do el camino pero aún esta­mos lejos de la meta. Nues­tros pro­ce­sos se defi­nen por los obje­ti­vos que per­si­guen y creo que en Vene­zue­la y otros paí­ses, la meta que se han pro­pues­to estos gobier­nos es cons­truir una socie­dad alter­na­ti­va al capi­ta­lis­mo que no ten­ga los ras­gos del pasa­do socia­lis­ta, en el sen­ti­do que no sea una socie­dad tota­li­ta­ria, en don­de sí reine real­men­te la demo­cra­cia, que no sea una socie­dad en que se pla­ni­fi­que buro­crá­ti­ca­men­te des­de arri­ba todo, sino que haya una pla­ni­fi­ca­ción (ele­men­to fun­da­men­tal para cons­truir el socia­lis­mo y con­tra la anar­quía capi­ta­lis­ta), pero una pla­ni­fi­ca­ción par­ti­ci­pa­ti­va, don­de la gen­te, a par­tir de sus comu­ni­da­des, pue­da ir cons­tru­yen­do un plan nacio­nal, en una rela­ción dia­léc­ti­ca con los gran­des linea­mien­tos estra­té­gi­cos que, por supues­to debe tener el Gobierno revo­lu­cio­na­rio. No pue­de ser colec­ti­vis­ta, en el sen­ti­do de homo­ge­nei­zar todos los indi­vi­duos, sino que tie­ne que res­pe­tar las dife­ren­cias, tie­nen que sen­tir­se rea­li­za­dos en ese socia­lis­mo todos los tipos de tra­di­cio­nes de orga­ni­za­cio­nes y de luchas que ha habi­do en la his­to­ria de esos paí­ses, y es por eso que Chá­vez dice que este socia­lis­mo es dife­ren­te en cada país y que no pue­de ser un mode­lo apli­ca­ble en todos lados, como si las reali­da­des par­ti­cu­la­res no importaran.

—¿Cuál es el papel del Esta­do en el desa­rro­llo del pro­ta­go­nis­mo del pue­blo? ¿Es posi­ble hacer ges­tión res­pe­tan­do el poder popular?

—La idea es que el Esta­do vaya qui­tán­do­le el con­trol de la vida eco­nó­mi­ca al capi­tal. La con­tra­dic­ción y la com­ple­ji­dad en este pro­ce­so es que es nece­sa­rio cons­truir un nue­vo esta­do des­de este esta­do. Des­de el gobierno y el esta­do here­da­do, tú, si eres revo­lu­cio­na­rio de ver­dad, tie­nes que ir impul­san­do y faci­li­tan­do la cons­truc­ción del nue­vo esta­do que vie­ne des­de aba­jo. La mejor prue­ba de la bue­na volun­tad de un minis­tro para avan­zar es que se sien­ta como apa­ra­to al ser­vi­cio y faci­li­ta­dor del pro­ce­so de cre­ci­mien­to del pue­blo. Un minis­te­rio no ten­dría que ren­dir cuen­ta por sus núme­ros sino valo­ran­do cuán­ta gen­te, gra­cias al tra­ba­jo de ese minis­te­rio logró cre­cer y sen­tir­se cada vez más fuer­te. Hay que decir que el nue­vo esta­do que sur­ge des­de aba­jo tam­bién pue­de ser impreg­na­do de esa cul­tu­ra del vie­jo esta­do, no nece­sa­ria­men­te por ser nue­vo va a ser san­to, no es san­to el de aba­jo y malo al de arri­ba; por eso es nece­sa­rio desa­rro­llar el con­trol social, y para ello es nece­sa­ria la trans­pa­ren­cia en la gestión.

—¿Qué papel jue­ga la crí­ti­ca públi­ca en la trans­pa­ren­cia y la con­tra­lo­ría social?

—Yo abo­go por la nece­si­dad de la crí­ti­ca públi­ca, sobre todo, cuan­do se dupli­can los car­gos en el Esta­do y en el par­ti­do. El gran desa­fío de nues­tros pro­ce­sos es evi­tar el buro­cra­tis­mo y la corrup­ción. Recuer­do que Mao hizo varias cam­pa­ñas en con­tra de esto y fra­ca­só, has­ta que tuvo reco­no­cer que debía per­mi­tir la crí­ti­ca a los fun­cio­na­rios, has­ta ese momen­to era el par­ti­do el que diri­gía las cam­pa­ñas con­tra esos males y el par­ti­do que­da­ba pro­te­gi­do de las crí­ti­cas. Si tene­mos la razón, tene­mos que ser capa­ces de demos­trar que lo que esta­mos hacien­do es lo correc­to, por­que la gen­te lo está vivien­do y si es la pren­sa opo­si­to­ra la que refle­ja a esa gen­te y la pren­sa nues­tra la igno­ra, la gen­te no va a com­prar esa pren­sa por­que no se sien­te repre­sen­ta­da. El gran desa­fío es cons­truir el socia­lis­mo par­tien­do des­de la cul­tu­ra neo­li­be­ral, capi­ta­lis­ta, indi­vi­dua­lis­ta y ren­tis­ta (sub­ra­ya) y creo que, para­fra­sean­do a Simón Rodrí­guez, es fun­da­men­tal ir inven­tan­do para no errar. La idea es par­tir des­de el Esta­do para hacer cosas que vayan trans­for­man­do las cosas.
Mar­ta Har­nec­ker no rehu­yó nin­gún tema y tra­tó cada uno de ellos con pro­fun­di­dad, com­pro­mi­so y opti­mis­mo. Que­dó mucho por pre­gun­tar y segu­ra­men­te ella tie­ne mucho más que decir a esta revo­lu­ción de la que es parte.

*Bio­gra­fía miníma

* Mar­ta Har­nec­ker Cer­dá, nació en Chile.
* De pro­fe­sión psi­có­lo­ga, es una pen­sa­do­ra mar­xis­ta con más de 80 títu­los publicados.
* Su obra más tras­cen­den­te es Con­cep­tos ele­men­ta­les del mate­rial­si­mo histórico.
* Dis­cí­pu­la de Louis Althusser.
* En su juven­tud mili­tó pri­me­ro en el cris­tia­nis­mo y lue­go se enro­ló en el Par­ti­do Socialista.
* Duran­te el gobierno de Sal­va­dor Allen­de fue direc­to­ra del sema­na­rio polí­ti­co Chi­le Hoy.
* Se exi­lia en Cuba y allí diri­ge el Cen­tro de Inves­ti­ga­cio­nes Memo­ria Popular.
* Vive en Vene­zue­la des­de 2006.
* Inte­gra la direc­ti­va del Cen­tro Inter­na­cio­nal Miranda.

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