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¡UGT califica de «mangoneo» paralizar la estabilidad de 300 profesores para favorecer a 30 interinos!.
Bilbo. «Chantaje», «mangoneo», «tomadura de pelo», «el asunto es un poco extraño». La sección sindical de UGT en la UPV empleó ayer estas palabras para definir el cambio de postura de Educación que el viernes impidió la firma del acuerdo para hacer fijos a cerca de 300 profesores estables tras el acuerdo alcanzado por la mayoría sindical y la Universidad el pasado 10 de julio. El viernes debía ser un día de trámite en el que las partes sólo tenían que estampar su firma en el documento. Sin embargo, todos acabaron levantándose de la mesa tras la decisión de Educación de no suscribir el texto si no se incluía a un colectivo de profesores que el citado acuerdo excluye expresamente, según UGT. Tal y como ha podido confirmar DEIA, dentro de este grupo de unas 30 personas cuya situación se vería mejorada por la decisión de Educación se encuentra la hija de la propia consejera Isabel Celaá.
Fuentes académicas destacan la notable trayectoria docente de esta profesora perteneciente a la categoría LIUS ‑acrónimo con el que se designa al personal laboral universitario interino de sustitución‑, una figura que la UPV empleó durante varios cursos para cubrir vacantes y sustituciones. Según UGT, existen además varios informes jurídicos de la Universidad contrarios a conceder el estatus de fijo a este colectivo, motivo por el cual se excluyó a esta categoría del acuerdo de julio. Fuentes consultadas en dicha central no entienden cómo Educación puede ignorar estos precedentes legales y condicionar el futuro de los casi 300 docentes que sí cumplen las condiciones.
UGT criticó ayer el «boicot» del Gobierno vasco al acuerdo sindical mediante una circular que envió al profesorado. En ella denuncia que tras el último de los recesos en la reunión mantenida el viernes el Gobierno vasco dijo que no iba a firmar el documento. También hace lo propia con la Universidad, a la que acusa de permanecer callada. Según este sindicato, la decisión provocó «el desconcierto absoluto» entre los presentes, ya que Educación no ofreció ninguna explicación adicional. Según manifestó ayer un representante de UGT a DEIA, la razón de este giro inesperado se debe al «interés del Gobierno vasco por algún colectivo de profesores concreto, que expresamente no recoge el acuerdo».
«un chantaje»
El Ejecutivo les propuso como única solución redactar otro acuerdo que recoja a este colectivo y firmar ambos simultáneamente; «vamos, un chantaje», denunciaron a este diario las mismas fuentes. Pese a alabar la postura y la gestión «exquisita» que ha mantenido la Universidad en todo el proceso, desde UGT criticaron la pasividad del vicerrector de Profesorado, Juanjo Unzilla, ante la exigencia del Departamento de Educación. «La Universidad traga ante esta situación y se da por concluida la reunión», censuraron.
Por todo ello, desde el sindicato denuncian «el mangoneo que el Gobierno vasco se trae con este tema y el poco respeto a la vida laboral de estos 300 trabajadores» e instan al Rectorado a «tomar la iniciativa y hacer valer su autonomía universitaria». En su opinión, y a la luz de los últimos movimientos, consideran que el acuerdo del 10 de julio «peligra», por lo que plantearán al resto de sindicatos la convocatoria de movilizaciones para su defensa «si fuera necesario».
Aunque coincidieron en el fondo, tanto CC.OO. como STEE-EILAS y LAB optaron ayer por la cautela. ELA se desmarcó del acuerdo el propio viernes, al igual que hizo en julio, aunque posteriormente se adhirió al acuerdo de la mayoría. A través de un comunicado conjunto, las centrales sindicales denunciaron que «las diferencias entre las administraciones frustran el cierre de un acuerdo sobre el profesorado» y aseguran que no aceptarán que la intención de Educación de mejorar la situación de los LIUS sustitutos condicione el refrendo del acuerdo que hay sobre la mesa. LAB, STEE-EILAS y CC.OO. afirmaron: «Nos preocupa la falta de criterios comunes a la hora de abordar la negociación por parte de la Universidad y del Departamento de Educación. Siempre hemos intentado que el Acuerdo de adecuación automática beneficie al mayor número del profesorado siendo el único límite que dicho acuerdo sea refrendado por todas las partes y tenga garantías jurídicas suficientes».
Los sindicatos exigieron que «cualquier propuesta de acuerdo novedosa sea puesta encima de la mesa esta misma semana al objeto de poder cerrar un acuerdo a tres bandas a la mayor brevedad. No vamos a aceptar que las dificultades planteadas a última hora puedan cuestionar lo avanzado hasta el 10 de julio para casi 300 profesoras y profesores».
Las razones de Educación
El Rectorado de la UPV, consultado por este periódico, guardó silencio al entender que se trata de una cuestión de régimen interno. Por su parte, Educación no aclaró los motivos de su cambio de postura ni si entre las personas que se beneficiarán del nuevo acuerdo se encuentra la hija de la consejera de Educación, la socialista Isabel Celaá.
El Departamento se limitó a contestar a DEIA: «La plantilla de la universidad es muy amplia. ¿El único nombre que vais a citar es éste? (en referencia a la hija de la consejera). En este proceso la Universidad la única protagonista. Nosotros lo que hemos hecho es potenciar ese proceso de negociación, en concreto con los informes jurídicos que se estiman pertinentes». Y aclararon que la actitud del Departamento «ha sido, es y será facilitar la negociación interna y respetar a la institución», al tiempo que aseguraron que «nosotros no miramos quiénes son las personas integrantes de las plantillas y menos aún cuando son de otras instituciones. No hay nada más», concluyeron.
Deia