Una vez mas la gran isla del Caribe, Haití, está sufriendo una de las peores tragedia en su historia. El temblor que sacudió a nuestro hermano pueblo lo colocó de nuevo en los titulares amarillista de la gran prensa. El dolor de Haití es un dolor acumulado en el tiempo que debemos saldar moral y materialmente
Lo que Haití ha dado al mundo
Esa isla que está asolada a causa de un terremoto de siete grados, constituyó hasta finales del siglo XVIII el espacio más rico del Caribe bajo el yugo del colonialismo francés donde la elite parisina colonial ensayó leyes como el Código Negro del administrador Colbert para reglamentar el trabajo forzado, prohibición de la mezcla de razas, fundamentó el racismo y los mas grave, el exterminio sistemático de los africanos y sus descendientes con el trabajo forzado de sol a sol. Esta situación conllevó a que en 1791, en la Bahía de Bois Caiman, próximo a Puerto Príncipe una sacerdotisa de la espiritualidad Vudu rodeada de extraordinarios cimarrones, como Boukman, invocara a los ancestros para iniciar la gran rebelión que tendría como objetivo eliminar las pailas del infierno humano expresada en las pailas de las plantaciones azucareras donde eran explotados casi medio millón de niños, mujeres y hombres.
Se inicia así una gran rebelión que culminará trece años después con el triunfo de la Revolución Haitiana que acabó con la trata negrera, el sistema esclavista colonial y propuso un modelo de independencia distinto al modelo norteamericano y francés.
La vieja colonia de Saint Domingue tomaría el nombre de Haití, propuesto por Dessalines, en 1803 y reafirmado por Petión. Seis años antes de que se iniciara, en la perspectiva de la historiografía oficial, el proceso de independencia de 1810, ya Haití tenia seis años de adelanto precedido de una guerra de guerrilla de trece años, donde vencieron al ejército de Bonaparte dirigido por Lecler así como al ejército inglés y al ejército español que intentó atacar desde Republica Dominicana.
La independencia de Venezuela duélale a quien le duela nació en Haití
Para quienes estamos reinterpretando la historia desde la subjetividad afrodescendiente, conciente estamos que la independencia no nació el 19 de abril de 1810, ni tampoco con la firma de la misma el 5 de julio de 1811……esa es la historia dominante repetida por la historiografìa oficial que tiende a entramparse en un contexto conceptual excluyente de los aportes morales, políticos y sociales de la Afroindinidad.
Para quienes tenemos una visión critica de los hechos, antes del 19 de abril del 1810 ya nuestros ancestros africanos e indígenas habían bañado con su sangre el territorio venezolano y de la hoy mal llamada América Latina.
Cuando decimos que la independencia de Venezuela nació en Haití, estamos reafirmando que sin Petiòn, a Simón Bolívar le hubiese sido casi imposible lograr la independencia. Bolívar fue apoyado moral, militar, material, económica y humanamente por el honorable pueblo haitiano, solo a cambio de la libertad de los y las esclavizadas que gemían bajo el yugo de la esclavitud.
Ese gesto a la hora de esta tragedia que sacude Haití debe ser recordado. Es por ello que el gobierno venezolano desde que se inició el proceso Bolivariano ha sido sensible con los planteamientos realizados por el movimiento afrovenezolano de saldar esa deuda moral de siglos y de vacíos históricamente vergonzantes cuando rechazamos la presencia de Haití en el Congreso Anfitrionico de Panamá a mediado del siglo XIX.
Nuestra burguesía criolla del siglo XIX contribuyo al aislamiento de Haití, a su bloqueo tanto por las fuerzas imperialistas de Europa, Estados Unidos y la Iglesia Católica. Haití fue después invadida en sucesivas oportunidades por Estados Unidos en complicidad con la dictadura de los Duvalier y el posterior golpe de Estado contra Beltrand Aristide en el año 2004 cuando ese país cumplía sus doscientos años de independencia.
Los condenados de la Tierra
Ese gran líder afrodescendiente de la isla de la Martinica, Franz Fanon, escribió un excelente libro llamado Los Condenados de la Tierra referido a la lucha de liberación en Argelia, expresa que al fin y al cabo los condenados de la Tierra estaban condenados a la libertad. Hoy, pese a toda la tragedia que vive el pueblo haitiano no desmayara en la construcción de su esperanza. La Cite Soleil volverá brillar, los Toussaint Louverture, Dessalines, Petion, Cecil Fatime estarán empujando a los sobrevivientes haitianos al calor de la solidaridad internacional.
- Jesús «Chucho» García. Barlovento, La voz de Afroamérica