Siete agentes de la CIA murieron en Afganistán por el engaño de un agente doble.
El supuesto terrorista suicida que mató a los espías de la agencia era en realidad un informante jordano que los condujo a una trampa con la promesa de información sobre Al Qaeda, según fuentes oficiales del Gobierno de EEUU reveladas por el diario The Washington Post.
Según el diario, el hombre que detonó una bomba en la base Chapman de la agencia en la provincia de Khost, identificado como Humam Khalil Abu-Mulai al-Balawi, trabajaba en el este de Afganistán desde hacía varias semanas y había proporcionado información de inteligencia valiosa.
El hombre fue recogido en un vehículo y aparentemente no fue registrado antes de ser trasladado a la base, señaló una de las fuentes que pidió no ser identificada debido a que el incidente todavía está bajo investigación. “Era alguien que ya había trabajado con nosotros”, agregó.
El día del atentado en el cual también murió otro agente jordano encargado de trabajar con el supuesto informante, los talibanes habían reclamado la autoría del ataque. La célula integrista Haqqani afirmaba que el suicida era un soldado del Ejército afgano.
Por su parte, el diario The New York Times publica que el hombre había sido llevado a Afganistán para ayudar en la cacería de altos miembros de Al Qaeda.
Había sido arrestado en Jordania y reclutado por los servicios de inteligencia de ese país bajo la creencia de que podía infiltrarse en la organización, añadió el diario que atribuyó su información a fuentes occidentales en Islamabad, Pakistán.
Según las fuentes del diario de Nueva York, el hombre no fue registrado porque el agente jordano que murió en el ataque lo identificó como un informante.