En cuanto a los bancos, Lenin enfatizaba que “hablar de la regulación de la vida económica y eludir el problema de la nacionalización de los bancos significa hacer gala de una ignorancia supina…” (“La Catástrofe que nos amenaza y como combatirla”- Obras Completas- Tomo XXV, Cartago, Página 309). Y en relación con el complejo militar-industrial-burocrático, hoy convertido en EE.UU. en “keynesianismo militar”, Lenin sostenía que “la inmensa mayoría de las empresas comerciales e industriales no trabajan hoy para el ‘mercado libre’, sino para el Estado, para la guerra”.(…) “La economía capitalista ‘al servicio de la guerra’ ( es decir, la economía directa o indirectamente relacionada con los suministros de la guerra) es la dilapidación del Tesoro sistemática y legalizada” (…)” La guerra cuesta hoy a Rusia 50 millones de rublos diarios. La mayor parte de esos 50 millones va a parar a manos de los proveedores del ejército. De esos 50 millones, 5 millones diarios, por lo menos, probablemente hasta 10 millones, o aún mas, constituyen los ‘beneficios no pecaminosos de los capitalistas’ y de los funcionarios que, de un modo u otro, están confabulados con ellos. Son sobre todos las grandes compañías y los bancos, que adelantan dinero para las operaciones de suministros de guerra, quienes se embolsan de este modo ganancias inauditas…” esquilmando al pueblo y mandando a la muerte a millones de hombres.
En cuanto a “El Estado y la Revolución”, escrito en diciembre de 1918 (Obras Escogidas, página 272, Editorial Progreso), donde Lenin esboza la teoría marxista del Estado, el paso de la primera etapa del socialismo al comunismo y la organización proletaria y popular que permitirá al “Estado de nuevo tipo” asentarse sobre las ruinas del viejo Estado, el mismo Ernesto Che Guevara comentó : “Este libro es como una Biblia de bolsillo para los revolucionarios. La última y más importante obra teórica de Lenin donde aparece el revolucionario integral y ortodoxo” ( “Apuntes Críticos a la Economía Política”, Ernesto Che Guevara, Ocean Sur, 2006, página 245)
Este integral y ortodoxo revolucionario pretendió ser ignorado, amén de calumniado y tergiversado, en todas las épocas y, fundamentalmente, luego de la caída de la URSS. Pero su espíritu revolucionario y su visión acertada de la realidad campea en todos los espacios donde se combate al capitalismo y al imperialismo, su engendro directo.
Dicen que no es posible tapar al sol con un dedo.
Y Lenin sigue iluminando.