La ha podido escuchar todo el que ha querido. La sonora pitada de la final de Copa de Baloncesto al Rey y al himno de España fue retransmitida en directo el domingo y narrada ayer por todos los periódicos. Sin embargo, PSOE, PP y el jeltzale Iñaki Azkuna intentan restarle importancia. Unos diciendo que no fueron tantos y otros, como el alcalde de Bilbo, añadiendo que «el oficio» del monarca está por encima de tan expresivas protestas
Otra final de Copa con vascos y catalanes de por medio y otra enorme pitada a los reyes y al himno de España. Ocurrió con el fútbol en Valencia y se repitió el domingo con el baloncesto en el BEC. Esta vez TVE no pudo cortar para ir a publicidad, así que se limitó a subir el sonido del himno y bajar el de ambiente. Pero la protesta se impuso.
Se constató que una mayoría de los asistentes se sumó al abucheo, y así se recogía ayer en la mayoría de las crónicas periodísticas. Parafraseando el tradicional cuento de Hans Christian Andersen, todos pudieron ver que el Rey iba desnudo, pero PSOE, PP e Iñaki Azkuna se empeñaron ayer en hacer creer que vestía elegantes ropajes.
La secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, dijo que no se debe «confundir una anécdota puntual con los aplausos reiterativos y el apoyo claro y contundente que la Casa Real tiene en España». La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, también quiso restar importancia al hecho, aunque mostró ante ello «su condena más absoluta y tajante». Y luego insistió en que «hay que extraer algo positivo, porque ha cambiado el clima político en el País Vasco; los Reyes estaban allí disfrutando un partido de la Copa del Rey». Pitados y abucheados, pero disfrutando.
Aclara el portavoz del PP en la CAV, Leopoldo Barreda, que quienes armaron la escandalera que en el pabellón hizo inaudible el himno son «una minoría radical y fanática». Y su jefe, Antonio Basagoiti, tiene la solución: «Esto se acabará cuando PSE y PP lleven varios años gobernando, sembrando entendimiento y sin contar mentiras sobre España». «La próxima vez que venga el Rey habrá más tranquilidad», auguró.
El lehendakari, Patxi López, dice que a él, aunque «no se mueve por los himnos», no le «gustan las faltas de respeto».
Iñaki Azkuna, siempre tan campechano, asegura que «alguno le pitaría, pero la mayoría de la gente no». «Hagan el favor, hombre. No le den tanta importancia a eso, porque el Rey tiene un oficio ya impresionante», apuntó el alcalde de Bilbo, para después pedir a los periodistas que vean alguna vez «la bondad y no la maldad de las cosas».