Tú. ¡Sí, tú…! El que está leyendo este artículo… No suelo hacerlo, pero hoy voy a proponerte un juego.
Imagina por un momento que vuelve a ser dos de enero, año 2009. Por si la memoria te falla, es viernes y aún sufres la resaca de la nochevieja y de la comida de año nuevo. Suena el despertador… “¡Piribirí… Piribirí!” Son las 5:55 de la madrugada, tienes media hora para tomarte un café, ducharte, vestirte y salir de la casa. Hasta el garage, 5 minutos; hasta la estación de cercanías, 15. Aparcar, cinco minutos, otros cinco de espera y media hora en el tren. Un par de estaciones en metro y la caminata hasta la empresa, 15 minutos. Esto sí te suena, ¿verdad? Es lo de todos los días.
Pero resulta que esta mañana, el pelma de tu jefe ‑sí, el que va de graciosito- os reúne a todos. En primer lugar, os felicita el año nuevo y comienza a explicaros que el país sufre dificultades económicas… ¡Vaya novedad! Pronto comienza un runrún en la sala… En la mente de todos está que “si el jefe habla de crisis, quiere echar a la mitad”. Pero no… ¿para qué iba a reuniros a todos si os quisiera despedir? Enfrentarse a todos vosotros juntos sería una ventaja que ni siquiera tu jefe sería tan imbécil de conceder.
Efectivamente, el tono de este dos de enero es distinto y el jefe sólo habla de la crisis para elogiar el aporte de vuestro trabajo ‑y de su empresa- a toda la sociedad. No habrá despidos, todos sois importantes ‑dice- y teneis que hacer un esfuerzo para conseguir dar más a la sociedad.
Por tu mente se pasa una idea: con tu esfuerzo, más que nada, vas a aportar más… ¡a los bolsillos de los accionistas! Pero… hay algo más. Las uvas parecen haber cambiado a tu jefe, que esta mañana se ha sentado junto a vosotros y ha hablado con modestia y empatía. Sus palabras no parecen órdenes, sino que trasmiten sinceridad y realmente te han dado ánimos para hacer mayores esfuerzos. ¿Es imaginar demasiado?
Sigo. Estamos llegando a finales de año, un día llegan a la empresa toda la junta de accionistas; todos juntitos: ahí tienes a esa panda de peces gordos que sólo de mirarlos ya lucen ese dinero que tú produces cada día. Pero, cosas de la vida, este año la familia de poderosos ha engordado. A la junta de accionistas se han unido el alcalde, varios diputados autonómicos y… ¿ese de allí es el ministro? ¡Joder!
La empresa está llena de carteles, focos, globitos y cámaras de televisión. ¡Dios… qué pinta tan yanki tiene todo! Empiezan los discursos, el peloteo mutuo, que España puede salir de la crisis y otros tópicos. Pero tú sabes que tanta gente guapa no se reúne ni trae cámaras para desempolvar consignazos ni repetir una vez más el mismo discurso. ¡Efectivamente! La empresa, la ciudad, la comunidad autónoma y el gobierno quieren agradecer el esfuerzo de todos los trabajadores de la empresa ‑desde la jefa de personal hasta el último limpiador- y en vuestro honor os van a regalar un viaje a toda la plantilla junto a vuestras familias por varias ciudades, donde teneís cubiertos hoteles, restaurantes, visitas al teatro y la ópera, espectáculos deportivos y varios actos públicos en los que os van a tratar como “héroes de masas de una nueva España sin crisis”.
¡No dejes de leer! Sí, ya sé que he dicho España… pero recuerda que sólo estábamos imaginando, ¡no es más que la introducción! Todo esto ¿Es un sueño? Permíteme ahora que dejemos de imaginar: te voy a contar una historia real.
Kim Chaek es una ciudad de la costa oriental de Corea. Es la única villa en todo el país que ha recibido el nombre de un líder político: el héroe guerrillero Kim Chaek, muerto durante la Guerra de Corea. Antes de 1951, la ciudad era conocida como Songjin.
El nombre no es lo único que ha cambiado en Songjin con la llegada del socialismo, la villa se ha convertido en un importante centro industrial, dotado de un gigantesco Complejo de producción de Acero.
El dos de enero de 2009, los metalúrgicos de Kim Chaek tuvieron que madrugar, aunque quizás bastante menos que sus compañeros de clase del Estado Español, ya que cuentan con un servicio de transporte provisto por su empresa.
El año nuevo no viene acompañado de uvas en Corea, aunque sí de numerosas obras de teatro y conciertos en institutos, palacios de los niños, palacios de cultura y otros centros. Otra tradición reciente del país son los editoriales de año nuevo, publicación en los que se marcan las principales tareas del socialismo durante el año entrante.
El dos de enero, los obreros y obreras del Complejo de Acero de Songjin leyeron en asamblea el editorial y asumieron la responsabilidad de desarrollar métodos de producción de acero a partir de materias primas exclusivamente autóctonas, así como la renovación tecnológica de la empresa.
En cuanto a renovación tecnológica, el año 2009 tuvo una fuerte competencia en la metalurgia norcoreana, aunque los resultados más espectaculares no se consiguieron en Kim Chaek sino en Ryongsong. Éstos, han introducido el sistema de control numérico computerizado (CNC) en una prensa de diez mil toneladas. La prensa mide 25 metros y pesa tres mil toneladas y, según los medios norcoreanos, es la mayor del mundo con esta tecnología.
Esta prensa es parte del proyecto de informatizar toda la producción norcoreano, proyecto que se haya en estado avanzado. La nueva prensa, durante la batalla de 100 días del año pasado, consiguió una sobreproducción del plan del 200% en apenas 80 días. Además, consigue un ahorro energético del 60%, así como en consumo hidraúlico.
El sistema informático permite controlar al milímetro la producción, “adaptándo la forma, la presión, la precisión y el modo de forja. La capacidad de la forja se ha multiplicado por diez, la precisión se ha cuadruplicado (ya se envían los productos casi acabados a bases de construcción mecánica), el tiempo de la elaboración de los mismos se ha reducido considerablemente y su calidad también se ha elevado a un nivel superior.”
Los obreros y obreras de Kim Chaek se preparan este año 2010 para introducir medios similares en su planta, así como la Siderúrgica Chollima, de Pyongyang.
Sin embargo, el año 2009 fue especial para el Complejo de Acero de Songjin por sustituir el antiguo proceso de producción por uno nuevo, en el que no se utiliza coque ni ninguna materia prima que no exista en el país. Además, la informatización de los procesos ha permitido la sincronización del proceso de oxigenación y pudelación del hierro.
Esto permite aprovechar mejor el calor, reducir el consumo energético de los equipos, ahorrar tiempo y aumentar la producción.
El éxito tiene una importancia capital dentro de la estrategia de autosuficiencia norcoreana y este modelo se va a extender durante el 2010 a la siderurgia de todo el país.
Llegando al final del año, la asamblea de trabajadores del Complejo de Acero de Songjin se reunió. Ese 18 de diciembre, la sorpresa no podía ser mayor: el líder del país, Kim Jong Il, invitaba en persona a toda la plantilla a un viaje a Pyongyang, donde se les agradecería el trabajo realizado.
El 23 de diciembre, los obreros fueron homenajeados en Kim Chaek y en la cercana ciudad de Hamhung, segunda ciudad industrial del país.
El día 24, miles de metalúrgicos se bajaron en la estación de trenes de Pyongyang. Decenas de autobuses esperaban junto a la estación. A los trabajadores y trabajadoras de Kim Chaek les esperaban miles y miles de ciudadanos de Pyongyang, a través de las gigantescas avenidas Yonggwang, Sungri y Tongdaewon y la encrucijada Changjon. Las calles estaban engalonadas para la fiesta y llenas de hombres y mujeres con banderitas, flores y globos en las manos.
El día 25, se celebró un gigantesco acto de bienvenida en el Palacio de los Deportes de Pyongyang, donde intervino Kim Yong Nam, presidente de la Asamblea Popular Suprema (Parlamento). Kim Yong Nam trasmitió la carta de felicitación escrita por el Partido del Trabajo de Corea y el gobierno revolucionario.
Ese mismo día, se celebró un banquete en el restaurante Mokran al que estuvo invitada toda la plantilla de la empresa. Durante el resto de días, los obreros comieron en el Palacio de Cultura del Pueblo, en el restaurante Okryu y en otros importantes centros gastronómicos de la capital.
También pudieron visitar varios complejos siderúrgicos de Pyongyang, los centros de importancia política de la capital, galerías de arte y zonas de ocio. El día de la despedida, se celebró una ceremonia en el edificio de la Asamblea Popular Suprema, donde se concedió a la empresa el Premio Kim Il Sung y a varios trabajadores y trabajadoras el título de “Héroe del Trabajo”.
¿Es un sueño? ¡No! Hace tiempo que dejamos el juego: esto no es imaginación. Realmente, es posible construir otro modelo de sociedad, donde los y las trabajadoras seamos el centro. Quizás nos falte la suficiente modestia para reconocer que no somos nosotros quienes damos lecciones al mundo: hay muchos pueblos que ya nos están dando una clase magistral.
No te pido que imagines más. ¡Ahora, deja de leer! ¡Lucha!