Un nue­vo gol­pe de esta­do en Niger por Txen­te Rekondo

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La par­ti­ci­pa­ción e inter­ven­ción direc­ta del ejér­ci­to de Níger en las acti­vi­da­des polí­ti­cas del país se ha con­ver­ti­do en tóni­ca gene­ral duran­te mucho tiem­po. Por eso, nue­va­men­te, el gol­pe de estos días se enmar­ca en la tra­di­ción gol­pis­ta del país. Las reac­cio­nes de los dife­ren­tes acto­res extran­je­ros tam­bién pue­den ayu­dar­nos a la hora de acer­car­nos a lo que está ocu­rrien­do en aquel país africano.

Lla­ma pode­ro­sa­men­te la aten­ción la pre­sen­ta­ción mediá­ti­ca que se nos hace de Níger, al que la mayo­ría de los medios nos seña­lan como uno de los paí­ses más pobres del mun­do?, apor­tan­do para ello algu­nos datos que evi­den­cian las altas caren­cias que sopor­ta la mayor par­te de la pobla­ción. En ese sen­ti­do se nos dice que más del sesen­ta por cien­to de los habi­tan­tes de Níger tie­nen que vivir con menos de un dólar al día, las cifras de mor­ta­li­dad infan­til y des­nu­tri­ción tam­bién se sitúan entre las más ele­va­das del con­ti­nen­te afri­cano y del mun­do. Al mis­mo tiem­po se inci­de en el alto ratio de nata­li­dad (entre 7 y 8 hijos por mujer), lo que al mis­mo tiem­po pre­sen­ta una pobla­ción muy joven (dos ter­cios de la mis­ma por deba­jo de los 25 años).

Sin embar­go, tras esa cor­ti­na, real y cru­da, se escon­de una reali­dad mucho más pro­fun­da. Níger no es un país pobre, sino que es un esta­do don­de la pobre­za afec­ta a la mayor par­te de la pobla­ción. La pro­duc­ción de ura­nio podría gene­rar recur­sos impor­tan­tes para asis­tir a las deman­das de la ciu­da­da­nía, sin embar­go, su explo­ta­ción y sobre todo el repar­to de sus bene­fi­cios en lugar de rever­tir sobre el país, aca­ba en los bol­si­llos de las pode­ro­sas mul­ti­na­cio­na­les que ope­ran en el mis­mo y en el de redu­ci­dos círcu­los de la éli­te polí­ti­ca local. Ade­más, la exis­ten­cia de reser­vas sin explo­tar de oro, petró­leo y otros mine­ra­les hacen del país un obje­ti­vo para esas fuer­zas depredadoras.

La depen­den­cia hacia la pro­duc­ción agrí­co­la, afec­ta­da por impor­tan­tes desas­tres natu­ra­les (sequías fun­da­men­tal­men­te) y por una inefi­caz o inexis­ten­te pla­ni­fi­ca­ción guber­na­men­tal, ha ha hecho que la pobla­ción esté some­ti­da en dema­sia­das oca­sio­nes a eta­pas de ham­bru­na, lo que hace que la depen­den­cia hacia a ?ayu­da huma­ni­ta­ria? aumen­te. La tala des­con­tro­la­da duran­te déca­das ha traí­do con­si­go una defo­res­ta­ción casi abso­lu­ta de los bos­ques de Níger.

La ines­ta­bi­li­dad polí­ti­ca es la excu­sa uti­li­za­da en esta oca­sión por los gol­pis­tas para defen­der su actua­ción. Las pre­ten­sio­nes del has­ta hace poco pre­si­den­te del país, Mama­dou Tand­ja, para refor­mar la cons­ti­tu­ción y abrir un camino a su ter­ce­ra reelec­ción, ha cho­ca­do con buen apar­te de las fuer­zas polí­ti­cas y socia­les de la opo­si­ción, que no han duda­do en aplau­dir la inter­ven­ción gol­pis­ta. Cuan­do en mayo y junio del año pasa­do Tand­ja disol­vió el par­la­men­to y el tri­bu­nal cons­ti­tu­cio­nal, la opo­si­ción a su man­da­to aumen­tó en los cita­dos sec­to­res. El pos­te­rior refe­rén­dum de agos­to que per­mi­tía lle­var a cabo esos cam­bios (y denun­cia­do como frau­du­len­to por la opo­si­ción), jun­to a las elec­cio­nes legis­la­ti­vas de octu­bre y las muni­ci­pa­les de diciem­bre (ambas citas boi­co­tea­das por las fuer­zas opo­si­to­ras a Tanj­da) incre­men­tó con­si­de­ra­ble­men­te esa ines­ta­bi­li­dad política.

Algu­nas fuen­tes seña­lan ese inten­to del depues­to pre­si­den­te por incre­men­tar un esti­lo auto­crá­ti­co, sin embar­go, otros apun­tan que los últi­mos movi­mien­tos diplo­má­ti­cos de Tanj­da no habrían agra­da­do a deter­mi­na­das fuer­zas loca­les y extran­je­ras. Los recien­tes via­jes a Libia y Vene­zue­la, bus­can­do nue­vos apo­yos ante las ame­na­zas de par­te de la comu­ni­dad inter­na­cio­nal de inte­rrum­pir la asis­ten­cia, o el inte­rés de Chi­na, India o Irán por hacer­se con la explo­ta­ción de las reser­vas de ura­nio no habrían gus­ta­do al gobierno fran­cés y a la empre­sa nuclear Areva.

La sos­pe­cho­sa indi­fe­ren­cia por par­te de la comu­ni­dad inter­na­cio­nal occi­den­tal hacia el gol­pe, jun­to a las decla­ra­cio­nes de los diri­gen­tes de éste seña­lan­do la inten­ción de man­te­ner y res­pe­tar los tra­ta­dos fir­ma­dos has­ta la fecha? pue­de ayu­dar a com­pren­der mejor la situación.

La inter­ven­ción de los mili­ta­res de Níger en la vida polí­ti­ca ha sido una cons­tan­te. Se comen­ta en las calles de aquél país que cada vez que se pro­du­ce una reu­nión del gabi­ne­te minis­te­rial los mili­ta­res per­ma­ne­cen en aler­ta. Cua­tro gol­pes de esta­do y otras tan­tas ten­ta­ti­vas des­de los años sesen­ta, de cin­cuen­ta años de inde­pen­den­cia más de vein­te han sido bajo un régi­men mili­tar, ade­más, cua­ren­ta de los cua­ren­ti­nue­ve gobier­nos han alber­ga­do pre­sen­cia de mili­ta­res, cua­tro de los seis pre­si­den­tes han sido mili­ta­res, así como impor­tan­tes car­gos de la estruc­tu­ra ins­ti­tu­cio­nal han esta­do en manos de mili­ta­res también.

La poli­ti­za­ción del ejér­ci­to tie­ne raí­ces en el perío­do pre-colo­nial, cuan­do el auge de los seño­res de la gue­rra loca­les con­di­cio­na­ba la vida polí­ti­ca del momen­to. Bajo el colo­nia­lis­mo fran­cés esa nue­va cate­go­ría social se adap­tó a la situa­ción, y si en un prin­ci­pio los man­dos del ejér­ci­to colo­nial impu­sie­ron su domi­nio, la adap­ta­ción de los seño­res de la gue­rra les man­tu­vo a la espe­ra del cam­bio de posiciones.

La con­fluen­cia de fac­to­res exter­nos e inter­nos (ham­bru­na, difi­cul­ta­des finan­cie­ras, rei­vin­di­ca­cio­nes socia­les, ten­sio­nes con los agen­tes extran­je­ros) han ser­vi­do de excu­sa en una u otra oca­sión para la inter­ven­ción mili­tar. Esa reite­ra­ción de gol­pes e inter­ven­cio­nes han ter­mi­na­do por poli­ti­zar los mis­mos. La afi­ni­dad de una par­te de la cla­se polí­ti­ca hacia los movi­mien­tos mili­ta­res, segui­da de una tran­si­ción diri­gi­da por los mis­mos, aca­ba legi­ti­man­do la actua­ción gol­pis­ta y al mis­mo tiem­po colo­ca la ges­tión del poder en manos de los man­dos mili­ta­res de Níger.

Níger afron­ta otros pro­ble­mas que con­di­cio­nan su queha­cer polí­ti­co. El enfren­ta­mien­to con la comu­ni­dad Tua­reg o la pre­sen­cia de la orga­ni­za­ción jiha­dis­ta al Qae­da del Magreb Islá­mi­co (AQMI) en los paí­ses veci­nos son fac­to­res a tener en cuanta.

Duran­te déca­das, el pue­blo Tua­reg ha veni­do deman­dan­do un acuer­do de cara a al explo­ta­ción de las rique­zas que exis­ten en su terri­to­rio, que has­ta la fecha han sido explo­ta­das por los gobier­nos cen­tra­les de Níger y no han supues­to nin­gu­na mejo­ra para la pobla­ción Tua­reg. Los acuer­dos de paz del pasa­do año con el gobierno de Tanj­da, en par­te por el inte­rés de los acto­res occi­den­ta­les de no incre­men­tar la inse­gu­ri­dad en la zona tras la cons­ta­ta­ción del auge de AQMI y de algu­nos paí­ses veci­nos que no que­rían aumen­tar la ines­ta­bi­li­dad regio­nal, eran una puer­ta abier­ta a la espe­ran­za para par­te de las deman­das de los Tuareg.

La pre­sen­cia de los gru­pos jiha­dis­tas, con los secues­tros de extran­je­ros y los ata­ques a las fuer­zas guber­na­men­ta­les loca­les, en una región con poco con­trol, ha encen­di­do las luces de alar­ma en las can­ci­lle­rías loca­les e inter­na­cio­na­les. La posi­bi­li­dad de que Níger afron­ta­ra una situa­ción de ines­ta­bi­li­dad polí­ti­ca no obe­de­ce a los intere­ses de esos acto­res, lo que en cier­ta medi­da podría inter­pre­tar­se como un apo­yo táci­to al actual gol­pe de esta­do, en bús­que­da de un nue­vo gobierno fuer­te y acor­de con el guión dise­ña­do en el exte­rior para el con­jun­to de la región.

TXENTE REKONDO.- Gabi­ne­te Vas­co de Aná­li­sis Inter­na­cio­nal (GAIN)

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